Argentina: Roturas y reagrupamientos en el peronismo-kirchnerismo/ El debate.

por Juan Guahán/Questio /fuente: surysur.net.

En las rupturas y reagrupamientos del peronismo/justicialismo/kirchnerismo el futuro también está empezando a llegar. Lo que se veía venir, vino nomás. Todo este año estará caracterizado por estos reacomodamientos, al compás de variados intereses y de la evolución de la situación social. Veamos sus tendencias y perspectivas.

Este desmembramiento en las filas del peronismo/justicialismo/kirchnerismo estaba en los cálculos de la mayor parte de los análisis sobre las perspectivas para este año. Pero una cosa era decirlo y otra ver de qué modo se desenvuelve. Ello ocurre en diversos escenarios, uno de ellos y con fuertes repercusiones inmediatas es el Parlamento. Pero hay otros escenarios que no le van en zaga en importancia, tal es lo que ocurre en el Partido Justicialista (PJ) y el Frente para la Victoria (FpV) y por ese mismo camino transitan distintos gobernadores e intendentes. De todo eso trataremos en las próximas líneas.

De todas maneras no se puede dejar de mencionar tres cuestiones de alto voltaje político nacional e internacional. Para nuestro pueblo lo más importante es la inflación y los ajustes que golpean a la mayor parte de nuestros compatriotas. Tampoco podemos desdeñar el involucramiento, como componedor, de la Iglesia en el conflicto por la detención de Milagro Sala. Por último las Iglesias Católica y Ortodoxa Rusa van a dar un paso importante, eso será el próximo 12 de febrero, en el Aeropuerto de La Habana (Cuba), allí se reunirán el Papa Francisco y el Patriarca Cirilo para tratar sobre la situación de ambas iglesias distanciadas desde hace casi mil años.

El escenario parlamentario

Con los resultados electorales de octubre el Frente para la Victoria (FpV) contaba con una indiscutible mayoría propia en Senadores y era la primera minoría en Diputados. En el Senado el bloque justicialista era hegemonizado por sectores cercanos a los gobernadores. En diputados ese comando era de La Cámpora.

Las mayores novedades ocurridas en este período son: El Bloque de Senadores, comandado por el rionegrino Miguel Ángel Pichetto se ha manifestado claramente a favor del dialogo con el gobierno. Lo siguen unos 30 senadores, otros 15 aproximadamente responderían al mando del cristinismo. De esa manera se le allanó el camino al macrismo para tener los votos necesarios en el senado para seguir adelante en temas claves. Eso explica la reciente convocatoria a Extraordinarias para resolver la designación de dos miembros de la Corte.

La situación en diputados fue evolucionando en la misma dirección, aunque con variados matices: Los 35 diputados del massismo tienen compromisos con el gobierno. A ello cabe sumarles la docena y pico de legisladores que acaban de conformar el Bloque Justicialista. Esos votos sumados a los más de 90 que reúne la coalición del macrismo (Pro, más UCR y Carrió) le permiten avizorar al gobierno que logrará quórum y podrá reunir el número suficiente para aprobar las leyes que le interesan. De todas maneras el Bloque que dirige Héctor Recalde, bajo la mirada de La Cámpora, retiene –al día de hoy- más de 80 legisladores.

La ruptura producida esta semana y encabezada por Diego Bossio, cuya firma -estando a cargo del ANSES- le permitió al gobierno de Cristina destinar cuantiosos recursos de esa Caja para proyectos sociales, no es la primera y tampoco será la última. Sí, es un quiebre encabezado por un miembro calificado de la anterior administración. Antes se había retirado -conformando un bloque de 5 miembros- el volátil Darío Giustozzi, ex intendente del muy poblado distrito de Almirante Brown.

Situación del Frente para la Victoria/Partido Justicialista

Es sabido que el Frente para la Victoria (FpV) –nacionalmente- es una alianza que el peronismo constituye a los fines electorales para participar en cada uno de esos diferentes procesos. En cambio el Partido Justicialista (PJ) es –en estos tiempos- la estructura político-electoral, el aparato legal, permanente del peronismo. En los años del kirchnerismo fue privilegiada la identidad del FpV en desmedro del PJ, limitado a ser una estructura formal.

Después de estos 12 años de gobierno kirchnerista esas diferencias se han agudizado. La tradicional dirigencia peronista a la que suele reconocerse como “pejotismo” se ha refugiado en el PJ. Desde allí está dando pelea para recuperar el terreno perdido y se reivindica como la continuidad del peronismo, procurando dejar en un rol menor a los kirchneristas del FpV, que aún no saben si dar o no pelea en la próxima renovación partidaria.

En una dura reunión del Consejo Nacional del PJ, realizado esta semana, han resuelto convocar a un próximo Congreso del PJ para el 24 de febrero. Allí se definirá la fecha y características de las elecciones internas del Partido que deberán realizarse antes del 8 de mayo para evitar la acefalía del mismo. José Luis Gioja -el ex gobernador de San Juan- que aspira ser el hombre de la unidad del justicialismo se enojó con Bossio por la ruptura del Bloque, lo hizo después de haber acordado con Máximo Kirchner y Daniel Scioli que lo sostendrían como Presidente de un PJ unido. A este compromiso no todos los kirchneristas parecen estar dispuestos a cumplirlo.

La posición de los gobernadores del Justicialismo

Los gobernadores son los más interesados en mantener un buen vínculo con el gobierno nacional. Por eso no llama la atención que allí se concentren la mayoría de las fuerzas preocupadas en contribuir a la “gobernabilidad macrista”. De todos modos hay diferencias sobre los “tiempos” para hacerlo y “modos” de manifestarlo. De los 13 gobernadores del FpV a los que se podrían agregar los de Córdoba (Juan Schiaretti) y de Chubut (Mario Das Neves), solamente cinco (Salta, Chaco, La Rioja, La Pampa y Tierra del Fuego) están abiertamente comprometidos con el grupo fundador del Bloque Justicialista. El resto está expectante y espera la evolución de los acontecimientos. Solo mantiene su apoyo a Cristina, sin medias tintas, su cuñada Alicia Kirchner, gobernadora de Santa Cruz.

Volatilidad de los intendentes

Si es volátil el compromiso de los gobernadores, más aún lo es el de los Intendentes, particularmente los bonaerenses. Inmediatamente después del lanzamiento del Bloque Justicialista, unos 20 intendentes se reunieron, en Berazategui, con Máximo Kirchner, Andrés “el Cuervo” Larroque y Julio de Vido para reafirmar su reconocimiento al liderazgo de Cristina.

Ahora el mediático Intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, dice que -junto a un grupo de intendentes- se quiere reunir con Cristina. Mientras tanto cabe recordar que el mismo Insaurralde invitó a un asado, en su casa, junto a un grupo de colegas del Gran Buenos Aires, a la gobernadora María Eugenia Vidal, el pasado fin de semana.
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Addendo: Debate sobre el tema: textos de Daniel Santoro y Horacio González

La vuelta a la naturaleza o el buen salvaje neoliberal
Por Daniel Santoro

1) El actual gobierno se plantea, no tanto como un nuevo comienzo fundacional, sino más bien como una vuelta a la amable y eterna naturaleza de las cosas. Esto no podría lograrlo sin antes emprender la tarea de un desmontaje de los lugares de mayor densidad simbólica e ideológica, lugares en torno a los cuales el peronismo, y luego el kirchnerismo, produjeron y replantearon la novedosa articulación entre pueblo y nación, expresada sobre todo a lo largo de los 3 últimos gobiernos. Esta herencia simbólica se mostró en salones, monumentos, abigarrados fondos iconizados que enmarcaban las cadenas nacionales (maquetas, billetes, Eva Perón, Belgrano, Moreno, los héroes latinoamericanos, etc.), incluso afuera, por detrás de los ventanales no se dio descanso a los requerimientos escópicos, una Juana Azurduy, con su sable erecto, interpelaba a los gobernantes que se sentaban en el sillón de Rivadavia, un sillón de pronto ocupado ahora por un simpático perrito callejero, que por supuesto no tiene en su naturaleza hacer el mal. El nuevo régimen escópico cambió estas memorabilias nacionales por amistosas fotos de familia sacadas en parques y jardines, fondos de pura naturaleza, sin requerimientos, sin claves visuales a desentrañar; solo una muda y primitiva parodia danzante en el balcón de nuestros más caros discursos fundacionales bastó para que entendiéramos el nuevo paradigma, y ésta vuelta de lo natural incluye por supuesto el papel moneda, por tierra mar y aire se muestra la incontenible fuerza de la naturaleza, se exhibe un territorio a explorar, libre de cualquier prejuicio ideológico, purgado de las molestas pretensiones del que viene con opiniones propias. Ingrávidos, sin el peso de las herencias simbólicas, podremos ingresar al fin, con la naturalidad del buen salvaje, al paraíso “naturalizado” del poder global financiero.

2) Mientras tanto aquí, en nuestra tierra, los compañeros continúan tramitando el duelo de la derrota, se suceden las reuniones, las charlas informales, los intentos de alguna orgánica, se dice “algo tendríamos que hacer”, de alguna manera todo sirve para desangustiarnos, las más diversas opiniones circulan con total libertad, se duda de todo, ¿realmente hubo una voluntad de ganar? ¿Será Cristina la conducción? ¿Todo éste caos se ordenará con su vuelta al centro de la escena? ¿Será ella el factor de unidad, o precipitará las rupturas en espera?

3) Otros compañeros decidieron transitar esta etapa traumática reunidos en parques y plazas, dan pequeñas batallas asamblearias, se entregan a un desgaste inevitable y los hacen al ritmo y en el lugar que el adversario decide con su loco compas de verano, todo a contramano de los conocidos manuales de estrategia.

Es fácil advertir que la noticia más ansiada por nuestro enemigo será la de la ruptura del sistema kirchnero-peronista, la pinza metafísica ya está operando, por un lado el desmontaje simbólico naturalista y por el otro la inminente extracción del núcleo peronista que estructura al kirchenrismo, de modo tal que el kirchnerismo deshuesado pueda -cumpliendo una cruel paradoja- ser ese partido progresista que se insinúa en algunos parques metropolitanos (tan lejos de los conurbanos). Hay compañeros que sueñan el sueño del enemigo, el deseo que el kirchnerismo sea ese partido, un poco PI, un poco flácido y finamente purificado de la mugre peronista.

¿Y que de los sabrosos restos óseos del peronismo? con ellos seguramente se hará un puchero (un muleto liberal opositor), alimento nutritivo para las corporaciones.

4) Será la tarea de quienes se asuman como la conducción del conjunto de nuestro movimiento aplicar el delicado “arte de la conducción” (también entendiendo éste arte como la posibilidad de transformar la naturaleza). Sin éste complejo equilibrio que implicará renuncias, gestos de grandeza, extrema comprensión, empatía e incluso misericordia, la catástrofe que se anuncia en el horizonte será inevitable, y al menos los próximos 8 años serán, “naturalmente”, de Macri.

Naturaleza y peronismo: una respuesta a Daniel Santoro

Por Horacio González.

La estima profunda que tengo por Daniel Santoro y su obra, me inspira esta breve respuesta a su escrito, que me pareció de gran interés. Concuerdo con la descripción que hace de una de las “pinzas”, la del naturalismo contra el simbolismo. En efecto, se produce en todo el país una acción que plancha la historia, la memoria y aspectos fundamentales de la vida social. Como no hay pensamiento político sin acciones simbólicas (artísticas, lingüísticas, poéticas, etc.), podemos decir que el país en su conjunto corre un riesgo no enteramente percibido hasta hoy, cual es de quedarse pasivo ante la brutal conminación, nunca hecha de este modo antes, para sacar la rugosidad histórica que tiene todo lo que hacemos como ciudadanos, y como seres humanos.

No obstante, no concuerdo tanto con el análisis que hace Daniel de la otra “pinza”, la que querría “deshuesar” el kirchnerismo de su osatura peronista. Debido a eso, dice nuestro amigo, la actividad de ciertos compañeros renuentes al “conurbano” desearían (“soñando el sueño del enemigo”) convertir el kirchnerismo en un simple y laxo progresismo –da el ejemplo del PI- debilitando la fuerza encargada de impedir aquel desguace tan bien señalado que está produciendo el macrismo. Como Daniel llama “metafísica” a esta otra pinza, eso nos permitiría pasar por alto la pregunta sobre quién la maneja. Pero no creo que sea una pregunta que se responda, por la vía metafísica, mejor que por la vía política. No puede ser que “nadie” la maneje o que se maneje “sola”. Conociendo bien la extraordinaria obra plástica de Daniel, diría que dentro de su obra, esto sería posible. ¿Pero lo es dentro del mundo político? No lo creo. Entonces hay que responder a esa difícil pregunta, y la respuesta sería que serían los desnutridos progresistas los que quieren extirparse a sí mismos del alimento peronista, llamando entonces kirchenrismo a lo que quede luego de esa operación quirúrgica, gastronómica o antropofágica.

En el escrito de Daniel yace la misma dificultad que él resume con tanta facilidad en ese supuesto intento de quienes no tienen el gusto de conurbano y sí el placer de los parques más cercanos a sus domicilios. Ese es un prejuicio que también actúa como pinza, Daniel, tu propia pinza. En tu escrito decís primero el “peronismo y luego el kirchnerismo”. Allí hay una secuencia temporal. Luego decís “el sistema kirchnero-peronista”, convirtiendo aquella primera secuencia en un sistema. Y después, la pinza metafísica de desmontaje actuaría “sobre el núcleo peronista que estructura el kirchnerismo”. O sea, el kirchnerismo es un agregado al núcleo estructurante peronista, lo que ya es mucho menos que un sistema, y ni siquiera una secuencia, sino un ornato más o menos frágil que vino después.

Es cierto que en una simultánea mala explicación de los tiempos vividos, algunos querrían extirpar el peronismo del kirchnerismo y otros el kirchnerismo del peronismo. Ninguna de esas dos maneras de pensar me parecen adecuadas, y de una u otra forma caemos en el síndrome del “PI” o en el síndrome de “PJ”. El PI tan solo existe, como dirías vos, en la memorabilia argentina, y los macristas no harán un billete con el rostro de Oscar Alende, que ni saben que existió, con lo cual se pierden un billete con un “Bisonte” de la naturaleza prístina. El PJ, en cambio, sabemos que está en plena ebullición. Para que sea válido el “sistema” que proponés no deshacer, no creo que haya que desconfiar de las asambleas en las plazas y tantos otras formas de iniciativas autonomistas, cada vez más necesarias. Tienen ellas otro síntoma, un frentismo social imprescindible, que no anula ninguna memoria ni a los partidos existentes, cuáles sean. Es un llamado a rediscutir todas las identidades sociales y populares, sin portar pinza alguna. En cambio, en tu escrito se sobreentiende que los que empuñan ese indelicado instrumento son los “kirchneristas”, extraviados en otro tipo de naturalismo. Creo que no me equivoco al decir que tus críticas se dirigen hacia allí. ¿Pero porqué no se examina mejor para el lado de lo que llamás los “restos óseos” del peronismo? Si esos restos del Banquete, recordando a Marechal, se nos ofrecen a la vista, no sería precisamente por la abundancia de oportunidades que hubo en el inmediato pasado para revisar el peronismo y sus formaciones políticas actuales. Yo ahí tijeretearía bastante. En fin, no tengo muchas divergencias con tu escrito, muy bueno por otra parte en cuando a una meditación sobre el “arte escópico” y la política. Pero queda flotando en el aire que hay un peronismo sustancial al que no hay que tocarle nada, del cual ni siquiera podría surgir otra vez un kirchnerismo o algo que se parezca, que por supuesto, también exige balances más rigurosos. Bueno: te invito a la próxima plaza; vamos juntos. Este tema no se puede dejar sin discutir más profundamente.

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Fuente: surysur.net / febrero 6 de 2016.

Argentina: Roturas y reagrupamientos en el peronismo-kirchnerismo/ El debate

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