Colombia, ¿Iván el terrible?: Duque reiteró que corregirá los acuerdos de paz.

por Camilo Rengifo Marín /alainet.org.

Con duras críticas al país que recibe de Santos, el discurso del nuevo mandatario fue mucho más conciliatorio que el que entregó minutos antes del presidente del Senado, Ernesto Macías, del Centro Democrático (el partido que llevó a Duque al poder), en el que desplegó un “memorial de agravios” en contra de presidente saliente.

Ante miles de invitados nacionales e internacionales congregados en la Plaza de Bolívar de Bogotá, Macías se refirió a la muerte de más de 300 líderes sociales en los últimos dos años, a la “creación desordenada de agencias y programas está acrecentando la desconfianza ciudadana y la frustración de los beneficiarios de estas iniciativas”, a los errores que se han cometido en materia económica.

También criticó la expansión de los gastos y los escándalos de corrupción en la alimentación escolar, en el sistema de salud, en proyectos de infraestructura, en los abusos de la contratación directa “o en los peligrosos carteles de únicos proponentes, que han deslegitimado al Estado, malgastado escasos recursos públicos, privado a miles de ciudadanos de servicios esenciales y ameritan nuestra acción inmediata”.

Mientras, miles de opositores del gobierno de Iván Duque, manifestaron en varias zonas del país, entre ellas 36 ciudades, exigiendo que se proteja a los líderes sociales y los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

«Marchamos porque han asesinado 330 líderes populares sin respuesta efectiva del Estado. Porque han amenazado a miles de personas con sospecha de autoría de funcionarios públicos. Porque amenazan acabar con la paz construida. Porque han amenazado a la Justicia», dijo el senador y excandidato presidencial de centroizquierda Gustavo Petro, quien convocó manifestaciones en al menos 36 ciudades.

Reclamaron a Duque respetar la protesta social como un pilar justo de la democracia.
“Las organizaciones sociales vamos a estar vigilantes del actuar de este Gobierno porque el país no espera más para las urgentes transformaciones en temas de educación, salud, y reforma a la justicia”, señaló Jimmy Ramírez, dirigente del sindicato de los trabajadores de la educación del departamento de Bolívar.

Duque y sus promesas de campaña

Duque también habló sobre una de sus promesas de campaña: la modificación de parte del acuerdo de paz firmado con las Farc: “desplegaremos correctivos para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no repetición. También corregiremos fallas estructurales que se han hecho evidentes en la implementación. Las víctimas deben contar con que habrá reparación moral, material y económica por parte de sus victimarios y que no serán agredidas por la impunidad”, dijo.

Duque se refirió a la continuación de los diálogos de paz con el ELN (las negociaciones no lograron un cese bilateral de fuego) y señaló que este asunto se evaluará durante el primer mes de gobierno, tiempo en el que discutirá con la ONU, la Iglesia católica y los países que han apoyado el proceso para conocer sus posiciones.

Aunque no lo dijo directamente, Duque mostró su apoyo a la consulta anticorrupción que se llevará a cabo el próximo 26 de agosto. “Endureceremos las penas para los corruptos y les aplicaremos que no gocen de casa por cárcel ni reducción de penas, vamos a sancionar severamente a empresas, dueños y gestores que corrompan funcionarios, prohibiendo su contratación con el Estado”, anunció.

Pero las críticas de Macías terminaron opacando el discurso de unidad y reconciliación de Duque. Los detractores de Duque temen que no sea más que un títere en manos del expresidente Álvaro Urbe -sindicado por sus vínculos con el narcotráfico, el paramilitarismo y acusado de genocidio-, que defendió el “No” en el referéndum que rechazó el pacto con la FARC en 2016.

 Hoy la producción de coca alcanza niveles record, grupos armados ilegales luchan por territorios en los que el estado tiene escasa o nula presencia y una oleada de asesinatos de activistas sociales mostró que la paz sigue siendo un término relativo. Si Duque no logra llevar el Estado a las zonas rurales, hoy en manos de narcotraficantes y paramilitares, poco cambiará en Colombia, que registró al menos 260 mil muertos, 60 mil desaparecidos y más de siete millones de desplazados.

08/08/201.

(*) Camilo Rengifo Marín es economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/194590

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