Chile tóxico: clases dominantes, capital y tráfico.

Foto: Vista aérea del Ovalo de la Penitenciaría de Santiago.

Tráfico de drogas en las cárceles. Gobierno y gendarmería cómplices.

por Edgardo André/ El Topo.

En Chile. la lucha contra las drogas es solo un espectáculo con detenciones mediáticas. Lo real es que las drogas se integran en el comercio capitalista. El dinero de la droga alimenta la economía legal y permite absorber la cesantía. La venta de drogas es, sin duda, una de las empresas, capitalistas más rentables. Las ganancias se cuentan rápidamente en miles de millones. El tráfico es un negocio en constante expansión. constantemente busca nuevas áreas de inversión para aumentar sus ganancias.

El 6 de diciembre de 2017. a pocos días de las elecciones. el entonces candidato a la presidencia. Sebastián Piñera, abordó el tema de la delincuencia y la droga. que han sido los centros de sus dos campañas presidenciales. En esa ocasión. acompañado de Cecilia Morel, dijo que «se saben dónde están los narcos y dónde venden las drogas y por qué esa información no llega. porque hay debilidad», señaló Piñera criticando al gobierno de Bachelet. «Se debe luchar contra las drogas -afirmó- sin la debilidad y ambigüedad de este Gobierno. habrá tolerancia cero contra las drogas y delincuencia., Esas mismas palabras, casi textuales, las había pronunciado Piñera, el año 2010 enfrentado a su primera elección. Sin embargo, en este tema, nada ha cambiado en el país.

La fracasada y fallida guerra contra la delincuencia organizada y el narcotráfico que tenemos en Chile se sostiene en un relato que conviene desmontar y denunciar: este relato pretende hacer creer que el Estado chileno despliega enormes recursos humanos y financieros para «combatir» el tráfico de drogas. detener a sus integrantes y hacer que paguen por los delitos que cometieron.

Pero este relato es falso.

En Chile. la lucha contra las drogas es solo un espectáculo con detenciones mediáticas. Lo real es que las drogas se integran en el comercio capitalista. El dinero de la droga alimenta la economía legal y permite absorber la cesantía. La venta de drogas es, sin duda, una de las empresas, capitalistas más rentables. Las ganancias se cuentan rápidamente en miles de millones. El tráfico es un negocio en constante expansión. constantemente busca nuevas áreas de inversión para aumentar sus ganancias. Como resultado, cada vez se amplía más el mercado de la droga.

El Ministro de Justicia Hernán Larrain presenta a la nueva Directora de Gendarmería Claudia Bendeck Inostroza (04-04- 2018).

Los trágicos acontecimientos de las poblaciones y barrios donde los vendedores de drogas son por todos conocidos se mantienen inmutable en el tiempo. en tanto que la actividad del tráfico de drogas gangrena el tejido social reproduciendo un capitalismo paralelo que es solo un espejo invertido de la sociedad capitalista en la que vivimos.

Con el tiempo. se ha creado una verdadera economía paralela. Sin embargo. es importante señalar que nadie pone un pie en este negocio de buena gana: el mercado de las drogas, suele ser, para muchos, la única forma de salir de la pobreza. Como en cualquier comercio legal o prohibido. si los vendedores prosperan. es porque el mercado existe con más) más consumidores. En este caso. son las personas quienes. a través ele senderos individuales sinuosos. fueron conducidos al consumo ele drogas. Es la explosión ele adicción en el consumo ele estas sustancias la que permite mantener y ampliar el mercado.

La pasta base, es un desecho de droga altamente letal. Es la droga de los pobres. Es muy económica, fácil de conseguir y rápidamente adictiva. Los precios bajos en el mercado facilitan el consumo masivo. Es una droga estimulante que se fuma sola o acompañada ele otras sustancias en pipa o cigarro. Su uso genera una rápida dependencia, la cual se caracteriza por provocar un síndrome de abstinencia intenso al suspenderla. caracterizado por mucha ansiedad (angustia») y dolores abdominales («retorcijones»).

Produce diferentes daños en el cuerpo producto del efecto directo de la droga. como por los elementos químicos utilizados para su elaboración (parafinas, bencinas, etc.) y/o para su adulteración. «cortar la droga» (cal, tiza, etc.) y/o por la vía en que se utiliza (daño pulmonar).

Algunos efectos y daños producidos por la pasta base son: adelgazamiento, síndrome de mala absorción intestinal (diarreas), deterioro mental tanto por el depósito de productos químicos, como por infartos y/o hemorragias cerebrales, problemas pulmonares (bronquitis crónica. asma. granulomas pulmonares), etc.

Las consecuencias del excesivo consumo en los adictos. produce una alteración a nivel de la neurotransmisión cerebral con posibilidades ele presentar convulsiones, disfunciones cardíacas y pulmonares, síntomas psicóticos (alucinaciones) que pueden ser visuales, auditivas, olfatorias o cutáneas, excitación psicomotriz, ideas paranoides, distorsión de la realidad. acciones compulsivas.

La cárcel y la droga

Donde queda demostrado la complicidad entre el tráfico de drogas (fundamentalmente de pasta base y fármacos) tanto con el (los) gobierno como con gendarmería, es en el sistema penitenciario chileno. Esta complicidad tiene un único objetivo comprensible: mantener a gran parte ele la población penal embrutecida y anestesiada por la droga. Es decir, se trata de una política criminal.

Día a día son centenares de «pelotas” de droga que son lanzadas por sobre los muros en todas las cárceles de Chile. Los que las lanzan se llaman «peloteros», por lo general, ellos mismos consumidores. Y esto bajo el total conocimiento del gobierno y gendarmería.

Es más, el año 2014 Chilevisión realizó un reportaje dando a conocer esta situación. En esa fecha el Director Regional Metropolitano de gendarmería. coronel Carlos Muñoz Saavedra, declaró que: «Está visto un proyecto de aquí al año siguiente ele poder hacer algunas mejoras estructurales para poder evitar el ingreso de estos lanzamientos al interior de las unidades» (Chilevisión 27/10/2014). Agregó que se haría una investigación interna de quién recibe la droga y por qué los centinelas no dieron aviso oportuno.

En la actualidad, a cuatro años de estas declaraciones, el flujo de droga hacia la cárcel sigue igual. Estamos hablando de una población penal de 50.000 prisioneros que en su inmensa mayoría son consumidores. De día y de noche bajo la mirada de los centinelas que están en las torreras alrededor de las cárceles, centenares de pelotazos cruzan por los muros y aterrizan en los diferentes módulos de las prisiones.

El procedimiento es sencillo y es una actividad diaria en las cárceles. Los presos llaman por celular a alguno de los «peloteros». Estos cobran entre $20.000 a $30.000 pesos por tiro. Algunas veces la droga no llega y se pierde en los techos. Otras se les paga a los gendarmes para que miren para otro lado. Eso se llama «comprar la cancha». En los hechos una gran parte de los gendarmes se aprovechan de esta situación y lucran a costa de la adicción ele los presos. El lanzamiento de celulares va a la par con el lanzamiento de droga, pues sin comunicación directa (estar «en línea» para el lanzamiento de la droga) el tráfico se complica. Los mismos celulares se convierten en un instrumento de ganancia para los gendarmes. Hacen un allanamiento en un módulo, confiscan los celulares y luego los venden en otro módulo. El precio de cada uno está alrededor de los 100.000 pesos.

El tráfico está indisolublemente ligado a la propiedad privada. Sus grandes zares son los que tienen cuentas privadas en los bancos privados, que tienen empresas legítimas para transformar el dinero del tráfico, que tienen a su disposición automóviles, barcos y aviones privados. Esa es la razón por la cual prosperaron los carteles en Colombia, México y en los Estados Unidos. La revolución cubana y Fidel Castro los tenía en la cárcel, pero cuando los envió a Miami con los otros refugiados cubanos, vía Puerto Mariel, se incorporaron de inmediato al hampa de Florida y de Nueva York y amasaron grandes fortunas que nunca hubieran soñado siquiera en la isla socialista. El narcotráfico no solo baila al son que le toca el capitalismo, sino que, en sí mismo, es una empresa capitalista y solo podrá ser erradicada con la operación quirúrgica de la revolución.

 

Fuente: El Topo. Revista de información política y análisis, Año3, agosto 2018, Nro. 26.

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