Chile vendido: Investigación analiza cómo el TPP11 entregará soberanía a empresas transnacionales.

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Desde los años 90, Chile es el país que más tratados de libre comercio ha firmado. “Actualmente posee un total de 24 acuerdos de libre comercio con más de 60 países del mundo y hasta ahora hemos reflexionado muy poco sobre los afectados por estos acuerdos”, señala el investigador Carlos Figueroa, autor del estudio.

A raíz de la tramitación en el Congreso Nacional del Tratado Trans Pacífico (TPP)), la discusión sobre los beneficios y perjuicios del libre comercio se ha tornado cada día más agria. Quienes cuestionan al TPP11 argumentan que este tipo de acuerdos entrega soberanía a las grandes empresas trasnacionales, mientras que los defensores apuntan a los beneficios económicos que este tratado traería para el país.

Y es que, desde los años 90, Chile es el país que más tratados de libre comercio ha firmado. “Actualmente posee un total de 24 acuerdos de libre comercio con más de 60 países del mundo y hasta ahora hemos reflexionado muy poco sobre los afectados por estos acuerdos”, señala el investigador Carlos Figueroa, autor del estudio.

Con el objetivo de generar una visión amplia y propositiva al respecto, el investigador elaboró un informe que profundiza en las consecuencias sociales, en derechos humanos, medioambientales y monetarias que estos acuerdos han significado para los chilenos y chilenas. “Esta investigación aborda los problemas que traen este tipo de acuerdos y fórmula propuestas para solucionar esos problemas” aclara Figueroa, y agrega que “las soluciones van en la vía de no seguir aprobando tratados como el TPP11 y aprobando acuerdos sin que estos tengan un proceso democrático y contenidos que beneficien al conjunto de la población”.

La investigación profundiza, entre otros, en los problemas que traen este nuevo tipo de acuerdos que Chile está firmando para los pueblos indígenas, para los derechos digitales e, incluso, para la salud de la población. “No hay nada en el TPP11 o en el acuerdo con la Unión Europea que vaya en la vía de potenciar la salud de los chilenos y chilenas. Muy por el contrario, muchas veces abren puertas para que las grandes trasnacionales salgan beneficiadas y esto es algo que podríamos terminar pagando todos y todas”, aclara.

Para explicar este tipo de consecuencias, el investigador también explicó por qué son las empresas transnacionales las que podrían salir beneficiadas. “Si el día de mañana, por ejemplo, decidimos cambiar nuestro sistema de pensiones, una empresa transnacional como AFP Cuprum y Provida, de capitales estadounidenses, podría demandar a Chile por cambiar las reglas del juego, impedir que cambiemos la ley o apostar a una gigantesca indemnización por algo que soberanamente decide el pueblo de Chile”. En ese sentido, explica Figueroa, “tratados como el TPP11 o de la Unión Europea le entregarán la soberanía que tiene Chile a estas empresas, quienes tendrán el poder para evitar que cambiemos nuestras políticas sociales o ambientales”.

Es por ello que el documento aporta propuestas que puedan ayudar a enriquecer el debate. Estas abarcan desde el ámbito supranacional, pasando por cambios constitucionales que le dan mayor poder al Congreso y la sociedad civil en las negociaciones, hasta fondos que permitan paliar las consecuencias de la globalización para los pequeños emprendedores afectados por el comercio.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2019/04/02/investigacion-analiza-como-el-tpp11-entregara-soberania-a-empresas-transnacionales/


Rechazar el TPP11: salvar la magia del sur.

por Hassan Akram /El Mostrador.

Rechazar el TPP11: salvar la magia del sur

El Gobierno alega que muchos países usan el arbitraje y rechazarlo deja a Chile al mismo lado que Trump. Pero son las organizaciones multilaterales más criticadas por el gobernante estadounidense, como las Naciones Unidas (específicamente la UNCTAD) y la Unión Europea, las que están promoviendo alternativas al arbitraje ad hoc (como una corte permanente de inversiones), porque reconocen su sesgo antidesarrollo. Entonces, rechazar el TPP11 no es propio de los proteccionistas pro Trump, sino de los sectores que promuevan la creación de instituciones multilaterales más amplias, que impulsen un crecimiento más sustentable en términos económicos, sociales y ambientales.

El compromiso de las bancadas PS, PPD, parte de la DC y de algunos diputados de la derecha, de votar en contra del TPP11 (Tratado de Libre Comercio Transpacífico) tomó por sorpresa al Gobierno. Frente a este rechazo transversal, el Ejecutivo teme terminar con la más alta votación en contra de un tratado de libre comercio en la historia chilena.

Así, el lobby pro tratado se está intensificando. Por ejemplo, ‎Rodrigo Yáñez, director general de Relaciones Económicas Internacionales, critica el rechazo al tratado como resultado de una serie de “mitos” de gente que tiene “una posición política en contra del libre comercio”. Además, el ex canciller Heraldo Muñoz sostiene que “nada en el TPP11 limita la soberanía nacional para establecer regulaciones”. Finalmente, el ex ministro José Antonio Viera-Gallo va un paso más allá, comparando el potencial rechazo de Chile al área de libre comercio transpacífico con el bullido y traumático rechazo de Inglaterra a la Unión Europea (Brexit). Estas afirmaciones malinterpretan los argumentos contra el TPP11 y carecen de fundamentos.

Rechazar el tratado no implica rechazar el libre comercio (como incluso reconocen premios Nobel como Krugman y Stiglitz quienes también han criticado al TPP). La misma Direcon reconoce que “el cambio arancelario [del tratado] tiene impactos muy poco relevantes sobre la economía”, debido a que ya existen acuerdos con todos los demás integrantes del TPP11.

Así, sin este tratado, las exportaciones chilenas no quedan fuera de los mercados internacionales como podría pasar con Brexit. De hecho, el argumento contra el TPP11 no es un rechazo al modelo exportador chileno sino una crítica a las limitaciones que pone el tratado a políticas pro desarrollo que busquen generar exportaciones más complejas y de mayor valor agregado. Más que estar en contra del comercio, los críticos del TPP11 buscamos una forma más eficaz de tener más y mejor comercio

Por otra parte, no es ningún “mito” que el arbitraje internacional, que permite a las transnacionales demandar a los Estados por políticas que reducen sus utilidades, restrinja la soberanía regulatoria. El TPP11 supuestamente garantiza el “derecho a regular en beneficio del interés público” que menciona Heraldo Muñoz. Sin embargo, serán árbitros extranjeros elegidos ad hoc quienes fallarán si una determinada política pública es una respuesta ‘proporcional’ a la necesidad regulatoria existente. Estudios que han analizado la mayor cantidad de casos de este tipo de arbitraje, han demostrado que estos árbitros están sesgados y en general fallan a favor de los estados solo 27,5% de las veces. Esto ha generado el muy estudiado efecto de “congelamiento regulatorio”, donde los estados dejan de implementar políticas públicas por temor a este tipo de tribunales.

Es cierto que Chile es parte del arbitraje internacional desde los noventa, pero el TPP11 extiende su ámbito. Al definir las situaciones donde una regulación pública puede ser motivo de una demanda, el tratado incluye el concepto de la interferencia con “las expectativas razonables de ganancias” (que no está en muchos de los tratados existentes). Así, el TPP11 entrega más justificaciones a las empresas de más países para demandar a Chile. Un ejemplo de lo que podría pasar sería lo que vivió Alemania con demandas que obligaron a la eliminación de medidas de regulación ambiental.

En el caso de Chile, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) ya recibió la denuncia de las transnacionales contra Colún por “competencia desleal”, producto del mejor trato tributario que recibe este último por ser cooperativa. Con el TPP11 este cuestionamiento podría llegar al arbitraje internacional, lo que pondría en riesgo a la industria lechera nacional.

Por último, el Gobierno alega que muchos países usan el arbitraje, y rechazarlo deja a Chile al mismo lado que Trump. Pero son las organizaciones multilaterales más criticadas por el gobernante estadounidense, como las Naciones Unidas (específicamente la UNCTAD) y la Unión Europea, las que están promoviendo alternativas al arbitraje ad hoc (como una corte permanente de inversiones), porque reconocen su sesgo antidesarrollo. Entonces, rechazar el TPP11 no es propio de los proteccionistas pro Trump, sino de los sectores que promuevan la creación de instituciones multilaterales más amplias, que impulsen un crecimiento más sustentable en términos económicos, sociales y ambientales.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/destacado/2019/04/02/rechazar-el-tpp11-salvar-la-magia-del-sur/

 

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