EE.UU: Dimensiones y proyecciones de la revuelta antirracista.

Ser agua, iniciar incendios: mensaje de la rebelión en Minneapolis.

Anónimo.

Con el crédito de «Duncan y otros», gente lectora de Artillería Inmanente nos envía su traducción de la siguiente entrevista con unx participante anónimx de la rebelión de George Floyd en Minneapolis, la cual fue realizada el 1 de junio de 2020 por el sitio web francés lundimatin y publicada integralmente por el sitio web estadounidense Ill Will Editions. Si bien la situación se desarrolló considerablemente en aquellos días, con un severo aumento de la vigilancia policial contrainsurgente desde el interior y el exterior del movimiento, los temas abordados en la entrevista le permiten hablar más allá de la inmediatez de su momento en el tiempo.

Hemos recibido malas noticias luego de más malas noticias: los muertos son muchos más en los Estados Unidos que en otros países; un presidente megalómano incitaba a los ciudadanos a inyectarse lavandina; milicias exigían la reapertura de los negocios e invadían las casas de los gobiernos estatales con impunidad; casi nadie se resistió. Y después vino la chispa: el asesinato cruel de George Floyd. ¿Estás sorprendidx? ¿Cómo explicás la sublevación?

Sí, de alguna manera la sublevación fue completamente inesperada. Después de los movimientos revolucionarios alrededor del mundo durante 2019, personalmente temía que la pandemia nos lanzara a una nueva época oscura. Pero, justo cuando todos habíamos perdido la esperanza, los Estados Unidos demostraron al mundo que nada está terminado. Hay también muchas razones claras que explican por qué ha pasado en esta manera. Para empezar, a causa de la pandemia de COVID-19 y las medidas de cuarentena, la gente está conectada a Internet más que nunca. Entonces, el video del asesinato de George Floyd pudo difundirse de una manera más rápida y en una escala más grande de lo usual y es lo mismo con las noticias de las manifestaciones que se prepararon. Los meses de deprivación de contacto social y la experiencia de las masas también contribuían claramente al carácter impredecible de la sublevación. Pienso que la gente está verdaderamente agotada de la pandemia, pero aún más de los siglos del racismo institucional y la opresión desenfrenada contra los negros. La gente ha protestado pidiendo justicia durante años y no ha llegado a ninguna parte. No nos debe sorprender que eventualmente, la gente abandonó la súplica y comenzó a luchar.

Cuéntanos tus sentimientos, ¿cómo pasó el día? ¿Cómo se construyó (o no se construyó) la inteligencia colectiva? ¿Qué decía, o no decía, la gente sobre la sublevación? ¿Qué tipo de afirmaciones se hacen? ¿Existen algunas variaciones locales? ¿Qué clase de cosas pasaron?

No estoy completamente segurx de que la gente fuera de la región entienda la escala de lo que pasó. Ya en el primer día, el levantamiento recorría dos millas, entre donde se asesinó a George Floyd (38th y Chicago) y la comisaría tercera de Minneapolis (Lake y Hiawatha). Múltiples multitudes se trasladaron entre estos dos lugares, frecuentemente con cero interferencia policial de cualquier tipo. Los conflictos se enfocaban alrededor de la comisaría tercera, pero las cosas se volvían incontrolables en el área lindera también. Cuando había llegado el fin del segundo día, motines y saqueos se habían extendido por millas en prácticamente todas las direcciones. Mientras la policía no podía avanzar más lejos que el área inmediatamente delante de la comisaría, las masas deambulaban en direcciones diferentes, entrando en negocios, escribiendo grafitis, provocando incendios. Algunas personas conducían hasta barrios diferentes para saquear tiendas en grupos pequeños.

En el tercer día, multitudes espontáneas empezaron a saquear negocios en Saint Paul (la ciudad gemela de Minneapolis) y, más tarde en la noche, mientras la policía era forzada a abandonar su comisaría, otros grupos saqueaban por toda la ciudad. Cuando los refuerzos de otros cuerpos policiales y la guardia nacional llegaron esa noche, retomaron la zona alrededor de la comisaría tercera. El próximo día, con poca instigación, las multitudes comenzaron a reunirse cerca de la quinta comisaría, casi dos millas más adelante por Lake Street. Otra vez, las masas vagaban por la zona entera, y la policía sólo podía defender el área que rodea la comisaría de forma inmediata.

Todo esto es sólo para ilustrar que no había un límite espacial para lo que ocurría, pasaba en todas partes dentro de las dos ciudades y más allá. Había una increíble inteligencia colectiva para contener a la policía en las comisarías y simultáneamente distribuirse por el distrito, negándose a ser contenidos.

Si querés saber la cosa más increíble que he visto, fue una persona que manejaba una camioneta postal robada a toda velocidad contra las barricadas al frente de la comisaría abandonada, antes de prenderla en llamas. Después, vimos gente saliendo de los bancos con cajas fuertes y bolsas de dinero.

También hay una historia de jóvenes en autos rápidos saqueando múltiples negocios de diamantes en Union Square en San Francisco la noche del viernes. La policía los perseguía, pero no podía atraparlos. La gente viaja de todas partes para ir de compras en ese distrito. Somos testigos de la redistribución más grande de riqueza hacia abajo en la historia moderna de los Estados Unidos. Pienso que eso es bastante maravilloso.

La sublevación que siguió la ejecución de George Floyd ha sido de alcance nacional, aun global, y la gente en muchos países está monitoreando la situación. No es sorprendente que las manifestaciones hayan tomado lugar en todos los Estados Unidos, pero parece que la intensidad y la determinación de los manifestantes en otros pueblos han sido comparables a los de Minneapolis. ¿Por qué? ¿Es esto un movimiento de las grandes ciudades? ¿O es un movimiento del campo también?

Es absolutamente increíble que la gente en otras ciudades se esté uniendo al levantamiento y que hayan tomado un carácter tan militante en todas partes. Además, no se limita a las grandes ciudades: Minneapolis misma no es una ciudad tan grande, como Nueva York o Chicago. No sólo se han levantado muchas otras ciudades grandes y medianas, sino que motines han estallado en pueblos más pequeños en todas partes. Tanto está pasando localmente que es difícil para nosotros en Minnesota podamos seguir lo que está pasando en otros lugares.

Es difícil decir por qué ha alcanzado un nivel de intensidad tan elevado en otras ciudades también. ¿Porque todos están hartos de la violencia policial en todas partes? ¿Porque todos quieren volver a estar en una multitud de gente de nuevo? ¿Porque todos están mirando sus celulares y pueden ver qué fácil es compeler a la policía a retirarse? Probablemente exista algún análisis marxista que señale el nivel masivo de desempleo alcanzado a causa de la pandemia y el aumento de precariedad a la que eso llevó. Esto ciertamente es un elemento también.

Es difícil decir si el movimiento llegará al campo. Hay ejemplos importantes de acciones en pequeños pueblos como Fayetteville, Carolina del Norte, donde se incendió una vieja casa de subastas de esclavos. Las ciudades arden porque, especialmente después de la pandemia, la gente sabe lo hostiles que son estos lugares. Es difícil decir cómo la contrarrevolución reformulará la ciudad. La policía ha fallado en imponer toques de queda, los cuales eran regulares durante la pandemia. Por otro lado, la policía de Minneapolis ya ha anunciado el «seguimiento de contactos» desarrollado durante la cuarentena para vigilar y reprimir a los manifestantes. Podemos esperar que proceda una ola de represión sin precedentes.

¿Encuentran inspiración en algún otro contexto, como Hong Kong, los chalecos amarillos, u otro ejemplo? ¿Existe una circulación de ideas y experiencias?

La sublevación en Hong Kong parece haber tenido un impacto importante acá, junto con la experiencia general de agitación mundial de los años anteriores. La gente ha difundido consejos sobre cómo extinguir el gas lacrimógeno que se probaron en Hong Kong, han usado la estrategia de «ser agua» para evitar ser concentrados en un lugar y han usado láseres para cegar a la policía y forzar a los helicópteros a retirarse.

Las Ciudades Gemelas han visto algunos levantamientos más pequeños en contra de los asesinatos policiales antes también. En 2015 en el norte de Minneapolis y en 2016 en Saint Paul. Las tácticas que se exploraron por primera vez durante esos momentos, el más notable siendo el asedio de la policía dentro de su comisaría en 2015, se han vuelto el sentido común. Esto, junto con la inteligencia táctica general que se difundía por el mundo durante 2019, ayuda a definir la sensibilidad estratégica de la sublevación.

Incluso diría que, en un nivel táctico, la inteligencia que se está construyendo ha sintetizado el «ser agua» con algunos elementos adicionales importantes, como el uso de autos, armas y los incendios intencionales. Los saqueos extendidos y descentralizados que ocurrían por todo Minneapolis y Saint Paul, gran parte de los cuales fueron hechos por grupos de personas en carros, forzó a la policía a difundir sus fuerzas en cada dirección. Así, la gente saquearía y destruiría negocios como Target y Walgreens para luego movilizarse hacia otra área. En respuesta, la policía tenía que posicionar a sus oficiales fuera de negocios saqueados como Taco Bell o Target para protegerlos de los incendios, y esto significaba que no había suficientes policías para proteger la comisaría tercera (la cual se incendió). Las tácticas son bastante simples: saquear e incendiar tantos negocios como sea posible. La policía pasaba tanto tiempo buscando incendios que los manifestantes la agobiaron. Entonces la policía se posicionaba en el techo de su comisaría y sólo se podía defender con el gas lacrimógeno. Cuando se les acabó el gas, tuvieron que huir del edificio, asustados por un ataque posible. Después, los manifestantes saquearon la comisaría y la incendiaron.

Las multitudes en Minneapolis eran particularmente jóvenes, aunque había mucho apoyo de gente mayor también. De hecho, es interesante ver cómo los motines funcionaron sin una unidad estricta, cómo tantas personas se apoyaban aun si entre ellos no estaban de acuerdo en todo.

¿Quién está organizando las manifestaciones que se desarrollan actualmente en las ciudades estadounidenses más importantes? ¿Cómo ocurren? ¿Se organizan redes existentes de militantes, o son principalmente espontáneas?

En Minneapolis, casi no ha habido ninguna manifestación organizada. El primer día se organizó por coaliciones de grupos izquierdistas, pero ellos no lideraron nada en absoluto. Muchas personas en las marchas organizadas por grupos izquierdistas trataban de doxear a la gente que estaba haciendo algo subversivo en las marchas, por lo que pienso que la mayoría de la gente no se sentía segura en las «manifestaciones pacíficas». Aparte de estas demostraciones poco importantes, la gente sabía que podía ir a la comisaría tercera y encontrar una masa de personas. Aunque es posible que algunas personas anunciaran esta o aquella «manifestación», nuestra sensación es que las multitudes que importaban de verdad eran primariamente espontáneas y no respondían a la organización de ningún grupo izquierdista. Imagino que, en la mayoría de las ciudades, algunas manifestaciones se originaron en las llamadas de grupos de militantes izquierdistas, pero el descontento los dejaba atrás. La izquierda ya ha comenzado a canibalizar la insurrección y a hacerla una nueva campaña reformista, pero es claro que esto no funcionará muy bien.

¿Podrías contarnos sobre la atmosfera durante las manifestaciones y los motines, tanto en términos de composición como en términos emocionales? Acá en Francia escuchamos que los disturbios son bien diversos y este hecho ha ayudado a la policía y a muchos políticos a echarles la culpa a los «infiltrados» blancos. Escuchábamos que la gente se motivó por la pena y la ira. ¿Son éstas las principales emociones que motivan a la gente a salir a la calle?

La sublevación ha tenido un carácter muy diverso. Ha sido multirracial, lo cual refleja al barrio del sur de Minneapolis sobre el cual se centró. Fue sólo después de los primeros cuatro días, cuando el gobierno comenzó a decir que supremacistas blancos provocaron la violencia, que la paranoia comenzó a difundirse entre las multitudes. La idea de que los infiltrados blancos son responsables por la violencia es un viejo ardid racista, y afortunadamente no ha resultado muy efectivo hasta ahora.

Emocionalmente, sí, la pena y la ira de una magnitud sin paralelos son las motivaciones impulsoras del levantamiento. Pero cuando la policía es expulsada y la gente está saqueando abiertamente y construyendo barricadas, existe una atmósfera alegre y festiva también. No veo esto como una contradicción; la gente siente enojo con aquellos que les oprimen, pero sienten también, quizás por primera vez, el poder de actuar en conjunto con miles de personas.

Nunca olvidaré las personas que encontré en torno a la gran hoguera que fue la comisaría tercera la noche de jueves en Minneapolis. Todos sonreían y compartían los bienes saqueados, bailando y relajándose, porque no había ningún policía a la vista. Si alguna vez has leído la novela Dhalgren de Samuel Delany, te podés imaginar cómo era. Manzanas enteras ardían mientras la gente buscaba entre las ruinas de edificios robados, disparaba proyectiles y láseres al cielo, encontraba a nuevas personas y bailaba: es un tipo de amor especialmente estadounidense.

Incluso si es difícil generalizar, más allá del contexto inmediato, ¿cuál es el objetivo del movimiento? ¿El racismo, la violencia policial, el trumpismo…?

Este movimiento es el análogo contemporáneo de la insurrección de Nat Turner en el siglo XIX. En Estados Unidos, la revolución nunca va a comenzar por la austeridad, por la salud gratuita o por el «comunismo». Lo que estamos viendo en las calles de Minneapolis y a través de todo el país es una insurrección armada contra la clase poseedora de propiedad y esclavos. Caminando por las calles con manzanas enteras ardiendo, podés escuchar a gente diciendo cosas como «500 años, 500 años» (en referencia al comienzo del comercio esclavista transatlántico). Ésta es una insurrección contra los aparatos de racialización. Entonces el horizonte es mucho más grande que la reforma y la «justicia», y creo que es realmente importante enfatizarlo, y algo que parecería separarlo de movimientos previos de Black Lives Matter. Por supuesto, muchas personas están diciendo que quieren a los policías convictos por asesinato, y eso está bien, porque es algo casi imposible de demandar. Pero todo el mundo en las calles sigue diciendo la misma consigna: «Quémenlo todo, explótenlo todo». Nadie espera nada de las instituciones de gobierno. Cuando la gente resiste acá, recuerdan los últimos 500 años de genocidio y esclavitud, pero también los 500 años de resistencia.

En términos de demandas, ¿es razonable contemplar una respuesta política a estos eventos? Después de seis años de BLM y dos mandatos de Obama, la situación apenas ha cambiado. Y la siguiente elección presidencial claramente no está ofreciendo nuevas esperanzas de cambio. ¿Qué se puede esperar? ¿El movimiento está abriendo nuevos horizontes o está motorizado por la venganza?

Ahora mismo los medios de comunicación van a decir que el ciclo se concentra en la venganza; y definitivamente lo hace. Pero hay muchos ejemplos prometedores de horizontes positivos estableciéndose. Primero y sobre todo, la gente está estableciendo carpas de apoyo mutuo por las calles para redistribuir agua y aperitivos saqueados, y siempre hubo mucha leche saqueada que la gente pudo usar para limpiarse el gas de los ojos. Hay médicos por todos lados y están constantemente ayudando a la gente herida. Esto está muy extendido, pero por supuesto que los medios nunca van a mostrarlo.

Con respecto a sus horizontes positivos, se nos dijo que las escuelas abrirían a las personas que fueron atrapadas por la policía en Chicago anoche. En Minneapolis, algunas personas tomaron un hotel y mudaron a 150 personas sin hogar ahí.

Ésta es la primera vez en la historia moderna de los Estados Unidos que un precinto policial ha sido capturado, destruido, saqueado y quemado. Ahora existe una posibilidad real y concreta de forzar departamentos policiales a rendirse: esto es algo nuevo. Las vallas que rodean la Casa Blanca fueron traspasadas la misma noche, lo cual es igualmente algo sin precedentes. No sabemos qué vendrá después, es realmente difícil de predecir.

Las revoluciones en el siglo XX, inspiradas por la Revolución rusa siempre imaginaron el proceso tomando lugar mediante el asedio de las oficinas de gobierno, luego de lo cual una dictadura de aquellos previamente excluidos tomaría lugar, lo cual instalaría una nueva sociedad en donde estaba la antigua. Hoy debe admitirse que simplemente no poseemos ninguna imagen de qué forma de «sociedad» reemplazará a la actual, si alguna en absoluto. Quizás simplemente ya no es como funciona el poder en estos días. Como nuestros primos franceses escribieron luego de la elección de Trump: «Quizás lo que estamos viendo es una gradual pero infinita fragmentación del territorio nacional, un fin de los Estados Unidos de América, donde a la multiplicación de las milicias respondería al fin la multiplicación de las comunas». ¿Somos nosotros los nuevos estadounidenses? Quién sabe. Quizá estas masas quemarán todo y continuarán donde otros abandonaron hace un siglo y medio, luchando contra la invasión colonial y la esclavitud.

¿Cuál ha sido el rol de BLM desde su creación y qué papel tiene en el movimiento? Es difícil, desde donde estamos (en Francia) denotar si es una consigna, una red o una organización política completamente desarrollada. ¿Deberíamos pensar en el movimiento y sus innovaciones (hasta ahora sobre todo en el arte de la destrucción) como una crítica a los fracasos de BLM, o más como una continuación de BLM?

Black Lives Matter es básicamente las tres cosas y la última (la organización) se beneficia de confundirse con la primera (la consigna), ya que esencialmente le permite a la organización hablar por sí misma y ser tratada al mismo tiempo como si hablaran por el movimiento entero. En las Ciudades Gemelas ya no hay rama de Black Lives Matter, lo cual hace que lidiar con el problema sea un poco más fácil.

Dicho esto, mucha gente parece haber abandonado honestamente la demanda de justicia desde el Estado, prefiriendo en cambio luchar con la policía directamente. Black Lives Matter, como organización, buscaron muy seguido canalizar esta ira y determinación de nuevo a los llamados de reforma y justicia, como vemos en la demanda de «perseguir penalmente a los oficiales». Hay sólo una minoría de personas que demanda acciones como ésas a este punto, lo cual puede ser llamado como una respuesta al fracaso del Black Lives Matter formal. Pero este fracaso quizás sea el que permite que «Black Lives Matter» como consigna sea puesto en contacto con toda su potencia.

Como hemos visto, el movimiento es muy diverso: desde jóvenes que son suficientemente respetables para aparecer en televisión o deportistas famosos, hasta la juventud saqueadora. ¿Hay disenso? Si es así, ¿lo hay con respecto a las formas de actuar? ¿Hay ya líderes y organizaciones intentando canalizar la ira colectiva?

Por supuesto que hay disenso, pero eso es lo que le da al movimiento su poder. Los hongkoneses tienen esta consigna: «cada uno a su manera, subimos la montaña juntos», lo que enfatiza cómo el pueblo puede disentir y aun así unirse para formar una fuerza coherente. Creo que éste es el reflejo de algo que todavía necesita desarrollarse dentro del movimiento: el sentimiento de que no tenemos que acordar o llegar a un consenso para componer un movimiento revolucionario. Creo que la gente va a entender esto tarde o temprano, pero el proceso no será lindo. Hay mucha confianza que aún necesita ser construida. Este país se funda en la antinegritud, y es una larga deuda que los blancos comiencen a tomar riesgos muy serios para proteger a nuestrxs hermanxs negrxs y morenxs. Eso significa hacer mucho más que protestar. Tenemos que crear una infraestructura real para permitir que las personas sobrevivan al fin de este mundo, ya que lo que estamos viendo en las calles de Minneapolis es claramente el comienzo de un mundo completamente nuevo.

Tantas personas se sienten abandonadas y solas. En los Estados Unidos, el nivel de mortalidad de COVID-19 es desproporcionadamente más alto para las comunidades no-blancas, como era con la esperanza de vida antes de la pandemia. ¿Hay una forma de nihilismo tras los actos de destrucción, especialmente entre los jóvenes?

«Nihilismo» es una palabra engañosa. Tal vez el nihilismo es su método, pero cualquier persona que ha visto a esta gente sabe que ellos llevan la libertad en sus corazones. Quizás hay una forma de «desesperación», la cual conviene a una generación «sin futuro». Parece casi imposible imaginar una revolución en los Estados Unidos, pero, por otra parte, no llamaría nihilistas a las personas que lo incendian todo. Son nuestra única esperanza ahora; sin los jóvenes que responden a los disparos de la policía, el verdadero horizonte de posibilidad colectiva se cerraría para todos nosotros. Sin los incendiarios y los saqueadores, no lograríamos nada.

Al mismo tiempo, es una clave que encontremos maneras de asegurar que este movimiento no se transforme en un conflicto armado simétrico con el Estado, pero pienso que mucha gente lo sabe. La gente ha luchado en contra de los cerdos fascistas por 500 años; hay un conocimiento profundo de resistencia en los Estados Unidos y pienso que en momentos como éstos vemos justamente lo inteligentes e ingeniosos que los estadounidenses verdaderamente son.

Nadie pensaba que podíamos parar esta mierda, pero nosotros somos muchos y la policía no nos puede parar. Trump no puede pararlo, la izquierda no puede pararlo. Todo el dolor, todo el trauma, toda la pena está justo acá. Hemos doblegado a este país. Cuando prenden las llamas en la Casa Blanca, significa que la idea de la revolución se ha vuelto real otra vez. Esto es sólo el comienzo.

Fuente: https://artilleriainmanente.noblogs.org/?p=1758

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