Pisagua: 46 años después invalidan sentencia de Consejo de Guerra a tres «Prigue».

Corte Suprema establece inocencia para tres ex prioneros de guerra condenados en Pisagua.

por Edición Cero/Iquique.

El dictamen marca un hito, porque es primera vez en Tarapacá que un fallo favorece a personas que no fueron ejecutadas tras los Consejos de Guerra, recibiendo distintas penas.

Increíble. Cuarentaiséis años después de haber sido condenados por un Consejo de Guerra, tres ex prisioneros políticos de Pisagua, lograron que las sentencias que se dictaron en su contra y que les generó relegación y presidio, fueran invalidadas por la Corte Suprema. De esta forma, el tribunal absuelve a los afectados y declara que son inocentes de los cargos que se le imputaron tras el golpe de estado y su presidio en el ex Campo de Concentración de Pisagua.

La causa en representación de los expresos políticos la llevaron los abogados Nelson Caucoto y Francisco Ugás, logrando el resultado señalado, que después de más de 4 décanas y media, restablece la honorabilidad de estas personas. Se trata del periodista Luis Alberto Caucoto Ortega,  Pedro Segundo Aguilera Sanquea, orientador familiar y actualmente sancionado; y finalmente Alberto Orlando Viveros Madariaga, ya fallecido y representado por su esposa Patricia.

En la imagen, Luis Caucoto Ortega (aplaudiendo) y Alberto Viveros ya fallecidos. Amigos inseparables que vivieron la prisión y exilio en Ecuador.

SE ACOGE

En el fallo “se acoge la solicitud de revisión deducida por los letrados Nelson Guillermo Caucoto Pereira y Francisco Javier Ugás Tapia y, por consiguiente, se invalida la sentencia dictada en el Consejo de Guerra de Pisagua, con fecha seis de septiembre de mil novecientos setenta y cuatro.

Con esto “se anula todo lo obrado en los autos Rol N° 4-1974, posteriormente aprobada por el General de Brigada Carlos Forestier Haensgen, Comandante en Jefe de la VI División de Ejército, por resolución de fecha nueve de septiembre de mil novecientos setenta y cuatro, declarándose que se absuelve, por haber sido probada satisfactoriamente su completa inocencia, a Luis Alberto Caucoto Ortega, a Pedro Segundo Aguilera Sanquea y a Alberto Orlando Viveros Madariaga”.

Con la sentencia, por resolución de fecha 09 de septiembre de 1974 fueron condenados como autores de delitos contemplados en el artículo 4°, letra d), de la Ley sobre Seguridad del Estado, a las sanciones de dos años de relegación menor en su grado medio a Luis Caucoto. De trescientos setenta (370) días de presidio menor en su grado mínimo a Pedro Aguilera, y de trescientos setenta y ocho (378) días de presidio menor en su grado mínimo, respectivamente, a Alberto Viveros.

Para que las condenas fueran anuladas se presentaron todos los antecedentes que acreditaron de manera indubitada que se basó en declaraciones obtenidas mediante torturas aplicada a los sentenciados mientras permanecían presos en Pisagua.

En la presentación al máximo tribunal, los abogados Caucoto y Ugás pidieron que el pronunciamiento se extendiera a todas las personas procesadas en este Consejo de Guerra, lo que no fue aceptado. Es decir, la anulación favorece en este caso, sólo a sus representados -uno de ellos ya fallecidas, por lo tanto llegó tarde la reposición de su dignidad-, no dando a lugar.

¿DE QUÉ SE LES ACUSÓ?

En concreto los recurrentes fueron acusados y condenados por los delitos de “asistir a concentraciones y desfiles callejeros portando palos y mástiles de bandera -siendo militantes de los partidos Socialistas, Comunista y Mapu, respectivamente-, señalándose en el fallo ya citado.

Se acreditó en el proceso, que todas las declaraciones con las cuales ellos mismos se imputaron, fueron logradas bajo tortura, por lo tanto, no tienen validez.

ALBERTO VIVEROS

La verdad se restablece 46 años después, devolviendo la dignidad a Luis Caucoto, Pedro Aguilera y Alberto Viveros. Este llamado como Tito por sus familiares y amigos, no sobrevivió para este momento, porque las secuelas que dejaron en él su paso por Pisagua, resintieron su salud, arrastrando estos problemas por años.

Alberto Viveros vivió el exilio en Ecuador. A su retorno, se incorporó a la Fundación Crear y a la UNAP. Sin embargo, tras sufrir problemas cardíacos, fallece a los 65 años, en Santiago, el 15 de febrero de 2016.

Puedes revisar la sentencia: 21-07-2020 ECS Sentencia definitiva recurso de revisioìn Luis Caucoto y otros

Fuente: https://edicioncero.cl/2020/07/46-anos-despues-suprema-invalida-sentencia-de-consejo-de-guerra-y-establece-inocencia-de-tres-expresos-politicos-condenados-en-pisagua/

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De Archivo CT:

Alejado de su Iquique querido y tras meses de enfermedad, murió en Santiago Alberto Viveros Madariaga.

ALBERTO EL PROFE okpor Anyelina Rojas Valdés/Edición Cero/Iquique.

 Después de sufrir una larga y penosa enfermedad, falleció en Santiago, el destacado académico de la carrera de Sociología de la Unap e investigador, Alberto Viveros Madariaga. Tenía 65 años. 

La triste noticia fue confirmada por sus hijos a sus familiares y amigos cercanos, apenas ocurrido el fallecimiento. Además, causó gran pesar porque Alberto Viveros, fue un hombre humanista, comprometido con las causas sociales y quien hiciera de la docencia universitaria su apostolado.

Después de años de exilio en Ecuador, donde vivió y estudio, puedo volver a su Iquique querido, ya en democracia. Tras su paso como joven prisionero político, buscó asilo en ese país, que finalmente fue su segunda patria y donde vivió junto a otros jóvenes iquiqueños y de Santiago, exiliados como él.

VIVEROS EN LA UNAP
Junto a sus alumnos graduados y con sus colegas.

VIVEROS CON SUS ALUMNOS

Hoy se le recuerda como:

“El profe, formador de varias generaciones de estudiantes…   El joven idealista de los años 60…  El joven prisionero político en Pisagua; confinado y torturado….  El exiliado durante los años de dictadura…El intelectual, de bajo perfil, sencillo, amable; uno más, ero especial por su capacidad y aportes no siempre reconocidos… El Gestor de proyectos grandiosos. Un ideólogo que nunca supo de honores ni de fama”.

Además: “El amigo a toda prueba. Amigos con los que se forjaron en los ideales socialistas  y que mantuvo hasta hoy. De hecho, el último en visitarlo en estos días previos, cuando ya la lucidez se le escapaba junto con la vida, fue Guillermo Dávalos.

Fue un luchador incansable de la causa de los derechos humanos. Un proyecto ideado por él hoy se materializa, pero lamentablemente Alberto no alcanzó a ver sus avances.

Mientras estuvo en Ecuador, participó  en todo el movimiento de apoyo de los exiliados, para el retorno a la democracia; también lideró la lucha por la unificación de la izquierda.

Uno de sus últimos trabajos que produjo, fue un texto académico orientado a Interpretar el Desarrollo Regional y los fenómenos de la Población en Tarapacá. Allí abordó el tema de las migraciones y el rol del Estado frente a ello. Forma parte del libro “La Nueva Tarapacá”, editado por la Fundación Crear.

Es primo del actual gobernador de Iquique, Francisco Pinto Madariaga, con quien compartió la profesión de Sociólogo y el exilio en Ecuador.

Alberto Viveros se encontraba hace meses en Santiago, producto de su enfermedad que le fue ganando terreno a la vida cada día.

Allá serán sus funerales, pero Iquique le debe también un homenaje al gran Alberto Viveros Madariaga, cuyos restos serán incinerados y sus cenizas traídas a Iquique.  Hasta siempre  “Pájaro Viveros”.

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Iquique espera a uno de sus hijos: En la pampa y el mar serán esparcidas las cenizas de Alberto Viveros.

por Edición Cero/Iquique.

Un impacto que atravesó las fronteras de Iquique y el país, causó el deceso de Alberto Viveros Madariaga. Y aunque su pronta partida no era una sorpresa, producto de su grave condición de salud, hoy son muchos quienes lo recuerdan y abrazan su legado. Viveros, conocido entre sus cercanos como “Pajaro”, se encontraba en Santiago desde agosto del año pasado, junto a sus hijos, que intentaron vanamente de lograr una recuperación.

Su deceso se produjo este lunes 15, mientras que sus restos son velados en el velatorio del Cementerio Parque del Sendero de Maipú. A las 13.00 hrs de este miércoles 17, se realizará la ceremonia fúnebre, para luego proceder a la cremación de sus restos.

SUS CENIZAS GERMINARÁN EN TIERRA NORTINA

Cumpliendo un sentido anhelo, que dejó claro a su familia en reiteradas oportunidades, incluso, en jornadas de tertulia, cuando la muerte no le rondaba, manifestó que quería quedarse en Iquique. Pidió que cuando el final sobreviniera, deseaba que sus cenizas fueran esparcidas en la pampa, donde nació y vivió;  y en el mar, en el Barrio El Morro, donde se ubica la casa materna y la que habitaba hasta antes de enfermar.

Su hijo Alvaro, Administrador Público y Cientista Político (27 años) dijo que junto a su hermano Alejandro (35), Licenciado en Filosofía y con estudios de doctorado, cumplirán, junto a la familia, el deseo de su progenitor. Esperantraer los restos de Tito, a mediados de marzo para darle una gran despedida. Además, también han manifestado el interés de sumarse a este homenaje, sus alumnos de Sociología de la Universidad Arturo Prat, donde ejerció la docencia; y las agrupaciones de Derechos Humanos.  De hecho, fue uno de los artífices en la unificación de las distiontas organizaciones, en una Corporación de Rescate de la Memoria y los Derechos Humanos.

Y como profesor, sus numerosos alumnos lo recuerdan como un hombre bueno, entregado a lo suyo: su vocación de formador. Y como extremadamente cercano a los estudiantes. Por ello esperan sumarse a los actos de homenaje  que se realizarán en marzo, cuando sus cenizas lleguen a Iquique. “Una persona como él, merece un homenaje y un reconocimiento”, señaló el alumno de último año, Mauro Zarricueta.

Mientras, en Ecuador, donde vivió el exilio, tras su paso por el campo de prisioneros políticos de Pisagua, durante un largo y traumático año, los amigos que dejó, también piensan en rescatar su legado, a través de homenajes y testimonios escritos.

MILITANTE DEL MAPU

Uno de sus entrañables amigos, Guillermo Dávalos, hijo de esta tierra nortina y que hoy reside en Santiago, recordó a Viveros como un “iquiqueño y pampino, un sobreviviente de la prisión política, detenido, torturado en Pisagua, relegado  y exiliado en Ecuador, donde continuo sus estudios y su lucha contra la dictadura. Luego se trasladó al Perú”.

Vuelve a Chile tras la recuperación de la democracia, ya como profesional y ejerce la Sociología, primero en Santiago y luego en Iquique, donde volvió a vivir durante los últimos 10 años.

Recuerda Dávalos que Tito Viveros, desde niño se sintió comprometido con las luchas sociales. Ya como adolescente, canaliza esa inquietud en el Comercial de Iquique, donde labra otros entrañables amigos.

Con ellos funda el Mapu, partido que nace a partir de una corriente más de izquierda al interior de la Democracia Cristiana.

En la década de los 70, abandona Iquique para estudiar Sociología  en la Universidad de Concepción. Hasta allá llegaron también, Luis Caucoto Ortega y Francisco Pinto Madariaga, actual gobernador y primo de Viveros.

Recuerda que su compromiso con el Gobierno de la Unidad Popular “le implicó un alto costo, no solo personal,  pero siempre enfrentó la vida con entereza y entusiasmo. Jamás bajo la guardia y siguió bregando por un mundo mejor”.

Destacó en él su gran disposición. “Era alegre, un formador por excelencia, siempre inquieto y con nuevas ideas. Tito, siempre fue una persona apreciada por quienes lo conocieron y su mayor orgullo era y son sus hijos Alejandro y Álvaro”.

Fuente: https://edicioncero.cl/2016/02/iquique-espera-a-uno-de-sus-hijos-en-la-pampa-y-el-mar-seran-esparcidas-las-cenizas-de-alberto-viveros/

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