Quién gobierna hoy en EEUU: ¿Trump o Pence-Pompeo-Bolton?

¿Cómo analizar la situación de Venezuela?

por Wim Dierckxsens y Walter Formento.

Hace un año hacia fines de 2017/2018, el presidente Trump se opuso a toda acción de desestabilización en Venezuela, incluso bloqueo la acción de su canciller Tillerson/JPMorgan de avanzar con su estrategia de “solución” militar para la península de Corea, para luego destituir al alfil del continentalismo financiero estadounidense, facilitar los acuerdos de paz entre Corea del sur y Corea del norte y luego poner en su lugar a Pompeo.

Ahora, Pence-Pompeo-Bolton y Rubio, aparecen nuevamente habiendo impuesto su iniciativa por sobre la aprobación del presidente para actuar contra la República ‎Bolivariana de Venezuela.‎ Todas las movidas dan muestra como si el presidente Trump hubiera sido subordinado por tal iniciativa sometiéndose a las ambiciones del Estado Profundo Continentalista Republicano (Tea-Party) estadounidense.

En su estrategia los ´Continentalistas´ necesitan subordinar a los gobiernos de los países de la Cuenca del Caribe, que contiene las más grandes reservas mundiales de petróleo y gas a fin de salvar el estatus de moneda internacional de reserva del dólar al menos para el hemisferio occidental. En este contexto es que Trump aparece cediendo ante la iniciativa del Tea Party continentalista y “dejando hacer” al vicepresidente Mike Pence y al senador Marco Rubio en la operación de ‎desestabilización contra Venezuela, que es el modo como se instrumenta la movida y la cobertura para tal acción injerencista.

Es más pareciera que el Estado Profundo republicano y demócrata se unieron al menos en torno al ´caso de Venezuela´. Basta ver la agresiva campaña en torno a Venezuela de los grandes medios de comunicación (CNN, Deutsche Welle, BBC, etc.) para dejar en claro que los globalistas están de lleno en este proyecto. A los globalistas no les preocupa la caída del dólar sino su preocupación principal es detener el avance y ascenso de la Nueva Formación Social que se desarrolla desde el Oriente a partir del proyecto de las Nuevas Rutas de Seda impulsadas por China, Rusia y los países de Eurasia en general y cortar sus tentáculos en América Latina. A pesar de las sanciones económicas, apoyo financiero a la oposición venezolana y “guarimbas” (mercenarios de las fuerzas globalistas que mataron docenas de inocentes promovidas por la CIA), el Gobierno bolivariano sigue firme con la ayuda aparentemente invisible de Rusia y China que no permiten a Washington derrocar al chavismo. Para ellos el futuro de la globalización se decide en Venezuela.

El Estado profundo unificado en torno a Venezuela proyecta destruir las capacidades instaladas para iniciativas soberanas de sus Estados, para que solo desde el heterogéneo “mercado” de actores del poder financiero pueda imponerse y dictarse la iniciativa. Donald Trump tachó de ‘dictador’ al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y dijo que “todas las opciones, incluyendo militares, están sobre la mesa”. Esta es la estrategia defensiva de un esquema de poder en declive internacional pero con una fuerte capacidad militar y financiera para imponer condiciones aun en toda la Hispanoamérica (Latinoamérica) desde México hasta las Islas Malvinas y la Antártida. Nos preguntamos si va haber invasión o si Trump podrá cambiar de parecer al igual que en el caso de Corea del Norte y mandar (uno de) los halcones a la casa. ¿Cuál es el motivo de nuestra duda?

¿Donald Trump ha sido obligado a ‎renunciar a su política?‎

Hemos analizado en diferentes artículos nuestros que EEUU está perdiendo la capacidad de imponer el petro-dólar como moneda de cambio y el dólar (bonos del Tesoro) como moneda de reserva mundial, al perder el control sobre el mercado energético petrolero en Medio Oriente, donde Rusia emerge a nivel mundial como el mayor productor de energía fósil y China como su principal consumidor.

La Venezuela Bolivariana en este contexto de crisis mundial, había decidido en marzo de 2018 establecer los ‎precios de venta ya no en dólares estadounidenses sino en la moneda del principal comprador, el petro-yuan-oro chino. Esta movida lo que hace es poner de manifiesto la nueva realidad económica mundial de cambio del centro de gravedad económico del occidente anglosajón estadounidense-británico al Asia pacifico. Pero también pone de manifiesto que se ha iniciado la batalla por la nueva moneda de reserva mundial, lo cual pone en peligro el ‎exorbitante poder que los petrodólares a escala global tienen desde 1973 hasta este momento.

Para el capital financiero continentalista estadounidense (expresado en el Tea Party Republicano), con sus empresas petroleras y su complejo industrial y militar, es fundamental no perder esta batalla y dará pelea para que el petro-dólar siga reinando como moneda de reserva internacional al menos en el hemisferio occidental (argumento continentalista) y que no se consolide la estrategia de poder multipolar emergente (argumento globalista). De este contexto proviene la decisión de la oligarquía continentalista estadounidenses de ‎acelerar los plazos para imponer la iniciativa para derrocar al legitimo gobierno venezolano y apoderarse de su riqueza petrolera, ‎ahora necesaria ya no como fuente de energía para Estados Unidos sino sobre todo como instrumento ‎estratégico de control sobre el mercado energético mundial en su lucha contra Rusia India y China.

Esta iniciativa tiene su contexto también en las elecciones legislativas (conocidas como midterm en EEUU) realizadas el 6 de noviembre de 2018, el presidente Trump enfrenta ‎una presión extremadamente fuerte. Hemos de tomar primero en cuenta que han sido las fuerzas globalistas que, a través de su control sobre la Reserva Federal, sus aumentos en las tasas de interés y la contracción monetaria han generado una escasez relativa de crédito, han reducido sensiblemente la capacidad de pago de la deuda ya contraída, bloqueando de este modo la capacidad de contraer nuevas deudas. Así se anunciaba la ya inevitable crisis bursátil y una ola de bancarrotas en el mundo entero, como ya observamos en nuestros artículos de diciembre de 2018. Lo interesante es que a partir de la política acordada de ambos Estados Profundos (continentalista y globalista) la Reserva Federal (Fed) dio, al menos temporalmente, marcha atrás a su política de contracción monetaria y pone a los neoconservadores republicanos en capacidad de imponer la línea de gobierno. Recordemos que una situación similar ya se observó cuando se enfrentó el canciller Tillerson (hoy reemplazado por Pompeo) con Trump por los temas de guerra contra Corea del Norte y la invasión a Venezuela .

Trump acabó por retroceder ante los halcones y admitió que la retirada ‎estadounidense de Siria que había anunciado será más larga que lo previsto inicialmente. Al mismo tiempo, el consejero para la seguridad nacional, John Bolton, construía una internacional ‎terrorista contra Irán. El secretario de Estado Mike Pompeo publicaba una declaración ‎contra Venezuela, dando con ello a Juan Guaidó la señal para que se autoproclamara presidente ‎interino. Con ello se intenta crear una situación de doble poder institucional en el gobierno de Venezuela como tendencia, auspiciado y sostenido no por la soberanía popular electoral del voto del pueblo venezolano sino desde un centro ‎alternativo de decisión con punto central de apoyo en el continentalistas neoconservador Mike Pence, vicepresidente del gobierno de Estados Unidos y desde allí a partir de construida figura de Gaidó. De este modo logran abrir en Venezuela la vía para el “caos controlado”, la “caída” del gobierno, la erosión de las capacidades del ejercicio de la soberanía del Estado ‎venezolano y principalmente el control de todas las riquezas naturales estratégicas de Venezuela y de la Cuenca del Caribe.‎

‎ El 22 de enero, los neoliberales del Partido Demócrata adoptaron en la Cámara de Representantes una ley que ‎prohíbe al presidente Donald Trump sacar a Estados Unidos de la OTAN. Los neoconservadores han redefinido los objetivos del AfriCom, del CentCom y del SouthCom autorizándolos a defender intereses que no son los ‎del Pueblo estadounidense y contrarios a la política original del presidente. El Pentágono está aplicando en la Cuenca del Caribe la estrategia que ya ‎utilizó en la región africana de los Grandes Lagos y que luego reprodujo en el Gran Medio Oriente. El 26 de enero, Mike Pompeo anunciaba que otro neoconservador continentalista Elliott Abrams, el veterano especialista en “operaciones especiales” de injerencia y desestabilización como en los casos Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, será su enviado ‎especial para Venezuela.

Es difícil exagerar lo ofensivo que es un personaje como Elliott Abrams para los latinoamericanos que recuerdan la sangrienta debacle de Estados Unidos en Nicaragua y a quien acusaron de cubrir las atrocidades cometidas en El Salvador, Honduras Guatemala y Nicaragua (Caso Irán-Contras). Los 14 presidentes vasallos del Grupo de Lima y otros tantos de la Unión Europea ahora tienen que renunciar a cualquier tipo de dignidad frente a su propia gente y actuar como si Abrams fuera un “referente de los derechos civiles y humanos”. Pareciera que en la política el cinismo es la regla.

La lectura más probable es que los viejos conservadores, ahora devenidos Neocons, están demostrando que están asustados y paranoicos al poner a Abrams en un puesto clave. Estas personas sólo adelantarán el colapso de lo que queda del Imperio norteamericano y de la estrategia defensiva del continentalismo financiero militar del pentágono y el comando sur. Es cierto que las fuerzas estadounidenses instaladas en Colombia y los barcos de la USNavy, que están frente a la costa venezolana podrán lanzar tantos golpes mortíferos como deseen. Es cierto también que a los oficiales corruptos no les gusta el combate y que, si bien pueden ayudar a una fuerza de invasión de los EEUU, solo lo harán mientras las cosas parezcan fáciles.

Las reformas chavistas dieron poder a un gran número de venezolanos pobres que, por primera vez, sintieron que un gobierno defendía sus intereses. Hay muchas armas en circulación en Venezuela y las milicias populares y la Guardia Nacional estarían muy dispuestas de distribuir más armas en la población local si una invasión pareciera tener éxito. Se puede esperar que muchos venezolanos tomen las armas y resistan una invasión de los Estados Unidos y Colombia. Es probable que estas personas combatan con firmeza, y tan pronto como las cosas vayan mal (que es lo que siempre ocurre) las fuerzas invasoras correrán tan rápido como puedan. Es historia conocida que los “yanquis” son capaces de devastar un país por la violencia pero incapaces de permanecer en su territorio.

Hemos de tener claro que el objetivo de la estrategia continentalista estadounidense, con Pence-Pompeo-Bolton, es quedarse con el control del Petróleo de Venezuela y el Esequibo y junto con los globalistas pretenden destruir la economía venezolana dejando “fuera de juego” a las petroleras Chinas y Rusas, y sus grandes inversiones realizadas en la economía real de la Venezuela desde 2010. De este modo aseguraría la posición para golpear estratégicamente a la estrategia de multipolarismo BRICS (China-Rusia-India-Brasil-Sudáfrica) que avanza y se consolida en las Américas desde Estados Unidos, Canadá, México hasta Brasil y Argentina pasando por la clave Cuenca del Caribe. Para la estrategia del continentalismo norteamericano en declive es clave consolidar su posición dominando los recursos energéticos de la Cuenca del Caribe y de la Cuenca del Medio Oriente, que estratégicamente necesitan China, Rusia y la India.

Pero aquí no termina todo, el continentalismo norte-americano también tiene por objetivo asegurar la Cuenca del Plata, la Cuenca de los grandes recursos de proteínas vegetales, animales y alimenticias que se generan en esta pampa húmeda que va desde Argentina a Brasil pasando por Uruguay, Paraguay y Bolivia. Donde los Gobiernos de Argentina y Brasil, fuertemente respaldados por los grupos financieros locales, son débiles frente a Washington, que ya tiene presencia desde 1930 en la región, pero que también obtienen sus principales ingresos económicos por el comercio que realizan con China, India y Rusia. Por lo cual si China, Rusia e India pierden sus posiciones en Sudamérica no solo se debilitan estratégicamente por la pérdida del acceso al Petróleo sino también por la pérdida del acceso a los alimentos para sus Pueblos.

Mientras para el Continentalismo financiero norteamericano sería una victoria estratégica porque no solo fortalecerían su posición propia, sino que lo harían debilitando tanto al Multipolarismo BRICS como al Globalismo financiero de Londres-Nueva York. Una victoria muy difícil de lograr que sin embargo no puede detener su declive solo hacerlo más lento. Esta política lo llevaría necesariamente a militarizar no solo su política en Sudamérica sino también en Estados Unidos a toda la sociedad civil, estrangulando y disciplinando a todos los sectores sociales, algo que ya vimos en el fenómeno llamado “Fascismo” en la Alemania-Italia-Francia-Japón por la guerra-crisis financiera internacional de 1929.

Contrariamente a lo que creen “todos”, el continentalismo de la derecha financiera republicana, expresado políticamente por Pence-Pompeo-Bolton, no busca “rescatar” la Democracia, ni al Pueblo ni a los Derechos Civiles y Humanos en Venezuela ni en ningún país del mundo. Solo está detrás de su estrategia de recuperación de poder, recuperación de grados de libertad para imponer sus intereses estratégicos en declive desde 1994-99. Consideran también los globalistas que se empezaría a lograr bloqueando el acceso del multipolarismo, que encabezan China-Rusia-India, a los recursos estratégicos de energía y alimentación, los flancos débiles del Multipolarismo BRICS. La derecha financiera republicana ya fue capaz de “dinamitar” las tres torres del principal centro financiero del mundo en Nueva York en setiembre de 2001 para debilitar la posición del globalismo financiero de Londres-Nueva York y de justificar guerras de invasión en Medio Oriente con su socio Bin Laden en los negocios del petróleo en Houston de la familia Bush. Es claro que hoy en proceso de declive no tendrá límites a la hora de defender sus intereses.

El objetivo principal de Estados Unidos no es derrocar al ‎presidente Maduro sino aplicar en la Cuenca del Caribe la doctrina Rumsfeld-Cebrowski de ‎destrucción de las estructuras estatales en los países de la región para subordinarlas definitivamente a la estructura-estatal del continentalismo de Washington. Eso exige, ciertamente, la ‎eliminación de Nicolás Maduro, pero también la de Juan Guaidó. La guerra colonial del siglo XXI es cada vez más una guerra militar-irregular y financiera-irregular a través de la secretaria del Tesoro de EEUU y el comando sur, estrangulando los países como hoy está haciendo no solo a Venezuela. También a Irán que es otra amenaza junto con China y Rusia para el imperio del dólar. Aunque la Reserva Federal con su política de retorno a la expansión monetaria podrá prolongar el tiempo de vida al dólar como moneda de reserva internacional, esta no podrá detener el colapso bursátil por mucho tiempo y con ello tampoco el colapso del dólar.

El tipo de “travesuras” de la pandilla de NeoConservadores: Pence, Pompeo, Bolton y Abrams, es asombroso por su crudeza. Estos ya tuvieron que retirarse varias veces de otros escenarios como derrotados. Aún siguen con sus métodos de acoso y piensan que ahora sí pueden ser exitosos con todos los medios de comunicación a su favor. Los fracasos humillantes de otras sangrientas invasiones dan margen al propio Trump, y algunas personas responsables en el Pentágono, para retomar la conducción del gobierno de EEUU para salirse ya mismo de esta guerra estúpida e inmoral orquestada por los Neocons. Nos preguntamos si es posible algo parecido a lo que Trump ya realizo cuando solucionó el conflicto de la península de Corea por la vía diplomática, no sin antes haber expulsado al canciller de los intereses petroleros el neoconservador Tillerson-JPMorgan (Vea, Experto ruso en asuntos militares escribe sobre Venezuela Un diagnóstico sobre la agresión a la República Bolivariana www.admin_kritica, 2 de febrero de 2019).

En la Conferencia de Seguridad de Múnich, el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, afirmó en su discurso que Alemania y otros países europeos de la OTAN deben cumplir con el objetivo de gasto del 2% del presupuesto en la Alianza. En el caso del controvertido gasoducto Nord Stream 2, amenazó abiertamente a los germanos con terminar el apoyo de la OTAN si no colaboran: “No podemos asegurar la defensa de Occidente si nuestros aliados se hacen dependientes de Oriente”. Con esto Pence revela de hecho que Estados Unidos ya no es un líder y está cediendo terreno y otros liderazgos en el mundo: Rusia, China e incluso Irán (Sputnik News, “Despojan a EEUU de su estatus de líder mundial”, 18 de febrero de 2018 www.mundial,sputniknews.com).

Trump reafirma su línea política en el Estado de la Unión

El mensaje del presidente Donald Trump sobre el Estado de la Unión tuvo el 5 de febrero como telón de fondo la nueva realidad política estadounidense. Se trata de un escenario que acaba de ser particularmente relevante durante el reciente cierre parcial del gobierno federal, el más largo de la historia y en el que los demócratas le bloquearon, por lo menos temporalmente a Trump, la posibilidad de obtener $5,700 millones para (la ampliación de) el “muro” que quiere construir en la frontera con México.

El debate sobre la seguridad en la frontera está en manos de un comité de conferencia del Congreso, que tuvo hasta el 15 de febrero para lograr un acuerdo o por lo menos extender los presupuestos para el año fiscal federal 2020, que mientras tanto han sido aprobados. Sin consenso hubiesen vuelto a entrar en un cierre parcial. Es sabido que la demócrata globalista Nancy Pelosi ha insistido en que no avalará que se destine el monto entero de dinero para construir “un muro”, pero sostuvo que hay ambiente para financiar “nuevas estructuras” en la frontera y medidas de seguridad modernas.

Nancy Pelosi ya había hablado con el presidente Trump entre otras cosas sobre su opinión de trabajar juntos sobre temas como la infraestructura. Sobre este tema particularmente había consenso de firmar una ley que de hecho ya ambos partidos habían dado su aval y también ha sido un eje central de la campaña de Trump. Los demócratas globalistas han entendido que la población estadounidense quiere de modo urgente reparar la deteriorada infraestructura para mantener y recuperar en EEUU su grado de competitividad perdida por la deslocalización de las transnacionales globalistas al Asia-pacifico desde 1990. Se estima que el proyecto de 1.5 billones (millones de millones) de dólares creará 15 millones de nuevos empleos, número que podría alcanzar incluso el doble. Se esperaba que en semejante coyuntura la bolsa de valores de Nueva York pudiera alcanzar nuevos máximos históricos.

La ley fue aprobada antes del 15 de febrero. (Zach Scheidt, The Art Of The Deal And Trump’s State Of The Union Address, Daily Reckoning, 3 de febrero de 2019). Trump mostró por su parte que no ha abandonado el eje central de su campaña política y aún aprobada la ley declaró la “emergencia nacional” para asignar por vía administrativa los fondos adicionales para el muro. (Vea, José A. Delgado Robles, Mensaje del Estado de la Unión en nueva realidad política, www.elnuevodia.com).

De aprobarse los 1.5 billones (millones de millones) de dólares es factible negociar 5.7 mil millones de dólares para el muro en la frontera con México ya que no representa ni el medio por ciento del total, hecho que podría atribuirse al mero redondeo de cifras. La única razón por la que no pasó la ley en 2018 fueron ciertas diferencias en la ejecución de las obras, ya que Trump quería mayor participación de la empresa privada y los gobiernos locales, mientras los demócratas querían una mayor centralización en el gobierno federal . La ley fue aprobada antes del 15 de febrero.

El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró el estado de emergencia nacional después de que el congreso se negara a dar más presupuesto para la construcción del muro fronterizo. Los demócratas están enfurecidos y muchos integrantes del Partido Republicano están incómodos con el precedente que sentará la declaración. La pregunta es ¿si el congreso puede detener la declaración de emergencia? El congreso no tiene el poder directo para frenar al presidente en este caso. La Cámara de Representantes y el Senado pueden emitir lo que se conoce como resolución conjunta de término para que venza el estado de emergencia si creen que el presidente está actuando de manera irresponsable. Es muy probable que pueda pasar esa resolución. Las leyes establecen que si una cámara aprueba una resolución de este tipo, la otra tiene que votarla dentro de dieciocho días. Los demócratas son la minoría en el Senado, pero necesitarían el apoyo de media docena de senadores republicanos.

La pregunta que sigue es ¿Qué podría hacer Trump ante una resolución así? El presidente puede vetar una resolución conjunta del congreso que ponga fin a la declaración de emergencia. Para revertir un veto, el congreso debe volver a votar y conseguir el respaldo de dos tercios de los legisladores en las dos cámaras y es muy poco probable que los demócratas consigan el respaldo de suficientes republicanos en la Cámara de Representantes o en el Senado como para revertir el veto (Vea, Nicholas Fandos, Donald Trump declaró estado de emergencia; ¿qué se puede hacer ahora? www.nytimes.com/es, 15 de febrero de 2019).

El New York Times por ende se pregunta si el Congreso puede demandar a Trump. Los demócratas tendrían dos opciones: la Cámara de Representantes puede sumarse a una acción legal en contra de la declaración de emergencia que presenten terceros o presentar su propia demanda. Hay dudas sobre la disposición legal que tiene la Cámara Baja para demandar por cuenta propia. Los líderes y los abogados de los políticos en la Cámara de Representantes tendrán que deliberar si conviene arriesgarse a hacerlo si hay fuertes probabilidades de que un juez deseche la acción por falta de acreditación legal. Sin embargo, es muy probable que haya desafíos legales a la declaración de Donald Trump que alarguen la implementación durante cierto tiempo y probablemente mueren en la Corte Suprema cuando ya se está en plena campaña electoral. Al reafirmar su política propia se enfrenta totalmente a los globalistas lo que podría significar que se acabe una política común en otros campos como el de Venezuela y podría hasta distanciarse de los halcones en su propio gobierno que han fomentado este enlace.

¿Podría Trump reafirmar su línea política frente a Venezuela?

El propio secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres confirmó que los Estados de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad reconocen al presidente Nicolás Maduro, a excepción de Israel y Australia, como mandatario constitucional y legítimo de Venezuela. La Organización de las Naciones Unidas rechazó posiciones a favor de los intereses del diputado de la Asamblea Nacional en desacato, Juan Guaidó, quien se autoproclamó “presidente encargado” en un acto inconstitucional el pasado 23 de enero. La opción militar de la que habló también el secretario de Estado, Mike Pompeo, está con ello más lejos de hacerse realidad y con ello incluso está en duda su permanencia en el gobierno de Trump.

Al no obtener el pretexto para una intervención militar directa en Venezuela, los planes de enviar ayuda humanitaria a Venezuela de los Neoconservadores Republicanos del Tea Party pueden quedar reducidos a una provocación. El borrador de la resolución que EEUU presentó al Consejo de Seguridad busca, de hecho, camuflar las provocaciones que se están tramando con el envío de la ayuda humanitaria como medio para desestabilizar la situación en Venezuela, como declaró Lavrov a los periodistas en Moscú (Sputnik News 17 de febrero de 2019). El Sputnik News del 18 de febrero informa que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que el 20 de febrero llegarán al país 300 toneladas de ayuda humanitaria proveniente de Rusia y llegan legalmente por el aeropuerto de Maiquetía en el estado de Vargas (norte) y con ello quedaría también sin su efecto buscado.

La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova afirma que Rusia está dispuesta a contribuir a la búsqueda de un entendimiento mutuo entre todas las fuerzas constructivas y patrióticas en Venezuela. En este contexto, Zajárova expresó su apoyo a los objetivos declarados por los participantes del Mecanismo de Montevideo, integrado por México, Uruguay, Bolivia y los países de la Comunidad del Caribe (Caricom). Habiendo mostrado su determinación con el eje central de su política anti-globalista y no continentalista, no se descarta que Trump pudiera dar un viraje a la política con Venezuela y reemplazar uno(s) de sus halcones neoconservadores en el gobierno.

Fuente: http://mariwim.info/?p=102

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.