Villa Grimaldi: ¿Perdón y olvido?

El duro debate que gatilló en el mundo de los DD.HH. la inclusión de exagente DINA en proyecto de Villa Grimaldi.

Por El Mostrador.

A través de cartas públicas de repudio, tanto un grupo de sobrevivientes del centro de torturas y exterminio de la dictadura como la comunidad de exprisioneros políticos, familiares de detenidos desaparecidos y amigos de personas que pasaron por el antiguo Cuartel Terranova manifestaron su rechazo a la decisión del directorio del histórico lugar de aceptar a un exagente de la DINA, Samuel Fuenzalida, en un encuentro en el marco del proyecto para la reconstrucción de “La Torre”. “Ese tipo de situaciones son vejatorias para nosotros”, acusan, dado que el ex-DINA fue guardia en el lugar y tiene una condena por violaciones de los Derechos Humanos. Desde la corporación pidieron disculpas, e intentaron aclarar la situación, mientras otros sobrevivientes destacan que Fuenzalida es el único exagente que ha estado dispuesto a colaborar efectivamente en procesos en curso en los tribunales.

Sobrevivientes, exprisioneros políticos, familiares de detenidos desaparecidos y amigos de personas que pasaron por el centro de torturas y exterminio Villa Grimaldi, expresaron su enérgico rechazo al directorio de la corporación de este centro destinado a resguardar la memoria de quienes vivieron horrores entre 1973 y 1977, al incorporar en las reuniones del proyecto al exagente de la DINA, Samuel Fuenzalida, alias “El Gato”.

Se trata de un exguardia del sector de “La Torre”, quien fue condenado por el ministro Hernán Crisosto por su responsabilidad como autor del delito de secuestro calificado de 16 personas, todos desaparecidos en la maniobra de desinformación conocida como Operación Colombo.

Para los sobrevivientes de este centro de represión de la dictadura, este hecho es simplemente inaceptable. “Nos hemos informado que fue invitado a participar en una reunión, en tanto ‘asesor’, Samuel Fuenzalida Hevia (…). Nuestra opinión es que ese tipo de situaciones son vejatorias para nosotros, como sobrevivientes, que no solamente fuimos torturados, sino que, en muchos casos, fuimos obligados a presenciar la tortura de compañeros, jóvenes y hasta niños, y la posterior desaparición de muchos de nuestros familiares y amigos”, señalan en una misiva Lucrecia Brito Vásquez, Kelly Echiburú Alfaro, Susana Flores Martínez, Paula Fuica Holzapfel, Alejandra Holzapfel Picarte, Beatriz Alessandra Miranda Oyarzún, Amelia Negrón Larre, María Isabel Ortega Fuentes y Mariluz Zabrina Pérez. «Lo menos que podemos decir es que nos parece de una liviandad inefable y muy cruel el que se adopte una decisión así”, recalcan.

Por su parte, la comunidad de exprisioneros, familiares de detenidos desaparecidos y amigos de personas que sufrieron el paso por el centro de torturas y exterminio Villa Grimaldi, sostiene que “para todos quienes vivieron y siguen viviendo los efectos del genocidio, enterarse que un exagente de la DINA ingresó como asesor a este sitio de memoria, es un daño flagrante”.

“Con la decisión de la directiva de la Corporación Villa Grimaldi y cuatro ex-presos políticos de aceptar la propuesta de especialistas del área Museo asistimos a un grave retroceso en el proceso político de búsqueda de justicia y verdad, porque deslegitima la distancia ética entre quienes resistieron al genocidio y los genocidas, convirtiéndose en una de las más graves acciones que pueda realizar una institución destinada a sostener la memoria de quienes trataron de resistir el avasallamiento. Normalizar este tipo de memoria es normalizar el genocidio”, añaden en su declaración pública.

Finalmente, se preguntan “¿por qué no se reconstruyó la imagen visual de La Torre con un arquitecto, como don Miguel Lawner, y los relatos de los ex-presos políticos que pudieron verla externamente e internamente?».

La respuesta de la corporación

Desde la corporación respondieron que se invitó a este este exagente a la reunión mencionada, previa consulta a las exprisioneras y los exprisioneros participantes en tal encuentro. «De haber existido cualquier reparo al respecto, esta persona no habría sido convocada», sostuvieron.

«A aquellas exprisioneras y aquellos exprisioneros que se vieron sorprendidos y se sintieron ofendidos por la presencia de Samuel Fuenzalida en el sitio de memoria Parque por la Paz Villa Grimaldi, nuestras disculpas por no prever tal reacción. No hubo intención de generar una incomodidad, ni faltar a sus sentimientos, sino más bien poder recabar más y mejor información para cumplir con nuestra labor de recuperación de lo que fuera el Cuartel Terranova de la DINA, entendido el actual como un proceso similar al que se realizó para la elaboración de la maqueta que hoy se exhibe en el sitio», añadieron.

Finalmente aclararon que «ni Samuel Fuenzalida ni ninguna persona invitada a la reunión tiene el estatus de asesor. Quienes participaron lo hicieron a título personal, como una forma de colaboración, y no en representación de otras exprisioneras o exprisioneros o del conjunto de estos».

«Los intercambios que se sostuvieron en el grupo fueron relativos a la existencia de ventanas en la mitad de la torre, a las dimensiones de la base de esta, a la escalera de acceso a los pisos superiores y otros temas parecidos; todo lo cual constituye relevante información para el proyecto y que claramente no tienen relación con la serie de inexactitudes y suposiciones que se han difundido sobre tal reunión», concluyeron.

En defensa del “Gato”

Si bien Samuel Fuenzalida tiene una condena en materia de violaciones de Derechos Humanos, algunas personas del mundo de los DDHH destacan que es el único exagente y/o exguardia de la DINA que ha estado dispuesto a colaborar efectivamente en procesos en curso en los Tribunales de Justicia, según recuerda una carta de Pedro Alejandro Matta, uno de los sobrevivientes del antiguo Cuartel Terranova y quien participó además en la controvertida reunión.

Al momento del golpe, Fuenzalida era conscripto en el Regimiento de Calama y participó en operaciones de allanamiento y detención de personas. Luego estuvo destinado en Rinconada de Maipú (anteriormente Escuela de Agronomía de la Universidad de Chile). En 1975 fue licenciado y decidió abandonar el país, partiendo a Europa.

“Puedo dar fe de una cantidad importante de casos de Derechos Humanos, relacionados a compañeros desaparecidos y/o a asesinados por la DINA en los cuales Fuenzalida ha declarado en tribunales, aportando antecedentes valiosos que han permitido avanzar en los procesos identificando agentes, cadenas de mando, crímenes, e individuos responsables”, recalca Matta.

 

Fuente: https://m.elmostrador.cl/destacado/2019/07/28/el-duro-debate-que-gatillo-en-el-mundo-de-los-dd-hh-la-inclusion-de-exagente-dina-en-proyecto-de-villa-grimaldi

1 Comment

  1. Todo lo anterior me suena parecido al
    «Mocito de la DINA…».
    Él fue un asesino más de la siniestra represora
    de la dictadura….
    Siempre me ha sido extrañamente inexplicable
    el elevarlo a la calidad de » buena persona»
    por haber colaborado con la Justicia
    (¿ para esclarecer las cosas
    o
    para lograr algo de impunidad…?).

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