Chile Patriarcal: Esterilización forzada y parto en la cárcel, ejemplos de violencia contra las mujeres.

En Chile existe una ley que permite el aborto sólo en tres causales, por lo que la gran mayoría de las mujeres que deciden interrumpir el embarazo deben realizarlo en clandestinidad. En Chile también las mujeres que optan por la esterilización en el servicio público, deben soportar cuestionamientos por parte del personal que las atienden y largas esperas, porque dicha intervención no es prioritaria en el sistema; no está demás señalar, que hasta hace poco tiempo una mujer casada debía contar con la autorización de su esposo para poder acceder a dicho procedimiento. En Chile además, no son excepcionales las experiencias de esterilizaciones forzadas, particularmente para mujeres encarceladas, con trastornos cognitivos, de desarrollo o con discapacidad.  Asimismo, se sabe que internas en recintos penitenciarios han debido parir engrilladas como lo tuvo que hacer Lorenza Cayuhan hace unos años atrás. Hace pocos días se ha difundido el caso de Lisbeth Contreras, quien tuvo su trabajo de parto en una celda de la Cárcel de San Miguel sólo asistida por sus compañeras y durante el día de ayer, se hizo pública la denuncia de una mujer con VIH a quién la esterilizaron obligatoriamente en el Hospital de Curicó.  Estos casos vienen a ratificar el continuum de violencia que sufren las mujeres, una violencia institucional que parte en un Estado que restringe la posibilidad de abortar, que reproduce dicha violencia en instituciones como las de la salud y que se encarna en muchxs de lxs funcionarixs de dichas instituciones que llevan a cabo procedimientos que vulneran derechos básicos de las mujeres.  Este país, este Estado, esta sociedad insiste en castigar a las mujeres cuando toman decisiones importantes sobre sus vidas y sus cuerpos, insiste en violar y penetrar nuestros cuerpos con sus imposiciones, sus mandatos y su moral. Por ello, cuando hablamos de cambios radicales, revolucionarios, el orden patriarcal y su violencia no debe ser un anexo, un agregado al discurso, no debe comprenderse como un cambio legislativo o constitucional, sino que debe instalarse como un necesaria y urgente transformación estructural, porque sin la destrucción del Patriarcado, seguirá perpetuándose una opresión que nos trata una y otra vez de instalar como sujetos de segunda o tercera categoría, se nos seguirá concibiendo como incapaces de tomar decisiones sobre nuestras vidas y se seguirá pensando que es de nuestra exclusiva responsabilidad lo reproductivo,  la familia y otros asuntos «naturalmente de mujeres», recreando por tanto un  binarismo sexo-genérico desde donde se producen y reproducen  múltiples injusticias y letales violencias.  (Nota Natalia Pravda, Editora CT)

 

“Me siento vacía, me siento mutilada”: El testimonio de una mujer con VIH esterilizada en contra de su voluntad.

Por El Desconcierto.

«Cuando tú tienes ganas de tener otro hijo, y te llega el periodo, pero no puedes quedar embarazada, te duele. Hasta que cuando iba a presentar la demanda un médico me dijo: ‘Parece que se ensañaron contigo porque te cortaron [las trompas de Falopio] más de lo normal’, relató Francisca, sobre la violencia obstétrica que vivió en el Hospital de Curicó, por ser VIH positiva.

Un reportaje de la BBC reveló la desgarradora historia de una mujer chilena, identificada bajo del seudónimo de Francisca, quien fue esterilizada en contra de su voluntad por ser portadora del VIH/SIDA.

Los hechos ocurrieron el año 2002 en el Hospital de Curicó, cuando Francisca tenía 20 años. La mujer llegó al recinto a dar a luz a su primer hijo, y cuando la llevaron a la sala de parto, una enfermera comenzó a atacarla verbalmente.

Cuando me llevaron a la sala de parto, la enfermera me dijo que personas como yo [con VIH], no debían tener hijos y que yo debiera haber abortado. Me decía: ‘Eres una inconsciente, porque qué futuro le espera a tu hijo si tú te vas a morir’».

Yo me había enterado de que tenía VIH cuando estaba embarazada, pero no podía dar marcha atrás. Yo quería ser mamá, era mi sueño. No podía eliminar algo que yo quería”.

“Pero en el momento [del parto] yo me sentía muy mal, no sabía si es que había hecho bien con tenerlo o si había hecho mal. Me cuestionaba a mí misma.

De verdad fue desgarrador, me duele el alma. Estaba con todo el dolor del parto y que una persona te esté diciendo que te vas a morir y que a lo mejor no vas a conocer a tu hijo y con todo el desconocimiento que yo tenía en ese momento, me da rabia, frustración.

Es horrible sentirse discriminada en ese momento y con ese nivel. En vez de dar apoyo, te decían que personas como yo no debían tener hijos. Y después al otro día, como si nada, me dicen: ‘Estás esterilizada, ya no vas a poder tener más hijos’.”

Según recoge la BBC, desde que Francisca supo que estaba embarazada comenzó su tratamiento con antirretrovirales para proteger a su hijo del virus, y programó una cesárea en el hospital en donde, posteriormente, la esterilizaron mediante la ligadura de las trompas de Falopio sin obtener su consenso.

“Pensé que [esterilizaban] a todas las personas con VIH”

Su caso lo está llevando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través de una vía amistosa, tras una demanda que Francisca presentó en el organismo contra el Estado chileno.

El único organismo estatal que entregó información al medio, señalan, fue el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, desde donde afirmaron que “que el Estado de Chile firmará un acuerdo de solución amistosa con Francisca» y que «dentro de las medidas para indemnizar(la) se considera la entrega de un subsidio para adquirir una vivienda de hasta 950 UF (alrededor de 27.364.000 pesos chilenos o US$737.000)».

“No tenía ni idea de que me iban a esterilizar”, continuó Francisca en su relato. “Yo pensé que a todas las personas con VIH se lo hacían.

Yo me encerré mucho en mi enfermedad, solo supe del procedimiento que tenía que seguir para que mi hijo naciera sano. Mi primera prioridad fue proteger a lo que tenía dentro de mi guatita, entonces me dediqué a tomar todos los medicamentos, hacer todos los controles, porque yo tenía que cuidarlo”.

“Al inicio nunca vi más allá de mis derechos ni nada. Después, yendo a los controles rutinarios, me empecé a contactar, a abrir más con personas que tenían mi misma condición y ahí me fueron informando que no era legal, que me habían violado mis derechos, que no debieron haberme esterilizado.

Mi hijo tenía un año cuando yo ya veía las cosas desde otro punto de vista. Pero ahí vino el proceso de buscar a las personas que quisieran llevar el caso, porque no cualquiera te quiere representar. Saben lo que conllevaba llevar el caso. Hasta que encontré a unos abogados que no tuvieron problemas.

Cuando me hicieron los exámenes para presentar la demanda, recién me dijeron qué nivel de daño tenía. Hasta entonces no sabía el daño que tenía adentro.

El segundo año yo todos los meses esperaba quedar embarazada, esperaba que no me llegara el periodo y cuando me llegaba, sufría mucho porque otra vez lo había intentado y no podía.

Cuando tú tienes ganas de tener otro hijo, y te llega el periodo, pero no puedes quedar embarazada, te duele. Hasta que cuando iba a presentar la demanda un médico me dijo: ‘Parece que se ensañaron contigo porque te cortaron [las trompas de Falopio] más de lo normal’.

La batalla contra el ausente Estado chileno

Francisca continúa en una batalla legal contra los médicos que la dejaron estéril. En 2007 presentó una denuncia contra el médico que la había operado por lesiones graves, la cual fue archivada en 2008 por falta de pruebas y porque según dijo el hospital en el momento, Francisca había dado consentimiento verbal para la esterilización.

Después, el 2009 Francisca denunció al Estado por esterilizarla sin su consentimiento ante la CIDH. Este organismo admitió el caso en 2014, y el 2017 organizó una audiencia pública con ambas partes.

La defensa de la mujer pudo demostrar que no existía la constancia de su decisión en un documento con su firma, la del médico tratante y la del director o directora del centro médico, lo cual era requerido por la ley chilena para acceder a una esterilización.

Finalmente el Estado chileno ofreció firmar un acuerdo amistoso con Francisca y ella aceptó. Pero hasta el momento, Francisca y sus abogados están a la espera de que el Estado firme el pacto.

“Ahora me da mucho miedo volver al hospital”

“Somos seres humanos, tenemos derecho a opinar, a decidir, el VIH no es algo que te pueda desligar de responsabilidades”, expresó Francisca.

“Yo no me siento anormal por ser VIH, me da más fuerzas todos los días para seguir luchando. Con tus medicamentos diarios es como si no tuvieras nada.

¿Por qué te pueden discriminar, por qué tomar decisiones que le corresponden a uno?

Ahora me da mucho miedo volver al hospital, por la mínima cosa, porque yo digo si una vez fui a tener un hijo y salí mutilada, en qué condiciones voy a salir si es que voy por otra enfermedad.

Al final, la esterilización ha sido más dolorosa que la enfermedad [VIH], porque la enfermedad ya la acepté, ya me tocó.

Pero la esterilización no, porque me mutilaron. Me siento vacía, me siento mutilada, es como si te faltara un brazo, una pierna.

[Es una] cosa que yo tenía bien y a mí me la quitaron. ¿Por qué? Porque ellos decidieron que era lo mejor para mí, porque personas como yo no pueden seguir siendo mamás, encuentro que es muy injusto.

Yo fui a tener a mi hijo, no para que me mutilaran. Me entregaron parte de mí, pero me sacaron la otra.

Me ayudaron a tener a mi hijo, pero me sacaron la fertilidad y eso duele, tanto como si hubiesen eliminado a mi hijo”, concluyó.

Fuente: https://www.eldesconcierto.cl/noticias/2020/11/12/me-siento-vacia-me-siento-mutilada-el-testimonio-de-una-mujer-con-vih-esterilizada-en-contra-de-su-voluntad.html


Inaceptable: Nuevamente una mujer sufre vulneración de su parto en la cárcel, esta vez en San Miguel.

Por Colectiva Zarzamora. 

Este 6 de noviembre, un nuevo caso de violencia obstétrica remeció a las privadas de libertad en la cárcel de San Miguel, RM. Lisbeth Martes Contreras, mujer dominicana con 38 semanas de gestación, comenzó trabajo de parto en su celda a eso del medio día de este viernes, luego de una audiencia en la que fue deportada.

Según antecedentes entregados al INDH y a diferentes organizaciones vinculadas a la cárcel, la mujer fue devuelta a su celda en reiteradas ocasiones, sin recibir la atención pertinente, pese a la insistencia de las privadas de libertad.

Lisbet, perdió tapón mucoso y rompió bolsa, contenida por las mismas internas, quienes pedían ayuda al exterior, mientras aumentaban las contracciones, las que llegaron a 1 cada dos minutos. En videos se puede observar un evidente trabajo de parto, sin embargo denuncian que el personal de salud se negó a atender 4 veces a la madre.

La situación alertó de inmediato a organizaciones como 81 Razones, OSP y Marco en Libertad, que se dedican a visibilizar y luchar contra los vejámenes que comete gendarmería y el sistema carcelario, quienes se pusieron en contacto con el INDH y con la Alcaide del recinto Ana Garrido, para exigir una solución.

 eso de las 15:00 hrs. Lisbet recién fue retirada de la celda, por gendarmería y trasladada al Hospital Barros Luco, no obstante esta acción sucede luego de las reacciones múltiples de organizaciones y familiares, ante la vulneración tanto del proceso de parto como la negación de atención de salud a la madre y al bebé.

Quisimos saber la opinión del Observatorio de Violencia Obstétrica sobre este caso, quienes al recibir la información recalcaron:

Como Observatorio, condenamos este tipo de prácticas a las mujeres gestantes privadas de libertad y pedimos a la autoridad hacerse cargo y proteger a las mujeres que están pariendo durante la pandemia en cárceles, somos súper enfáticos en  señalar que el hecho de estar privadas de libertad no las priva en absoluto en ningún derecho en tanto a mujer, menos aún en ser respetadas y cuidadas en su etapa de gestación parto y puerperio y esto incluye por supuesto una atención oportuna y respetuosa. El Estado de Chile tiene el deber de respetar los derechos fundamentales de la personas entre esos la dignidad, aún cuando estas se encuentren privadas de libertad. Si la violencia obstetrica es una de las violencias de género más invisibilizadas las que sufren y viven a diario las mujeres en las cárceles de Chile es aún peor y lamentablemente no lo sabemos en el grado y cantidad en que estas realmente  ocurren. OVO, Observatorio de Violencia Obstétrica

Este caso nos hace inevitablemente recordar lo sucedido en Concepción con la defensora mapuche Lorenza Cayuhan y su hija Sayen, quienes vivieron un terrible caso de violencia obstétrica, en donde la madre fue obligada a parir engrillada bajo la custodia de Gendarmería. Sobre este tema el OVO apunta: “Cabe en este contexto al menos revisar si los compromisos adquiridos después del caso de Lorenza Cayuhan, mujer mapuche que parió engrillada. Si se están o no, efectivamente cumpliendo en ese momento”

Seguido a esto el observatorio enfatizó“Luego de que ese caso fue visibilizado y condenado tanto por los tribunales como por la opinión pública, se adquirieron una serie de compromisos destinados a proteger a las mujeres privadas de libertad en gestación y en el momento de atención de parto y lamentamos profundamente si es que aquello que fue un compromiso adquirido en su oportunidad, no se esta cumpliendo a cabalidad con todas las mujeres que se encuentran en este momento a punto de parir”

Gloria Moneny, creadora de La Caminata de lxs sin voz, y fundadora de la ONG Marco en Libertad, también manifestó a La Zarzamora su repudio a este hecho:

“Lo que está pasando ahora no es primera vez que pasa. Fué Jennifer a quien se le murió la guaguita dentro de su vientre, acá en Valdivia. La otra chica Cayuhán. Hay muchas mujeres que pierden sus hijos por este tipo de cosas que hacen los gendarmes: no abrirle la puerta, no estar atento a una persona que está embarazada apunto de tener un bebé. Casi siempre se mueren los bebés dentro del vientre de la madre y quizás cuantas madres mueren. Yo repudio totalmente lo que paso porque estas mujeres deberían ser tratadas de diferente forma” Gloria Moneny. Ong Marco en Libertad

Por otra parte Cesar Pizarro de 81 Razones por luchar nos expresó su preocupación por ante la inoperancia de las entidades encargadas de velar por la vida de las privadas de libertad:

Hoy nuevamente recibimos una repudiable noticia. Una mala noticia que estaba ocurriendo en la cárcel de San Miguel en la Torre 5 con una hermana, con una compañera de nombre Lisbeth Contreras de nacionalidad Dominicana. Esta hermana estaba embarazada visiblemente. Estuvimos viendo vídeos donde otras internas la ayudaban y estaba con su cuerpo mojado por los líquidos que se van desprendiendo cuando están en etapa ya de tener a su bebé. Y lamentablemente  y decimos lamentable porque nos preguntamos ¿porque tienen que llegar estas denuncias a las organizaciones de la sociedad civil, o a las Ong, o a las agrupaciones anticarcelarias cuando dentro de la unidad penal tenemos una jefa operativa, jefa de módulo, una Alcaide de nombre Ana Garrido, la cual apenas le hablé me respondió y le di las gracias obviamente, pero me pregunto por qué tenemos que nosotros accionar y activar en torno a una situación de vida o muerte, porque si no hubiesen atendido a esa niña podría haber muerto, así de claro, podría haber muerto” Cesar Pizarro. 81 Razones

Cesar comenta que apenas se comunicaron las organizaciones con el INDH, la entidad comenzó a activar protocolos y finalmente se logró que Lisbeth fuese trasladada a un hospital, sin embargo esto sucedió luego de la presión ejercida desde “afuera” de la cárcel.

Nos escucharon, pero lo que repudiamos, que nos causa escozor y mucha molestia es que la gente tenga que estar llamando afuera, a la calle, a los familiares, a los amigos en una misma cárcel donde los mismos presos, hace casi 10 años tuvieron que llamar a sus familiares y a los bomberos para que les abran las puertas, para no morir quemados y es una falta de respeto tremenda que la institución de gendarmería tenga en esa situación hoy día a mujeres viviendo en un lugar que debería estar cerrado, no debería haber gente ahí” Cesar Pizarro, 81 Razones

El peso histórico que cae en este centro carcelario, a sólo días de que se cumplan 10 años de la masacre impune de San Miguel (2010), incendio que terminó con la vida de 81 privados de libertad que se encontraban bajo la custodia de Gendarmería, entre ellos Jorge, el hermano menor de César, genera aún más críticas y cuestionamientos tanto al accionar de gendarmeria y otras entidades intracarcelarias, como a la responsabilidad del Estado en estas situaciones que continúan dejando en evidencia los vejámenes que se viven en la cárcel.

Esto sucede a una semana de que las privadas de libertad del mismo recinto, denunciaran la falta de agua y plagas, dentro de las Torres, Cesar se refiere a esto: “la gente que vive ahí tiene que sufrir tratos vejatorios, dormir con las ventanas malas, que les entre el frio, con agua helada, que no hay atención médica, que la atención es paupérrima, que las molestan, que las tratan mal cuando van a atenderlas con solicitudes de salud. Hemos visto videos con guarenes, las cambian de torre de un momento a otro, tienen celdas de aislamiento, osea ¿en que situación más queremos que estén las privadas de libertad, o privados de libertad?

«Tenemos que darnos cuenta afuera de lo que ocurre en el mismo lugar de una masacre histórica en el país, osea con que tipo de conciencia tenemos que seguir soportando que la autoridades del país que manejan el país sigan acribillandonos y dejándonos morir incluso matándolos dejando que se mueran mujeres dentro de una cárcel porque la situación es así, si son mal atendidas en salud una mujer se puede morir, un hombre también se puede morir eso es lo que nos causa rabia molestia … esa gente que está ahí, que les pagan por su trabajo, tienen que hacer su trabajo y estar ahi para vigilar y salvaguardar la vida de las mujeres privadas de libertad y eso es para gendarmes hombres y mujeres” Cesar Pizarro. 81 Razones

Este nuevo episodio de violencia obstétrica que afectó esta vez a Lisbeth Martes, hace latir los dolores de heridas aún abiertas, como los ya mencionados casos del parto de Lorenza Cayuhan y de la masacre del incendio en San Miguel, una situación que agudiza la tensión en un sistema carcelario nefasto y violento.-

* Lisbeth finalmente dió a luz en el Hospital Barros Luco, según nos informaron sus amistades. Su bebé se encuentra en buenas condiciones de salud junto a su madre.

Fuente: https://lazarzamoracolectivalesbofem.wordpress.com/2020/11/07/inaceptable-nuevamente-una-mujer-sufre-vulneracion-de-su-parto-en-la-carcel-esta-vez-en-san-miguel/

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