Chile presidencial: Zancadillas y desprecios de la elite al paco Desbordes.

Mario Desbordes y Jacqueline van Rysselberghe, presidentes de RN y la UDI respectivamente... poco se pasan y parece que todo estaría llegando a su límite.

La estrategia para tratar de hacer despegar candidatura de Desbordes y los intentos fallidos de boicot.

por Hernán Leighton/El Mostrador.

Los magros números en las encuestas desde que dejó el gabinete para entrar en la carrera presidencial de la derecha, tienen preocupada a una parte del comando del extimonel de RN, principalmente por dos razones: la eventual baja en la mística de la estructura partidaria para jugársela por su candidato y la imposibilidad de neutralizar las asonadas contra su campaña por parte de la disidencia interna del partido. Si bien otros en el equipo de Desbordes le bajaron el perfil al tema, la estrategia del abanderado ya se enfoca en tratar de recuperar terreno en los sondeos, visitando las capitales regionales claves donde se recogería la mayoría de las opiniones en las diferentes encuestadoras.

Desde que comenzó a perfilarse como candidato presidencial al interior de Renovación Nacional y asumió un liderazgo de carácter más liberal, apoyando el primer retiro del 10% y la opción del Apruebo en el plebiscito del 25 de octubre, el extimonel Mario Desbordes ha debido sortear innumerables intentos de boicot para tratar de neutralizar su poder interno en la colectividad y evitar que su sector político se consolide mayoritariamente entre las huestes de RN

La minoría “poderosa” de RN, encarnada por el otrora líder Carlos Larraín, y del actual ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, no le perdonan a Desbordes haber “entregado la Constitución», como reconoció en su momento el exsenador por Magallanes, con su rol protagónico en el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución del 15 de noviembre del 2019. Desde entonces, ha debido sortear más de una asonada política en su contra y, aunque hasta ahora ninguna ha tenido éxito, eso no quita que trabaje su actual candidatura presidencial “con los ojos en la espalda” –reconocieron en su entorno–, atento a cuál va a ser la próxima maniobra o intento de boicot.

Uno de los últimos despliegues por tratar de deslegitimar su opción presidencial, fue el congelamiento de la militancia del senador Francisco Chahuán, quien tras pactar con el sector más conservador del partido anunció públicamente que se bajaba de la contienda presidencial interna, a solo un par de días del Consejo General que debía pronunciarse entre él y Desbordes. A pesar del revuelo de esas horas y las presiones públicas de figuras del sector conservador, Desbordes sorteó el momento y fue ungido como abanderado de la tienda.

En estas semanas, confesaron en RN, se preparaba una nueva asonada para intentar darle un golpe de gracia a la candidatura de Desbordes y, así, lograr que el partido finalmente se cuadre tras la opción del expresidente de BancoEstado, Sebastián Sichel, quien es la alternativa de Larraín, Allamand y compañía. En la disidencia del partido se barajó la idea de darle un golpe comunicacional fuerte al abanderado y pedirle públicamente –ahora en marzo– que bajara su candidatura con el argumento de que su campaña no estaría dando pruebas de competitividad, dados los magros números que obtiene en las encuestas desde que dejó el Ministerio de Defensa en diciembre del año pasado.

Si bien la maniobra por ahora fue desechada y al interior de su comando le han bajado el perfil al verdadero efecto que pudo haber tenido una jugada como aquella, hay otros que aseguraron que el miedo en la interna del equipo “fue real”, que había varios nerviosos, puesto que comunicacionalmente pudo haber significado un golpe en la línea de flotación, dado que la candidatura de Desbordes –agregaron– aún no alcanza “a poner todos los cimientos” para afirmarse.

Desde la disidencia de RN han dicho que la idea no habría prosperado porque apuestan a que la candidatura de Desbordes va a “caer por su propio peso”. Pero desde el comando presidencial tienen otra explicación para que se abortara la operación en contra: los resultados de febrero y marzo de la encuesta Cadem en la que Sebastián Sichel marcó 1 % y 3 % en la pregunta de quién le gustaría que fuera el próximo Presidente y solo 1 % en ambos sondeos, respecto de quién cree que va a ser el próximo Mandatario. Con esas cifras, el argumento se podía transformar en un búmeran para los adversarios de Desbordes.

Aunque los intentos de boicot fracasan, es cierto que los intentos por deslegitimar la figura de Desbordes evidencian las debilidades de su candidatura hasta ahora, las que, entre quienes no están dispuestos en el partido a trabajar para su campaña, creen que son más fuertes que sus fortalezas. Ese grupo de Renovación Nacional, al alero de la disidencia, sigue operando para posicionar mejor a Sichel, quien –aseguraron– ya le habría “mascado” un número no menor de votantes a Desbordes, principalmente con el relato de la meritocracia que en la derecha es un ítem de alto calibre.

El repunte

Si bien ha sido el propio Mario Desbordes el que se ha encargado de reiterar en innumerables ocasiones que “quien crea que porque está mejor en la encuesta ganó la primaria, está muy equivocado”, eso no quita que al interior de su comando exista un grado de nerviosismo ante la falta de apoyo que han evidenciado diferentes estudios desde enero a la fecha. Esto, más allá de lo señalado por Desbordes a El Mostrador, donde recalcó que “hoy es ridículo, los mismos encuestadores reconocen públicamente que el 30 % les está contestando el tema presidencial, qué sentido tiene volverse loco con una encuesta presidencial cuando no hay ambiente presidencial y además no hay nadie disparado”.

Sin ir más lejos, en la encuesta Criteria de enero y ante la pregunta sobre quién le gustaría que fuese el próximo Presidente, el abanderado de RN aparece en el séptimo lugar, con un 3 % de las preferencias, y con un 80,3 % de conocimiento, lo que lo sitúa en el octavo lugar. En el mismo sondeo, ante la pregunta de quien preferirías (…), no aparece mencionado. En febrero, las cosas no variaron mucho, ante la primera pregunta aparece en el 11° lugar, con un 2 %. En el caso de Pulso Ciudadano, ni en enero, ni en la primera, ni en la segunda quincena de febrero, aparece mencionado ante la pregunta de quién preferirías que fuera el próximo Presidente. En el ítem de “votante probable”, aparece en la segunda quincena de febrero en el puesto 11° de la tabla.

Si bien el discurso en la interna del comando apunta a que los números no cobran gran relevancia, si se piensa que la contienda es por ahora la primaria del 4 de julio y no la elección de noviembre, de todas formas el diseño de la campaña para las próximas semanas apuntará a recuperar parte del terreno que tenía Desbordes antes de entrar al Gobierno y, así, lograr un mejor posicionamiento en los sondeos de abril. De esta forma, la arquitectura de sus giras –que tiene como fin recorrer todas las capitales regionales– ahora tiene como prioridades Valparaíso (donde ya estuvo), Concepción y las regiones de O´Higgins y el Maule, porque es donde se concentra el mayor número de encuestados.

El problema por no aparecer competitivo en los sondeos tendría dos vertientes, según confesaron en su comando. Primero, problemas con la «mística» que necesita cualquier candidatura, la potencial desmoralización de la estructura con la que se supone se cuenta para el despliegue de la campaña, ya que “si no ves la luz, no existe mucha motivación”, reconocieron. Segundo, mantiene abierto el apetito de la disidencia de RN, que ve en esa debilidad la opción permanente para dar un golpe político a su figura.

Considerando que la primera línea –en referencia a los parlamentarios– es “indomable” en el partido, con dos bancadas y renuncias por goteo, el despliegue del comando de Desbordes se concentrará en la interna de Renovación Nacional, las bases, donde se congrega el poder movilizador de la colectividad. En razón de aquello es el nombramiento de Andrés Maureira como coordinador general de la campaña, quien a pesar de tener varios circuitos cortados con varios en la tienda, es “un guiño al regionalismo”, dijeron.

No se transa

La defensa irrestricta que Mario Desbordes hace habitualmente de Carabineros y las Fuerzas Armadas ante cualquier episodio polémico en que se ven envueltas estas instituciones, no es un punto en discusión para él, pero sí lo es para analistas y un sector de sus seguidores, que consideran que debería “bajar la marcha” en este tema, debido a que eclipsa y hace mucho ruido al perfil público que instaló desde el estallido social y que contribuyó a posicionarlo como presidenciable.

Sin embargo, ante ese planteamiento, en la interna la respuesta de Desbordes ha sido una sola: “Es mi convicción y no la voy a cambiar”.

De hecho, la contingencia lo ha llevado a tener que hablar de seguridad pública, del actuar de Carabineros y las FF.AA., donde hay “cero matiz” a la hora de referirse a los diferentes casos, un línea de discurso que no es compartida por todos sus cercanos ni seguidores, quienes advierten que con esa posición la derecha dura “no lo va a apoyar” y que es una «contradicción» con el dato innegable de que su espacio de crecimiento siempre estuvo direccionado al centro político.

Declaraciones como el estar a favor de que la ciudadanía se pueda armar, aunque luego contrastó con la idea de la cárcel efectiva para quienes las porten ilegalmente; apuntar a la oposición y acusarla de defender a los “energúmenos” que prendieron fuego a la estatua del general Baquedano, a quien calificó como uno de “los chilenos más grandes”, y su defensa irrestricta del polémico comunicado del Ejército que habló de “antichilenos”, son declaraciones del candidato que complican en la interna. “Explicarlo no sirve”, “la gente se queda con la primera impresión”, advirtieron varios personeros de RN que respaldan a Desbordes, los que esperan verlo “con mayores grados de reflexión en estos ámbitos”.

Desde los demás comandos en Chile Vamos, hay quienes dijeron creer que todo es parte de una estrategia y que, sumado a que cuenta con la maquinaria partidista más grande de Chile Vamos, los apoyos de Carabineros y las Fuerzas Armadas le entregarían un colchón “envidiable” de votos.

El propio Desbordes dijo a El Mostrador que “siempre mantuve una defensa racional, no cerrada, no incondicional, no he cambiado el discurso; en mis mejores momentos en las encuestas, fueron los momentos más difíciles para Carabineros y el Ejército”. A eso agregó que “la mirada al centro no tiene que ser incompatible con hacer una defensa a las instituciones, diferenciando lo bueno y lo malo, no voy a estar haciendo cálculos electorales, apoyo a los buenos, y a los malos las penas más duras posibles”.

El analista Tomás Duval afirmó que “lo primero es que, respecto a Carabineros, la razones son más obvias y son más bien cuestiones de índole personal que coyunturales, y respecto a FF.AA., su paso por el ministerio marca o refuerza su actitud. Desde un plano más político, el valorar o destacar esas instituciones, si bien podría no ser diferenciador respecto de otras candidaturas, constituye en el caso de Desbordes un eje de acción valorado por el sector (orden) y, al mismo tiempo, intenta cerrar críticas más duras sobre entregar la Constitución, develando al mismo tiempo una posición más equilibrada”.

Duval dijo que “por de pronto, construye un espacio para una futura movilización, pero sería una error que fuese el único o el nicho de la candidatura, puesto que lo dejaría aislado sobre otras materias. Ahí estará el juego estratégico de esta precandidatura en vista de las primarias”.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2021/03/12/la-ruta-de-desbordes-la-estrategia-para-tratar-de-hacer-despegar-su-candidatura-y-los-intentos-fallidos-de-boicot/

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