Post-fascismo en Chile: la contrarevolución molelucar.

“No se ha señalado bastante que una contra-revolución era también una revolución
(Maquiavelo, Discorsi, II, XVIII).
 por Julio Cortés Morales/Carcaj
Es un detalle que llama la atención: mientras en la izquierda (o mejor “las izquierdas”, puesto que está claro hace rato que no hay una sola) lo que aconteció desde octubre de 2019 en adelante fue un “estallido social”, una “rebelión” o “revuelta”, en la derecha más dura -que apoya la opción Rechazo para el plebiscito constitucional- identifican abiertamente este proceso como una “revolución”.

Lo más probable es que para las principales corrientes de la izquierda tradicional el concepto “revolución” quede muy grande para designar al octubre chileno, pues son herederas de una tradición “politicista” que obnubilada por ejemplos históricos como los de Francia en 1789 y Rusia en 1917 sólo considera como revoluciones propiamente tales a aquellos eventos que se ajustan al esquema de “toma” o “captura” del poder político centralizado. Si algo no incluye un equivalente de la toma de la Bastilla o el Palacio de Invierno, o en nuestro caso la réplica exacta del Palacio de La Moneda que está instalada donde mismo existió el original hasta septiembre de 1973, no es en rigor una revolución “de verdad”, sino que tan sólo una “revuelta”.

A su vez, las izquierdas posmodernistas deben encontrar el concepto muy esencialista y añejo, y lo arrojan al basurero de la historia por “trasnochado”, junto con el concepto de “clase”, la “dialéctica” y el grueso del legado del marxismo/anarquismo como corrientes centrales del ya extinto movimiento obrero clásico. En el argot del siglo XXI se escucha mucho más hablar de rizomas, flujos, biopoder e identidades de todo tipo.

Y para la socialdemocracia, casi completamente ausente en las calles al inicio del proceso pero ahora muy bien subida al carro de la victoria del Apruebo, se trató ni más ni menos que de un “despertar ciudadano”, concepto que entre otras cosas les permite deslindarse para repudiar cualquier forma de “violencia popular”.

En cambio en la extrema derecha, desde los pinochetistas tradicionales como Sergio Melnick[1] hasta las nuevas corrientes que replican a nivel nacional fenómenos como el de la “alt-right”[2] norteamericana y el “libertarianismo minarquista” entienden, correctamente a mi juicio, que estamos ante una especie de revolución social de nuevo tipo, que no se ajusta a los modelos tradicionales, pero ante la cual sienten una profunda fobia que los lleva a definirse abiertamente por la contra-revolución.

A modo de ejemplo, un tal Mario Desbandes señala que “a raíz de la insurrección anarco-comunista de octubre del año pasado en Chile, empezó a aumentar el contenido audiovisual de viejos y nuevos youtubers de derecha y libertarios”, y destaca dentro de esta totalidad a “los videos de un medio llamado RST Chile, en los que un investigador de nombre Alexis López, con mucha seguridad y, a diferencia de otros comentaristas contra-revolucionarios, empleaba tecnicismos y conceptos que parecían muy claros en cuanto a diagnóstico de lo que estaba sucediendo”[3].

La “teoría” de Alexis López es nada menos que la curiosa lectura que hace de algunos textos de Félix Guattari (coautor de “Anti-Edipo” y “Mil mesetas”, junto a Gilles Deleuze), dando con la terminología de la “revolución molecular disipada”[4]. La trayectoria de López es bastante curiosa: a inicios de siglo se definía como “socialista-nacional” y estuvo detrás de un frustrado Congreso Neonazi internacional así como del intento, también fallido, de legalizar el partido político “Patria Nueva Sociedad”. La deriva actual de la conflictividad social  en Chile ha erigido a este nazi renovado en uno de los ideólogos más respetados de una nueva derecha “postfascista” (como ha señalado Enzo Traverso[5]), que acá en Chile mezcla la supuesta novedad del “libertarianismo” con el pinochetismo arcaico del “facherío” más tradicional.

Desbandes proclama estar “convencido de que los términos ocupados por López SON los correctos, y no otros”, por lo que se siente “en la obligación moral de hacer públicamente algunas distinciones y recomendaciones, dado que el investigador mencionado no solo ha sido invitado con frecuencia a instancias de conversación y formación libertarias, sino que también, y por esta misma masividad, han aparecido ya críticos de su persona y de su teoría de Revolución Molecular disipada”. Una de las ventajas tiene que este modelo teórico para Desbandes es que “por nuestras raíces en las nobles escuelas liberal clásica y austríaca, estamos acostumbrados también a enfrentar el mal político, el desastre del socialismo y del Estado de Bienestar atacando, precisamente, la figura del Estado, pero no tenemos preparación alguna para enfrentar un comunismo que actúa sin Estado, desde abajo, y sin contradicciones (en un primer momento) con la economía de mercado, puesto que la usan a su favor, como forma de reproducir de manera sistemática en todo orden, un discurso revolucionario constante difundido por las marcas capitalistas más grandes y, como si esto fuera poco, presentando modos de vida insurreccionales como si fueran ‘libertades individuales’”[6].

Fácil es darse cuenta de que junto a unos pocos destellos de lucidez lo que predomina en estos análisis es delirio y confusión. Ya de entrada resulta llamativo que viejos fascistas (antiliberales) convivan ahora tranquilamente con neoliberales y “libertarios”, lo cual en parte amplifica las contradicciones internas que el propio régimen militar tuvo en los 70 entre su base nacionalista y la tendencia gremialista/”Chicago boy”[7], reconciliadas ahora en estos autodenominados “patriotas” que intentan “salvar a Chile” de esta revolución neocomunista.

Pocos días después del 18-O una integrante de la Fundación Jaime Guzmán alertaba desde las páginas de El Líbero sobre “el inicio de una revolución molecular”[8]. Su momento de verdad es cuando señala que “este escenario nos ha llevado a presenciar una revolución molecular (múltiples,  pequeñas, y acéfalas  ebulliciones disipadas en la sociedad) que se aleja de aquellas del siglo pasado, en las que se podía determinar quién es el enemigo. Hoy no sabemos quién articula, ni cómo lo hace”. El delirio y la confusión vienen enseguida, cuando “identifica” tres grandes fuerzas tras todo esto: “ 1) Los movimientos sociales (destaca la horizontalidad como un elemental componente); 2) Los movimientos populares (agregan un componente de clase, como el FPMR, el PC (AP), o los troskos); y 3) Las fuerzas anarquistas (movimientos insurreccionales)”. 

Alexis López y otros paladines del Rechazo comparten la misma tendencia a explicaciones conspirativas que demostró el gobierno de Piñera cuando divulgó el ridiculizado informe “Big data”, que planteaba que incluso Ismael Serrano y los fans del K-POP estarían detrás del estallido social de octubre.

Por su comprensión autoritaria y jerárquica de la realidad no pueden captar el carácter espontáneo y acéfalo que tuvo el movimiento, problema que también presentan varios izquierdistas tradicionales a los que he oído quejarse de que este movimiento “no tuvo conducción”, ¡lo cual fue precisamente su fortaleza! Por eso se han dedicado a inventar diversos orígenes en extravagantes “mapas de la insurrección chilena” como el publicitado por el grupo + R -el brazo propagandístico del Rechazo- que incluye desde la República Popular China hasta la Asamblea General de Naciones Unidas, el Congreso Nacional y el Poder Judicial en bloque, y entremedio a Prensa OPAL, la CUT y la revista francesa Tiqqun… calificados como grupos de “guerrilla urbana”[9].

En EE.UU. la tendencia más irracionalista de la nueva extrema derecha sostiene teorías abiertamente disparatadas como la de QAnon, definida en estos términos: 

“La idea general es que hay actores liberales de Hollywood, políticos del Partido Demócrata y funcionarios de alto rango que participan en una red internacional de tráfico sexual de niños y realizan actos pedófilos; y que Trump les está investigando y persiguiendo e intenta prevenir un supuesto golpe de Estado orquestado por Barack ObamaHillary Clinton y George Soros[10].

Suficiente. Esta teoría es tremendamente popular en el electorado de Trump y en la policía y fuerzas armadas, y me hace pensar en lo que dijo hace poco el guionista de cómics Alan Moore en entrevista a Headline respecto a los efectos de las megaproducciones de Hollywood sobre super-héroes, que “han arruinado el cine y hasta cierto punto la cultura”. El autor de V de Vendetta y Watchmen piensa que es “una señal realmente preocupante, que cientos de miles de adultos estuvieran haciendo fila para ver a personajes que fueron creados hace 50 años para entretener a niños de 12 años» y no descarta que sea un síntoma del mismo fenómeno que llevó a la elección de Trump y el Brexit en Gran Bretaña el 2016.

Mientras algunos amigos se extrañan de que tenga estómago como para dedicar tiempo a estudiar estas tendencias y sus expresiones en las redes sociales, yo les atribuyo cierta importancia en el mismo sentido que llevó a la Fundación Jaime Guzmán a encargar y difundir hace poco un “paper” sobre anarquismo. En él dicen que “el escenario político chileno es mucho más complejo de lo que se observa en la escena institucional. Por eso, no se debe analizar solo lo que sucede en la política formal o partidaria (de tipo vertical). Pues, en las bases sociales se han erigido una gran cantidad de agrupaciones que hacen política desde una perspectiva horizontal. Ejemplo de ello son aquellos que se organizan bajo el modelo de asambleas, sin jerarquías ni líderes”[11].

Si bien lo de la horizontalidad y asambleas sin líderes no es lo propio de la derecha nueva ni antigua, no se puede negar que las tendencias “deconstruccionistas” de esta época han afectado la tradicional forma de ser de la derecha chilena y, tal como en la “extrema izquierda”, es posible apreciar nuevas agrupaciones y corrientes que se alejan considerablemente de los grandes partidos estables que monopolizaban hasta hace poco un espectro político proveniente del siglo anterior.

Para cerrar esta columna, haré un breve mapeo de algunas de las principales corrientes de esta nueva derecha postfascista tal cual se expresan en Chile hoy. Para quienes quieran profundizar en el estudio de cómo es que desde estos sectores que se promueven campañas racistas contra la migración recomiendo leer el texto de varios autores “La discusión migratoria en redes sociales: racismo abierto de hombres de extrema derecha”, publicado en CIPER[12].

“Ancaps” y “libertarios”.

A la corriente “anarcocapitalista” me he referido en mayor detalle en otra columna[13].  En síntesis diría que no tienen nada que ver con el anarquismo en tanto corriente socio-política, sino que son sencillamente defensores a ultranza del mercado totalmente libre o desregulado, entendido en su visión supuestamente “neoclásica” como la “anarquía del mercado”.

En Chile han aparecido hace relativamente poco tiempo, y ya están divididos en al menos dos formaciones: el Partido Libertario (liderado por Alvaro Concha) y el Partido Liberal Libertario (liderado por Rodrigo Pulgar, más conocido en las redes como Krypto[14]). Se consideran herederos de la “Escuela austríaca de Economía” y tienen un referente cercano en el economista argentino Javier Milei. Llama la atención que mientras el Partido Libertario de EE.UU. (fundado en 1971) es económicamente pro-capitalista pero políticamente liberal/progresista (contrario a la penalización del aborto y las drogas), sus emuladores nacionales se asumen abiertamente como “fachos” (denominación que según Sebastián Izquierdo de Capitalismo Revolucionario “en Chile no tiene nada que ver con el fascismo”, mmm).

El gusto por las novedades teóricas los ha llevado no sólo a abrazar las teorías “anarcocapitalistas” –nombre de marca del extremismo neoliberal de Hans-Herman Hoppe y Murray Rothbard-, sino que sobre todo en Rodrigo Pulgar es posible apreciar una verdadera obsesión con la obra de Foucault, Deleuze, Guattari y  Derrida[15].

 La Diestra.

Este grupo es bastante exótico, pues está liderado por un tal Francisco, de identidad desconocida, que en su momento fue un activo tuitero en favor de la campaña presidencia de José Antonio Kast. Desde el 19 de octubre de 2019 armó una nueva cuenta de twitter[16] en que se dedicó a dar a conocer a los asustados derechistas de todo Chile lo que estaba pasando en el epicentro del conflicto en Santiago, transmitiendo varias veces imágenes desde la Plaza Dignidad. En una entrevista que le escuché en youtube (pues en general no se deja ver[17]) señaló dos cuestiones interesantes: la derecha para él no tiene por qué ser “nueva”, pues en tanto “ultraconservador” y el integrante “más derechista” del grupo considera que su modelo es “la UDI de los 90”, y defiende una trayectoria filosófico-política que mientras más apunte hacia el pasado es más pura (sin falsa modestia dice que Aristóteles y Santo Tomás son sus máximos referentes). Además dice que la derecha no tendría por qué ser centralizada, sino que propone crear diversos grupos autónomos que se coordinen entre sí.

Francisco es idolatrado por los partidarios de lo que últimamente llaman “Rechazo libre”: la base social de “patriotas” y/o “fachos pobres” que se consideran traicionados por los partidos de la derecha tradicional, que según ellos asumió las banderas de la izquierda, e incluso han llegado a decir que Piñera es marxista.

Se dice que fue él quien empezó a organizar marchas del Rechazo, cuando nadie en la derecha tradicional estaba convencido de asomarse a las calles, y empezó a explicar a gente de regiones cómo hacer marchas y caravanas.

Además Francisco y la Diestra se han dedicado a reivindicar a carabineros como Claudio Crespo que han sido procesados por violaciones de derechos humanos, y a organizar periódicas donaciones de agua y otros insumos tanto a distintas comisarías de la policía uniformada así como de frazadas para que no pasen frío los “héroes de Punta Peuco”.

Esos vínculos, además de la presencia de los “Alguaciles” de Carabineros en las marchas del Rechazo[18], explican bastante bien la actitud policial hacia ellas.

¿Nazis?

Los postfascistas neoliberales suelen decir que el nazismo y el fascismo son de izquierdas, aludiendo al carácter “socialista” de la versión alemana y al origen izquierdista de Mussolini.

Pero en las marchas del Rechazo se han dejado ver personas con indumentaria que combina símbolos nazis con la araña negra de Patria y Libertad, mientras realizan saludos nazi/fascistas. Si bien desde Krypto hasta S. Izquierdo han rechazado estas apariciones, siguen ocurriendo sin que nadie los expulse, e incluso se ha visto a otros “rechazones” sacándose entusiastas fotos  junto a estos ejemplares.

Está claro que el grupo “Vanguardia” fue creado a partir de una convocatoria de Capitalismo Revolucionario y Aún Tenemos Patria, a la que adhirieron sectores como la juventud de Fuerza Nacional, el autodenominado “partido militar” formado por Raúl Meza, el abogado defensor de los criminales de Punta Peuco, e incluso algunos sujetos provenientes del Partido Republicano de JAK.

Si bien formalmente no se declaran fascistas, lo cierto es que es desde ahí donde han surgido tanto los ataques en patota (las típicas “barridas” de los neonazis) como algunos de los saludos nazis. Sin ir más lejos, uno de los que fue fotografiado haciendo el saludo el pasado sábado 10 de octubre portaba un escudo de ATP [19]. Un tuitero llamado “patriota templario” ha afirmado que “el 80% de la Vanguardia son nazis chilenos”, y que si bien son de Tercera Posición (antimarxista y anticapitalista)[20], su prioridad por ahora son los comunistas.

En conclusión: este archipiélago de grupos expresa nuevas formas de activismo de extrema derecha que no eran muy visibles antes del 18-O, y que parecen constituir expresiones de postfascismo, que en cada caso amalgaman diversos y hasta contradictorios componentes ideológicos. En algunos casos hay intentos de dotar de mayor sofisticación el discurso, y es ahí donde se revela el interés de algunos por las teorías críticas “posmodernas”. Su actividad hasta ahora va desde la difusión en redes de su curioso ideario y los ataques contra personas o imágenes que identifican con lo que Alexis López llama “la insurrección contra Chile”. La mayoría, sino todos, reivindican la necesidad de que la derecha radical tenga mayor presencia callejera.

Habrá que estar atentos a cómo evolucionan después de su inminente derrota en el plebiscito del 25 de octubre, dado que son ellos los sectores que más se han abanderizado con el Rechazo, y necesariamente tendrán que sufrir transformaciones y realizar algunos acomodos tácticos en su curiosa estrategia de “contra-revolución molecular”, ante la disyuntiva que se han planteado y que A. López y otros denominan como “Patria o caos”.  

Notas:

[1] Ver su entrevista para el documental “Revolución en Chile”, de Ana Victoria Durruty (Universidad san Sebastián): http://revolucionenchile.cl/entrevista-sergio-melnick/

[2] En palabras de Marcos Reguera, de la Universidad de Euskal Herria: “La Alt Right es un heterogéneo conjunto de grupos y personalidades de la nueva extrema derecha norteamericana que a raíz de la victoria de Donald J. Trump en las elecciones presidenciales han alcanzado una gran notoriedad y popularidad entre muchas capas de población, especialmente entre los jóvenes. Al contrario que los grupos neo nazis precedentes, o del movimiento del Tea Party de la Era Obama, se trata de un grupo cuyos líderes muestran un gran refinamiento intelectual, y que a través de la colonización del discurso de la izquierda alternativa de los años 60 (en especial de la Escuela de Frankfurt), están realizando una renovación del pensamiento político de extrema derecha, transformando el discurso antiglobalización y las defensas identitarias de los movimientos progresistas en una nueva bandera del nacionalismo de extrema derecha” (https://aecpa.es/es-es/la-ideologia-de-la-alt-right-origenes-pensadores-e-ideas-de-la-nueva/congress-papers/1852/).

[3] https://www.celchile.org/post/la-teor%C3%ADa-de-la-revoluci%C3%B3n-molecular-disipada-y-lo-que-debemos-aprender-los-libertarios

[4] Profundizar en esas categorías que usó Guattari exigiría otro tipo de texto que ni siquiera creo estar capacitado para redactar, pero al menos hay que señalar que él constantemente comparaba dos formas simultáneas de relaciones de poder: molar y molecular: “Así, la materia opcional que es trabajada por los Equipamientos colectivos, antes que cualquier funcionalidad social o económica puede ser  conducida a la diferenciación y a la articulación de los viejos poderes territorializados  en dos nuevos tipos de poderes de Estado: un poder político molar y un poder semiótico molecular”, y señala este ejemplo: “el poder molar de Estado, mediante circulares del MINEDUC recomendará no dar más deberes a los niños en la casa, mientras que el poder molecular de Estado en el seno de la familia, que resulta él mismo por lo general de un compromiso altamente problemático entre el padre y la madre, exigirá profesores que los restablezcan” (Félix Guattari, Líneas de fuga. Por otro mundo de posibles, Editorial Cactus, Buenos Aires, 2013, págs. 76-78). 

[5] Italiano, autor de “Las nuevas caras de la derecha” (Siglo XXI, 2018). Sobre la categoría de “postfascismo” y sus similitudes y diferencias con los fascismos del siglo XX ver esta entrevista:  https://pasosalaizquierda.com/enzo-traverso-el-actual-post-fascismo-es-un-fenomeno-profundamente-diferente-del-fascismo-clasico/

[6] https://www.celchile.org/post/la-teor%C3%ADa-de-la-revoluci%C3%B3n-molecular-disipada-y-lo-que-debemos-aprender-los-libertarios

[7] Se dice que la noche del 5 de octubre de 1988 ante la derrota aún no asumida en las urnas, doña Lucía mandó a llamar al nacionalista Pablo Rodríguez Grez, ex líder de Patria y Libertad, quien llegó a La Moneda diciendo que si bien los gremialistas se habían enriquecido mientras los nacionalistas hacían el trabajo sucio, estaban dispuestos a hacerlo de nuevo. Ver el libro “Los hijos de Pinochet”, de Victor Osorio e Iván Cabezas.

[8] https://ellibero.cl/opinion/daniela-carrasco-18-de-octubre-el-inicio-de-una-revolucion-molecular/

[9] https://www.reddit.com/r/chile/comments/ih6p61/mapa_de_la_insurrecci%C3%B3n_en_chile/

[10] https://es.wikipedia.org/wiki/QAnon

[11] https://www.fjguzman.cl/aproximaciones-al-anarquismo-y-su-aplicacion-en-el-escenario-chileno/

[12] https://www.ciperchile.cl/2020/10/10/la-discusion-migratoria-en-redes-sociales-racismo-abierto-de-hombres-de-extrema-derecha/

[13] https://lavozdelosquesobran.cl/la-nueva-derecha-chilena-sobre-anarcocapitalistas-y-pinochetistas-libertarios/

[14] https://twitter.com/canalchatarra

[15] A los que dedicó un programa en youtube, conversando junto a Dani Carrasco: https://www.youtube.com/watch?v=nX2dgs3Ehpg

[16] https://twitter.com/Francis25830521

[17] Esta sería una de las pocas excepciones: https://www.youtube.com/watch?v=cDu9feaAYrE

[18] https://lavozdelosquesobran.cl/los-alguaciles-la-organizacion-que-ejerce-el-poder-oculto-en-carabineros/

[19] https://twitter.com/Auntenemospatr1

[20] Grupos que en realidad adscriben a la “tercera posición”, como el Movimiento Social Patriota, han llamado a anular ambas papeletas en el plebiscito constitucional.

 
23 de octubre 2020

Fuente: http://carcaj.cl/post-fascismo-en-chile-la-contra-revolucion-molecular/

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