Capital mundial: carácter del nuevo ciclo de crecimento. Análisis.

Se perfila un nuevo régimen de crecimiento débil en el que aumentará la presión sobre el trabajo y la naturaleza.

“A pesar de algunas mejoras desde el Informe de Estabilidad Financiera Global de abril de 2021, las vulnerabilidades financieras continúan siendo altas en varios sectores, en parte enmascaradas por las masivas medidas de estímulo. Quienes toman las decisiones se enfrentan a un desafío: mantener su apoyo a corto plazo a la economía global evitando al mismo tiempo consecuencias y riesgos no deseados para la estabilidad financiera a medio plazo. Un período prolongado de condiciones financieras extremadamente favorables, si bien necesario para respaldar la recuperación económica, puede generar valoraciones de activos excesivamente tensas y podría alimentar vulnerabilidades financieras. [subrayado por mí]. Algunas señales de advertencia (por ejemplo, una mayor asunción de riesgos financieros y una creciente fragilidad en el sector de las instituciones financieras no bancarias) apuntan a un deterioro de los cimientos subyacentes de la estabilidad financiera. Si no se controlan, estas vulnerabilidades podrían convertirse en problemas estructurales heredados, poniendo en peligro el crecimiento a mediano plazo y poniendo a prueba la capacidad de recuperación del sistema financiero mundial»[2].

Gráfico 1
Proyecciones de crecimiento del PIB mundial

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Según las previsiones, el repunte de la tasa de crecimiento del PIB mundial entre 2020 y 2021 se frenará en 2022, en particular debido a los resultados de las economías capitalistas avanzadas (en verde en el gráfico 1). En vísperas de la reunión de Washington, la estimación realizada para 2021 se redujo del 6% al 5,9%. «La revisión a la baja para 2021 refleja una rebaja para las economías avanzadas, en parte debido a interrupciones en el suministro, y para los países en desarrollo de bajos ingresos, en gran parte debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia». Lo que se ha planteado para Francia, es decir, que «lejos de la formidable recuperación que se anuncia en todas partes, una vez más, vemos los efectos bastante mecánicos de la recuperación, una forma de estancamiento»[3] y que se aplica a todos los países capitalistas avanzados.

A medida que se avecinaba la segunda ola de la pandemia, la OCDE publicó un gráfico con una estimación tanto del doble impacto como del tiempo necesario para volver al nivel anterior de PIB. ¿Habrá que trazar en breve la curva de un grave impacto?

Gráfico 2
Un colapso de la producción seguido de una lenta recuperación

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La situación de estancamiento, que ahora se combina con el alza de los precios de las materias primas, es aún más evidente cuando se tiene en cuenta el apoyo masivo de los bancos centrales a los gobiernos, como el de la Reserva Federal (Fed).

Gráfico 3
Compras de letras del Tesoro por parte de la Fed

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El gráfico 4 recuerda que, al igual que la Fed, todos los bancos centrales de los países del G7 (Alemania, Canadá, EE UU, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) han impulsado una política monetaria activa de compra de títulos de deuda pública y han permitido a los gobiernos, incluso los de la zona euro, financiar medidas de apoyo a sus economía .

Gráfico 4
Compras de valores por bancos centrales

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En el caso de Francia, el estudio que acaba de publicar la OCDE sobre política económica y social[4] evita los temas más delicados –nuclear, venta de armas– pero señala varios puntos que reflejan el miedo a la movilización de las y los asalariados por parte del gobierno de Macron. En primer lugar, señala la importancia de las medidas de apoyo público destinadas a limitar el impacto económico y social de la pandemia: “Desde 2020, el esquema de actividad parcial [evitar los despidos mediante medidas de desempleo parcial] ha preservado el empleo y los ingresos familiares. El fondo de solidaridad, el aplazamiento de impuestos y los préstamos garantizados por el Estado han respaldado la liquidez y los márgenes de las empresas, reduciendo las quiebras. Las ayudas presupuestarias directas a la actividad económica alcanzaron el 3,1% del PIB en 2020 y el 4,1% en 2021”. A continuación, el informe señala el aplazamiento de las medidas sobre cuestiones frente a las que se preveían importantes movilizaciones. Por ello, la OCDE recuerda al gobierno que “se necesitan más reformas del sistema de pensiones. [En Francia] La edad efectiva de salida del mercado laboral es la segunda más baja de la OCDE, lo que es perjudicial para el crecimiento potencial. Al mismo tiempo, la esperanza de vida a los 65 años es la segunda más alta de la OCDE. Otro llamada al orden: “dado el aumento previsto del gasto relacionado con el envejecimiento [de la población] es necesaria una estrategia de estabilización y reducción paulatina de la deuda pública para que vuelva a una senda sostenible. El nivel de gasto público es alto y algunos gastos son ineficientes. Los resultados escolares reflejan en gran medida los antecedentes familiares de los estudiantes, y la ayuda significativa a la investigación y el desarrollo (I + D) no se traduce completamente (sic) en innovación empresarial».

Otro gráfico del FMI, ligeramente más segregado, muestra el cambio de + 0,1% en 2021 a -0,1% en 2022 para las economías emergentes y de -0,9% en 2021 a -0,2% en 2022.

Gráfico 5
Persisten las brechas en la recuperación mundial

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Tanto las instituciones de Washington como la OCDE temen una tercera ola de pandemia. Se han sumado a las advertencias de la OMS sobre los peligros de la enorme brecha de inmunización entre los países de la OCDE y los países denominados emergentes (principalmente China), por un lado, y el resto del mundo, por el otro (Gráfico 6). Han tenido cuidado en no pronunciarse a favor de la liberalización de las patentes, a lo que los países de origen de los principales grupos farmacéuticos, particularmente los países europeos (Alemania, Suiza, Francia), se oponen radicalmente.

Gráfico 6
Dos situaciones contrastantes en cuanto al acceso a las vacunas

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Las consecuencias de esta brecha global en el acceso a las vacunas son bien conocidas. Primero fue en India y ahora es en Sudáfrica (Omicron) donde aparecieron las nuevas formas mutantes de Covid-19.

La emisión masiva de letras del Tesoro y su compra por parte de los bancos centrales ha contribuido a un nuevo aumento de los activos financieros que constituyen capital ficticio, acompañado de un fuerte repunte del sector inmobiliario. Los activos financieros son capital ficticio. El término se refiere a la naturaleza económica de los valores resultantes de préstamos a gobiernos o empresas o de la financiación (la mayoría de las veces inicial) del capital de las empresas. Los valores -los bonos y acciones-, generan derechos (más derechos a la reclamación, ya que los derechos como tales pueden desaparecer en caso de un colapso) para participar en la distribución de las ganancias de las empresas o para extraer, a través del servicio de la deuda pública, ingresos provenientes de impuestos. En este sentido, los títulos son muy reales, pero visto desde el ángulo del movimiento del capital productivo de valor y plusvalía, no son capital. En el mejor de los casos, representan el recuerdo de una inversión ya realizada. Quienes los detentan ven en ellos un capital del que esperan un rendimiento regular en forma de intereses y dividendos (una capitalización) por las caídas en el valor que permiten, así como a través de los beneficios ficticios resultantes de operaciones especulativas exitosas en los mercados financieros.

Desde 1994, el McKinsey Global Institute ha calculado la diferencia entre la tasa de crecimiento de los activos financieros y la del PIB global y ha seguido su evolución en sucesivos estudios publicados en 2009, 2011 y 2013. En su último estudio, la compañía quería mejorar sus estimaciones mediante un enfoque basado en la construcción de un balance global «análogo a la forma en que una empresa realiza su balance»[5]. Los autores informan que de 2000 a 2020, los activos financieros como acciones, bonos y derivados crecieron de 8,5 a 12 veces más que PIB mundial. Más importante aún, los bienes raíces representan dos tercios de los activos reales o del patrimonio neto global. El valor de los bienes raíces residenciales, incluidos terrenos, se situó en el 46% del patrimonio neto mundial en 2020, y los edificios y terrenos propiedad de corporaciones y entidades públicas (Estado, municipios) representaron un 23% adicional. “Otros activos fijos, como infraestructura pública, maquinaria y equipo, activos intangibles y reservas minerales, los tipos de activos que normalmente estimulan el crecimiento económico, constituían solo una quinta parte de los activos reales o del patrimonio neto, que va desde el 15% en el Reino Unido y Francia hasta el 39% en Japón».

Por su parte, el gigante alemán del sector de seguros Allianz señaló en septiembre: “2020 fue el año de los contrastes extremos. El nuevo virus SARS-CoV-2 ha destruido millones de vidas y medios de subsistencia, hundiendo a la economía mundial en su recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, la política monetaria y fiscal ha movilizado cantidades inimaginables de dinero para apoyar con éxito a la economía, los mercados y las personas. Los ingresos se estabilizaron y los mercados de valores se recuperaron rápidamente. Los activos financieros globales crecieron un +9,7% en 2020, alcanzando por primera vez la mágica marca de los 200 billones de euros. La brecha entre la riqueza y el crecimiento económico rara vez ha sido tan pronunciada como en 2020: los activos financieros globales crecieron un 11,6% más que la producción económica. Como resultado, los activos financieros globales marcaron otro hito en 2020: por primera vez, han superado el 300% del PIB mundial” (subrayado mío)[6].

En el caso de las acciones, el valor de los activos es el de sus cotizaciones bursátiles. La relación del nivel de los precios con la realidad económica la proporciona el Índice Shiller (que lleva el nombre del profesor de Yale Robert Shiller, quien lo propuso), que calcula la relación del precio de las acciones con las ganancias de las empresas que cotizan en bolsa. El principio CAPE (precio ajustado cíclicamente a las ganancias) es el siguiente: para estimar si las acciones de las empresas que cotizan en bolsa son demasiado caras o no, se debe comparar su precio con sus ganancias: esta es la relación precio-ganancia, o PER. Pero para poder comparar los PER a lo largo del tiempo, es necesario eliminar la inflación y suavizar los efectos vinculados al ciclo económico (los beneficios son mejores cuando la economía se orienta hacia la expansión, menos buenos cuando está deprimida). El índice Shiller relaciona así los precios de las principales 500 acciones de Wall Street (el S&P 500) con las ganancias promedio durante períodos de 10 años.

Gráfico 7
Índice de Shiller, relación entre el precio de las acciones y los beneficios de las sociedades cotizadas

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El índice alcanzó su nivel actual sólo en dos ocasiones: en vísperas de la quiebra de 1929 y durante la caída de las acciones .com [punto com] en el Nasdaq [bolsa de valores de EE UU] en 2000. Pero en 1929 y, en menor medida, en el 2000, las caídas marcaaron el fin de fases reales de expansión de capital, mientras que hoy en día nos encontramos en una fase de virtual estancamiento.

El índice se calcula para todo el mercado, la cantidad total de acciones negociadas. Su nivel actual se basa en dos factores. El primero, el nivel de capitalización de mercado de las diez principales empresas que cotizan en bolsa (la capitalización de mercado es el número de acciones de una empresa en circulación multiplicado por el precio de una sola acción). La distribución sectorial de 2019 está marcada por el dominio abrumador de las plataformas basadas en la inteligencia artificial, Internet y la venta de publicidad (GAFAM). La situación es casi idéntica hoy en día, y la única nueva entrada entre los diez primeros en Wall Street es Tesla [fabricantes de coches eléctricos].

Gráfico 8
Los diez primeros grupos en términos de capitalización bursátil

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Es interesante detenerse por un momento en la entrada de Tesla en el Top Ten. El gráfico 9 ilustra a la perfección una apuesta colectiva de los inversores financieros, así como el tipo de operación que puede permitir obtener beneficios y mantener los precios. El CEO [director general] y principal accionista de Tesla es Elon Musk, también propietario de la empresa SpaceX conocida mundialmente por su plan de vender viajes espaciales privados. Tesla, pionera en automóviles eléctricos y diseñadora de automóviles autónomos, se fundó en 2003, pero no fue elegible para su inclusión en el S&P 500 [similar al Ibex35] y cotización en el mercado de valores de Wall Street hasta junio de 2020, después de cuatro trimestres consecutivos de ganancias. Se convirtió en la empresa más grande que haya cotizado en Wall Street y, de inmediato, en la sexta empresa más grande en términos de capitalización de mercado. A partir de junio de 2020, la capitalización de mercado de Tesla ha superado la de BMW, Daimler y Volkswagen juntas. Mientras que la producción y venta del primero de sus cuatro modelos de coches eléctricos[7] es aproximadamente diez veces menor que el de Toyota, el mayor productor del mundo, Tesla está entre los diez primeros en la Bolsa de Nueva York y Toyota no. Tesla incluso se ha permitido recaudar unos 12.000 millones mediante la venta de acciones para financiar fusiones y adquisiciones, mientras que muchas empresas se ven obligadas a comprar sus propias acciones para mantener el precio.

Gráfico 9
Tesla, ingresos, pérdidas y ganancias netas (2009-2020)

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Tesla obtiene ingresos significativos de la venta de créditos a otros fabricantes. Muchos gobiernos otorgan créditos a los fabricantes de vehículos eléctricos de baterías en función del volumen de sus ventas. Estos créditos que a su vez pueden venderse a otros fabricantes siguiendo el modelo del mercado de carbono y la venta de derechos para contaminar. En 2020, Tesla ganó 1.6 mil millones $ a través de esas ventas, sin las cuales habría tenido pérdidas netas en 2020. En febrero de 2021, un documento de verificación del mercado de valores reveló que Tesla había invertido alrededor de 1.5 mil millones de $ en criptomonedas Bitcoin, y la compañía comunicó que pronto aceptará el Bitcoin como forma de pago. Tesla obtuvo más ganancias en 2021 de esta inversión que mediante las ganancias por la venta de automóviles en 2020 debido al incremento del precio del Bitcoin tras el anuncio de esta inversión.

Detrás del movimiento del índice Shiller se esconde la convicción de los inversores de que en caso de peligro la Fed acudirá en ayuda de los mercados. El FMI está muy preocupado por esto. En la introducción al informe sobre la estabilidad financiera mundial de octubre plantea una advertencia justificada por la caída de los precios del 26 de noviembre, dado que:

«Las vulnerabilidades de los fondos de inversión que se manifestaron durante la carrera por obtener liquidez (correr a buscar efectivo) de marzo de 2020 siguen presentes y los riesgos en otras instituciones financieras no bancarias aumentan a medida que cumplen los objetivos de rentabilidad nominal. Algunas señales de advertencia (por ejemplo, una mayor asunción de riesgos financieros y una creciente fragilidad en el sector de las instituciones financieras no bancarias) apuntan a un deterioro de los cimientos subyacentes de la estabilidad financiera. De esta manera, buscando mejorar el retorno de la inversión, las compañías de seguros de vida estadounidenses y europeas han aumentado su participación en bonos de menor calidad. En el contexto actual de tipos de interés persistentemente bajos y abundante liquidez, un mayor uso del apalancamiento financiero para impulsar la rentabilidad podría generar volatilidad en los mercados financieros. Si no se hace nada, estas vulnerabilidades podrían convertirse en problemas estructurales heredados, poniendo en peligro el crecimiento a mediano plazo y poniendo a prueba la resiliencia del sistema financiero mundial”[8].

Ahora vamos a pasar de la esfera financiera al ámbito de la producción y consideraremos una serie de factores que inciden en el coste de vida, poniendo de actualidad la consigna “contra la carestía de la vida, pero que podemos hacer la hipótesis de que afectan negativamente a la tasa de ganancia, cuyo movimiento se recordará en la última parte de esta nota. El primer factor es el aumento de los precios de la energía y las materias primas. Empecemos por el precio del gas. Hoy la nueva subida del precio del petróleo es en gran parte consecuencia del precio de otras fuentes de energía, el del carbón en China y la India, el del gas en Europa.

Gráfico 10
Movimiento de los precios del gas natural en Europa

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El 1 de octubre de 2021 Francia vivió el mayor aumento en el precio del gas en los últimos 15 años: + 12,6%. Desde principios de 2021, el precio del gas ha aumentado un 57%. Otros países europeos experimentaron incrementos similares.

El precio del gas en el mercado mayorista está alcanzando récords porque la oferta ya no satisface la demanda, todo ello agravado por la especulación que permite la financiarización nacida de la desregulación impuesta por los tratados europeos. A partir de la década de 1990, pasamos de una industria regida por estrategias públicas a una industria en la que el gas es una mercancía regida por el mercado de efectivo (llamado spot)[9]. Por el lado de la demanda, la recuperación económica en Asia debido al fin de la pandemia provocó un aumento mecánico de la demanda desde el primer trimestre de 2021. Los principales productores mundiales de gas licuado transportado por barco (los países del Golfo y Estados Unidos) han impulsado esta recuperación, beneficiándose de precios más altos que en Europa. Con retraso, el aumento de la demanda de gas se debió asimismo a la recuperación económica, pero también a la necesidad de reponer las reservas europeas de gas. De hecho, el invierno pasado en Europa fue largo y varios países tuvieron que reponer sus reservas de gas para el invierno de 2021-2022. El primer productor europeo de gas natural, los Países Bajos, comenzó a cerrar gradualmente su principal campo de gas en Groningen en 2018. Noruega, que se convirtió en el principal proveedor de gas para Europa, experimentó un gran incendio en su principal planta de licuefacción de gas en septiembre de 2020. Desde entonces, ha luchado por aumentar sus entregas de gas a Europa. Además, está la política de exportación de gas de Rusia de donde proviene gran parte del gas que llega a Europa. Rusia, el mayor productor del mundo, está en condiciones de abrir o cerrar las compuertas. Ha limitado sus exportaciones de gas a través de Ucrania para completar la construcción del gasoducto Nord Stream 2, a lo que se opuso firmemente Estados Unidos.

Gráfico 11
Cambios en los precios mundiales de las principales materias primas ( productos básicos ) desde 1900

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Pero detrás de este conjunto de factores hay un movimiento fundamental a largo plazo. Un estudio sobre materias primas de McKinsey en 2013, gráfico 11, señala que su movimiento ha cambiado repentina y dramáticamente desde principios del 2000. Durante el siglo XX, su precio en términos reales cayó un poco más del 0,5%  anual en promedio. Pero a partir de 2000, los precios se duplicaron de media. En segundo lugar, la volatilidad de los precios también ha aumentado considerablemente desde el cambio de siglo. De hecho, la oferta de materias primas “parece ser cada vez menos capaz de adaptarse rápidamente a los cambios en la demanda, porque las nuevas reservas son más difíciles y caras de acceder. Por ejemplo, el petróleo en alta mar requiere técnicas de producción más sofisticadas. La tierra cultivable disponible no está vinculada a los mercados finales por falta de infraestructura. Los recursos minerales deben desarrollarse cada vez más en áreas de alto riesgo político. Estos factores no solo aumentan el riesgo de interrupciones del suministro, también hacen que la oferta sea aún más rígida. A medida que la oferta se vuelve cada vez más insensible a la demanda, incluso pequeños cambios en esa demanda pueden provocar grandes cambios en los precios. Los inversores pueden verse disuadidos por la volatilidad de los precios de los recursos y estar menos inclinados a invertir en nuevos suministros o iniciativas de productividad de los recursos”.

En tercer lugar, los precios de los diferentes tipos de productos básicos están cada vez más estrechamente relacionados. Primero, los recursos representan una proporción significativa de los costes de entrada de otros recursos. Por ejemplo, el aumento del l coste de la energía en los fertilizantes conduce a mayores costes de producción en la agricultura. En segundo lugar, los avances tecnológicos permiten un mayor grado de sustitución entre los recursos en la demanda final, por ejemplo, los biocombustibles vinculan la agricultura y los mercados energéticos”[10]. Existe una grave amenaza para la producción agrícola, el suministro de alimentos sufre un proceso de reducción para su uso como combustible, cuyos efectos se combinan con los del cambio climático.

La FAO ha publicado un gráfico que muestra el aumento de cinco principales grupos de productos durante los últimos dos años (gráfico 12). Pero este no es un fenómeno reciente[11]. De hecho, el precio medio real de los alimentos ha aumentado desde 2000, revirtiendo la tendencia a la baja que comenzó en la década de 1960.

Gráfico 12
Variación de los precios de cinco grandes grupos de productos agrícolas

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Ningún producto ha sido responsable de este aumento. Respecto a los dos últimos, el índice de precios de los cultivos de aceite comestible se incrementó significativamente, impulsado principalmente por el precio de los aceites vegetales que se dispararon un 16,9% entre 2019 y 2020; este incremento se debe a las condiciones climáticas desfavorables, pero también al aumento de la demanda de biodiesel. Se trata, por tanto, de una competencia entre dos fines arbitrados por los grandes grupos agroindustriales. La otra categoría de alimentos con mayor efecto en el aumento del precio de los alimentos es el azúcar: los daños causados ​​por las heladas en Brasil en julio, debido al cambio climático, redujo su oferta e hizo incrementar los precios. El trigo, la cebada, el maíz, el sorgo y el arroz proporcionan al menos el 50% de la dieta mundial y hasta un 80% en los países más pobres. Las existencias mundiales de estos cultivos que han ayudado a estabilizar los mercados mundiales han ido disminuyendo desde 2017 debido a que la oferta ya no satisface la demanda. Desde 2019, el aumento de precios se ha acelerado drásticamente; algo a lo que ha que ‘prestar atención es la cantidad de veces desde el año 2000 en las que la FAO ha informado de condiciones climáticas impredecibles y adversas como causa de expectativas de reducción de cosechas, de cultivos afectados por el cambio climático y de la disminución de la producción”.

Según el estudio de McKinsey sobre los principales productos básicos, a corto plazo la economía mundial no se enfrentaría a situaciones de escasez absoluta. Por otro lado, “el aumento de los costes marginales de oferta parece ser omnipresente y coloca un suelo a los precios de muchos productos básicos”. La necesidad de buscar depósitos cada vez más caros ubicados en regiones de alto riesgo político pesa sobre las perspectivas de rentabilidad. Es interesante notar que cuando se trata de materias primas, el estudio no espera ningún avance tecnológico nuevo que pueda contrarrestar las tendencias subyacentes.

Cuando nos referimos a los sectores de la manufactura y los servicios, el índice de crecimiento de la productividad total de los factores que se muestra en el gráfico 13 sugiere que en la manufactura y los servicios, la robótica y la inteligencia artificial tienen poco margen para mejorar las perspectivas de ganancias en general, incluso si empresas específicas han podido aprovecharse de ello.

Gráfico 13
Índice de crecimiento de la productividad total de los factores para cinco países

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Fuente: Noah Smith http://www.bloomberg.com/opinion/articles/2018-12-04/

Cuando recurrimos a tecnologías materializadas en nuevos productos (tecnología de producto), su capacidad para abrir perspectivas de rentabilidad a un gran número de empresas y servir de estímulo a la acumulación depende del tamaño de la demanda que su utilidad social les permita generar, así como del monto de inversiones que suponga su implantación, tanto en la rama industrial donde nacen o cuya creación requieran, como en ramas afines vecinas. Las tecnologías que han aparecido aproximadamente durante los últimos veinte años han sido analizadas por el economista estadounidense Robert Gordon en una investigación publicada en 2012 y 2016. Gordon toma como punto de comparación «las tres tecnologías de propósito general más importantes de la Segunda Revolución Industrial (aparecidas en la década de 1890 y extendiendo su utilización hasta la década de 1970, FC) que dieron lugar a decenas de invenciones que cambiaron nuestras vidas»; fueron la electricidad, el motor de combustión interna y el teléfono inalámbrico[12]. Más cercanas, en la segunda mitad del decenio de 1990, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) llevaron a una recuperación momentánea del crecimiento de la productividad, debido a una caída sin precedentes en el coste de la velocidad y la capacidad de memoria de las computadoras, así como a un aumento sin precedentes en la participación del PIB dedicada a la inversión en I + D y a equipos informáticos iniciales. Los avances realizados desde finales de la década de 1980 hasta el colapso de la burbuja de las .com en 2001 serán difíciles de superar. Gordon examina los últimos avances en pequeños robots, inteligencia artificial, impresión 3D y vehículos sin conductor, y estima que sus efectos macroeconómicos serán muy pequeños. Hoy, las inversiones y medidas para impulsar la producción en un conjunto de industrias necesarias para frenar el calentamiento global, podrían cumplir los criterios definidos anteriormente.

Otro factor que afecta a la tasa de ganancia en un número creciente de empresas son los retrasos en las entregas y los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales. Los investigadores coinciden en que estas revelaron su gran fragilidad durante la crisis nacida de la pandemia[13]. Pero podemos medir su importancia gracias a un índice elaborado por el FMI a través de encuestas a los gerentes de compras a quienes se les pregunta si los plazos de entrega son en promedio más largos, más rápidos, o si no han cambiado en comparación con el mes anterior. En el gráfico 14, las calificaciones superiores a 50 indican plazos de entrega más cortos y las inferiores a 50 indican plazos de entrega más largos[14]. Los retrasos en las entregas y los cuellos de botella de los componentes pesan sobre la producción de los bienes (productos básicos) de los que son insumos. Y, subraya el FMI,  refuerzan en la configuración de oligopolios o monopolios el poder de los vendedores. Esta dimensión es crucial. Robert Reich sostiene que, en lo que respecta a Estados Unidos, la inflación de precios es síntoma de un problema estructural más profundo: la creciente consolidación (centralización / concentración) de la economía a favor de un puñado de grandes empresas con poder suficiente para aumentar los precios y beneficios[15].

Gráfico 14
Retrasos y cuellos de botella en las cadenas de suministro globales

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En términos de retraso en las entregas, la situación es que la industria manufacturera china se ha recuperado más rápido de lo esperado después de su declive en 2019-2020, pero que las navieras ya habían puesto los barcos portacontenedores en dique seco. La escasez de contenedores de envío, esencial para las cadenas de suministro, está contribuyendo a su interrupción. Normalmente, los contenedores circulan por todo el mundo, pero debido a la mala gestión “muchos están ahora estancados en América del Norte: de cada 100 contenedores que llegan allí, solo 40 se envían de regreso a Asia o Europa. Los contenedores excedentes se están acumulando en Los Ángeles y otros puertos estadounidenses mientras los proveedores chinos luchan por ellos. Pasarán meses antes de que los fabricantes de contenedores aumenten la capacidad de producción y satisfagan la demanda”[16].

El cuello de botella más dramático y serio está en la producción de microchips en Taiwán. La fabricación de semiconductores requiere mucha agua, especialmente para limpiar las virutas. Una sola planta de producción puede utilizar de 2 a 9 millones de galones [1 galón estadounidense = 3,78 litros] de agua al día. Intel, el mayor fabricante de semiconductores del mundo, extrajo 9 mil millones de galones de agua en 2015 (Informe de responsabilidad corporativa de Intel 2015), el equivalente al uso aproximado de 75.000 hogares estadounidenses. Los problemas con el suministro de agua pueden reducir drásticamente el rendimiento de la planta o hacer que la planta se cierre[17]. El capitalismo global se ha colocado en una situación de dependencia inigualable de un grupo taiwanés (la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, el mayor fabricante de semiconductores del mundo) y, por tanto, de las condiciones climáticas de la isla[18]. Los equipos de comunicación (routers de Internet, ordenadores, móviles) fueron los primeros afectados por esta escasez. Pero la industria del automóvil es la víctima más grave con una producción muy ralentizada. En el caso estadounidense, General Motors y Ford se vieron obligadas a cerrar temporalmente varias fábricas o a reducir la producción. Taiwán es normalmente uno de los lugares más húmedos del mundo, con un promedio de 2600 milímetros de precipitación por año. Normalmente, durante la temporada de lluvias, la isla se ve barrida por tifones que ayudan a llenar los embalses. Cuanto más dure la sequía, más difícil será producir, por lo que algunas empresas piden la creación de pantanos estatales para almacenar más agua y anticipar este riesgo recurrente debido al calentamiento global.

La sucesión de factores examinados en el comentario de los gráficos 9 al 14 da un carácter concreto a la discusión sobre la caída de la tasa de ganancia, con la que terminaremos. Hemos visto factores específicos que afectan a la rentabilidad. Tomo prestado de Michael Roberts el gráfico 15, quien actualiza con mucha regularidad la evolución de la tasa de ganancia en los Estados Unidos.

Gráfico 15
Tasa de ganancia de EE UU (Cálculo de Michael Roberts)

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Roberts atribuye la caída de la tasa de ganancia estadounidense al aumento de la composición orgánica del capital en casi un 17%, superando el aumento de la tasa de plusvalía (3%).

Gráfico 16
Cambios en la composición orgánica del capital (cálculo de Michael Roberts)

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(OCC = composición orgánica del capital, ROSV = tasa de plusvalía)

Recordemos que la composición orgánica es una relación entre el capital invertido por las empresas en forma física, que no crea valor, sino que solo lo transmite, de ahí el nombre de capital constante, y el de capital variable, es decir, fuerza de trabajo comprada por empresas que crean valor, cuya cantidad depende de su productividad. Cuando esta relación aumenta, la tasa de ganancia disminuye. Hay dos comentarios obligados. El primero, la necesidad de no convertirlo en un proceso ahistórico. Roberts escribe: “Es una ley de la expansión económica capitalista que esta relación llamada la composición orgánica del capital aumente”[19]. Pero, ¿esta ley sigue operando cuando el capitalismo está en declive? Hacer esta pregunta es abrir una discusión que va mucho más allá de los propósitos de esta nota. Por otro lado, lo que se puede hacer es establecer la lista de factores a tener en cuenta y examinarlos de manera concreta. Este es el caso actual del componente de insumos para la producción de capital constante. En el capital constante hay que incluir: 1) el precio de las máquinas tal como están en un momento dado; por lo tanto, hoy en día tanto las computadoras como las máquinas-herramienta, 2) el precio de los locales, las fábricas pero también las oficinas y 3) el precio de la energía y materias primas tanto en insumos agregados como esenciales (chips). Sin embargo, estos elementos han sido ignorados en gran medida por los investigadores. Hoy, por las razones que acabamos de ver, este capital constante contribuye al aumento de la tasa y seguirá haciéndolo.

La segunda observación se refiere a la noción de factores que contrarrestan el efecto del aumento de la composición orgánica capital constante/capital variable (c/v), que en muchos textos Roberts simplifica enormemente. Este factor es resultado de la cantidad de capital invertido en la compra de fuerza de trabajo y la cantidad de plusvalía, o sobretrabajo, obtenido, resultante al ponerla a trabajar en talleres y oficinas, siendo la cantidad de capital invertida resultado a la vez de las perspectivas de rentabilidad (del interés que tienen las empresas en invertir), y del precio al que se produce esta compra debido al nivel general de productividad agregada, primer determinante del precio de todo lo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo en un momento histórico dado. Entran en juego las tecnologías de producción (ahora la inteligencia artificial y la robótica), la eficiencia de los métodos de gestión, el peso del ejército industrial de reserva (la masa de desempleados); la capacidad de lucha de los trabajadores (a superar el obstáculo que las direcciones sindicales suponen a la hora de convocar movilizaciones que derroten las ofensivas antisindicales y encontrar nuevas formas de lucha, por ejemplo, los chalecos amarillos en Francia, huelgas en la logística o el movimiento de huelga en GKN en Italia, huelgas internacionalizadas de empleados de Amazon, huelgas en John Deere y en el sector sanitario en Estados Unidos, etc.). Insistamos en el hecho de que la cantidad de fuerza de trabajo realmente comprada, uno de los factores que inciden en c/v, depende del interés que tengan las empresas en invertir y, por tanto, del beneficio esperado. Sin embargo, esto está disminuyendo como se muestra en el gráfico 15; un indicador complementario es el movimiento de la inversión en caída y unos ciclos cuya duración se ha acortado.

Gráfico 17 
Inversión privada neta en Estados Unidos como porcentaje del PIB (1980-2016)

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Según los cálculos del último estudio de McKinsey, “durante las últimas dos décadas, la inversión neta como porcentaje del PIB ha sido pequeña y en declive, especialmente en las economías avanzadas, contribuyendo sólo con un 28% a la expansión de la economía. Los incrementos en el precio de los activos representaron el 77% del crecimiento del patrimonio neto, y más de la mitad de estos incrementos fueron mayores que la inflación general”[20].

Al final del período, según cifras del FMI, esta evolución estadounidense era parte de una tendencia global que afectaba a un conjunto de países.

Gráfico 18
Inversión mundial en maquinaria y gasto mundial en bienes de consumo duraderos (desde principios de 2016 hasta finales de 2019)

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Es en este contexto en el que se produce la anunciada quiebra de la gigantesca promotora inmobiliaria Evergrande[21]. El grupo es demasiado grande para quebrar. Su rescate financiero y su reestructuración/desmantelamiento parcial están en marcha. La situación de Evergrande es la punta del iceberg de un vuelco en el mercado inmobiliario ilustrado por el gráfico 19.

Gráfico 19 
La gran desaceleración del mercado inmobiliario chino

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Como escribe Romaric Godin, “mucho más que un contagio financiero global, lo que amenaza a la economía global es la desaceleración de uno de los pulmones del crecimiento, China. Es probable que la desaceleración del crecimiento y el efecto de esta quiebra en la demanda interna tengan un gran peso, porque, durante 30 años, el crecimiento chino ha arrastrado al resto del mundo. Entre 2013 y 2018, China contribuyó directamente con el 28% del crecimiento mundial. Sin duda, esta cifra es aún mayor cuando sumamos el efecto de las inversiones chinas en el exterior, incluso más allá de esta crisis”. Y para continuar: “Evergrande es el síntoma de una economía china que ya no es capaz de generar fuerte crecimiento, salvo para crear burbujas. Se enfrenta, tras 30 años de crecimiento, a los mismos problemas que las economías occidentales: la incapacidad de generar suficientes ganancias de productividad para un desarrollo capitalista equilibrado. Incluso si Beijing tiene los medios para moderar los efectos de esta crisis subyacente, el gobierno chino apenas tiene más soluciones a este problema estructural del capitalismo contemporáneo que sus pares occidentales o japoneses. Sin duda, esta convergencia marca el final de una era. A partir de ahora, los motores del crecimiento serán débiles o muy peligrosos. Se perfila un nuevo régimen de crecimiento débil en el que necesariamente aumentará la presión sobre el trabajo y la naturaleza. Sin duda, la inestabilidad amenaza a China, pero no solo a China».

Para concluir

Un régimen de crecimiento débil, acompañado además de una tendencia al alza de los precios de la energía y de los principales productos básicos, conduce a exagerar el reflejo de cada cual para sí, así como a endurecer la competencia internacional. Estos factores flotaron en el ambiente de la COP26 en Glasgow, de donde los países en extrema necesidad de asistencia financiera salieron con las manos vacías, para su consternación. A nivel doméstico, en Europa la única respuesta para que ese cada cual para sí no alimente aún más los reflejos racistas y xenófobos y para salvaguardar las condiciones básicas de vida de las y los trabajadores es impulsar la lucha política contra la carestía de la vida y las fuerzas responsables de ello.

29/11/2021

http://alencontre.org/laune/economie-mondiale-un-nouveau-regime-de-croissance-faible-sannonce-ou-la-pression-sur-le-travail-et-la-nature-va-saccentuer.html

Traducción: G Buster para Sin Permiso,  editado por viento sur

(*) François Chesnais,  es profesor emérito en la Universidad de París 13-Villetaneuse. Forma parte del Consejo científico de ATTAC-Francia.

Notas

[1] https://blogs.imf.org/2021/10/12/a-hobbled-recovery-along-entrenched-fault lines /? Utm_medium = email & utm_source = govdelivery

[2] Informe de estabilidad financiera mundial, octubre de 2021 – Resumen ejecutivo; 12 de octubre de 2021, p.1.

[3] Romaric Godin  y  Dan Israel , Recuperación económica: la narrativa del gobierno choca con la realidad , Médiapart , 2 de septiembre.

[4] OCDE, Estudios económicos de la OCDE : Francia 2021 , páginas 5 y 6.

[5] https://www.mckinsey.com/industries/financial-services/our-insights/the-rise-and-rise-of-the-global-balance-sheet-how-productively-are-we-using -nuestra-riqueza ?

[6] https://www.eulerhermes.com/en_global/news-insights/economic-insights/Al…

[7] https://ir.tesla.com/press-release/tesla-q3-2021-vehicle-production-deliveries . Tesla vendió 473,136 autos eléctricos en los primeros 8 meses de 2021. Más que cualquier otro fabricante de vehículos eléctricos en el mundo. Desde 2009, Tesla ha producido un total de 1,91 millones de vehículos. Por su parte, Toyota produjo 8.800 en 2020 con una caída esperada en 2021.

[8] Informe de estabilidad financiera mundial, octubre de 2021 – Resumen ejecutivo; 12 de octubre de 2021, p. 3.

[9] Véase Aurélien Bernier, Precio de la energía: locura organizada, Le Monde diplomatique, noviembre de 2021.

[10] https://www.mckinsey.com/business-functions/sustainability/our-insights/resource-revolution-tracking-global-commodity-markets

[11] Alastair Smith, Alimentos: ¿Por qué este aumento récord en los precios mundiales?, The Conversation , 3 de octubre de 2021.

[12] Robert J. Gordon “¿Se acabó el crecimiento económico de Estados Unidos? La innovación vacilante enfrenta los seis vientos en contra ”, documento de trabajo NBER 18315, agosto de 2012. Robert J. Gordon, The Demise of US Economic Growth: Restatement, Refuttal, and Reflections, NBER Working Paper No. 19895, febrero de 2014. https: // www. nber.org/papers/w19895.pdf

[13] https://alencontre.org/laune/le-chaines-dapprimentation-juste-a-temps-le… .html

[14] https://blogs.imf.org/2021/10/25/longer-delivery-times-reflect-supply-chain-disruptions/?utm_medium=email&utm_source=govdelivery

[15] https://alencontre.org/ameriques/americnord/usa/etats-unis-debat-nous-devons-parler-de-la-veritable-raison-de-linflation.html

[16] https://foreignpolicy.com/2021/10/27/china-supply-chain-disruption-shipping/

[17] https://digital.hbs.edu/platform-rctom/submission/taiwan-semiconductor-man manufacturing – cos – water – woes/

[18] https://www.lunion.fr/id251461/article/2021-04-23/penurie-mondiale-de-puces-electroniques-la-secheresse-h historique- taiwan-narrange

[19] Michael Roberts, La ley de rentabilidad de Marx , conferencia en la serie de seminarios sobre economía política marxista organizados por el Departamento de Estudios del Desarrollo de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS). Blog de Michael Roberts, 27 de febrero de 2020. El texto de la conferencia va acompañado de un largo Powerpoint.

[20] https://www.mckinsey.com/industries/financial-services/our-insights/the-rise-and-rise-of-the-global-balance-sheet-how-productively-are-we-using -nuestra-riqueza ?

[21] https://en.wikipedia.org/wiki/Evergrande_liquidity_crisis

 

Fuente: https://vientosur.info/se-perfila-un-nuevo-regimen-de-crecimiento-debil-en-el-que-aumentara-la-presion-sobre-el-trabajo-y-la-naturaleza/

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