«De Blair a Orwell», primer capítulo de un ensayo de Raymond Williams sobre el autor de 1984.

por Raymond Williams – Traducción de Pedro Perucca/Sonámbula.

Compartimos el primer capítulo del libro de Raymond Williams sobre George Orwell, (Orwell) nunca traducido al castellano. En esta primera parte, el autor de Marxismo y Literatura propone un rápido recorrido biográfico por la vida de Eric Blair/George Orwell, conectando su producción literaria con las viscisitudes de una vida marcada por un fuerte compromiso político. Se trata de un texto publicado en 1971 en el marco de la serie «Fontana Modern Masters», a cargo del editor Frank Kermode, que comenzó a editarse el año anterior como una serie de guías de bolsillo sobre escritores, filósofos, pensadores y teóricos que dieron forma al panorama intelectual del siglo XX. El texto de Williams dedicado a Orwell fue el noveno de la serie, precedido por trabajos sobre Albert Camus, Noam Chomsky, Frantz Fanon, Ernesto Guevara, Claude Lévi-Straus, György Lukács, Herbert Marcuse y Marshall MacLuhan. En los próximos meses iremos sumando el resto de los capítulos del libro.

Eric Arthur Blair nació en 1903, en Motihari, ciudad de la India ocupada por los ingleses. Fue el segundo hijo de Richar Walmesley Blair y de Ida Mabel Lomouzin. Su padre, entonces de cuarenta y seis años, era funcionario del Departamento del Opio de la administración civil india. Su abuelo paterno había servido en la Armada de la India, para luego hacerse pastor anglicano. El abuelo materno había sido comerciante de teca en Birmania y luego plantador de arroz.

Cuando Eric Blair tenía cuatro años, la familia volvió a Inglaterra, estableciéndose en Henley, aunque el padre continuó trabajando en la India hasta su jubilación, en 1912. Eric escribió más tarde que casi no lo vio hasta que tuvo ocho años. La madre de Eric, dieciocho años más joven que su marido, dio a luz a su tercer hijo en 1908, con lo que la familia pasó a conformarse por dos hijas y un hijo, nacidos a intervalos de cinco años.

A los ocho, Eric Blair fue enviado a una escuela preparatoria privada en Sussex, donde vivió hasta los trece años, excepto durante los períodos vacacionales. Luego entró, con una beca de estudios, a dos secundarias privadas: Wellington (durante un semestre) y Eton (por cuatro años y medio). Así que siguió viviendo en las escuelas, salvo en los períodos de receso. Cuando dejó Eton, la familia se mudó de Oxfordshire a Suffolk. Eric Blair se unió entonces a la Policía Imperial India y completó su adiestramiento en Birmania. Sirvió allí por cerca de cinco años, hasta que, en 1927, mientras se encontraba de licencia en Inglaterra, decidió no regresar, haciendo efectiva su renuncia a la Policía Imperial el primer día de 1928.

La vida de Blair hasta los veinticuatro años fue, en todos los detalles visibles, un entrenamiento para ingresar a la clase media administrativa de la Gran Bretaña imperialista. Su familia, por ambos lados, había vivido y trabajado en la India y Birmania, en el ejército, la administración y el comercio. Su primer trabajo adulto se enmarcó exactamente en este patrón. Además, había crecido con esa ausencia de vida familiar normal característica de una Inglaterra que era principalmente una base de operaciones y una red de escuelas de la clase dominante. Cuando Blair rompió el patrón, en 1927, se encontró en una Inglaterra en la que había pasado dos tercios de su vida, pero siempre dentro de instituciones (o, más raramente, en situación familiar) que definían una estructura particular de relaciones sociales. La dominación política y cultural de los hombres con historias y backgrounds similares era tan marcada en la Inglaterra de la primera mitad del siglo XX que la adolescencia de Blair fue generalmente descripta como normal y ortodoxa. Desde cualquier otro punto de vista, incluyendo los de la mayor parte de la gente que vivía en Inglaterra, era, en cambio, extraña en muchos sentidos y hasta propia de un extranjero. Es necesario recordar y enfatizar esto cuando miremos los siguiente nueve años de su vida, en el transcurso de los cuales construyó una nueva estructura de relaciones sociales y, en un sentido profundo, una nueva identidad social. Esta es la crítica evolución de Blair hacia Orwell.

Las razones de esta ruptura inicial son indudablemente complejas, pero hay dos factores evidentes. Durante su adolescencia, Blair había expresado claramente su deseo de convertirse en escritor. La de la Policía Imperial era, para éste y otros objetivos, una profesión incompatible. Pero también hay claras evidencias (aunque se manifiestan sobre todo en un período posterior, cuando ya había aclarado sus ideas) de que había comenzado a entender y a repudiar al imperialismo en el que servía. El imperialismo era, según escribió al fin de su transformación, algo malvado y cuanto antes dejara de trabajar para él y tomara distancia, mejor[1]. Sin embargo, mientras todavía se encontraba en servicio, su reacción fue más complicada. Estaba preso, como vería más tarde, entre el odio contra el Imperio al que servía y la furia contra una población nativa que se le oponía y que dificultaba su trabajo. Teóricamente, dijo, se alineaba absolutamente con los birmanos contra sus opresores británicos. Pero en términos prácticos, se oponía a realizar el trabajo sucio del imperialismo mientras se encontraba simultáneamente involucrado en el mismo.

Algunas partes de esta relación compleja lo acompañarían el resto de su vida. Pero lo que resultó crucial para el momento de quiebre fue su relación incierta y ambigua con Inglaterra: se trababa del país que conocía y al que pertenecía, aunque en muchos sentidos no lo conocía en absoluto, salvo de manera abstracta. Le había sido posible dejar la Policía Imperial y asentarse en Inglaterra en el marco de una red de clase heredada. Si hubiera reaccionado sólo contra el imperialismo explícito, esto también hubiera podido ser un desarrollo normal, pero el problema de su posición al interior de Inglaterra era más crítico. Lo que Blair efectivamente hizo durante los primeros seis meses posteriores a su renuncia fue iniciar una expedición a la zona este de Londres para conocer a los pobres de su país. Tomó como base una habitación en Notthing Hill. Luego, en la primavera de 1928, decidió mudarse a un cuarto en un distrito obrero de París. Su tía favorita, Nellie Limouzin, que se había alojado en la misma calle de Notthing Hill, estaba viviendo en París durante los dieciocho meses que se prolongó su estancia en esa ciudad. La expedición al este londinense fue, como muchas que repetiría en su vida, un viaje de descubrimiento de la gente común de su país. Pero si se consideran de conjunto estos dos años y medios de su nueva vida, queda razonablemente claro que su impulso principal era el de afirmarse como escritor. Para este objetivo era entonces tradicional la elección de París. Diez años más tarde, escribió que París en los tardíos años veinte se encontraba “invadida por semejante marea de artistas, escritores, estudiantes, diletantes, turistas, libertinos y simples holgazanes como no se ha visto en la historia… en algunos barrios de la ciudad los así llamados artistas superan a la población trabajadora”. Pero entonces “la crisis se abatió sobre la ciudad como una nueva Era de Hielo y la banda cosmopolita de artistas se desvaneció”[2]. Debemos notar el hábito, característico de muchas fases de su existencia, de escribir en términos desdeñosos y despectivos sobre algo de lo que él mismo formaba parte. Durante su estancia en París escribió dos novelas que se perdieron y publicó algunos artículos en francés y en inglés. Se enfermó de neumonía, trabajó diez semanas como lavaplatos y mozo de cocina y volvió a Inglaterra a fines de 1929.

En los dos años y medio posteriores trabajó para establecerse como escritor con unas premisas diferentes. Usó la casa familiar en Suffolk para escribir y ganar dinero con la publicación de artículos ocasionales y con la docencia. Allí completó varias versiones de lo que sería su primer libro, llamado, no por casualidad, Sin blanca en París y Londres (Down and Out in Paris and London). “Prefiero ser llamado lavaplatos (dishwasher) que basura (down and out)”[3]. El libro fue un racconto de sus experiencias, pero “si es lo mismo para todo el mundo, preferiría ser publicado con un pseudónimo”. Desde el momento en que garantizaba su subsistencia por medio de la docencia, esta decisión respecto de la publicación aparece como entendible. Pero la cuestión del nombre y, más profundamente, la de la identidad, ya había surgido antes. Fue cuando todavía estaba comprometido con sus excursiones en Inglaterra: viviendo con vagabundos y jornaleros en barrios de clase obrera. Discutiendo sobre la publicación de Sin blanca en París y Londres, le escribió a su agente a fines de 1932:

“Un nombre que usé siempre mientras estaba vagabundeando fue P. S. Burton, pero si este no te parece probable, ¿qué opinás de Keneth Miles, George Orwell o H. Lewis Always? Yo me inclino por George Orwell”[4].

El Orwell es un río de Suffolk, al sur de la casa de sus padres.

El primer libro de Orwell fue publicado en 1933. En los siguientes tres años terminó de establecerse como escritor. Ganaba dinero como docente, trabajando en una librería y haciendo correcciones, con lo que empezó a vivir lejos de la casa familiar durante períodos más prolongados. Después de Sin blanca en París y Londres publicó Los días de Birmania (Burmese days), editada primero en Estados Unidos porque su editor temía que el texto pudiera considerarse ofensivo respecto de Birmania. Le siguieron otras dos novelas, La hija del clérigo (A Clergyman´s Daughter), publicada en 1935, y Que no muera la aspidistra (Keep the Aspidistra Flying), en 1936. En la primavera de ese año se mudó a una tienda de pueblo en Wallington, en Hertfordshire, y dos meses después se casó con Eileen O´Shaughnessy, hija de un aduanero, una graduada de Literatura en Oxford (en 1927), docente y periodista, que en 1934 también se graduaría en psicología. Ellos eran Eric y Eileen Blair, pero ya la reconocible identidad de George Orwell estaba claramente establecida.

La reputación de Orwell en ese entonces, como escritor y periodista, se basaba sobre todo en sus relatos sobre la pobreza y la depresión económica. Sus expediciones y convincentes informes le habían dado una identidad particular, aunque limitada, en el mundo literario. Primero había roto con sus relaciones sociales ortodoxas, por períodos irregulares, pero luego consciente y recurrentemente, las abandonó. Lo que aportó a una cultura de conciencia de clase en tiempos de depresión económica y de pobreza generalizada fueron informes desde un mundo que parecía tan distante como Birmania. Su próximo libro fue un encargo alrededor de esta precisa identidad: una investigación, pedida por el Club de libros de Izquierda, sobre la vida de los pobres y desempleados.

Pero 1936, el año en que recibió este encargo, fue un año de crisis y cambios en distintas dimensiones. Mientras que el encargo prolongaba su identidad previa como escritor, su camino para completarla, en El camino a Wigan Pier (The Road to Wigan Pier), marcaba la entrada a un nuevo proyecto, ya como escritor político, que perduraría por el resto de su vida. Por esto la primera parte del libro constituye el tipo de reportes que le venían pidiendo y que sabía hacer tan bien, pero la segunda es un ensayo sobre las clases y el socialismo que es la primera declaración de los fundamentos de la posición política de Orwell. Allí reitera su oposición al imperialismo y al sistema de clases, pero añadiendo un compromiso con las definiciones socialistas de igualdad y libertad mientras que al mismo tiempo ataca a la mayoría de las organizaciones del movimiento socialista, especialmente a los distintos tipos de socialismos ingleses de clase media.

En febrero y marzo hizo un viaje a Lancashire y Yorkshire, antes de asentarse en Wallington para abrir su negocio durante las tardes. Se casó en junio y durante el verano y el otoño escribió su libro. Pero en julio irrumpió la Guerra Civil Española y para fines del otoño Orwell ya se estaba preparando para ir a España para recoger material para algunos artículos y tal vez hasta para combatir. Poco después de llegar a Barcelona se sumó a la milicia del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y entró en combate con ellos en enero de 1937. Entonces fue transferido al contingente del British Independent Labour Party, que servía con la milicia del POUM, con el rango de cabo y más tarde de teniente. A mediados de mayo fue herido. En abril había tratado de unirse a la Brigada Internacional en Madrid, pero terminó involucrado en el conflicto entre las autoridades republicanas y el POUM, y nuevamente, después de su convalecencia, se vio personalmente comprometido en este conflicto cuando el POUM fue declarado ilegal. Salió hacia Francia en junio.

Esta experiencia de guerra y política revolucionaria endureció sus posiciones en múltiples sentidos. No lo volvió anticomunista, en tanto él ya había rechazado desde hace años el estilo soviético de comunismo como posible forma de compromiso. En cambio, fue mayormente su experiencia directa del enfrentamiento entre comunistas y POUM lo que encausó su anticomunismo hacia una alternativa positiva. Al mismo tiempo se transformó en un revolucionario socialista, posición en la que se mantendría por los próximos dos o tres años. El camino a Wigan Pier, en el que atacaba las posiciones más ortodoxas del socialismo británico, incluyendo a las que él conocía como marxistas, fue publicado en marzo de 1937, mientras se encontraba en el frente. Tan pronto como volvió de España, comenzó a escribir Homenaje a Cataluña (Homage to Catalonia), con lo que completó su ruptura con la izquierda ortodoxa. El libro fue publicado en abril de 1938 y en junio Orwell se unió al Independent Labour Party, organización en la que permaneció hasta los primeros meses de la guerra. Quería viajar a la India para escribir un nuevo libro, pero cayó enfermo de tuberculosis a fines del invierno de 1938 y debió permanecer internado hasta fines del verano. Con un préstamo de L. H. Myers (autor de Lo cercano y lo lejano), pudo pasar el invierno en Marruecos, volviendo a Inglaterra en la primavera de 1939.

Durante este invierno en Marruecos escribió su cuarta novela, Subir a por aire (Coming up for air). En su regreso a Inglaterra escribió algunos de sus ensayos más conocidos: sobre Dickens, los semanarios infantiles y, mientras comenzaba la guerra, “Dentro de la ballena” (“Inside the whale”). Desde Marruecos había estado escribiendo cartas especulando sobre la posibilidad de una izquierda antibelicista como única alternativa contra el lento deslizamiento hacia el fascismo de Gran Bretaña. Pero cuando comenzó la guerra, empezó a creer que “ahora que estamos en esta maldita guerra tenemos que ganarla y me gustaría dar una mano”[5]. Fue rechazado por el Ejército por no estar en condiciones físicas, y nuevamente comenzó a tener problemas de dinero, mientras las oportunidades para el periodismo ocasional declinaban. Se mudó a Londres en mayo de 1940, y en el otoño de ese año escribió El león y el unicornio (The Lion and the Unicorn), un ensayo con el subtítulo de “El socialismo y el genio inglés”. A principios de 1941 comenzó a escribir sus “Cartas londinenses” para la revista estadounidense Partisan Rewiew y en agosto se unió a la BBC como productor en la sección india del Servicio Oriental, donde permaneció hasta 1943. Sirvió durante un tiempo en la Home Guard como vigilante de incendios.

En muchos aspectos, 1943 fue un año bisagra. En mayo murió la madre de Orwell y él abandonó la Home Guard por estar enfermo. También dejó la BBC para pasar a ser el editor literario del diario Tribune, entonces dirigido por Aneurin Bevan. Allí realizó regularmente reseñas literarias, pero el evento decisivo fue que a fines de ese año comenzó a escribir Rebelión en la granja (Animal farm). Terminada en febrero de 1944, fue rechazada por numerosas editoriales por motivos políticos. No se editó hasta el fin de la guerra, en agosto de 1945.

Hacia fines de la guerra en Europa, Orwell viajó a Francia y luego a Austria y Alemania como periodista. Él y su mujer adoptaron un niño en 1944, pero en marzo de 1945 ella murió durante una operación. Él se quedó con el niño y a mediados de año hizo su primer viaje a la isla de Jura, en la costa escocesa. En 1946 se instaló allí, con su hermana más pequeña y un casero, aunque volvía a Londres durante el invierno. Su hermana mayor había muerto en 1946 y su propia salud iba empeorando progresivamente. Durante 1947, en los primeros meses de una renovada tuberculosis, escribió el primer borrador de 1984 (Nineteen Eighthy-four) y en 1948, en medio de ataques severos, el segundo borrador. Para finales del año estaba gravemente enfermo y ya casi no podía escribir.

El extraordinario éxito comercial de Rebelión en la granja terminó con las preocupaciones económicas que había sufrido como escritor, desde que había decidido dedicarse a ello, cerca de 20 años atrás, cuando dejó la Policía Imperial. Pero para cuando esto sucedió, ya se encontraba en unos años finales de enfermedad recurrente y dolor. En septiembre de 1949 se internó en un hospital de Londres y en octubre se casó con Sonia Brownell. Murió en febrero de 1950.

Notas:

[1] Collected Essays, Journalism and Letters of George Orwell, I, p. 236. P

[2] Ibid., p. 493.

[3] Ibid., p. 107.

[4] Ibid., p. 106.

[5] Ibid., p. 410.

Fuente: https://sonambula.com.ar/de-blair-a-orwell-primer-capitulo-de-un-ensayo-de-raymond-williams-sobre-el-autor-de-1984/

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