Chile: Se avecinan tiempos difíciles.

por Patricio Valenzuela 

Alguien definía a los economistas como los gurúes  modernos que  -analizando una combinación de  variables,- podían  predecir las tendencias y el comportamiento de la economía  -por lapsos cortos-, (supongamos 6 meses) y, agregaban, que los  6 meses posteriores,  ocupaban su tiempo analizando  porque dichas predicciones no se cumplieron. 

No vamos a polemizar aquí, si la economía es o no una ciencia o si  se deja medir con algún grado de aproximación, por los instrumentos econométricos disponibles.

No es necesario terciar en tal polémica, para entender  que la historia del sistema del capital y su despliegue en el tiempo, no es mas que  la impronta  de sus leyes inmanentes: expansión compulsiva  y control del espacio mercantil, explotación de la fuerza de trabajo [plusvalía], innovación tecnológica [competencia por la ganancia extraordinaria] y valorización del capital [ganancia]), que operan con  una  dinámica intrínseca y perentoria,  al margen del control y de  las intenciones que puedan tener los expertos y/o chamanes 

Debe ser por eso, que  solo pueden farfullar alambicadas explicaciones ex-post, especialmente ante un modelo -que abomina de cualquier planificación-, y deifica al “libre mercado”, como el supremo demiurgo, ante  cuya ciega voluntad, tienen someterse sus operadores. No obstante, desgraciadamente también, el resto de la humanidad -en  las diferentes escalas del degradé de la explotación, desocupación o pobreza y/o  daño ambiental-; ante cuales lacras debemos someternos inermes; porque esa es –en teoría-, la ciega voluntad del mercado tipo, neoliberal. Sin embargo, el mito del libre mercado, -tal como fue teorizado por A. Smith, -como reflejo en su mente-, de una etapa incipiente o larvaria del desarrollo del capital, ha sido  largamente  rebatido  por las etapas del desarrollo posterior del capitalismo real; que  confirman  lapidariamente las tendencias descritas por Marx; de la concentración y centralización de los capitales. Por lo tanto el mercado  -lejos de ser libre-, esta dominado y manipulado a priori, por  los monopolios y/o monopsonios, a voluntad de las elites;  -dueñas del capital y  los medios de producción-  y su asociación entre el capital financiero y las transnacionales avaladas y protegidas por los respectivos Estados dominantes de los países desarrollados 

Ha sido así el camino de la (nuestra) larga  historia  del sistema del capital, entre guerras  coloniales o inter-imperialistas de expansión territorial,  que hoy   (que ya no son  posibles, so pena del exterminio nuclear total),  son reemplazadas  por guerras  parciales localizadas; tras las cuales está el enfrentamiento indirecto del imperio y sus aliados, con el fin de pulsear el ajedrez geopolítico (China Rusia),  el complejo cívico/militar (venta de armas)  y, -como siempre- la rapiña de insumos (petróleo), y expansión;    anteponiendo como “biombo civilizatorio”  la imposición de la seudo libertad y los seudo valores de la  democracia burguesa-, para lo cual azuzan y se aprovechan de los impulsos libertarios de los pueblos (primavera Árabe), para involucrarlos en guerras intestinas; impertérritos ante el genocidio y desmembramiento de pueblos, enteros, sus culturas, sus tradiciones, sus familias. Que se ven obligados a una aventura de emigración desesperada -tipo ruleta rusa-, para sobrevivir y/o salvar sus hijos y familia. Sin saber que se encontrarían con el despojo de sus haberes y cosas, y serían aherrojados en  ghettos a la intemperie en el frío invierno europeo ¿Cuál infierno elegir?

El viejo contrapunto, de la economía burguesa entre más o menos mercado, o mas o menos estado, ha culminado –por el momento con el triunfo del libre marcado-,  acontecimientos modernos, propiciaron las condiciones (tecnológicas y políticas)  para que el comando del capital diera el salto  al espacio mundial, subordinando todo tipo de intervención estatal (social democracia) imponiendo  la globalización/autonomización del capital financiero en asociación con las grandes transnacionales.   Esto supuso la redefinición  de  la función  política de los Estados  Nacionales de los países desarrollados subordinados  ahora a simples  avales de marca y respaldo de  las inversiones de ultramar.

Esto se refleja también, en la intensificación del dominio geopolítico de su patio trasero cuyos Estados son ordenados en redes asimétricas de dominio/subordinación, contando con la anuencia de elites locales obsecuentes, quienes están prestas a buscar formas de articulación al sistema mundo del gran capital, controlado desde el centro, a través de los diferentes mecanismos que ya conocemos: tratados de libre comercio, recientemente el  (TPP), y toda la estructura jurídico/política ad-hoc  del capital imperial: ONU, FMI, BM, OMC, OTAN, y, -en última instancia- el ejército mas poderoso del mundo con bases militares amenazantes, difuminadas a lo largo y ancho del planeta. Signando al matón del barrio: USA y sus aliados; las funciones de gendarmería permanente, que avalan sus sueños de dominio mundial y  expansión.

Este  es el marco mundial en que  Chile es uno de sus más ortodoxos adherentes y  el país donde mejor funcionó el sistema neoliberal. 

Y lo vemos en  los dramáticos esfuerzos hechos por el ministro de Hacienda,  (R.Valdés) que, -por semanas-, informa al país la corrección a la baja, de los índices  de crecimiento anual: (2.5, 2.00, y ahora 1.8), para intentar explicar lo inexplicable de un sistema mundial en crisis permanente y un modelo primario exportador, que sufre las consecuencias de una economía abierta y dependiente  -solo-  de la demanda China del cobre y otras exportaciones menores.

Por eso,   -desde el punto de vista político-, y a partir del triunfo de  Bachelet, cuyo programa incluía dizque “reformas estructurales”, los gremios empresariales  (SOFOFA, CPC, Cámara de la construcción etc.), se pintaron de guerra para preparase al boicot de cualquier tipo de reformas -menos del calado de aquellas anunciadas-, y,  -hay que felicitarlos-,  porque han tenido pleno éxito. Acostumbrados como dueños del País a ganar  márgenes inicuos, y vivir una vida principesca, no podían aceptar ni el más mínimo atisbo de entorpecer su paraíso: reforma tributaria, laboral, educacional (lucro). Por eso y -a pesar que vieron la mascarada de la N.M. que todo lo que querían era ventear un poquito el gato pardo-, los empresarios chilenos; -que además de ser extraordinariamente codiciosos, son tontos-, siguen presionando para rebajar y diluir  las reformas  envalentonados al  encontrar una  contraparte débil indecisa, improvisando dolorosamente, dando la lastimosa impresión de caos,  ambigüedad y falta de liderazgo. Es el dramático destino de un Gobierno -intrínsecamente neoliberal-, que se propone fingir reformas para en el fondo poner “miguelitos” a la radicalización de los movimientos sociales y de trabajadores. 

Si a todo este cuadro agregamos la corrupción generalizada que deja al descubierto el engaño y des-legitimidad de quienes nos han gobernado por siglos, tendríamos una situación expectante para acumular fuerzas contestatarias y romper la burbuja, para airear el poder con nuevas propuestas, nuevas generaciones -ética y moralmente distintas-, que destruyan este modelo hecho a la medida del abuso inconmensurable de las elites mundiales que usurpan el poder soberano de los pueblos, sobre todo de los países pobres. 

Sabemos que en Chile ya se frustraron las reformas, y que aquellos que sostienen que –dentro de la lógica del modelo-, solo las inversiones los puede salvar y se esfuerzan por rogar a los empresarios ofreciéndoles todo el apoyo del Estado y las inversiones del dinero público para ofrecerles graciosas concesiones, e inversiones de infraestructura -para que ellos, –enfurruñados como fingen estar-,  se sirvan poner sus empresas a ganar privadamente con el dinero de todos los chilenos.  Y –como decía- dentro del marco de la lógica neoliberal es lo único que pueden hacer. 

Porque la radicalización de las condiciones mundiales es tal, que aquí solo caben alternativas radicales, no hay medias tintas ni caminos intermedios es barbarie o socialismo (R. Luxemburgo).

Los tiempos están acotados, esperamos que las organizaciones sociales, partidos, pueblo, en su mayoría asqueados con tanto abuso y corrupción, puedan buscar una salida que reponga el respeto y la dignidad que merece nuestro pueblo y supere este sistema iniciando un avance  decidido a un desarrollo alternativo, que nos reponga en el concierto mundial en el lugar que siempre estuvimos y que ahora perdimos como país corrupto. 

No es un simple deseo, debemos y estamos haciendo en la práctica, todos los esfuerzos por unirnos, convencernos, confiarnos, porque   unidos podemos.              

Stgo. 28.01.16

P. Valenzuela.


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