Desde hace ya largos años, las comunidades en conflicto del Pueblo Mapuche, desde una cosmovisión colectiva e individual y en una posición de resistencia, han venido sosteniendo una lucha frontal contra el Gran Capital forestal, hidroeléctrico, minero, salmonero y turístico que asedia el Wallmapu, manifestada en la defensa de las comunidades y territorios contra el carácter expoliador y destructor del medioambiente del desarrollo del capitalismo extractivista. Arauco, CMPC y Mininco son las principales empresas beneficiadas por el proceso de expropiación de tierras surgido de la mano de la dictadura y de la subvención del Estado a las plantaciones de pino y eucaliptus. Ahora se les ha sumado la gran industria de la energía, que pretende invadir con cientos de centrales hidroeléctricas los ríos del centro-sur de Chile.
En los últimos años, frente a la lucha por la defensa de la tierra, los ríos, el aire y la vida en comunidad, el Estado, al servicio de forestales y empresas energéticas, ha intensificado su política represiva, la que en los últimos meses incluso ha recurrido a la intervención militar. Y en los hechos, sin mediar decreto alguno y en forma ilegítima, vemos que se ha configurado un Estado de Excepción Constitucional. El control soberano de las tierras mapuche y una relación no comercial con las mismas han chocado con el corazón de la gran industria forestal y el Estado chileno. En esa lucha, una decena de luchadores mapuche han caído por las balas de Carabineros, otros tantos están privados de libertad, mediante procedimientos espurios y montajes policiales.
Frente a tales hechos no es posible una posición ambigua. El respaldo a la lucha de las comunidades Mapuche debe ser total. No se trata de un apoyo meramente ético o sólo movido por cuestiones de solidaridad. Diversas organizaciones político-sociales han levantado la soberanía del Pueblo, el control comunitario y el control democrático de los espacios sociales como formas políticas de construcción del poder del Pueblo. Entendemos que estas tesis son plenamente concordantes con los planteamientos de las comunidades del Wallmapu. Existe así una sintonía entre las clases populares chilenas y las comunidades en conflicto del Pueblo Mapuche respecto al desarrollo estratégico de la autonomía y la construcción de poder popular. Asimismo, entendemos que este proceso se enmarca dentro de las luchas de los pueblos indígenas de toda América y que quienes han sido asesinados y asesinadas en el curso de estas luchas han caído ante las mismas armas que asesinaron a la compañera Berta Cáceres en Honduras hace unas semanas.
Va entonces nuestro más amplio apoyo y respaldo a las comunidades en conflicto y un profundo rechazo a la política represiva y su agudización, que con el Ministro del Interior Jorge Burgos a la cabeza, desarrolla una política de ocupación policíaco-militar y criminalización de la causa mapuche, en defensa de los intereses forestales, mineros, hidroeléctricos, salmoneros y turísticos. Hacemos presente la necesidad de la defensa pública -mediante la participación en los espacios de defensa del territorio y actos de apoyo a la lucha del Pueblo Mapuche- del proceso que viven las comunidades mapuche en el camino de dignidad y autonomía; aprender de sus métodos y desarrollo político y así, en conjunto, avanzar en la lucha anticapitalista, antimperialista, anticolonialista y antipatriarcal, y en gestar una alternativa emancipadora para nosotros/as, los pueblos oprimidos y explotados del mundo: la construcción de una nueva sociedad para todos los pueblos.
Martes, 5 de abril de 2016
SOLIDARIDAD – FEDERACIÓN COMUNISTA LIBERTARIA
FRENTE DE ACCION SOCIALISTA
FUERZA DE ESTUDIANTES REVOLUCIONARIOS
COMUNIDAD MILITANTE – MULTISECTORIAL
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