Miles de personas salieron este viernes a la calle en un grito unánime contra el machismo y la violencia de género. Los representantes políticos fueron los grandes ausentes de la cita de este año.
Una quincena de mujeres tomadas de los brazos, formando una cadena, caminan lentamente, en silencio, con el torso desnudo y pintado. Exhiben mensajes escritos en sus espaldas –“¡Que nos dejen de matar!”– y traen velas en sus manos. Apagadas. Transitan por la Alameda, todas a la una, al mismo paso. Llevan el rostro cubierto con una tela negra, solo con los ojos al descubierto.
Al llegar frente al GAM, se detienen para formar un círculo. Y una de ellas recita:
“Otro día siendo mujer / en este sistema que nos condena
Que nos dejen de matar / yo por mi hermana voy a luchar
Es que vivas nos queremos / libres y sin miedo
Porque libres nos queremos / Sin miedo de ser lo que somos
Juntas venceremos
Porque soy mi dueña / Y aunque no lo entiendas
Juntas vamos a gritar / Ni una menos nunca más
Hoy por las que ya no están / ¿Quién las mató?
El patriarcado”
Las jóvenes estrechan el círculo y prenden sus velas. La gente aplaude y les sacan fotos. Ellas retoman el paso y la comparsa se mezcla entre la muchedumbre, los ritmos de batucada, y los gritos de los manifestantes.
– “¡Patriarcado y capital, alianza criminal!”, “¡Alerta, alerta machista, que todo el territorio se vuelva feminista!”, entona la multitud convocada por la Red Chilena contra la Violencia Hacia las Mujeres.
En motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemorado este 25 de noviembre, organizaciones, partidos y movimientos sociales -Pan y Rosas, Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (Afep), Amnistía Internacional, Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), entre otros- llenan el centro de la capital chilena, desde Plaza Italia hasta Los Héroes, para rechazar cualquier forma de agresión por razones de género. La cita de este viernes es el preludio de un fin de semana de movilizaciones que se replicarán en más de 30 ciudades de todo el país.
Más allá del fin de los femicidios, las y los manifestantes reclaman acabar con las desigualdades y discriminaciones, sea en el ámbito que sea: desde lo laboral, hasta la educación, la salud o la violencia institucional.
Los bailes, cánticos y consignas se toman las calles. El recuerdo también. Cada uno a su manera, los colectivos participantes dedican la protesta a las 61 víctimas -más otra víctima de suicidio femicida- que, según la Red Chilena, han muerto durante el 2017. También resuenan los nombres de Macarena Valdés, Nicole Saavedra y Joane Florvil. Todas ellas víctimas de la discriminación por ser mujeres y pro-mapuche, lesbiana e inmigrante, respectivamente.
Un grupo de casi 40 mujeres muestra un mural con 61 arpilleras que llevan bordados los nombres y edades de las mujeres asesinadas por hombres. “Es una acción colaborativa contra el olvido”, explica Camila Falcucci, una de las coordinadoras de la iniciativa. Para recordarlas más allá del día internacional que establece el calendario, para que cada día sea 25 de noviembre. “¿Por qué la arpillería? Para reivindicar su trayectoria en Chile, por ejemplo en dictadura, que se usó esta técnica para denunciar y resistir”, cuenta.
Transversalidad sin políticos
Quienes hoy no parecen tan interesados en esa lucha son los representantes políticos. Pocos personajes de las esfera pública se dejan ver en la movilización. El peso, para esta cita, recae en los líderes y lideresas de las comisiones de género de los partidos. Claro, la campaña se acabó. Y todavía falta para la segunda vuelta.
“No hay que confundirse. El Frente Amplio tiene una bancada parlamentaria pero hay que seguir en la calle alzando la voz contra aquellos que sufren la violencia y la discriminación”, señala Tomás Hirsch (PH), diputado electo por el distrito 11 por el bloque de izquierdas.
A su lado camina Maite Orsini, diputada (RD) electa por el distrito 9 de la misma coalición, quien indica que entre las prioridades que le gustaría llevar al Congreso proyectos de ley para terminar con la brecha salarial, la violencia en el pololeo, obstétrica y en la publicidad.
Un poco más adelante desfilan los comunistas: “La defensa de los derechos de las mujeres ha tomado mucha fuerza en el último tiempo y eso es valorable. Esperamos que la ciudadanía lo recoja, y también se plasme en los proyectos que se vayan a legislar”, opina la concejal del PC por Santiago, Irací Hassler.
Sin embargo, lo que sí es un logro innegable del movimiento feminista y por los derechos de la mujer es su transversalidad. La Alameda concentra hombres, mujeres, jóvenes, niños, niñas, abuelos y abuelas que se hacen suya la protesta, los lemas y la convicción que los ha sacado a la calle.
“Tienes que mostrarlo así, para que lo lean”, dice una madre a su pequeña que sujeta un afiche en letras negras y amarillas: “Quien ama, no mata, no humilla, ni maltrata”, dice el mensaje.
25.11.2017
Fuente: http://www.eldesconcierto.cl/2017/11/25/entre-la-reivindicacion-y-el-recuerdo-cronica-de-la-marcha-contra-la-violencia-hacia-las-mujeres/
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