Chile cínico: Antonio Guillermo Parvex, otro sapo de la dictadura pasando «piola».

Antonio Guillermo Parvex, el ex agente CNI, promovido como "escritor" por la Academia de Historia Militar, El Mercurio y el gran empresariado.

Impacto provoca denuncia sobre escritor de best seller que perteneció a la CNI.

por Cambio 21.

La denuncia hecha por el semanario Cambio21 sobre las actividades como agente de la CNI de Guillermo Parvex, autor del best seller “Un veterano de tres guerras”,  causó un fuerte impacto en diferentes sectores profesionales.

Bajo el título Su pasado lo condena, la revelación, confirmada por distintas fuentes a las que tuvo acceso el periódico, provocó reacciones de quienes compartieron sus actividades como periodista en el tiempo de la dictadura.

“Los buscamos y conversamos con ellos y las versiones coinciden. Parten por aclararnos que lo conocieron como Antonio Parvex. Ahora se conoce como Guillermo Parvex. Su nombre completo es Antonio Guillermo Parvex Canales. Todos escucharon el rumor que corría sobre su procedencia: la CNI. Porque si sacaban cuentas nunca apareció en las listas de postulantes a la carrera de Periodismo y menos aceptado. Un día llegó y se instaló en lo que fue el Pedagógico en la parte de atrás donde estaba la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile”, dice el texto de la periodista María Cristina Prudant.

Un periodista –agrega la crónica- que lo conoció cuenta que “su rol no era cubrir noticias. Sino que ubicar a todos los periodistas que trabajábamos en el sector policial, quienes eran más peligrosos, quienes eran los opositores. Era un asqueroso”.

Nunca trabajó en El Mercurio

“Miente cuando dice que trabajó en El Mercurio, Las Ultimas Noticias y La Segunda, eso lo puedo asegurar con absoluta certeza”, dice Cristián Bustos que trabajó más de 25 años en la empresa El Mercurio donde llegó a ser presidente del Sindicato de Periodistas. ”Yo trabajé ahí, nunca lo vi y nadie lo vio”.

Recuerda Bustos que cuando reporteaban “teníamos que ir al cuartel de la CNI, que estaba en la calle Belgrado (hoy calle José Carrasco Tapia en memoria del periodista asesinado por Alvaro Corbalán), a recibir los comunicados oficiales con los datos acerca de los allanamientos y enfrentamientos que hacía la CNI  y casi siempre los entregaba el mismo Antonio Parvex”.

“Entonces, ¿qué hacía ahí? Muchos de nosotros lo vimos, igual que infiltrado en manifestaciones que nos tocaba cubrir. El primero que aparecía era él. Me acuerdo de la matanza de Corpus Christy que llegamos todos los reporteros policiales allá y él ya estaba y de eso nunca escribió en su medio. Una vez, los carabineros le sacaron la cresta en una protesta, porque se tenían mala los pacos con los CNI”, enfatiza el mismo Bustos.

En cuanto a la idea de cambiar el nombre y ponerse Guillermo Parvex, uno de sus ex compañeros deduce que lo hizo para evitarse problemas porque “si yo escucho que Antonio Parvex escribió un libro yo inmediatamente digo cómo si ese huevón fue de la CNI, de la DINA y él está consciente de eso por algo se cambió el nombre. Pero lo he visto cuando lo han entrevistado en la tele, en las radios, es el mismo rostro, la misma voz. Ahora está canoso antes tenía el pelo negro y se dejó barba. Yo me puedo parar al lado de él y decirle tú eres Antonio Parvex”.

Cercanía con los uniformados

Sus ex compañeros reconocen que trabajó como periodista en la Agencia ORBE y La Nación, pero que “nunca se tituló porque solo era una pantalla para espiar”, todo esto ocurría en tiempos de la dictadura y esos dos medios eran oficialistas. Hay quienes lo describen como “un tipo  formateado, raro, introvertido, que se paraba al lado de los grupos y solo escuchaba las conversaciones, nunca opinaba de nada”, señala el destacado periodista y escritor Benedicto Castillo.

“A mí me parecía muy extraño su cercanía con los militares. Siempre estaba en la oficina de Relaciones Públicas de Carabineros donde íbamos a buscar las noticias. No se movía de ahí. Más de alguna vez fue sorprendido cuadrándose frente a un carabinero de rango”, agrega Castillo.

“Recuerdo un ejemplo de su afinidad con los militares. A mí, para el libro que escribí sobre Pinochet me dieron solo una hora en la biblioteca de la Escuela Militar. En cambio, él escribe con el apoyo de la Academia Militar” , comentó Castillo.

Un reportero policial que está retirado se acuerda que “nosotros reporteábamos cuando nos perseguían, nos tomaban fotos. Entonces, yo tenía miedo y nunca fui a Belgrado, por eso no me consta que distribuyera comunicados. A lo mejor ayudaba a redactarlos. Ahora, se le tildaba de sapo, pero no estoy seguro. Sin embargo, los colegas decían que era de la CNI, ellos lo conocían más”.

“Ahora dice que es periodista, siempre fue un infiltrado de la CNI y le teníamos miedo, cuenta otro periodista. Y nos entrega detalles de un hecho muy especial, que fue comentado casi en secreto para que él no se enterara:

“A tal punto llegó la situación que una periodista joven, que un día fue a reportear una protesta en La Pintana, mientras miraba por una ventana de la Comisaría del lugar vio llegar dos vehículos con agentes de la CNI que se bajaron con una ametralladora en la mano cada uno con un brazalete en el brazo. Entre ellos, Parvex. La periodista quedó en estado de shock, hubo que asistirla porque no terminaba de llorar y decía con angustia; pero si él es periodista y yo he reporteado con él. No puede ser decía. Después la fuimos a dejar a su casa y no volvió a trabajar por varios años. La verdad, no sé si ahora estará trabajando”.

La mayoría de las personas consultadas expresaron su extrañeza porque nadie ha reconocido a Parvex, salvo quienes estudiaban en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile y reporteaban el sector policial en los años de la dictadura.

Incluso algunos de ellos expresaron su duda si Antonio y Guillermo Parvex son la misma persona. Ocurre que en el Registro Civil aparece como Antonio Guillermo Parvex y quienes tuvieron ocasión de conocerlo, como nuestros entrevistados, pueden dar fe de que es la misma persona.

Presidenta de la DC, Myriam Verdugo: «Yo creo que era un informante»

Una periodista que conoció a Antonio Parvex, es la actual presidenta de la Democracia Cristiana, Myriam Verdugo. Ella fue estudiante de la Universidad de Chile que entró por la Prueba de Aptitud Académica y no conoció como ingresó a la universidad el actual escritor.

«Era compañero de curso, de mi misma promoción. Era muy raro.Solo miraba, escuchaba, se colocaba atrás en las clases. Nunca tenía opinión. De nada».

«Era misterioso. Para todos nosotros claramente era un informante (de la DINA o la CNI)…en las universidades sabíamos que existían los denominados sapos y él probablemente era uno de ellos», señala Myriam Verdugo.

Y tiene una anécdota: «Fuimos en bus a una gira al norte con el curso y tuvimos un problema con Carabineros en la carretera. Pero él se bajó rápidamente y sostuvo una pequeña conversación con ellos y nos dejaron pasar rápidamente. Todo fue muy raro. Les habló  desde su posición de fuerza»

Luego cuando Myriam Verdugo reporteaba se encontró varias veces con Parvex, especialmente al cubrir notas sobre dirigentes sindicales: «El trataba de ganarse la confianza de ellos, pero los dirigentes ya estaban dateados sobre su «otra vida». “Así, tenían sumo cuidado con entregarle alguna información sobre sus vidas privadas o reuniones que se hacían en las casas o lugares donde podían ser detenidos y allanados”.

Fuente: https://cambio21.cl/pais/impacto-provoca-denuncia-de-cambio21-sobre-escritor-de-best-seller-que-perteneci-a-la-cni-5a84817eaa2d746b49572825


Anexo 1 (CT): La sutil campaña de «El Mercurio» para promover al ex agente de la CNI como «escritor».

Guillermo Parvex, el hombre detrás del éxito de «Un veterano de tres guerras»

por Maureen Lennon Zaninovic /Entrevista, El Mercurio.

Dedicado a las comunicaciones corporativas y con un perfil más bien bajo, la vida le ha cambiado al periodista chileno tras su rescate de las memorias del militar José Miguel Varela. El profesional analiza este fenómeno editorial y adelanta sus próximos proyectos; entre otros, un volumen sobre la Guerra del Pacífico.

Hasta hace dos años la Academia de Historia Militar, dirigida por el coronel en retiro Marcos López Ardiles, no tenía mayores contratiempos.

«La llegada de ‘Un veterano de tres guerras’ la trastornó. Ha tenido ingresos que nunca se hubiera soñado. Tuvo que ampliarse, abrir bodegas, desarrollar un área administrativa, cobrar y facturar», comenta a «Artes y Letras» el periodista Guillermo Parvex, responsable de unos de los sucesos editoriales de la última década.

Desde que se lanzó, en septiembre de 2014, el apasionante testimonio de José Miguel Varela lleva 13 reimpresiones y más de 50 mil ejemplares vendidos.

«Apenas se publicó, de inmediato ingresó a la lista de los más vendidos, pero en enero de 2015 salimos del ranking porque nos quedamos sin stock . ¡No lo podíamos creer! Los primeros mil libros se vendieron muy rápidamente y nos demoramos en volver a imprimir más copias, porque queríamos mantener el color ahuesado tan característico de las páginas de este libro. Volvimos en abril de ese año a la lista de los más vendidos y de ahí no hemos salido», añade satisfecho Parvex y agrega «que estoy seguro de que una novela de Isabel Allende puede vender muchísimo más, pero no deja de ser un hito que un texto de historia tenga este éxito. ‘Adiós al Séptimo de Línea’ de Jorge Inostrosa sin duda marcó un precedente importante, pero se trata de una novela de ficción. No creo que exista otro libro de historia propiamente tal que haya permanecido más de dos años en un ranking «.

Guillermo Parvex se explaya sobre otras implicancias editoriales de los recuerdos de Varela. «‘Un veterano…’ marcó un camino para que otros títulos, de ficción y no ficción, tuvieran éxito. Está el caso reciente de Carlos Tombren con ‘Huáscar’ y ‘Balmaceda’; y los dos volúmenes de la ‘Historia secreta de Chile’ de Jorge Baradit. El libro abrió un reencantamiento por la historia de Chile. En ‘Balmaceda’ de Tromben hay pasajes que corresponden a las memorias de Varela, sobre todo en la descripción de la llegada del ex Presidente a la estación de Quillota. Hay un libro reciente del escritor Pedro Cayuqueo, ‘Fuerte Temuco y otras crónicas mapuche’, que tiene un capítulo dedicado a ‘Un veterano…’, lo mismo ocurre con el volumen ‘Los tiburones de la tierra’ de Eduardo Díaz. Varela se ha transformado en un referente».

Un periodista apasionado por la historia

Guillermo Parvex estudió periodismo en la Universidad de Chile. «Mi primera opción era postular a historia, pero en los 70 sentí que no daba para vivir, a diferencia de periodismo, que se impartía en apenas tres universidades y sí tenía un campo laboral asegurado», adelanta y precisa que se desempeñó en el diario Las Últimas Noticias, en la revista Qué Pasa y en las radios Agricultura y Nuevo Mundo, pero en las últimas décadas se ha dedicado de manera exclusiva a las comunicaciones corporativas. «Siempre lamenté que la Escuela de Periodismo fuera tan rígida y no se pudieran tomar optativos de historia. Desde muy chico fui un muy buen lector. Mis autores favoritos son Manuel Rojas y Francisco Coloane, y a los 10 años me apasionó ‘Adiós al Séptimo de Línea’. Los cincos volúmenes de Inostrosa despertaron en mí el interés por el Combate Naval de Iquique. Dentro de la historia de Chile, los episodios que más me atraen son la Guerra del Pacífico y la Revolución de 1891».

Celebrando sus 65 años, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en Concepción, promueve al «escritor» Antonio Guillermo Parvex, ex agente de la CNI (el último de izquierda a derecha).

Es sabido que a los 11 años el periodista chileno recibió un particular regalo de su abuelo. Se trataba de un fajo con unos diarios de campaña, escritos a mano por el veterano José Miguel Varela, durante los conflictos bélicos en los que participó. El paquete también incluía las transcripciones de los relatos de Varela realizados por su abuelo.

«Cuando me obsequiaron ese paquete no lo abrí porque en ese momento estaba más preocupado de jugar a la pelota y de encumbrar volantines. Mi abuelo, a quien quise mucho, me heredó muchas cosas; entre otras, libros antiguos de 1810 y 1840. En 2004 decidí abocarme a este gran fajo de papeles y el trabajo fue enorme. Los apuntes eran poco legibles y la cronología estaba alterada. Transcribí todo y después empecé a armar un verdadero rompecabezas. Sin alterar los contenidos, unifiqué todas las voces en una primera persona».

Una vez terminada la escritura, Parvex envió su trabajo a distintas editoriales y a un reconocido concurso de biografías y autobiografías. «No pasó nada. Pensé que ya no tenía interés y dejé botado este proyecto hasta que un coronel en retiro lo leyó, le encantó; y se lo recomendó con entusiasmo a Marcos López Ardiles de la Academia de Historia Militar, quien finalmente terminó publicándolo».

-¿Cuánto de su creación personal y cuánto de apego a la realidad tiene «Un veterano de tres guerras»?

«De parte mía, cero ficción. Una vez terminada la transcripción de los documentos y de ordenarlos, corroboré todo el historial del veterano con archivos militares. En el Archivo General de Guerra aparece todo: sus fechas, sus lugares y destinaciones. El historial militar de Varela calzaba milimétricamente con sus escritos. Viajé a Cautín y me encontré con una serie de documentación sobre su trabajo como intendente y en Angol hallé sus documentos de compraventa. Puede haber una pequeña cuota de ficción en algunas apreciaciones de este personaje, pero todo es real».

-¿A qué atribuye el fenómeno de ventas: al boca a boca o al efecto de las redes sociales?

«El libro, a diferencia de lo que ocurre con otras editoriales, ha tenido cero márketing. He ido a firmar algunas copias, pero ha sido por invitaciones puntuales, no por una estrategia de ventas. Está confirmado que se posicionó por el boca a boca. Hicimos algunos estudios en librerías, preguntándoles a los lectores por qué lo pedían y la respuesta era ‘me lo recomendó un amigo’. El libro, además, tuvo mucho éxito como regalo de Navidad y así se fue difundiendo. También han ayudado las redes sociales: gente que lo ha comentado por Twitter, como recientemente lo hizo Andrónico Luksic».

-«Un veterano de tres guerras» ha sido leído transversalmente por los chilenos. ¿A qué se debe que apasione tanto a intelectuales y políticos de gobierno y oposición?

Parvex y su conversación con uno de los dueños Chile: «Una muy agradable conversación sobre la historia de nuestro Chile con @aluksicc. Agradecido por el excelente libro que me obsequió».

«Me sorprende muchísimo ese fenómeno. Converso con un militar y encuentra fantástico el libro, converso con un dirigente mapuche y lo aplaude. He dado conferencias en universidades, en unidades militares, y en colegios con niños muy interesados, que conocen todos los detalles y se nota que lo leyeron con dedicación. Y en el ámbito político, ha recibido muy buenos comentarios de todo el espectro, desde Ricardo Lagos a Hermógenes Pérez de Arce. La transversalidad se debe a la calidad del personaje que es un chileno de clase media, ilustrado, observador y patriota. Patriota en un sentido muy amplio: con un cariño al país, con una entrega a la nación muy únicas. José Miguel Varela fue una persona altruista que fundó muchas sociedades que hasta el día de hoy perduran. Combatió en tres guerras y fue un abogado entregado a sus clientes y a muchos los atendió gratis. Es un chileno que se entregó a un ideal. La educación fue otro aspecto esencial en su vida. Fue uno de los fundadores del Liceo de Temuco y rector del Liceo de Puerto Montt. Hay muchas aristas que conectan con distintas personas».

-En un momento en que es denostado el servicio público, ¿Varela es un ejemplo de espíritu republicano?

«Exactamente, y diría republicano-progresista, porque la única vez que se abanderizó políticamente fue con José Manuel Balmaceda y casi dio la vida en la batalla de Placilla. Fue una persona muy partidaria de las políticas del gobierno de Balmaceda y su fiel servidor en La Araucanía. Ese es un punto muy importante porque si analizamos todo lo que hizo el veterano como jefe de la Comisión Repartidora de Tierras, sin duda si no hubiera irrumpido la Guerra de 1891 y él hubiera seguido en ese cargo por un tiempo más, no tendríamos los problemas que hoy se viven en La Araucanía. Varela, por instrucciones del ex Presidente, aplicó la ley tal como estaba estipulada: instaló a las comunidades indígenas en sus terrenos de origen, entregó a los colonos otros paños y lo que sobró fue rematado. En 1902, el Presidente Germán Riesco lo designó como intendente de la Provincia de Cautín. A poco de asumir el cargo, se topó con que una vasta extensión de territorio en el lago Budi había sido tomada por el colono español Eleuterio Domínguez. Varela insistió tres veces por telégrafo al gobierno para detener esta expropiación, pero le advirtieron que tenía que dejar las cosas tal como estaban y el veterano terminó renunciando. Eso demuestra que tuvo un compromiso con la justicia muy grande».

-Los lectores han quedado muy impactados con la descripción de la Revolución de 1891. ¿Es para usted uno de los pasajes más estremecedores?

«Absolutamente. Yo la había estudiado en el colegio, pero al analizarla desde la perspectiva de una persona que estuvo ahí, constaté que fue mucho más cruenta que la Guerra del Pacífico. ¡En ocho meses fallecieron muchísimas más personas! Hay un hecho muy triste: los que se enfrentaron en la Revolución del 91 fueron todos compañeros de armas en la Guerra del Pacífico. José Miguel Varela muestra ese quiebre de antiguos camaradas. Pero, pese a lo cruenta que fue esa guerra, se evidenció un período de reconciliación bastante breve. El veterano, que fue declarado prófugo en la clandestinidad, quedó libre a los cuatro años por las leyes de amnistía. Se hizo literalmente un borrón y cuenta nueva. Antiguos enemigos políticos después se convirtieron en sus clientes cuando volvió a trabajar como abogado en Angol y Temuco. Personalmente, me impresionó cómo las tropas se cambiaron de un bando a otro y cómo el camarada de ayer era el enemigo de hoy».

-¿Muchos esperan una película o una serie de TV?

«Me encantaría, pero aún no he recibido ofertas. Estoy seguro de que sería un éxito».

19 de marzo de 2017.

Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=345050


Anexo 2 (CT): Su promoción en el campo literario. Lo que dice la web «Comparte Libros».

Biografía de Guillermo Parvex.

Guillermo Parvex es un escritor y periodista chileno, licenciado en comunicaciones y postgraduado en comunicación estratégica. Ha ejercido como asesor comunicacional de diversas empresas chilenas y extranjeras. Forma parte de la Academia de Historia Militar.

En 2014, tras años de trabajo de recopilación y revisión de manuscritos, publicó Un veterano de tres guerras, libro que recoge las experiencias vividas por el teniente coronel José Miguel Varela en la Guerra del Pacífico, las campañas en la Araucanía y la guerra civil de 1891. Con más de 60 mil ejemplares vendidos, el libro se ha convertido en un best seller de la crónica histórica.

Con su último libro, Servicio secreto chileno en la Guerra del Pacífico, Parvex se consolida como uno de los autores favoritos de los chilenos, que a través de diversos títulos han comenzado a revisitar su propia historia.

Fuente: https://www.compartelibros.com/autor/guillermo-parvex/1.


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7 Comments

  1. Cumplí mi Servicio Militar en el RAM Nº 2 «Arica» de La Serena y ya licenciado ingresé a la Universidad d Chile titulandome como Profesor de Estado.
    En 1978 hacía clases de Biología y Ciencias en el Liceo Gregorio Cordovez de La Serena y recuerdo claramente cuando recibí una muy especial citación que decía . «Se cita a los jugadores del Club «Los Cóndores» a una importante reunión, el próximo Sábado ….. a las 9.00 horas en nuestra sede». El nombre del club era la clave para entender que debíamos presentarnos al citado Regimiento y el mes de citación el mismo que cita Parvex. En esa oportunidad nos reencontramos antiguos compañeros de armas.
    Nos hicieron pasar al comedor de la tropa y allí el Vice Comandante de la Unidad de dirigió a nosotros.
    Primero, nos señaló que todo lo que escucháramos era «Secreto Militar» y que nos estaba prohibido cualquier tipo de comentario con terceras personas, incluídos los familiares». Luego, en breves palabras, explicó la razón de la citación: la situación de Chile con Argentina por la posesión de islas Nueva, Picton, Lenox, otras más pequeñas y Canal Beagle. Enseguida nos informó que quedaríamos a cargo del Oficial de Instrucción del Regimiento.
    Durante el resto de la mañana completamos una ficha actualizando todos nuestros datos y quedamos citados para el Sábado siguiente.
    Independientemente de su condición o no de miembro de los servicios de inteligencia, la situación que acabo de exponer es coincidente por la vivida por Parvex y a ello debo agregar que nos repartieron uniformes «a medida» (eran los que habían devuelto los conscriptos del año» , y que nos llevaron a «campaña» para «recordar lo aprendido hacía ya varios años. Hacía mucho calor en la playa y un frio horrendo en el paso de Aguas Negras. No teníamos equipo adecuado. Debo reconocer que, por nuestra apariencia, más parecíamos un pelotón de «guerrilleros»: a la mayoría los uniformes nos quedaban estrechísimos porque, claro, nuestro físico no era el que teníamos a los 18 años y la agilidad, tampoco. Pero, como bien dice Parvex, estábamos absolutamente dispuestos.
    Muchos trabajábamos los días Viernes y Sábado y algunos hasta los Domingos, por lo que ausentarnos obligadamente de nuestras labores era bastante problemático. En lo personal, me significaba dejar muchos cursos sin clase lo que en un Liceo numeroso es muy conflictivo por el atraso en las materias y por el aspecto disciplinario.
    En cuanto a la obra «El año que marchamos a la guerra», coincido con Parvex en que. al revés de nuestros eventuales «enemigos», los preparativos para la defensa territorial se hicieron con muchísimo sigilo y reserva: jamás hubo «apagones de la ciudad», ni desplazamiento de convoyes de vehículos y tropas a pleno día. tampoco hubo arengas altisonantes en público. ni medidas precautorias extremas salvo, por razones obvias, las del extremo sur, en las ciudades y poblados amagados. Estas son las razones por las cuales este grave incidente pasó casi desapercibido para el grueso de la población civil, siendo quizás lo más alarmante los titulares de algunos medios de prensa. Pero todo esto tiene una explicación: estando tanto en inferioridad numérica como de armamento en las tres ramas, no teníamos porque dar ventajas publicitando «Orbi et Orbe» los preparativos que se hacían. También esto explica porque no hubo ruidosas recepciones a las tropas que llegaron desde distintos lugares cuando el incidente se dio superado gracias a la intervención de la Santa Sede.
    Sin duda, la lectura de la obra de Parvex aporta interesantes y desconocidos datos, que por años permanecieron subyacentes siendo casi absolutamente desconocidos por la mayoría del país, pero las autoridades de gobierno y militares y los que algo, mucho o poco tuvimos que ver en este «affaire» saben cuan cerca se estuvo de un holocausto que se sabe como empieza pero cuyo final es, a lo menos…..incierto.
    Por lo expresado, valoramos el esfuerzo de Parvex por revelar esta parte de nuestra Historia Patria.
    Actualmente y ya jubilado, me dedico a la investigación histórica. Mi primera obra se titula «Batallón Coquimbo y Liceo de Hombres de La Serena en la Guerra del Pacífico» y la segunda, por publicarse es «Historia del liceo de Hombres de La Serena. Doscientos años de tradición educacional, 1821-2021»

    • A este «historiador» muchos lo identifican como infiltrado de los organismos de seguridad de la dictadura de Pinochet. Sería muy sano, investigar al respecto, para confirmar o no descartar la información. Si fuese verdad, no sería aceptable que pase piola.

    • Gmo Parvex -en su libro El año que marchamos a la guerra- afirma haber jurado a la bandera por primera vez en 1972 al “ser licenciado del Servicio Militar que cumplí en un Curso de Estudiantes”. Ello es inexacto, ese Curso de Estudiantes cumplió su Servicio Militar en dos períodos veraniegos: enero-febrero de 1972 y enero-febrero de 1973, por lo que su licenciamiento y juramento fueron en 1973 y no un año antes del Golpe Militar. Curiosamente Parvex omite referirse al arma y unidad en que se instruyó a ese contingente estudiantil: el arma de Ingenieros, en la Escuela de Ingenieros Militares, en Tejas Verdes, de ese modo resultará menos extraño el que no mencione o recuerde que el director de esa Escuela a partir de febrero de 1973 y durante su (y mi) licenciamiento fue Manuel “Mamo” Contreras Sepulveda.

  2. El gobierno militar, lejos lo mejor que le pudo haber ocurrido a Chile, lamentablemente se hizo mal el trabajo y se dejo a todas las ratas vivas que arrancaron como lo que son, sembraron odio y eso mismo cosecharon, los revolucionarios de cartón que al sonido del primer petardo se volaron y ahora pretenden cambiar la historia.

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