Desde Chile: Diosnara Ortega por reforma en Cuba: “Para mí es una nueva Constitución”.
La socióloga cubana y académica de la Universidad Católica Silva Henríquez analizó los cambios que tendrá la Carta Magna del país caribeño y de cómo se ha llevado a cabo el proceso.
por Diario Uchile.
Desde Cuba:
Díaz-Canel: El acto cívico nacional nos devolverá la Constitución renovada.
por Cuba Debate.
Discurso pronunciado por Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Primer Periodo Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 22 de julio del 2018. “Año 60 de la Revolución”. (Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Querido General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido;
Compañeros Machado y Lazo;
Diputadas y diputados;
Compatriotas:
Precisamente en el año en que conmemoraremos el aniversario 150 del inicio de las guerras de independencia de Cuba, y como expresión de que en el presente continuamos la lucha revolucionaria que nos ha distinguido durante más de una centuria y media, se desarrolla esta histórica sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Además de dictaminar sobre la Liquidación del Presupuesto del Estado del pasado año, este encuentro adquiere enorme significación por dos razones fundamentales: la aprobación del Proyecto de Constitución de la República y la presentación del Consejo de Ministros de la nación.
Hace poco más de tres meses, en esta misma sala, asumí ante ustedes y ante el pueblo cubano la más honrosa y desafiante de las misiones que he tenido: la presidencia del Consejo de Estado y de Ministros, cargo que hasta entonces solo desempeñaron dos hombres cuyas historias personales son a la vez la historia misma de la Revolución.
Fidel, desde la eternidad donde ahora habita, fue la imagen recurrente durante los minutos que duró el acto solemne aquel 19 de abril. En esos instantes lo pensé muchas veces: aquilaté mejor su insuperada talla de estadista continental y mundial, recordé algunas de sus inagotables lecciones políticas y humanísticas, valoré más sus “cualidades de conductor revolucionario” y asumí como propio su firme credo martiano, la profunda convicción de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.
Raúl, alzando mi brazo, fue entonces la certeza de que tenemos un guía, lúcido e incansable, cuyo apoyo no he dejado de sentir ni un día. Soy, por tanto, un presidente afortunado, no solo por el extraordinario pueblo al que debo servir, sino por la excepcionalidad de quienes me han antecedido. ¿Cómo entonces cumplirles?
Todo lo que hemos hecho o tratado de hacer en estos meses, se orienta al objetivo primordial de servir a Cuba, con el oído pegado a la tierra y con los ojos bien abiertos, como nos ha pedido Raúl, y con el espíritu de una frase pronunciada por Fidel en febrero de 1959, cuando al dirigirse a un humilde pueblo del oriente del país, preguntó: “¿Qué harían ustedes, los que están pidiendo esas demandas, si estuvieran en el poder? (…) resolver los problemas ustedes (…) pues ustedes somos nosotros y nosotros, que somos ustedes, estamos en el poder”.
¿Saben cuáles eran las demandas de aquel pueblo?: casas, empleo, escuelas, maestros, hospitales, médicos…
Apenas tenía un mes la Revolución y ya estaba en marcha el plan para enfrentar la galopante miseria que excluía a millones de cubanos de los beneficios elementales de una sociedad moderna.
Todo esfuerzo parece hoy insignificante frente a la proeza de aquellos años. El camino no era un lecho de rosas. Había que construirlo, con todos los riesgos que ha comportado vivir, trabajar y crear en un país que creció bajo amenaza. Pero pudimos. Con todas nuestras carencias, necesidades y errores superamos a las naciones de similares posibilidades económicas en prácticamente todos los índices de desarrollo humano. ¡Y vamos por más!
Es lo que buscamos con la profunda reforma a nuestra Constitución, obligada a actualizarse para que la institucionalidad se fortalezca y con ella el Modelo Económico y Social aprobado por el sexto y séptimo congresos del Partido.
Bienaventurada oportunidad que nos obliga a repensarnos como nación y a hurgar en el seno de nuestras esencias, con la participación de todos, inspirados en aquellos y aquellas que inmortalizaron a Guáimaro, pueblo de paso del Camagüey, que Martí declaró sagrado porque en sus predios se hizo la primera Constitución cubana.
Hemos debatido en varias sesiones el Proyecto de Constitución de la República. Ha sido muy útil y provechoso el estudio previo y el debate sostenido en estos días. Debate apasionado, comprometido, crítico, patriótico y aportador; centrado desde el humanismo de Fidel y Raúl, la sensibilidad revolucionaria y la argumentación histórica, cultural y científica en las esencias y fibra de la nación; que ha reconocido la labor de la Comisión encargada de redactar y presentar el Proyecto de Constitución, liderada por el General de Ejército.
Debate apoyado también por un vibrante aché, a propuesta de un diputado.
Una vez más, con sano orgullo, sentimos que en este Parlamento también somos Cuba.
Podemos afirmar que estamos frente a un proyecto que contribuirá, luego de la consulta popular y el referendo, a fortalecer la unidad de los cubanos en torno a la Revolución.
En los próximos días comenzará la preparación de los compañeros seleccionados en cada una de las provincias para llevar adelante el proceso de consulta popular.
Este ejercicio de participación directa del pueblo adquiere la mayor relevancia política y será un reflejo más de que la Revolución se sustenta en la más genuina democracia.
Constituye una alta responsabilidad para todo nuestro pueblo la participación activa y consciente en la discusión del Proyecto de Constitución de la República.
Cada cubano podrá expresar libremente sus opiniones y contribuir a alcanzar un texto constitucional que refleje el hoy y el futuro de la patria.
A quienes nos fundaron en el fragor del combate por la libertad con más moral y vergüenza que armas para enfrentar al adversario y gracias a ello vencieron, porque les importaba más ser que tener, les debemos el acto cívico nacional que nos devolverá la Constitución renovada como un ejercicio unificador, moralizante y vigorizador del alma del país.
Depende ahora de nosotros, de las instituciones y entidades educativas y formadoras, que sirva la obra nueva para que nuestros niños, niñas, adolescentes, jóvenes y menos jóvenes indaguen en la historia de las constituciones y para que el pueblo se familiarice más con la Ley de leyes.
Debemos facilitar e insistir en el conocimiento por todos los componentes de la sociedad cubana actual sobre esta Ley fundamental, para corroborar y asentar la convicción de que somos un pueblo que, en el arduo camino de los años más duros para nuestra economía, no perdimos la brújula de los valores que nos sostienen desde hace 150 años.
Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/07/23/diaz-canel-el-acto-civico-nacional-nos-devolvera-la-constitucion-renovada/#.W1yuErgnaUk
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