Nadie podrá acallar tu voz Comandante José Miguel, Nadie sepultará tu voz Comandante (*).
por Carola Muñoz.
Apareces fugaz y breve en el espacio teñido por tu sombra que se enciende.
Te veo entrando a la casa de Johow, abrazando a la “Güelicha” y meditando la tarde tibia que te envuelve. Tomando notas, generando el plan, pasando lista a los pendientes y fantaseando con el día, que vendrá a llamarte.
En pocos metros cuadrados, paseas la osadía de lo no imaginado y completas la escena inconclusa del tirano muerto. Buscas, sin medida, el atajo para el pueblo y éste te responde con la admiración simple de las piedras en la mano.
Llegada la tarde, te subes al auto y viajas como si nada por las calles que no te ven.
-Benjamín mira al cielo y encuentra la misma nube que allá en Nicaragua le dio el respiro para continuar el combate a Somoza. A sus veinte años el Frente Sur lo saluda con honores y el pueblo sandinista le agradece con sonrisas, la victoria alcanzada.
-Alejandro se mece en los brazos de la Tita, borra la nostalgia imaginando la caricia suave, la palabra dulce y el cuidado presuroso. Los girasoles del padre se le asoman por los ojos y las canciones con la Carla y la Andrea lo rodean brillante.
La señora Teresa, almuerza en la Victoria un pollo calientito que las Milicias Rodriguistas, hace un rato, lanzaron desde un camión recuperado y tú sonríes cuando repasas la escena del jolgorio popular.
Salomón se presenta ante ti con el doble de tareas que le pediste: torres, radios, plata, fierros… y lo abrazas fuerte, agradecido.
¡Atención pueblo de Chile! antecederá las acciones y qué bien nos hará a todos esa voz aguda y verdadera.
Te convertirás en Rodrigo mientras se van acomodando las piezas y el pasamontaña chilote sólo dejará ver tu mirada firme y cariñosa.
Rescatarás a Salomón señalando que es un deber y así sabremos todos que somos HERMANOS.
Las ciudades se quedarán a oscuras a la hora señalada en cada protesta popular y ahí, donde todo comienza, se encenderá la noche molotov, la noche en llamas, la noche libertaria. Con ella, arderá también tu corazón y nos impulsarás a estar a la altura.
De pronto los muertos, los nuestros, vienen a reclamar su lugar porque en el fracaso se te cruzan una y otra vez. Las armas no llegan, el dictador no muere y entre tanto, nos golpean una y otra vez. Los helicópteros alumbran la noche poblacional y el destello de esa luz se lleva mucho más de lo que quisiéramos.
Te vas del PC que claudica y contigo nos vamos casi todos… nos vamos porque no queremos arañar ningún lugar en la trama del sistema político de la vergüenza.
Poco más de un año después, te cuelgas la mochila, tomas el fusil y caminas por Los Queñes, miras fijamente a Tamara que cuida y protege a la columna, juntos nos muestran que esa ALEGRÍA que están proponiendo no es la del pueblo, ni para el pueblo.
Se te va la vida en ese intento… pero no te quedas en ese río, no te mueres en la tortura. Te rescatan los cantos del Huasito Colina, que cuando lo llevan a verte sólo evoca tu vida plena y de combate.
Comandante José Miguel, te veo hoy en el lente agudo y la memoria intacta de Víctor Díaz. Te veo hoy, en la inalcanzable ética y dignidad de Gabriela Robles. Te veo hoy, en el horizonte de tierras y árboles que mueve a Llaitul. Te veo hoy, en las brazadas de vida y mar que da Jorgito. Te veo hoy en la radio del chico Dany, en la porfía de la Luz, en los murales del río, en el Manolo del Negro. En la terca Marión que no se resigna a esta vida mezquina. En el Punta que en silencio colabora con todos. En el futuro y la poesía del Richard. Te veo en la Yuyo y su sindicato.
Te veo, en los ojos brillantes de las pequeñas, en los secundarios, en la vida que se cuela.
Te veo en Ramiro, digno heredero tuyo, quien sigue manteniendo la Dignidad tan alta como la cordillera de los Andes y quien carga sobre sus hombros, con honor, toda la historia nuestra, todos los muertos, todas las decisiones, toda la responsabilidad.
Apareces fugaz y breve en el espacio teñido por tu sombra que se enciende…
Nadie podrá acallar tu voz Comandante José Miguel
Nadie sepultará tu voz Comandante!!
Texto leído en el Conversatorio “Prisión y Persecución política. Derecho a la Rebelión de los Pueblos. A 30 años de la Irrupción de la GPN”. Realizado en Santiago el 22 de octubre de 2018.
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