Chile memoria: Una pizca de justicia para los militantes socialistas olvidados por la elite PS.

Una vez concretado el Golpe de Estado en contra del Presidente electo democráticamente, la Junta Militar encabezada por Pinochet  toma el poder público, clausura el Congreso Nacional, declara en receso a los partidos políticos e instaura el Estado de Sitio en todo el país. Esta situación permite que se perpetren serios abusos y atropellos a los Derechos Humanos. Miles de ciudadanos son detenidos, se producen allanamientos masivos, hay

torturas, asesinatos y desapariciones de personas, los que afectan principalmente a los militantes y simpatizantes de la depuesta Unidad Popular.

Esto provoca que un número considerable de chilenos se refugie en embajadas extranjeras o salga del país, produciéndose un masivo exilio de compatriotas.

Los líderes de los Partidos Políticos perseguidos  comienzan a organizarse tanto al interior como  en el exterior del país y, a su vez, la Dictadura organiza  grupos cívico – militares  encargados de la persecución de militantes y simpatizantes de izquierda.

Apenas 12 días después del golpe de Estado, efectivos de la Armada detuvieron al abogado Arnoldo Camú, integrante del Comité Central del PS, ex redactor del diario Ultima Hora y uno de los principales asesores del Presidente Allende. A la altura de las calles Amunátegui con Huérfanos, al intentar  huir de la patrulla naval en la que era conducido, el antiguo responsable de la Comisión de Defensa del socialismo –que lideró uno de los pocos episodios de resistencia al golpe, en la metalmecánica INDUMET y en la contigua Población La Legua), fue herido de tres disparos en el abdomen, falleciendo horas después en la Posta Central.

El 23 de junio de 1974 efectivos del Servicio de Inteligencia de Carabineros (SICAR) detienen al joven economista Víctor Zerega, responsable de la reconstrucción del trabajo sindical del proscrito PS, y quien, ese mismo año, había

contribuido a la conformación de una directiva clandestina de la CUT, articulada con representantes sindicales del PS, del PC y del MAPU OC, y a la que se intentaba incorporar a los trabajadores demócrata cristianos, a través del dirigente textil Manuel Bustos.

Tras ser torturado en los subterráneos de la Plaza de la Constitución, Zerega apareció muerto el 4 de julio el cadáver de Zeréga, en las dunas de la Playa Los Lilenes, cerca de Con Con.

Camú y Zerega formaban parte de la primera Dirección Clandestina del PS, que operaba en el interior del país bajo la conducción de Exequiel Ponce Vicencio, Subsecretario de Frente Interno de ese partido hasta el mismo 11, quien había sido dirigente nacional de los trabajadores portuarios e integrante del directorio nacional de la CUT.

La dirección interior la integraban también el doctor Carlos Lorca Tobar, ex Secretario General de la FECH en 1971, jefe de la Juventud Socialista y Diputado por Valdivia al momento del golpe militar; el joven economista Ricardo  Lagos Salinas –a la sazón el miembro más joven del Comité Central-, y el constructor civil y ex dirigente estudiantil de la UTE Ariel Mancilla.

Este último, que operaba bajo el alias de “Gabriel”, era el responsable de la Unidad de Logística de esa dirección. Mancilla fue detenido el 14 de marzo de 1975, a las 13:30 horas, al momento de ingresar a una pensión en calle Ricardo Cumming N° 732, en una de cuyas habitaciones se iba a reunir con uno de los equipos que trabajaba bajo su dirección. La vivienda, en la que residía otra militante del PS, fue allanada por un grupo de unos 15 agentes de civil, que se instalaron en la casa y montaron una ratonera para lograr la captura de Mancilla.

Ya en manos de sus captores, este intento convencer a los agentes que su identidad era otra, pero uno de los efectivos de la DINA lo reconoció: habían sido compañeros en el liceo. A partir de este hecho, intentó otra maniobra y convenció a los agentes que lo acompañaran a otro lugar, en donde supuestamente contactaría con un alto dirigente del Comité Central.

Llegados al lugar del falso contacto, aprovechó un descuido de sus captores para lanzarse a las ruedas de un microbús. Uno de los agentes le disparó, ocasionándole una fuerte herida en un pie. La DINA buscaba a Mancilla desde hacía meses. Su hogar había sido allanado en dos oportunidades y en tres ocasiones su compañera, Ema Fuenzalida, también militante de la resistencia, había sido detenida, para lograr que se entregara.

En una de esas ocasiones, Ema permaneció 15 días en Londres 38, fue sometida a brutales torturas y en otra oportunidad fue llevada al subterráneo de la Plaza de la Constitución.

Tres meses después, la DINA concluye su tarea con la detención de Ricardo Lagos Salinas y su joven enlace Michelle Peña –embarazada de ocho meses- en el sector de la Villa Japón, en Las Rejas; de Exequiel Ponce y la militante Mireya Rodríguez, en una pensión ubicada en la calle Tocornal, y de Carlos Lorca y la joven asistente social Carolina Wiff, en una casa correo ubicada en Maule 130.

Una semana más tarde, la DINA captura y secuestra a las jóvenes estudiantes de enfermería de la Universidad de Chile Sara Donoso  y Rosa Solís, activas militantes del proscrito PS, y enlaces de Carlos Lorca entre este y el dirigente del PC José Weibel.