La 26 DE ENERO: Nuestro primer embrión de Poder Popular
Por Boletín Miguel Enríquez.
1967- 69 marca el inicio del trabajo de masas del MIR. Frente a la vieja Municipalidad de San Miguel flameaban Banderas. Casuchas bordeaban la Gran Avenida, entre la Legua y la avenida Subercaseaux. Un Campamento se instalaba.
La situación dramática de los arrendatarios, de los sin casas, una vez más se hacía patética. Un Presidente Italiano visitaría Chile y esto no podía continuar pues se veía fea la ciudad. Los sin casas vinieron desde todas las poblaciones vecinas de la Legua, La Victoria, la Santa Adriana, la Clara Estrella, la José María Caro y San Ramón. Entre ellos se encontraban los miristas Víctor Toro Ramírez, la Herminia Concha y su camarada Adolfo Olivares, y desde Poblaciones vecinas apoyaban María Concha, Villalón, la Lumi Videla, el Chico Pérez, el Chico Zamora, CAIDO EN COMBATE del ELN en Bolivia, La Magaly Honorato, el Viejo Valenzuela, Castañeda y Don Clota.
Así se inicia nuestra labor muy silenciosa y de aprendizaje con el PC y el PS mangoneando la conducción del Campamento. Aunque sin identificarnos, ya estábamos en comisiones y guardias y hablábamos en Asambleas. Así es que se inician los contactos con los obreros de Sumar, Yarur, Cotralako, Hirmas, con los trabajadores de la construcción, etc., etc. Mientras ya se trabaja con los sindicatos Municipales y Estudiantes secundarios y universitarios. Desde el Barros Luco nos apoya la célula del MIR, compuesta por varios hermanos y por el flaco Cañas y Gamboa y desde la Caro, los hermanos Riquelme.
Antes de la llegada a Chile de Aldo Moro, Presidente de Italia, se empieza el desmantelamiento del Campamento del Parque Subercaseaux frente a la Municipalidad de San Miguel y se nos disgrega entre la Santa Adriana, La Legua, Santa Elena y diferentes poblaciones de la Cisterna. Surgen entonces nuestras primeras propuestas escritas: la vivienda como derecho, solución definitiva, crítica radical a la p
olitiquería de la DC, a las casas de cartón de Alessandri, a la Operación Sitio de los Frei. Empezamos a marcar la diferencia entre reformistas y revolucionarios, surgen nuestras primeras críticas y propuestas antielectorales y la crítica a la utilización que hacían el PC y PS de nuestras necesidades y organización. Se da a la vez la aparición paralela del MIR en el Sur de Chile- Concepción-y la circulación de sus manifiestos entre los pobladores poniéndonos en el centro de los debates, simpatías y ataques.
La independencia de la organización de los sin casas del viejo partidismo político, la independencia del Estado y gobierno, la importancia de su autogestión y las vías democráticas para generar nuestras autoridades y dirigentes marcan desde los inicios las diferencias entre el trabajo de masas del MIR y el viejo partidismo político electorero y manipulador. Proyectamos las Manzanas Unidas;. Se trataba de una organización de cuadra por cuadra que se abre paso por la Santa Adriana, la José María Caro y la Población Dávila. Integra pobladores de Campamentos, Comités de Sin Casas y a antiguas organizaciones deportivas y culturales. También saltan a la palestra nuevos líderes y activistas, entre quienes se destacan los hermanos Matta de la Santa Laura cerca de la Fach, el Conrado, el Ho Chi Min, el evangélico chico Araya (Camaradas Manuel Cerda y Hugo Medina). El Campamento que originalmente se estableció frente a la Municipalidad Palestrista de San Miguel fue lanzado en unos sitios abandonados y apegados a una Iglesia de la Población Santa Adriana. Posteriormente es trasladado a una población en construcción conocidas como la Operación Tiza (Sitio), en la Santa Elena en el Frente o cercanías de la Fah, más bien entre la Bandera, la Pablo de Rokha y la Fah. En el transcurrir de este tiempo ya habíamos elaborado un programa mínimo para nuestras luchas por la vivienda y derechos poblacionales, aumentado la membresía mirista y ampliado nuestra labor social y popular en la zona, así es que en la población el Sauce generamos un Comité de Sin Casas. Las reuniones nos consumían parte importante de nuestro tiempo, nos planteamos entonces la idea de trabajar de cargadores en la Vega Central para tener más tiempo y libertad para aumentar nuestro activismo y dedicación.
Nacen las consignas:
¡La vivienda es un derecho universal!,
¡Vivienda o Mierda!, ¡Casa o muerte!,
¡Vivienda y salud!,
¡Educación y viviendas!,
¡Casas si, Callampas No!,
¡Por nuestros hijos vamos a la toma!,
¡Una casita para vivir, una casita junto al Mir!, etc., etc.
El 26 de Enero de 1969, después de una amplia labor vecinal, con los sin casas, los jóvenes y la consolidación de las células del Mir por todo San Miguel, nos lanzamos a la Toma en el Fundo La Bandera. Se trataba de unos terrenos no habitados ni en planes de construcción. Ahora la idea era superar con creces lo que habíamos experimentado y producir una experiencia que llevara a una victoria de los Sin Casas de manera contundente, de tal manera que cada mirista asumiría una infinidad de misiones y responsabilidades que habíamos definido de antemano.
Jefe de Campamento, Comisión de Toma, Comisión de medios y recursos, Grupo de autodefensa, seguridad y guardias (Milicias Populares) Organización de la olla común, Organización de Mujeres, Grupos de Salud, Trabajo de inteligencia y acercamiento con soldados y carabineros, Comisión de relaciones, Economato, Asamblea Popular, y Galpón (local de reuniones), Educación y Formación política, cultural e historia. Trabajo con Sindicatos obreros, Clubs deportivos y Estudiantes (Comisión de Crecimientos y Frentes externos).
Con esta organización y con la consigna de ¡Casa o Muerte! a las 3 de la madrugada del 26 de Enero nos lanzamos a ocupar los terrenos. Inicialmente no pasamos de las 300 Familias pero que en pocas horas nos triplicamos, ampliamos la toma, embanderamos la zona y los terrenos quedaron bajo nuestro control. Se entregó un pedazo de tierra de algunos metros cuadrados por familia, donde iniciaron la construcción de su mediagua o carpa. Paralelamente poníamos en marcha la organización y las ideas del pueblo se multiplicaban de cómo hacer y mejorar las cosas. Se organizan las mujeres, los niños y jóvenes, nos organizamos en la periferia y poblaciones vecinas. Se resisten tres grandes intentos de desalojos: cuando el Gobierno de Frei lanzó una tras otra las acciones de desalojo, el liderazgo se amplió y el apoyo solidario vino de todos lados, en especial de las poblaciones vecinas como San Ramón, San Rafael y El Sauce, desde los Liceos y los secundarios, los universitarios, los periodistas, las iglesias y los Curas y los artistas.
El Campamento improvisó unas calles y manzanas (cuadras) en el espacio tomado. Pusimos en marcha el órgano superior de conducción y dirección, la Asamblea Popular de todo el Campamento. La Asamblea nominó como el Jefe del Campamento al camarada Víctor Toro, quien en poco tiempo lo traspasó al compañero Conrado, el que actuaba bajo control y dirección de un ente coordinador conformado por representantes de todas las instancias del campamento antes mencionadas y tod@s rendían cuentas ante la Asamblea Popular de todo el Campamento.
Mientras el fuego humeaba de día y noche en torno a la Olla Común, la seguridad y las Guardias, en niveles de autodefensa y Milicias Populares, resguardaban y vigilaban el campamento y la zona comprendida entre Santa Rosa, Circunvalación, Américo Vespucio, Santa Rosa, Gran Avenida y la Avenida el Sauce, hasta la Pablo de Rokha. Mientras el Comité de Relaciones golpeaba puertas de autoridades, partidos políticos, sindicatos y organizaciones estudiantiles, el Comité economato recorría ferias y la Vega Central para traer los alimentos y mantener la Olla Común. Al interior del campamento ya funcionaba una Escuelita para Niños, un Centro de Salud. También tratábamos de lograr maderas y fonolitas, carpas y materiales de construcción. Un Comité de Justicia y la Organización de Mujeres atendían el trajín diario, las inquietudes y necesidades de todos en general. Nace al mismo tiempo el Comité de Movilización y Protestas cuya misión era llevar una orden del día y estudiar las diferentes instancias del Ministerio de la Vivienda, de la Cámara Chilena de la Construcción, símbolos de los grandes capitalistas de la vivienda, y hacer propuestas en la Asamblea Popular. También surge AGP, agitación y propaganda, y nacen el Boletín “El Fonolita”, La 26, la Toma, El Diario Mural, la orden del día y la Hoja del Jefe de Campamento.
Una vez establecidos, y derrotados los diversos intentos de desalojo, la retoma u otros desalojos, en una de nuestras primeras plataformas recogimos la inquietud y consignas de la comunidad.
Dijimos: Casa o Muerte. Desde aquí no nos vamos. Solución en los sitios y proyectos de la Bandera. No al traslado a ninguna Operación Sitio-Tiza. Por una Vivienda Digna para todos los Sin Casas con todas nuestras familias. Solución inmediata a nuestra situación de salud, educación y agua, y mejoras por el tiempo que dure el Campamento.
Todas estas reivindicaciones fueron logradas con la unidad, la acción y la organización que generamos tanto a nivel del Campamento como en la Periferia.
Mientras esto ocurría al interior de la Bandera y en especial dentro del Campamento La 26 de Enero, en el contorno y en todo Santiago, se realizan las movilizaciones y protestas Frente a la Cámara Chilena de la Construcción, Frente al Ministerio de Vivienda, la Gobernación y todos los símbolos de opresión y represión. La promoción que se desarrolla sobre nuestra justa lucha y la innovación en las formas de organización y convivencia poblacional, nos llevan a realizar también una diversidad de actividades culturales, de educación popular, festivales, teatro y acciones, luchas y organización a nivel regional en el GALPÓN de la 26. Ahí se reunían Sin Casas de todo Santiago, estudiantes, obreros y sindicatos que a su vez eran pobladores de nuestra toma. Aquí nació la idea de un Primer Congreso o Encuentro de los Sin Casa a Nivel de Santiago. El activismo en torno a nuestra lucha se había mas que multiplicado, la responsabilidad de los Miristas se engrandecía y la organización crecía como callampas.
El gobierno de Frei ante el fracaso en sus intentos de desalojo del campamento lanzó todo su poder en contra de la población. Nos postergó de todas las soluciones presupuestadas en los planes de vivienda del gobierno, lanzó la represión en contra de los dirigentes que en buena medida tuvieron que esconderse. Las campañas de desprestigio contra los pobladores aparecían todo los días en El Mercurio y la prensa freísta y gubernamental, tratándonos de “flojos, delincuentes, prostitutas y callampero”; y después de extremistas, guerrilleros y bandoleros miristas.
Contra vientos y marea la verdad y razón de los pobladores Sin Casas de la Bandera, conocidos como ‘los de la 26 de Enero’, se impuso porque no claudicaron, se enfrentaron al gobierno con la consigna de ‘Casa O Muerte’ y fueron inteligentes, creativos y valientes. Así fue que al final del túnel lograron ver la luz y alcanzar una de sus primeras reivindicaciones, una vivienda para vivir, una casita junto al MIR, como decía y dice una canción que ellos crearon y aun sobrevive por ahí.
La conquista 1.- Quedarse en la Bandera y ser considerado en los programas de viviendas que estaban presupuestadas para construir en esta grandiosa e histórica población y así poder vivir con nuestras hij@s, familias y vecinos definitivamente.
Así fue aunque nos dispersaron en algunos sectores de la Población la Bandera, la mayoría fue trasladad a vivir en el sector de Circunvalación-Américo Vespucio frente a la Copa de Agua. Aquí llegamos con monos y petacas, se trataba de unos sitios diseñados para la construcción definitiva de nuestras viviendas por las cuales habíamos luchado de manera tan decidida. Toda la estructura del ya viejo Campamento de la 26 de enero se adecuó a los diseños de la población y recomenzó nuestro activismo. El Galpón es lo primero que instalamos y pusimos en función con todas sus actividades y atribuciones.
A estas alturas el gobierno freísta se agotaba. En la 26 de Enero ya habíamos cocinado la realización de una provisoria coordinadora de Sin Casas por todo Santiago, así es que ahora ya los miristas estructurados en su GPM [Grupo Político Militar] por diferentes zonas y comunas lanzamos en una noche varias Ocupaciones. Destaca la Ranquil en un sitio estratégico abandonado en las esquina de Santa Rosa y Circunvalación-Américo Vespucio, detrás de una otra vieja Iglesia cuyos curas nos apoyaron y cobijaron. Unos mil pobladores Sin Casas ocupan el lugar sin dar tiempo ni a la represión ni al gobierno de reaccionar.
Con todos los conocimientos y experiencia de la 26 de Enero, su estructura global asumió inicialmente la conducción del Campamento Ranquil. Paralelamente ocurrían tomas por la Florida, El Campamento la UNION, por Pudahuel, la 26 de Julio, por La Hermida se preparaban otras y la JPR (Junta Provincial de pobladores revolucionarios) tomaba la conducción de la lucha de los sin Casa por todo Santiago. Se empieza a escribir otra parte de la historia del drama de los Sin Casas: ahora es regional, nacional y universal.
Se realiza el Primer Congreso de los Pobladores de Santiago, nace la (JPR), La Junta de Pobladores Revolucionarios. Se elabora su primer manifiesto donde se establecen todas sus reivindicaciones, surge el Primer Manual sobre la Autodefensa y las Milicias Populares apoyados en su elaboración por Luciano Cruz y Bautista Van Schouwen.
El Campamento Ranquil y conclusiones.
La cantidad numérica de los Sin Casas, su organización a un nivel mucho más sofisticado y efectivo, la multiplicación y amplitud de la movilización, su disciplina, orden en las protestas y marchas ponen en jaque al gobierno freísta y el Campamento Ranquil se instala sin mayores contratiempos. La dimensión que toma la lucha deja con la boca abierta a los políticos gubernamentales y reformistas contumaces. Se instala este campamento en el centro del control poblacional y comunal del PC, donde Pascual Barraza hacía y deshacía a un nivel burocrático desde la municipalidad. Nos abrimos paso por San Ramón y desde ahí hasta San Joaquín y por todo el Cordón Industrial de San Miguel. Por la Cisterna se rearticulan varias células del MIR y organizaciones poblacionales.
La 26 de enero fue la madre de las ideas y de la ejecución de todas las tomas de terreno de los sin casa por todo Chile. Fue el tránsito del trabajo de masas, popular y obrero del MIR, hacia el nacimiento del MPR, el FTR , el MCR, y diferentes instancias como la organización de mujeres, jóvenes. La política cultural, con los medios de prensa, la iglesia popular y curas por el socialismo tienen su inicio en la 26 de enero y se consolidan en la toma de la Ranquil, amononada posteriormente en el proyecto de la Nueva la Habana.
Es en este campamento donde se realiza el Congreso de la JPR y es aquí donde surgen las primeras ideas que después asumirán el MPR y el FTR y que se resumen ahora en estas tesis y recuerdos. Aquí se inicia la gesta de la Nueva Habana, campamento que se conforma con todas las experiencias y provenientes de casi todos los Campamentos del MIR en Santiago.
También ya aparece el Campamento Lenin en Concepción y la yedra de los Sin Casas y del MIR se expande por todo Chile. Y esta historia y lucha no viene solo de nuestra experiencia directa. Tienen sus raíces, sus origines, y son de un tejido inagotable de ideas, aportes y vicisitudes que necesitamos rescatar e incorporar. Simbólicamente hay que destacar la permanente movilización de los Sin Casas. Todo el pueblo y las familias en las marchas encabezadas por los destacamentos de la autodefensa, las diferentes organizaciones internas de los campamentos, por las milicias Populares. Las tomas simbólicas del ministerio de la Vivienda, las Universidades Católica y la Chile, la toma de las Torres del San Borja y la retención de funcionarios burócratas del Estado y el Gobierno. Los embriones del Poder Popular y la autogestión surgen en pleno combate por sus derechos y el ejercicio de su poder, su reproducción y modalidad organizativa, implementadas al calor de la lucha de clases a nivel regional y nacional.
Con el avenimiento de un periodo prerrevolucionario y que se profundiza, con el agotamiento de la experiencia de la alianza para el progreso y la conquista del gobierno por parte de la UP, nuestros frentes constituían el horizonte y una experiencia que se avenía con los deseos de cambios y el despertar de las grandes masas, en particular el despertar de la clase obrera, los pobladores, los campesinos-mapuche, en definitiva los que Miguel describió tan acertadamente como los pobres del campo y la ciudad.
Como sabemos pues la vida de los trabajadores chilenos ha estado marcada por un constante desplazamiento en busca de las nuevas vetas de trabajo que se abren temporalmente en diferentes puntos del país. Ya se trate del salitre, las fábricas, la exportación de la fruta o los bosques… lo que sumado a las peculiaridades de nuestra “loca geografía” implica que ellos sufren desarraigos, soledades, dificultades extremas en la vida de sus familias, inestabilidad para los hijos… Por citar un sólo ejemplo podemos ver lo que sucede con la población de Iquique entre los años 1885 y 1995. Los desplazamiento y cambios en las dinámicas del poder económico social bajo la dictadura militar se implanto en 1973 y ahora su renacer durante los tres gobiernos de la “desconcertacion” Laguista y Freistas.
Esta lucha nadie la puede detener, aparece y desaparece como las «Callampas», los que desaparecen definitivamente son los gobernantes y causante de la pobreza y extrema pobreza.
*Nota de los autores: Esta introducción forma parte del documento publicado por el BOLETIN MIGUEL ENRÍQUEZ del mes de enero del 2005, dedicado a la lucha del Poder Popular y el trabajo de masas del MIR de Chile.
Fuente: Extraída de nota de Facebook de un perfil personal con fecha 26/01/2019. También pueden encontrar el artículo en https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2015/01/27/chile_memoria-rojinegra-historia-toma-de-la-bandera/
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