por Natalia Saavedra/El Mostrador.
Marzo no ha sido fácil para el octogenario empresario, ya que enfrenta serios problemas de salud y el informe de resultados no fue auspicioso. Las utilidades de Agrosuper cayeron 12,5%, «producto de un cuarto trimestre con resultados bajo lo esperado en el segmento carnes», según detalló la empresa mediante un comunicado. Además, la compañía vuelve al ruedo público por dos asuntos: primero, porque se convertirá en la segunda salmonera más grande del mundo tras la compra efectiva de AquaChile, en US$ 850 millones, y porque la firma nuevamente fue apuntada como culpable al conocerse la resolución del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), que condenó, esta vez a los supermercados, por haberse coludido para acordar los precios de la carne de pollo.
Que vendía en su auto, que todo partió como un emprendimiento a pulso, que nunca quiso radicarse en Santiago, que su vida la dedicó a su empresa y que su pasión han sido los caballos. Todo eso es materia conocida sobre el empresario Gonzalo Vial Vial.
Controlador de Agrosuper, su empresa, la que hoy está de vuelta en el ruedo público por dos asuntos. Primero, porque la compañía que hoy lidera a sus 84 años se convertirá en la segunda salmonera más grande del mundo, tras la compra efectiva de AquaChile en US$ 850 millones. Segundo, la firma nuevamente fue apuntada como culpable al conocerse la resolución del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), que condenó, esta vez a los supermercados, por haberse coludido para acordar los precios de la carne de pollo.
Agrosuper –compañía que mantiene el mayor market share del mercado en carne de pollo– ya había sido sancionada por la misma conducta junto a Ariztía y Don Pollo, castigo confirmado el 2015 por el máximo tribunal del país.
En ese momento, la Corte Suprema ratificó que “existió un acuerdo entre las tres avícolas requeridas, coordinado por la APA, en relación a una variable de competencia consistente en la limitación de la producción y asignación de cuotas de producción de carne destinada al mercado nacional”, por lo que impuso a Agrosuper y Ariztía la multa máxima contemplada en la legislación chilena para casos de colusión: 30 mil UTA, equivalentes a US$ 23,3 millones para cada empresa.
A pesar de esa sanción, hoy la compañía de Vial Vial está otra vez en el ojo de las acusaciones, pues las cadenas de supermercados, en sus apelaciones ante la Corte Suprema, se defendieron apuntando a los productores de pollos –Agrosuper, Ariztía y Don Pollo– como los causantes y responsables de la conducta de colusión.
Cencosud señaló que los proveedores de pollo intentaron imponer un modelo “tratando de mantenerse competitivo” y SMU, en tanto, acusó que la sentencia del TDLC omitió un antecedente relevante, cual es que las productoras de pollo ya habían sido sancionadas por colusión. Por ello, la firma enfatizó que la regla no sería sino un efecto de esa práctica anticompetitiva.
En 2015, Vial no tuvo intención de reconocer la grave conducta anticompetitiva. «Si hubiera colusión, es para tener mayor precio. Y el precio del pollo ha sido muy modesto (…). Lo que nosotros hemos ganado –porque la verdad es que nos ha ido bien– es porque no hemos repartido un peso de dividendo», dijo entonces a El Mercurio. «¡No necesitamos coludirnos!”, agregó en ese minuto, acusando un trabajo sesgado de la Fiscalía Nacional Económica (FNE).
Para la compañía, el caso de colusión está cerrado hace mucho tiempo y no quieren, por nada del mundo, abrir otra vez ese capítulo. Por ahora, todas sus fichas están puestas en su último batatazo, de acuerdo a los observadores del mercado, tras la adquisición de la salmonera AquaChile.
Pero, quiéranlo o no, la sombra de las acusaciones por colusión sigue sobre la compañía y pilló a Gonzalo Vial en la clínica, donde estaba internado tras una caída, un problema en su marcapasos y una insuficiencia renal relevante, que lo obligaron a dializarse.
Esta hospitalización encendió las alarmas sobre un tema que hace rato ronda en las oficinas de la compañía: la incógnita sobre quién sucederá al octogenario empresario una vez que ya no esté, considerando que se ha caracterizado por un estilo de dirección empresarial totalmente personalizado. Es que es un hombre firme, no se mueve nada en Agrosuper sin que él lo decida y, aunque su estado de salud rayó en lo grave, sorprendió a todos el que ya esté de regreso a sus labores en Rancagua, donde maneja la casa matriz de la empresa.
Quienes lo conocen a nivel empresarial explicaron que Vial siempre ha considerado que hace un aporte relevante al país, tanto por el hecho de «acercar» el consumo de carne de pollo y pavo a la clase media y baja del país con precios accesibles, como también por dar empleo a cerca de 14 mil personas en las distintas operaciones de su compañía.
Marzo no ha sido fácil para él, ya que junto con sus problemas de salud, el informe de resultados de Agrosuper no fue auspicioso. De acuerdo a información entregada a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), las utilidades cayeron 12,5%, «producto de un cuarto trimestre con resultados bajo lo esperado en el segmento carnes», según detalló la empresa mediante comunicado.
Es probable, aseguraron, que mientras él esté al mando nadie más se meta de lleno en la firma. Sus más cercanos allí son el director de Agrosuper, Fernando Barros –histórico abogado de las familias Piñera y Pinochet– y el gerente general, José Guzmán, su reconocida mano derecha y ahora, además, presidente del directorio de AquaChile.
Un dato no menor. Ninguno de sus cuatro hijos ha sido «autorizado» por Vial para participar de lleno en la empresa. «Pueden mirar todo lo que quieran, de ahí a tomar alguna decisión…», reconoció una fuente de la compañía.
Cercanos a Vial añadieron que no se puede negar su dedicación a los negocios. Se incorpora a sus labores cerca de las diez de la mañana, y hasta pasada las nueve de la noche sigue revisando asuntos de la empresa. Es que «Agrosuper es como su hijo», recalcaron. Su otra pasión son los caballos de rodeo, siempre le gustó correr y lo ha intentado hacer hasta donde la salud se lo ha permitido. Fue promotor de la construcción de la medialuna de Rancagua y ha sido varias veces dirigente de esta actividad.
A Vial no le gusta que se metan en sus negocios. No le gustó cuando la FNE lo acusó de coludirse y, menos, cuando se sindicó a su empresa como protagonista de abusos ambientales en Freirina. En 2012 el directorio de la firma decidió paralizar de forma indefinida sus operaciones en esa localidad, a raíz de la crisis que se generó por las exigencias medioambientales que le efectuó la autoridad pública, luego que la planta fuera clausurada por los malos olores que generaba en la localidad la faena de cerdos.
En ese momento los dardos de Vial se dirigieron contra el Gobierno. En una entrevista con El Mercurio pidió perdón y dijo lamentar lo ocurrido en la planta de Freirina, pero con el Gobierno no tuvo piedad: “Lo que no acepto es la distorsión. ¡Que vengan altas autoridades de Gobierno a decir que nosotros habíamos dejado botados cinco días a los chanchos! ¡Si no podíamos entrar!”. Ante la pregunta acerca de si el Gobierno los abandonó, el empresario respondió con ironía: “Pregúntele a Colbún, yo soy un ratón (…). El Gobierno lo ha hecho fantástico. Estoy más encantado que los de Aysén”.
El padre, el hijo y el quiebre.
Gonzalo Vial Vial tiene cuatro hijos. Ninguno de ellos es parte de Agrosuper, pese a que cada cual ya posee acciones en la empresa, pues el octogenario empresario repartió hace varios años las partes de la sociedad entre María Cristina, María del Pilar, María José y Gonzalo Jr. Así, el empresario y sus cuatro hijos poseen un quinto de la compañía cada uno.
La firma actualmente esta inscrita en la CMF, cumpliendo con todos los protocolos que se les exige a las sociedades anónimas y la promesa de abrirse a la Bolsa, algo que hace varios años se arrastra y que cada tanto se vuelve a poner en agenda, pero que requiere la última palabra de Vial Vial.
Volviendo a la participación familiar, en AquaChile hizo un cambio de política, ya que finalmente involucró a sus hijas, incorporando al directorio, junto a Luis Enrique Álamos y Francisco Puga, a María José y María del Pilar, además del marido de María Cristina, Andrés Vial.
A Gonzalo Vial Concha, su único hijo hombre, no lo ve hace años. Aunque testigos afirman que, debido al delicado estado de salud que afectó al papá, el hijo lo visitó en la clínica. No tienen un trato diario y Vial Concha no es bienvenido en la compañía, tampoco por sus hermanas. La firma es manejada por un directorio en que, además de Fernando Barros, están Canio Corbo, Antonio Tuset, Juan Claro y Verónica Edwards, los que tampoco han tenido fluido contacto con él durante estas últimas semanas.
Las razones del quiebre con el hijo no solo se sustentan en motivos de desavenencias personales, sino también en asuntos de negocios. El primero, Vial Concha, ha arrastrado por años una operación deficitaria en Graneles de Chile, lo que –según su círculo cercano–tiene que ver con que Vial hijo personalmente asumió muchas deudas del negocio que parecía garantizado –vender granos a los criaderos de su familia–, pero que le implicó asumir riesgos que deberían haber sido canalizados por Agrosuper, generándole importantes pérdidas.
El caso Caval también jugó un papel preponderante en el quiebre. Un reportaje de Ciper ahondó en cómo el rol de las asesorías de Natalia Compagnon y Sebastián Dávalos fueron claves en el conflicto familiar, alimentando la tesis de un fraude al interior de Agrosuper y de la intención de algunos ejecutivos de querer perjudicar a Vial Concha, manejando e-mails y una serie de documentos que le entregaban a este, por el cual le cobraron sobre $ 1.200 millones.
De los capítulos conocidos cuando estalló Caval, también consta que el quiebre se explicó por declaraciones que el mismo Vial Concha realizó ante la Fiscalía, donde habló de la relación que ha tenido con su padre. En junio de 2015, en su primera declaración, al comentar la gestión del ex gerente de Graneles, Rodrigo Errázuriz –ex director ejecutivo de Copesa–, le atribuyó sus problemas financieros y detalló: “Mi padre no creía en lo que le dije y finalmente no hizo nada al respecto, más bien se alejó más de mí”.
Conocedores de la interna aseguraron que ese fue el punto de quiebre definitivo entre padre e hijo, que hasta ahora no han subsanado. Al menos no en la arena de los negocios, manteniendo aguas totalmente separadas.
Con este panorama familiar, las apuestas son variadas sobre lo que puede suceder con la empresa una vez que Vial Vial ya no esté. Un escenario posible es la venta a terceros, debido a que se vislumbra muy difícil que los herederos puedan asumir un rol activo y liderazgo real en la firma, lo que implicaría subsanar diferencias internas que por años los han llevado por veredas opuestas.
Y en ese esquema Vial Vial confiaría totalmente en José Guzmán y Fernando Barros. Fuentes cercanas al empresario comentaron que este es un asunto que el dueño de Agrosuper ha meditado desde hace años, que por eso quiere abrirse a la Bolsa y ha profesionalizado la empresa. «Para que trascienda», aseguraron.
Revise aquí los recursos que los supermercados han presentado como parte de las apelaciones (en la sección Escritos).
Fuente: https://www.elmostrador.cl/mercados/2019/03/20/gonzalo-vial-el-senor-de-los-pollos-y-los-chanchos-otra-vez-en-el-ojo-del-huracan/
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