Punto por punto: El destino de los más de dos mil millones de pesos que dejó de herencia Agustín Edwards Eastman.
La cuantiosa cifra incluye bienes raíces (como una isla, un islote y un puerto en la comuna de Futrono) y los dineros que les dejó a la Corporación Mañana (dedicada a la reinserción social de personas exdrogadictas y que dirige su hija Isabel), el Hogar de Cristo (con especial mención al legado del denunciado Renato Poblete), y personas cercanas a su círculo. María Luisa del Río, su viuda, decidió renunciar a lo que le correspondía poco después de un año del fallecimiento.
El día en que Agustín Edwards Eastman falleció, la elite nacional perdió a uno de sus hombres más poderosos e influyentes. Era 24 de abril de 2017, tenía 89 años, seis hijos (Agustín Jorge, director de Las Últimas Noticias; Isabel; Carolina Olga; Cristián Luis, actual mandamás de El Mercurio; Andrés Roberto y Felipe Tomás), y un cuantioso patrimonio del que muy poco se sabía hasta hoy, cuando se cumplen dos años desde que se abrió el documento (12 de julio de 2017) que registró sus últimos deseos: su testamento.
Edwards Eastman instuyó como heredera a su cónyuge, María Luisa del Río. Eso, además de la “mitad legitimaria” a sus seis hijos, “sin perjuicio de los derechos de mi cónyuge”. Según señala el documento, dichos bienes constituyen: “(a) todas las casas y departamentos en Chile y en el extranjero (incluidas las casas del Fundo San Isidro en Graneros y la casa ubicada en la calle El Canal N°—-, comuna de Vitacura; (b) la isla ‘Illeifa’, el islote ‘El Peñón’ y el ‘Puerto Las Rozas’, situados en la comuna de Futrono, sea que me pertenezcan personalmente o por medio de sociedades; (c) todas las propiedades agrícolas ubicadas en Chile, especialmente todos los inmuebles ubicados en las comunas de Graneros, Futrono y Los Lagos”.
Una vez definida la destinataria de los bienes de Edwards Eastman, los puntos siguientes corresponden a dineros: la mayor parte se la lleva la Corporación de Emprendimiento Social y Acogida Mañana, una fundación que tiene como objetivo la reinserción social de exadictos a las drogas. La presidenta de la Corporación es Isabel Edwards, hija de Agustín. El monto de la herencia fue de 48.840 UF, lo que en peso chileno al momento del fallecimiento equivalió a $1.293.556.011. La condición que puso el otrora dueño de El Mercurio fue que “el destino del legado sea destinado, en forma exclusiva, a cumplir con el objeto de Corporación Mañana, esto es, proporcionar ayuda material, educacional, formativa, de reinserción social, de capacitación, cultural y espiritual a personas de escasos recursos económicos que deseen rehabilitarse de adicciones”.
El segundo mayor heredero de Agustín Edwards fue el Hogar de Cristo, no tanto por la misión misma de la organización, sino por un hombre en particular y que detalló en el testamento: “En reconocido recuerdo del Padre Renato Poblete S.J. lego al Hogar de Cristo una suma equivalente en pesos a US$200.000 (doscientos mil dólares norteamericanos). Para la valorización del presente legado, se considerará el valor del dólar observado correspondiente al día de mi fallecimiento (sic)”. Para dicha fecha, la suma correspondió a $125.915.815.
El documento del legado de Edwards fue reconocido en la notaría de Patricio Zaldivar Mackenna en 12 de octubre de 2016. Es decir, tres años antes que la ingeniera mecánica y teóloga Marcela Aranda hiciera pública las situaciones de abuso por parte del fallecido jesuita.
Tras esas dos sumas millonarias, las dos personas naturales a las que dejó las mayores sumas de dinero fueron sus asistentes: María Francisca del Río Page, quien lo secundó en las oficinas de El Mercurio, y Julia Kennedy Verduro, la encargada de su agenda personal. Cada una recibió $53.289.838. La suma para ellas dos y otras 15 personas más (indicadas en el recuadro que acompaña esta nota) fue “en gratitud por la asistencia y amistad que me entregaron en vida”.
El giro de la trama
Algo ocurrió en 29 de octubre de 2018, más de un año después de fallecido Edwards Eastman y abierto el testamento, que hizo que su viuda, María Luisa del Río, decidiera renunciar a los heredado.
Según un documento al que tuvo acceso El Desconcierto, correspondiente a la décimo octava notaría de Santiago, del Río renunció “en términos puros y simples, a todos los derechos que le corresponden como heredera y asignataria de los bienes quedados al fallecimiento de don Agustín Edwards Eastman”. Antes de esta sentencia, el documento muestra que “es la voluntad de la compareciente que los bienes que le correspondían como heredera de don Agustín Edwards Eastman pasen directamente al resto de las personas que tienen ese carácter, esto es, sus hijos”.
El secreto mejor guardado: las ocho páginas de testamento que dejó Agustín Edwards Eastman.
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