Llevar a ISIS ante la justicia (Parte III).
por Centro de Información de Rojava (RIC).
Posiciones internacionales sobre la repatriación
La repatriación se ha convertido en tema de un caluroso debate en los países de origen de los sospechosos de ser miembros de ISIS y con la animadversión del gran público, especialmente en las naciones occidentales, a su regreso. Se han discutido diversos enfoques, tanto en la esfera pública como entre diferentes tendencias políticas, e incluso dentro del mismo gobierno o administración. Por orden ascendente de rechazo, el público se ha mostrado hostil contra la repatriación de: huérfanos, niños con padres vivos y detenidos en el noreste de Siria, mujeres y hombres.
A continuación, se presenta un resumen de la postura de diferentes países sobre la repatriación de sus ciudadanos que se encuentran actualmente en el noreste de Siria.
A favor de repatriar a todos sus ciudadanos: sólo cuatro países han declarado oficialmente que están dispuestos a repatriar a todos sus ciudadanos.
El ministro de Justicia de Kosovo, Abelard Tahiri, ha declarado que Kosovo no se detendrá hasta recuperar a todos sus ciudadanos, que no permitirá que sus ciudadanos sean un peligro para los demás, y se asegurará de que sean devueltos a Kosovo, donde se enfrentarán a la justicia.
El ministro de Asuntos Exteriores de Sudán, Badr al-Deen Ali, ha declarado que Sudán está dispuesto a recuperar a todos sus ciudadanos que han sido miembros de ISIS y que ahora están detenidos en el noreste de Siria. Sin embargo, no está claro cómo se verá afectada esta decisión por la actual agitación política en la nación de África Oriental.
El Ministerio del Interior de Marruecos permitirá a los ciudadanos marroquíes regresar en condiciones de seguridad y serán sujetos de investigaciones judiciales, por considerar que se trata de una contribución a los esfuerzos internacionales en la lucha contra el terrorismo.
Los ciudadanos de Malasia también podrán regresar, siempre que cumplan con los controles y la aplicación de la ley. Los que no sean víctimas de delitos de terrorismo -en la práctica, las mujeres- deben completar un programa gubernamental de rehabilitación de un mes.
Además, aunque no ha declarado explícitamente su intención de recuperar a todos sus nacionales en el noreste de Siria, Kazajstán ha repatriado a más de 200 hombres, mujeres y niños, probablemente la mayoría, si no todos, de sus nacionales retenidos en el noreste de Siria, deteniendo a algunos de ellos a su llegada al país.
Aunque admirables por su ejemplo, de estas cinco naciones, sólo Marruecos era un importante exportador de combatientes de ISIS, y no se puede decir que ninguno de ellos sea un actor importante en el escenario diplomático mundial. El ejemplo de Malasia, con su programa de evaluación psicológica, rehabilitación y desradicalización incluso para los que no han sido condenados por ningún delito, en cierto sentido lo convierte en el líder mundial en lo que se refiere a la repatriación de milicianos extranjeros de ISIS, aunque esto debe considerarse en el contexto de un pobre historial de derechos humanos en las prisiones de Malasia.
A favor de la repatriación de combatientes
En contraste con las tendencias generales que favorecen la repatriación de mujeres y niños por encima de los hombres combatientes, dos estados en particular se han centrado en la repatriación de los combatientes varones.
Hasta febrero de 2019, los Estados Unidos de América habían repatriado a la mayoría de sus combatientes varones que habían caído en manos de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS). Según el portavoz del Departamento de Defensa, Comandante Sean Robertson, la repatriación de los combatientes extranjeros se considera la mejor solución para evitar que regresen al campo de batalla. Estados Unidos ha adoptado una línea dura contra los no combatientes, en particular negándose a repatriar a la miembro de ISIS de alto perfil Hoda Muthana, aunque recientemente ha repatriado a un pequeño grupo de mujeres y niños. Muthana no se encuentra entre ellas.
Canadá también ha estado buscando múltiples vías para repatriar y procesar a cualquier canadiense involucrado en terrorismo, afirmando que ésta es su máxima prioridad.
Además, el Ministro de Asuntos Exteriores de Eslovaquia, Miroslav Lajcak, recomendó que Europa recuperara a los combatientes europeos, pidiendo un consenso paneuropeo sobre la cuestión.
Italia, un Estado con un número muy bajo de combatientes extranjeros, ha repatriado a un solo presunto combatiente de ISIS.
El caso más significativo aquí es el de Estados Unidos, cuyo enfoque en la repatriación de sus propios combatientes ha tenido eco en la demanda del presidente Trump de que las potencias europeas hagan lo mismo. Ha habido poca respuesta a las demandas del presidente Trump, y tampoco se su amenaza de “liberar” a los combatientes de ISIS ha provocado la búsqueda de soluciones alternativas entre los estados europeos.
A favor de la readmisión de mujeres y/o niños
Hay dos grupos principales de naciones que se han mostrado dispuestas a repatriar a mujeres vinculadas a ISIS, así como a los niños, ya sea incondicionalmente o caso por caso. Éstos forman dos grupos principales: mientras que Europa del Este y los estados de Asia Occidental repatrían a mujeres y niños en general, las potencias occidentales retiran a unos pocos huérfanos y casos altamente vulnerables.
Rusia y su sujeto federal Chechenia han llevado a cabo un gran número de repatriaciones de menores de Irak y Siria en los últimos años. El programa se detuvo abruptamente en 2017 tras las quejas de altos funcionarios de los servicios de seguridad de Rusia, pero se reanudó en diciembre de 2018. Sin embargo, en las repatriaciones actuales, las mujeres no están siendo repatriadas. El presidente checheno Ramzan Kadyrov ha confirmado que Chechenia repatriará a todos los niños que fueron llevados a ISIS. Afirmando que Chechenia “no se detendrá” en la búsqueda y el retorno de ciudadanos rusos mientras haya al menos un niño y una mujer en Irak y Siria. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, también se ha declarado a favor de la repatriación de los niños, sin mencionar el destino de las mujeres, y afirmando que no acogía con beneplácito el retorno de los combatientes extranjeros rusos.
Uzbekistán también se ha llevado de vuelta a 148 mujeres y niños, repatriados en mayo de 2019. El Ministro de Relaciones Exteriores de Tayikistán, Sirojiddin Muhriddin, ha anunciado que se asegurará de que no quede ningún niño tayiko en Siria. Ha declarado que está en contacto con las autoridades sirias, las agencias de ayuda internacional, así como con la Administración kurda para tratar del acceso a los nacionales tayikos residentes en los campos.
En el segundo grupo, el gobierno francés anunció su intención de llevarse de vuelta a los combatientes, antes de dar marcha atrás por las protestas públicas. A partir de entonces, Francia ha abordado la cuestión de la repatriación de los hijos de combatientes caso por caso, negándose a retirar a aquéllos cuyos padres aún viven. Francia también ha sido criticada por permitir que sus ciudadanos fueran deportados desde el noreste de Siria a Irak, siendo sentenciados a muerte allí, y luego protestar contra ello, pero sin intervenir.
Los Países Bajos no deseaban repatriar a los combatientes adultos, pero han cooperado con las autoridades del noreste de Siria para el regreso de dos niños vinculados a ISIS, tras la visita de una delegación, y están estudiando la posibilidad de llevarse también a las mujeres acusadas de apoyar a ISIS. Suecia ha repatriado a siete niños huérfanos tras prolongadas negociaciones y la visita de un Delegación sueca al noreste de Siria. Aunque los niños han sido repatriados, según el ministro del Interior, Mikael Damberg, no hay planes para repatriar a ningún miembro sueco de ISIS.
Bélgica repatrió a siete niños huérfanos tras una visita similar. La ministra encargada de la política migratoria, Maggie De Block, dijo que hay que hacer una distinción entre las madres y los niños, y se ha indicado que Bélgica no acogerá con agrado el regreso de las madres vinculadas a ISIS. Bélgica ha declarado que está dispuesta a llevarse a los niños menores de diez años en general, y a los mayores, caso por caso.
Australia también ha recogido a ocho huérfanos de manera similar, tras una visita diplomática al noreste de Siria. En general, Australia ha indicado que quiere tratar los casos con parientes de miembros de ISIS “tan lejos de Australia como sea posible”.
Aunque el Consejo Federal de Suiza no quiere gastar recursos en la repatriación de adultos, considera que recuperar a los niños es una medida beneficiosa.
El gobierno español ha manifestado su deseo de traer de vuelta a España a mujeres y menores, por razones humanitarias. Sin embargo, no se ha tomado ninguna decisión o acción firme con este fin.
Finlandia también ha declarado que no repatriará a miembros adultos de ISIS, pero el Ministro del Interior, Kai Mykkkänen, ha dicho que Finlandia encontrará formas de enviar niños a Finlandia y ponerlos al cuidado de las autoridades finlandesas.
Al igual que otras naciones, Austria ha declarado que la seguridad de su propia población es su máxima prioridad. Al principio, los representantes del gobierno se negaron rotundamente a la repatriación. Sin embargo, tras un caso en el que una mujer austriaca que está junto a su hijo de dos años en el noreste de Siria solicitó la repatriación, las autoridades austriacas han dicho que están buscando una manera de recuperar al niño.
Un caso interesante es el de Dinamarca, cuyo enfoque se ha invertido a lo largo de la última mitad de la década. En 2014, Dinamarca ofreció a los ciudadanos que luchaban en el extranjero la oportunidad de regresar y recibir rehabilitación sin ser procesados. No obstante, políticos daneses han afirmado posteriormente que no deseaban el retorno de los sospechosos daneses. Incluso los hijos de los sospechosos nacionales daneses de ISIS ya no recibirán automáticamente la ciudadanía danesa, según un nuevo acuerdo entre el gobierno y el derechista Partido Popular Danés. Sin embargo, a pesar de ello, en junio, Dinamarca repatrió a un solo niño danés, que, según se informa, había resultado gravemente herido.
Otros estados fuera de estos dos grupos han tomado medidas similares, repatriando sólo a mujeres y niños. Por ejemplo, la política de Arabia Saudita consiste en recuperar a las víctimas y a los miembros de sus familias que habían sido secuestrados y llevados a unirse a ISIS.
Inicialmente, Túnez intentó repatriar a mujeres y niños, pero tras haber evaluado a las mujeres como un riesgo potencial para la seguridad, ahora se centra en la repatriación de niños. Túnez fue uno de los principales contribuyentes mundiales a las filas de ISIS, pero, aunque más de mil de los muchos tunecinos que viajaron para unirse a ISIS han regresado desde entonces a su país por propia voluntad, se le ha acusado de arrastrar los talones por la repatriación de niños vinculados a ISIS desde el noreste de Siria. Túnez ha sido acusado lentitud en la repatriación de niños vinculados a ISIS desde el noreste de Siria.
El caso danés es ilustrativo del dilema al que se enfrentan muchas potencias occidentales, en particular. Estados como Dinamarca están tratando de trazar una fina línea entre apaciguar a las corrientes populistas y nacionalistas en sus países de origen, que se oponen ferozmente a cualquier posible concesión a los individuos vinculados a ISIS en el país de origen y su propio compromiso declarado con los derechos humanos, la acción humanitaria y el estado de derecho.
Como tal, parece que muchas potencias globales están llevando a cabo repatriaciones severamente limitadas de las personas más vulnerables. niños y niñas en alto riesgo en el noreste de Siria, al mismo tiempo que se mantienen lejos de cualquier otra situación de mayor envergadura para llevarse de vuelta a combatientes y a miembros adultos de ISIS, tanto hombres como mujeres.
Se oponen a la repatriación o aún no han aclarado su posición
El Reino Unido es quizás la potencia mundial que más se opone a la repatriación, negándose a cualquier regreso de militantes de ISIS y despojando de la ciudadanía a los sospechosos de ser miembros de ISIS, entre ellos especialmente la adolescente Shamima Beghum. El Reino Unido también ha utilizado una técnica común a varias otras naciones europeas, al exigir a sus ciudadanos detenidos en el noreste de Siria que hagan un imposible viaje a una embajada fuera de Siria, desde donde dice que puede ofrecer ayuda. “Si un niño británico en Siria es capaz de buscar asistencia consular fuera de Siria, entonces trabajaríamos con las autoridades locales y del Reino Unido para facilitar su regreso si se les solicita”, según la ministra del Interior, Baronesa Williams de Trafford.
La misma demanda de que sus ciudadanos visiten primero un consulado o una embajada ha sido utilizada por el gobierno holandés con respecto a los yihadistas adultos, y Alemania ha dicho lo mismo con respecto a sus propios combatientes.
Asimismo, Noruega ha declarado que sus ciudadanos deben regresar por sí mismos para ser enjuiciados a su llegada. El gobierno ha indicado que no tiene intención de tomar medidas para repatriar a las familias.
Jordania prohíbe el regreso de sus ciudadanos. Los que regresen por voluntad propia serán encarcelados al llegar.
Las autoridades de Serbia no parecen estar tomando medidas para repatriar a las mujeres que se encuentran actualmente en los campamentos de noreste de Siria.
En Indonesia, el presidente Béji Caïd Essebsi propuso en 2016 una amnistía al retorno de los combatientes de ISIS y sus familias -lo que habría sido la política más generosa del mundo hacia individuos vinculados a ISIS. Sin embargo, se retiró la oferta después de protestas y críticas negativas en los medios de comunicación y el gobierno indonesio aún no tiene claro qué hacer con los sospechosos indonesios de ISIS que se encuentran en el noreste de Siria.
Alemania ha repatriado a un puñado de niños desde Irak, pero ninguno hasta la fecha desde el noreste de Siria. Después de que los abuelos de dos huérfanos que se encuentran actualmente en el campo de Al-Hol demandaran al Estado alemán para que los repatriara, las autoridades alemanas han hecho algunos movimientos hacia la repatriación. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha declarado que, aunque no se comprometerán directamente con la Administración Autónoma, intentarán retirar a los niños con la intermediación de ONGs.
Algunas naciones se han comprometido con Irak para repatriar a combatientes, pero se han negado a hacer lo mismo con la AANES (Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria), enviando a sus nacionales a embajadas fuera del alcance de las fronteras del noreste de Siria. Estas embajadas son inaccesibles incluso para los residentes civiles ordinarios en la región autónoma, que está rodeada de poderes hostiles, por no hablar de los que están detenidos en las cárceles o en campos de seguridad. Esto indica que no sólo se valora el factor riesgo de los casos individuales, sino que hay una motivación política detrás de la negativa de ciertos Estados como Alemania a colaborar con la Administración Autónoma en materia de repatriación, en particular desde que ésta ha demostrado su voluntad de entregar a los niños en la frontera con Irak, reconociendo las preocupaciones de seguridad de las potencias extranjeras sobre los viajes a Irak.
Revocación de la ciudadanía
La reacción más extrema contra los detenidos de ISIS en el noreste de Siria ha provenido de aquellos Estados que han debatido o avanzado activamente hacia la revocación de la ciudadanía de sus ciudadanos retenidos en el noreste de Siria. En el Reino Unido, Alemania, Austria, Finlandia, Dinamarca y Kirguistán se ha discutido sobre la retirada de la ciudadanía a sus nacionales que se habían unido a ISIS. Las leyes que prohíben a ciudadanos a luchar en ejércitos o milicias extranjeras existen en las constituciones de muchas naciones. Generalmente, la ciudadanía sólo puede ser revocada si las personas afectadas no se convierten en apátridas por medio de esta acción, es decir, si poseen o pueden obtener un segundo pasaporte como ciudadanos de otro país. Así, esta opción ha sido explorada más habitualmente por las potencias occidentales que tratan de transferir la responsabilidad sobre sus ciudadanos a países más pobres fuera de Occidente, incluso cuando el individuo en cuestión haya nacido y se haya criado en el país que pretende quitarle la ciudadanía, y nunca haya visitado o desarrollado vínculos con el tercer país en cuestión.
La revocación de la ciudadanía facilita que los estados-nación poderosos se absuelvan a sí mismos de su responsabilidad de juzgar a sus ciudadanos, pero sólo transfiere el tema de la seguridad a las naciones menos poderosas o a la Administración Autónoma del noreste de Siria.
Cifras contrastadas de extranjeros repatriados desde el noreste de Siria de enero a julio 2019
En base a la información existente, se puede estimar que tal vez 500 individuos vinculados a ISIS han sido repatriados del noreste de Siria en los meses siguientes a la derrota de ISIS, o el 3% del número total de extranjeros detenidos en la región. Además, es probable que la tasa de retorno de combatientes extranjeros se acerque al 1%. Por tanto, está claro que estas repatriaciones, si bien son beneficiosas en sí mismas y en términos de los casos individuales en cuestión, sólo suponen una solución parcial a la crisis en el noreste de Siria.
Obstáculos a la repatriación
Hay una serie de razones comúnmente citadas por la gran mayoría de los estados-nación que o bien se han negado a repatriar a los sospechosos de ISIS, o se han llevado de vuelta sólo a unos pocos niños o madres. La principal de ellas es la amenaza a la seguridad interna que representan los combatientes de ISIS que regresan. Los gobiernos pueden sentir que sus propias leyes son insuficientes para investigar, acusar y detener a los combatientes de ISIS, o más ampliamente, no desean aumentar la ansiedad pública sobre el acercamiento de los yihadistas de ISIS a sus países. La opinión pública en Europa está abrumadoramente en contra del retorno de sus ciudadanos vinculados a ISIS, en una tendencia que es especialmente pronunciada en los países donde se han producido ataques reivindicados por ISIS. Por ejemplo, el primer ministro danés Lars Lökke Rasmussen, describió a los terroristas vinculados a ISIS como “las personas más peligrosas del mundo”. Ya se base en preocupaciones legítimas sobre seguridad o bien en miedo a enfurecer al electorado que quieren que sus líderes sean duros con el terror, el efecto es muy parecido.
No repatriar a los combatientes de ISIS también funciona como castigo, lo que cuenta con el respaldo del público en general. Esto se basa en el convencimiento de que permanecer en el noreste de Siria constituye un castigo en sí mismo, mientras los periódicos occidentales remarcan el deseo de los militantes de ISIS de volver a casa como una “opción blanda” por los procesos de detención o de justicia occidentales. Los informes de este tipo suelen enmarcar a los sospechosos en términos simplistas, como detenidos en “las cárceles inmundas de Siria”, eludiendo la diferencia entre el régimen de Assad y el noreste de Siria. Los “kurdos” en general, y las YPG e YPJ en particular, disfrutan de una amplia base de apoyo en su papel de liderazgo en la lucha contra ISIS. Las historias enmarcadas de esta manera evitan a las audiencias occidentales hacer la conexión entre estos prisioneros detenidos en Siria, y la carga impuesta a los “kurdos” a quienes apoyan teóricamente.
Por otro lado, los familiares de los sospechosos de ISIS detenidos han llevado a cabo protestas en sus países de origen, como ocurrió el 29 de abril en Alemania. Su principal argumento es que los niños no deben ser castigados por los errores de sus padres.
Algunos países también argumentan que los combatientes extranjeros no merecen ser repatriados. El gobierno del Reino Unido, por ejemplo, argumenta que la Oficina de Interior ha publicado advertencias sobre viajar a Siria e Irak. Las personas que desestimaron estas advertencias tienen que enfrentarse a las consecuencias de sus decisiones.
Los países también son reacios a devolver a casa a sospechosos de ISIS debido a las dificultades para su enjuiciamiento interno. En casos de crímenes de guerra u otros crímenes de interés internacional, los Estados pueden enjuiciar a los perpetradores en los tribunales nacionales. Según el Estatuto de Roma -un tratado internacional de la ONU ratificado por 123 estados-nación y Palestina- los tribunales nacionales tienen la responsabilidad primordial de enjuiciar a sus ciudadanos.
Sin embargo, muchos estados enfrentan dificultades para procesar a los ciudadanos repatriados con sus sistemas legales, debido a la aplicación inadecuada de la legislación nacional, así como a la falta de cooperación jurídica entre los Estados miembros de los tratados. En particular, la falta de pruebas suficientes hace temer que los miembros repatriados de ISIS no sean condenados en absoluto, o que no se les imponga una pena acorde con su presunta culpabilidad. En muchos casos, los ciudadanos han sido capturados en un campo de batalla extranjero sin que se haya concretado más evidencia.
Los Estados Unidos, por ejemplo, no quieren repatriar a los miembros sospechosos de ISIS hasta que tengan pruebas suficientes para procesarlos tras su llegada. Como en otras partes del mundo, los ciudadanos de los Estados Unidos no pueden ser encarcelados indefinidamente sin violar sus derechos constitucionales. Encontrar pruebas que justifiquen el encarcelamiento de cada individuo es un desafío que consume mucho tiempo. Las lagunas o ausencias en la ley tal como está también dificultan a los gobiernos para procesar a los sospechosos de ISIS devueltos. Muchos países, como Suecia, no criminalizan los viajes a Siria. Esto causa obstáculos en el procesamiento de los retornados por asociación con ISIS. Magnus Ranstorp, un experto sueco en terrorismo, dice: “El principal problema es que Suecia aún no tiene las leyes precisas en vigor y, por lo tanto, no podemos procesarlos (aquí todavía)”.
También se ha comprobado que falta infraestructura jurídica. Por ejemplo, el Fiscal General alemán declaró que los juicios de los repatriados alemanes de ISIS no podían llevarse a cabo con el personal actual de los tribunales, que describió como insuficiente. Una vez más, esto da lugar a un doble rasero por el que los gobiernos están satisfechos de que sus ciudadanos sean detenidos sin juicio en el extranjero, en el noreste de Siria, pero se muestran reacios a ello en las detenciones en casa. Si no se cuenta con la infraestructura legal y práctica para acusar, juzgar y detener a los combatientes extranjeros de ISIS en Alemania, por ejemplo, ésta es aún más escasa en el noreste de Siria.
Celebrar juicios nacionales significa que cada país con miembros de ISIS que quiere enjuiciarlos necesita reunir pruebas para demostrar que sus nacionales estuvieron involucrados en un genocidio u otros crímenes. Aún no se ha establecido un mecanismo común, por lo que cada país se enfrenta a sus propios problemas en los juicios domésticos. Relativamente pocos sospechosos de ISIS que regresan han sido procesados en sus países de origen. En el Reino Unido, por ejemplo, cientos de combatientes de ISIS han regresado para caminar libremente, con sólo uno de cada ocho detenido y juzgado. Esto crea la situación contradictoria en la que los que regresan por voluntad propia pueden caminar libremente, mientras que son rechazados aquellos combatientes detenidos cuyo traslado se ofrece con garantías a sus gobiernos por parte de la Administración Autonómica.
Por otra parte, muchos países tienen jurisdicciones restringidas o poco claras para facilitar las repatriaciones. Por ejemplo, el Ministerio del Interior serbio ha declarado que las mujeres serbias en los campos del noreste de Siria caen bajo la competencia de la ONU, y que ellos mismos no tienen contacto con sus nacionales detenidos en la región. El Ministerio del Interior de Macedonia también declaró que no tenía jurisdicción para facilitar el retorno de sus nacionales desde Siria. Por señalar otro ejemplo, en Bosnia, el órgano de coordinación del gobierno que debía ocuparse del retorno de los combatientes de ISIS y sus familias aún no se ha materializado. El Servicio de Inteligencia de Seguridad de Canadá también ha declarado que no hay contacto directo con sus ciudadanos que se encuentran en campamentos y desean la repatriación. También se han iniciado conversaciones sobre si la repatriación es una cuestión europea o nacional. Federica Mogherini, jefa de política exterior de la Unión Europea (UE), respondió a la demanda del presidente Trump de repatriación diciendo que no se puede tomar ninguna decisión a nivel europeo, argumentando que sigue siendo una competencia nacional.
Algunos políticos, incluidos los de Francia y Alemania, han declarado que las repatriaciones no son vistas como una prioridad urgente. Sabiendo que sus ciudadanos están detenidos por las autoridades del noreste de Siria hace que sea menos urgente para ellos encontrar una solución.
Otra barrera es la falta de claridad sobre la ciudadanía y su estatus. Es difícil determinar la nacionalidad de los niños y niñas de los campamentos debido a la escasa documentación. Los certificados de nacimiento pueden estar archivados en sus países de origen, pero para los nacidos dentro de la llamada ciudadanía “califal” se trata de una cuestión abierta. La pregunta sobre quién es responsable de los hijos de los combatientes extranjeros nacidos en Siria, especialmente si los padres proceden de dos países diferentes fuera de Siria e Irak, no se ha encontrado una respuesta clara. También se asume que muchos huérfanos han sido adoptados extraoficialmente por otros miembros de ISIS. Se ha propuesto hacer pruebas de ADN como método para identificar la filiación de los niños y, por lo tanto, su ciudadanía, tras lo cual un gobierno pudiera decidir sobre su repatriación, pero éste sería un proceso largo y costoso.
Bosnia, por ejemplo, no tiene una política clara sobre la repatriación de ciudadanas que dieron a luz en territorios de ISIS porque los niños no tienen la ciudadanía bosnia. Alemania ha constatado igualmente la dificultad de probar la ciudadanía. Aunque el servicio de seguridad alemán BND está llevando a cabo interrogatorios en el noreste de Siria, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, dijo que es difícil probar si los sospechosos de ISIS que afirman tener la nacionalidad alemana son “alemanes de verdad”. Este problema es particularmente agudo respecto a los ciudadanos de los Estados Unidos. Hay muchos más americanos autoproclamados que los americanos de verdad entre los combatientes detenidos en el noreste de Siria, muchas personas que reclaman la ciudadanía pero que no ofrecen pruebas de poseerla.
También hay falta de claridad sobre el papel de la mujer dentro de ISIS, lo que complica aún más la cuestión de la repatriación. En su caso en contraposición a sus contrapartes masculinos, cuyo papel en los crímenes de ISIS ha sido a menudo más público, visible y directo. Los países se enfrentan a retos aún mayores a la hora de repatriar y juzgar a las mujeres afiliadas a ISIS porque su participación real en la violencia es difícil de probar. Las mujeres retenidas en los campos de refugiados son retratadas como víctimas, sobre todo en la prensa liberal, incluso si han ayudado en atrocidades cometidas por ISIS. Las madres, en particular, son vistas como menos peligrosas. Las mujeres afiliadas a ISIS han concedido muchas entrevistas a la prensa occidental, en las que han expresado sus opiniones y su inocencia. Los críticos han observado que este enfoque separa a las mujeres de los hombres de la organización, lo que reduce la probabilidad de que se les considere partícipes en el terrorismo yihadista.
De hecho, las mujeres han jugado un papel clave en asegurar y replicar la ideología de ISIS dentro del llamado califato a través de sus responsabilidades en la maternidad y la crianza de los hijos. Su papel era guiar a sus hijos hacia la yihad, creando una organización terrorista multigeneracional. También se sabe que las mujeres jugaron un papel activo en la esclavitud de las yazidíes, como en el caso de Umm Sayyaf, que encerraba a las esclavas yazidíes en una habitación para “prepararlas” para la violación. En oposición a otras organizaciones yihadistas, ISIS declaró oficialmente que era obligatorio que las mujeres tomaran las armas por el bien de la yihad. Como miembros de ISIS, las mujeres han estado más involucradas en la planificación, el apoyo y la perpetración de ataques que en ningún otro grupo yihadista. Pero también es una realidad que no todas las mujeres afiliadas a ISIS son necesariamente culpables de cometer atrocidades. Muchas organizaciones de derechos humanos consideran inadmisible dejarlas en campamentos de refugiados. Así, diferentes Estados han asumido diferentes enfoques hacia las afiliadas de ISIS. Marruecos, por ejemplo, no ha emprendido ninguna acción judicial contra las esposas de los combatientes repatriados. Declararon que no tenían la intención de unirse al movimiento yihadista, sino que acompañaban a sus maridos. Por otro lado, el jefe del Servicio Federal de Seguridad de Rusia, Alexander Bortnikov, ve un peligro en traer a las mujeres de vuelta porque serán utilizadas por los líderes de ISIS como reclutadoras y atacantes suicidas en la perpetración de ataques terroristas y como intermediarias.
La situación también es complicada cuando se trata del gran número de mujeres con hijos, debido a la preocupación por separar a las madres de sus hijos. Bélgica, por ejemplo, al principio quería repatriar mujeres, pero no niños. Las autoridades de la AANES respondieron que no permitirían esta separación, que los niños y sus madres debían ser repatriados juntos, o bien debería encontrarse otra solución. En Francia también hubo un debate interno, aunque en sentido contrario. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, dijo que los niños podrían ser repatriados solos si sus madres dieran permiso, o si fueran huérfanos. Pero la ministra de Defensa francesa Florence Parly rechazó la idea, diciendo: “Cuando hay padres, todavía tienen derechos sobre sus hijos. Y en relación con las familias que se encuentran en campamentos gestionados por las Fuerzas Democráticas Sirias, los kurdos han decidido respetar este derecho”.
Por último, una serie de preocupaciones diplomáticas influyen la cuestión de la repatriación a nivel político. Como ya se ha dicho, estos factores se ponen de manifiesto de manera más clara en el caso de los países que han repatriado a combatientes de ISIS de Irak, pero no lograron llevar a cabo procesos similares con el noreste de Siria. Algunos políticos han afirmado directamente que las repatriaciones son difíciles de realizar debido a la falta de relaciones diplomáticas con la AANES. Un portavoz del gobierno del Reino Unido declaró que su gobierno no tiene una presencia consular en Siria desde la que pueda proporcionar servicios consulares. La ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, también dijo que no hay contacto con los kurdos de Siria. Desde que el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania cerró su embajada en Damasco, no hay servicio consular. Esto a pesar de que el portavoz de la AANES en Alemania, Ibrahim Murad, ha dicho que la AANES garantizaría a los representantes del gobierno alemán acceso inmediato a sus territorios. Mahmut Erdem, un abogado de la ciudad alemana de Hamburgo, está apoyando a cuatro familias cuyos hijos e hijas están detenidos en el noreste de Siria. Acusó al gobierno alemán de inactividad, diciendo que los kurdos sirios están dispuestos a discutir directamente con el gobierno alemán. Añadió que la reticencia de Alemania a la repatriación estaba relacionada con sus fuertes lazos con Turquía, arguyendo que Berlín había rechazado las repatriaciones a causa de las reservas turcas. El caso de tres mujeres españolas que buscan ser repatriadas desde el noreste de Siria está igualmente acosado por problemas diplomáticos. Mientras las mujeres han solicitado la repatriación y sus familiares en España han intentado presionar a las autoridades españolas para que actúen al respecto, no ha habido ningún contacto por parte de las autoridades españolas con la Administración Autónoma. Por ello, las mujeres han sido trasladadas de un campamento a otro sin una indicación clara de si serán repatriados o no. Aunque la necesidad de establecer relaciones diplomáticas con las FDS o la AANES se señalan como un obstáculo, pueden y se han encontrado vías a satisfacción de las partes involucradas. Por ejemplo, el ejército de los Estados Unidos, que trabaja en estrecha colaboración con las FDS, ha facilitado el regreso de combatientes extranjeros a otros países, como Kazajstán, Macedonia y Marruecos. Asimismo, se ha propuesto a Jordania como tercer país para repatriación a cualquier otro país del mundo, permitiendo a los estados extranjeros repatriar a sus ciudadanos incluso si deciden no comprometerse en relaciones diplomáticas directas con la Administración Autónoma.
FUENTE. Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina
Fuente: http://kurdistanamericalatina.org/llevar-a-isis-ante-la-justicia-parte-3/
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