A través de un lenguaje y escritura que cautiva y embelesa a cualquier lector, además del peso que le confiere ser uno de los escritores hispanoamericanos más reconocidos a nivel mundial, Mario Vargas Llosa utiliza la vitrina que le ofrecen innumerables medios de comunicación para divulgar y expandir las ideas del liberalismo. El politólogo y escritor argentino, Atilio Borón, analizó la práctica discursiva del Premio Nobel de Literatura a quien denominó como “el hechicero de la tribu”.
Independiente de su color político, la prosa de Mario Vargas Llosa encanta a millones de personas alrededor del mundo. Y es que este escritor, Premio Nobel de Literatura 2010, es considerado uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos.
Con decenas de libros y cientos de artículos periodísticos, el escritor peruano no sólo ha destacado por su obra, muy elogiada y galardonada, sino que también se ha convertido en un importante líder de opinión con publicaciones periódicas en los más importantes medios escritos del país, incluyendo Chile.
De ahí que su figura sea motivo de análisis, considerando no sólo su ya conocido proceso de conversión política, sino que fundamentalmente, el nivel de influencia que es capaz de ejercer para defender las ideas liberales que abrazó desde mediados de los setenta como también, para desacreditar con vehemencia los procesos políticos de izquierda, principalmente en América Latina.
Una situación que el politólogo, catedrático y escritor argentino, Atilio Borón ha observado desde hace bastante tiempo y que fue objeto de su más reciente publicación “El Hechicero de la Tribu: Mario Vargas Llosa y el Liberalismo en América Latina”.
En dicha publicación, el doctor en Ciencia Política desmitifica varios de los argumentos contenidos en el libro del novelista peruano titulado “La Llamada de la Tribu” en el que narra su proceso de ruptura con las ideas socialistas y su encuentro con el liberalismo a partir de la lectura de varios intelectuales como Karl Popper, Friedrich Hayek o el propio Adam Smith.
¿Por qué Vargas Llosa?
Sin duda el fenómeno de metamorfosis ideológica que han experimentado varios intelectuales y escritores no es algo nuevo. Sin embargo, para Atilio Borón, el caso de Vargas Llosa es especialmente inquietante ya que no se trata de cualquier converso, sino que de un personaje que “es capaz de convencer que lo blanco es negro” y seducir a las masas. De ahí el título del libro que apunta justamente al carácter de “hechicero” del escritor.
Por esta razón, para el autor trasandino Vargas Llosa es parte importante del “aparato publicitario y propagandístico” de la derecha que busca instalar como certeza ciertas ideas que van en beneficio de las élites.
Así lo afirma en la introducción de su libro en donde señala que “nos guste o no, Vargas Llosa es hoy por hoy el más importante intelectual público de la derecha en el mundo hispanoparlante, y tal vez uno de los de mayor gravitación a nivel mundial. Su incansable labor como propagandista de las ideas liberales a lo largo de casi medio siglo, y la formidable difusión de sus escritos (…) convirtieron al peruano en el profeta mayor del neoliberalismo contemporáneo”
Y pese a que el autor reconoce que Mario Vargas Llosa posee una “débil formación en la teoría marxista”, sí le reconoce su “admirable maestría en el manejo del lenguaje (…) para difundir en las sociedades latinoamericanas la gran impostura del liberalismo”.
Una afirmación que complementó durante la presentación del mencionado libro en la Sala Master de Radio Universidad de Chile: “Vargas Llosa no es un pensador provinciano, no es un pensador que se proyecta sobre el mundo hispano parlante. Su obra, lo que él publica cada semana en El País se reproduce tan sólo en América Latina y el Caribe en más de 300 periódicos y además se publica en lengua inglesa, en Estados Unidos, en Canadá y en algunos países europeos también”.
Por esta razón, Borón es categórico en que “no hay otra figura a nivel mundial del liberalismo que tenga ese grado de influencia. El único ejemplo anterior que uno podría pensar es el de Milton Friedman”.
Pero lo peor, a juicio del escritor argentino, es que, a través de su exposición en los medios más influyentes a nivel mundial, Vargas Llosa difunde una serie de postulados, que luego son aceptados como verdades absolutas, incluso, por quienes se asumen de izquierda. Muchos de ellos, señala Borón, a partir de argumentos falaces.
“Los argumentos no tienen ninguna validez empírica. Es decir, la teoría del derrame la hemos conocido; miremos la historia chilena ¿qué ha pasado con eso que tanto se propagandizó acá? Dejen que los ricos se enriquezcan, que cuando se llene el vaso de su riqueza, comienza el chorreo hacia abajo y los pobres también se van a enriquecer. Lo mismo que la exaltación de Hayek y toda esta idea de que la desigualdad es el gran motor que hizo que la historia avanzara”.
La derecha no cree en la democracia
Otro de los aspectos de la obra de Vargas Llosa que Atilio Borón desmantela es la estrecha relación entre liberalismo y democracia.
En relación a este punto, el autor argentino es categórico en que “la idea que liberalismo y democracia son dos caras de una misma moneda” es falsa ya que “en realidad, la teoría liberal nunca fue democrática y la tradición democrática nunca fue liberal”.
Desde esa perspectiva, es enfático en que “la derecha no cree en la democracia, ni cree en la libertad, ni cree en el debate ni cree en el diálogo. Yo creo que uno de los errores más graves que hemos cometido nosotros en la izquierda es pensar que la derecha iba a apostar a las reglas del juego democrático. Yo recuerdo eso, conversaciones acá (Chile) a fines de los sesenta y principios de los setenta y en otros países. La derecha no acepta sino gobernar ella y cuando no lo hace conspira para derrocar al gobierno por más que éste respete la Constitución”.
Además de refutar a los mayores exponentes del liberalismo en relación a su parentesco con la democracia, Borón plantea que por estos días “nadie puede declararse adversario de la democracia (…) pero ningún estado capitalista ha ido más allá de una mera asimilación formal de esta idea”.
A su juicio “aceptaron la democracia, para luego de devaluarla, vaciarla de contenido y convertirla en un ritual en donde se puede elegir a un candidato, pero sin tener a mano una opción real de gobierno”.
Fuente: https://radio.uchile.cl/2019/08/10/mario-vargas-llosa-el-hechicero-del-liberalismo/
El desmantelamiento político a Vargas Llosa: lo nuevo de Atilio Borón en Sala Master.
por Diario UChile.
El académico de la Universidad de Buenos Aires, Atilio Borón, presentará este martes 6 de agosto, en la Sala Master de Radio Universidad de Chile, su último libro ‘El hechicero de la tribu: Mario Vargas Llosa y el liberalismo en América Latina’.
Y es que para el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, el laureado escritor peruano no solamente es un pensador e intelectual político, sino que un divulgador de ideas y, en la actualidad, el más importante de las huestes de derecha en el mundo hispanohablante.
Entre las actividades que Borón tiene contempladas para la siguiente semana en Chile, estará la presentación de su último libro, este martes 6 de agosto, a las 19 horas, en la Sala Master de Radio Universidad de Chile.
La actividad, además, contará con la presencia del coordinador del movimiento No + AFP, Luis Mesina, así como de la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Carla Peñaloza.
Es importante destacar que, El hechicero de la tribu es, a su vez, una respuesta ideológica al último libro de Vargas Llosa: La llamada de la tribu. Allí, el excandidato presidencial del Perú hizo un recorrido por los días en los que era un asiduo lector de Sartre, defensor de la revolución cubana y hasta militante del Partido Comunista Peruano bajo el seudónimo de “Camarada Alberto”.
¿Cómo es entonces que un intelectual nacido de las clases medias peruanas se convirtió hoy en un referente y evangelizador del mundo liberal?
Según Carla Peñaloza, ese es justamente el ámbito por donde se mueve El hechicero de la tribu, sin inmiscuirse, por supuesto, en la dimensión literaria de Vargas Llosa.
“Borón debate sobre las ideas y la influencia que tiene Vargas Llosa en ciertos sectores más conservadores de la sociedad. Me parece que lo más importante de este libro es su aporte a la discusión de ideas entre los intelectuales de América Latina, como en la más antigua y provechosa tradición, y que ha sido dejada en las últimas décadas”, señaló la académica.
Asimismo, Luis Mesina enfatizó sobre la postura del libro de Borón y lo que será la presentación del mismo en Chile.
“Es un libro fascinante que plantea una postura crítica y muy asertiva respecto de lo que ha sido este hechicero llamado Vargas Llosa, que recorre el mundo desafiando, tergiversando y manipulando la información. Con Atilio Borón reflexionaremos sobre los grandes desafíos que tiene hoy la izquierda latinoamericana y mundial”, indicó el dirigente.
La visita de Atilio Borón a Chile, además, tiene contempladas visitas a diversas regiones del país. El 7 de agosto participará de un seminario en el sindicato Petrox, en Concepción; mientras que, el 9 del mismo mes visitará la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso.
Fuente: https://radio.uchile.cl/2019/08/01/el-desmantelamiento-politico-a-vargas-llosa-lo-nuevo-de-atilio-boron-en-sala-master/
[Anexo CT]
Vargas Llosa, un francotirador indulgente, santón, neoliberal.
Muchos intelectuales suelen creer que sus lectores carecen de memoria. Mario Vargas Llosa es uno de ellos: en sus declaraciones asume la condición de redentor, santón o francotirador, o las tres cosas, sin acordarse que su propia biografía es su principal enemigo.
De cómplice en la construcción de la figura política de Fidel Castro como líder de la revolución socialista de Cuba ahora Vargas Llosa aparece como un santón del neoliberalismo reaccionario. Y desde el monte del Olimpo construido con las versiones de sus libros, sus miles de artículos y sus declaraciones, el escritor se muestra como el oráculo de futuros ominosos.
Vargas Llosa puede decir lo que desee, sea contradictorio o no. Pero debería ser lo que gusta decir de sí mismo: un demócrata. Ahora da consejos a México: evitar que la democracia mexicana actual “retroceda a una democracia populista”; o sea, evitar la democracia para no llegar al populismo.
Como intelectual doctorado en letras, Vagas Llosa es un mejor trapecista; en su mundo de las ideas hay tres fases involutivas:
1.- De 1962 a 1967 fue un escritor estalinista, castrista, procubano, revolucionario, hasta guevarista. Sus textos sobre Cuba fueron superficiales, sentimentales y ciegos a favor de la dictadura castrista que se definió en julio de 1959 cuando encarceló al comandante Hubert Matos por decir que Fidel era comunista.
2.- De 1970 a 1989 Vargas Llosa fue un socialista desterrado –como Trotsky– porque aprobaba la idea del socialismo, pero no le gustaba en ningún país. En mayo de 1970 Vargas Llosa rompió con Castro por el encarcelamiento y tortura al poeta Heberto Padilla. A partir de ahí, volteó banderas al socialismo cubano, aunque asumió el modelo del Sartre de Stalin sin estalinismo –cualquier cosa que ello represente–. Escribió Vargas Llosa, como Sartre en El fantasma de Stalin, que, a pesar de las pruebas del socialismo autoritario y dictatorial, “aprieto los dientes y sigo diciendo con el socialismo”.
3.- De 1989 a la fecha, Vargas Llosa se pasó al neoliberalismo reaccionario, conservador, fondomonetarista, de mercado, antisocial pro empresarial y –¿por qué no?– monárquico. En 1990 fue candidato a la presidencia del Perú y su programa de gobierno fue el mismo del neoliberalismo impositivo del Fondo Monetario Internacional. Desde ese 1989 –caída del Muro de Berlín– Vargas Llosa se convirtió en el intelectual insignia de ese neoliberalismo.
Vargas Llosa es el intelectual prototípico que describió el español Ignacio Sánchez-Cuenca en su ensayo La desfachatez intelectual: los intelectuales clérigos –Julien Benda–, tertulianos o víctimas propiciatorias del neoliberalismo como el nuevo opio –Raymond Aron–, es decir, líderes sociales que suplen el debate de las ideas, la lucha de clases y la reflexión ensayística. Basta, dicen, una declaración bien construida, casi como cuento corto.
Vargas Llosa caracterizó en 1992 el sistema mexicano como “dictadura perfecta” porque contenía en su seno hasta a sus críticos. Ahora alerta la posibilidad de la “democracia populista” –categorías contradictorias u oximorónicas– porque la democracia es el mandato de las mayorías y no los pánicos de las minorías ilustradas, y pide votar el regreso de la dictadura perfecta priísta.
Su libro El llamado de la tribu es un viaje simbólico de Finlandia a la estación de Alemania –al revés del Lenin de Edmund Wilson– en busca de su nueva moral neoliberal, fondomonetarista, de mercado.
Fuente: http://sucedioenoaxaca.com/2018/03/02/vargas-llosa-un-francotirador-indulgente-santon-neoliberal/
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