Argentina. Elecciones 2019. Una victoria que golpea a Trump y Netanyahu.
Está claro que las elecciones primarias no son las definitivas, pero algo más de quince puntos de diferencia entre la oposición (con un 48%) y el oficialismo (con un 33%) no es un simple detalle ni algo que el gobierno de Mauricio Macri pueda minimizar. Ni siquiera apelando a consejos paternales como ese lanzado a medianoche invitando a los argentinos «a irse a dormir».
Sin ningún tipo de atenuantes el Frente encabezado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner aplastó a quienes hasta el presente ejercen el poder autoritario de no solo condenar a los argentinos y argentinas a retornar a las peores épocas de la historia sino de convertir al país en una devaluada colonia del imperialismo trumpiano.
Había claras señales que el pueblo, que no siempre se somete mansamente a las políticas criminales del capitalismo, estaba harto de aguantar tanta impunidad y por lo tanto este pasado domingo debía resolver a su manera escribir un contundente «hasta aquí llegamos» y convertirlo en singular punto de inflexión. Y vaya si lo hizo. Utilizando una fórmula opositora que para algunos es producto de «una jugada magistral» de Cristina Fernández y para otros, más críticos, la alternativa «menos mala» para sacudirse de encima a Macri y sus secuaces, generó de sur a norte y de este a oeste del país las condiciones para propinarle al gobierno de los ricos una saludable paliza electoral. El cimbronazo acusado por el macrismo no dejó provincia sin tocar, ya que el aluvión de votos para la oposición se manifestó incluso en sitios donde cuatro años atrás el macrismo había arrasado. Como premio consuelo, aunque provisorio, el oficialismo pudo salvar la ropa en la Ciudad de Buenos Aires, donde persisten aún (veremos qué ocurre en las elecciones definitivas de octubre) bolsones francamente reaccionarios, acomodaticios y gorilas, y en la provincia de Córdoba, donde indudablemente tironeó o le fueron regalados sufragios del gobiernador Schiaretti, para escribir otra página vergonzosa en el bastión del Cordobazo.
Mención especial, sin dudas, merece la perla de la corona de toda buena elección argentina que se precie, la provincia de Buenos Aires. Allí, Axel Kicillof, el mejor candidato proyectado por el kirchnerismo (aparte, claro, de la propia ex presidenta y ahora candidata a vice), vapuleó a la gobernadora María Eugenia Vidal y la derrotó con aprroximadamente 18% de votos de ventaja. Es el justo premio a un hombre joven, ex ministro de Economía y tiempo antes de llegar a la política institucional, excelente profesor de marxismo, que pateó la provincia casa por casa, que no se sumó a ninguna variante de triunfalismo previo y que finalmente, a la hora de la victoria, supo agradecer lo logrado recostándose en los más humildes que lo eligieron para sacudirse de encima a una de las principales partenaires de las políticas neoliberales del macrismo.
Con estos resultados, si el macrismo no fuera un sostén principal de la democracia burguesa, debería anunciar hoy mismo su retiro anticipado del gobierno, y así dejar de hacer más mal a una sociedad que se equivocó de cabo a rabo en elegirlo en el 2015, y que como hacía mucho que no ocurría ejerció con rigor el voto castigo. Pero Macri no se va a ir tan fácilmente, y los días que vienen, sobre todo en lo que hace a los temas económicos y las nuevas corridas que pueda producir el dólar son altamente peligrosos. No hay que olvidar que este establishment macrista está agarrado desde la cabeza a los pies por el FMI y sus amigos de la banca financiera internacional. Que esta ralea es capaz de todo, y que en su megalomanía y desprecio por quienes pacíficamente los han acorralado, pueden apelar a cualquier golpe bajo. Por ello, y porque esta ha sido una elección que sirvió para marcarle duramente el territorio, la oposición debe prepararse para consumar la derrota definitiva en la primera vuelta de octubre. Votos no faltan y seguramente vendrán más, arrastrados por la euforia victoriosa de este domingo. Incluso, es probable que se puedan ver cambios de equipo de algunos tránsfugas que nunca faltan, que jurarán que ellos estaban con Macri pero que ahora «desilucionados» prefieren sumarse a a la ola ganadora.
Pongamos por un momento la brújula en ese acto de salud mental masivo que puede significar la expulsión -en octubre- de los Macri, Vidal, Peña, Bullrich y demás maleantes del poder, y recapacitemos sobre las posibilidades del próximo gobierno Fernández-Fernández. Indudablemente el país seguirá instalado en el capitalismo, aunque como el propio candidato presidencial lo anunciara, se tomarán medidas reparadoras de urgencia sobre los daños más graves cometidos en los últimos 4 años, pero el tema fundamental seguirá siendo como se encararán las relaciones con el FMI y la maldita deuda externa generada por el actual gobierno. Si bien Alberto Fernández ha dicho más de una vez que «se cuimplirán con los pagos» y que «Argentina honrará la deuda», sería conveniente no insistir en ese tipo de promesas y si hay algo que honrar, pensar en esos millones de votantes que se merecen algo más que seguir sacrificando su futuro en financiar con su sacrificio y el de sus hijos y nietos, compromisos incumplibles salvo a costa de seguir sosteniendo la pobreza por décadas.
Puede decirse que «ahora no es el momento de poner piedras en el camino sino de ganar», es cierto, pero con esos mismos consejos se aseguró la gobernabilidad del macrismo en vez de aprovechar esta misma bronca ahora demostrada en las urnas, para echarlo mucho antes con la lucha callejera y ahorrarle más dolor a nuestra gente. Movilizaciones no faltaron y ganas de hacerlo tampoco, pero las dirigencias optaron por seguir jugando el partido dentro de los límites de estas democracias tramposas y desgastantes. De allí, que el gobierno que asuma en diciembre (que, de cara a lo votado en estas primarias, debería ser el de los Fernández) tiene la obligación de debatir con el pueblo, que la sufre, qué hacer con la deuda y no anticiparse a ceder ante los guiños que seguramente hará el poder financiero internacional. La movilización permanente, en ese sentido, es fundamental para que no se produzcan nuevas frustraciones.
Por último otro dato, que no es menor: esta derrota de la derecha gorila es un duro golpe para los titiriteros de Washington y Tel Aviv. Trump y Netanyahu estaban cómodos con la dupla Macri-Bolsonaro, que les lamían los pies con absoluta obsecuencia. Ahora, todo indica que se viene la noche para esa idea recolonizadora a bajo costo, y seguramente el ejemplo cundirá. De hecho, en ese mismo mes de octubre, el imperio puede sufrir una derrota a tres bandas, en Argentina, Bolivia y Uruguay. Salvo Evo que avanza hacia el socialismo, las otras dos opciones son hijas de un capitalismo suave, pero que confrontan con las ambiciones del imperio de alinear al continente en su idea de agredir a Venezuela y Cuba. Si no hay sorpresas de último momento, octubre aparece en el horizonte como una barrera importante a la tendencia expansionista de Estados Unidos para el continente. Y esa, es otra buena razón para que la primera victoria en las primarias argentinas sea festejada en toda la Patria Grande. Ahora hay que ir por Bolsonaro e Ivan Duque.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/08/12/argentina-elecciones-2019-una-victoria-que-golpea-a-trump-y-netanyahu/
Elecciones en Argentina, primeras impresiones de una gran victoria que entusiasma en toda la región.
por Manuel Bertoldi/Frente Patria Grande.
Ayer se realizaron las PASO (primarias abiertas simultáneas y obligatorias), donde todos los partidos presentan a sus pre-candidatos que se van a postular en Octubre. Se dirimen posibles internas dentro de los partidos y tienen que lograr obtener el 1,5% del padrón electoral para poder ser candidatos. En términos concretos funciona como una encuesta muy precisa a 11 semanas de las elecciones definitivas.
Estas elecciones primarias tuvieron la particularidad de que la mayoría de las provincias habían adelantado sus comicios para la elección de los gobernadores y legisladores provinciales, como así para las autoridades municipales. Es por ello, que en gran parte del país, se elegían los candidatos a legisladores nacionales –diputados y senadores-, como a la formula presidencial.
El resultado de las elecciones de ayer arrojaron un resultados que sorprendió a todos tanto en el oficialismo como en la oposición. Los 15 puntos de diferencia entre Alberto Fernandez y Macri arrojan un resultado a priori difícil de revertir. Pone a la fórmula FF con muy buenas posibilidades de ganar en primera vuelta en Octubre las elecciones y terminar con 4 años de gobierno neoliberal con las consecuencias que esto tiene inclusive en términos regionales para fortalecer una perspectiva de mayor autonomía con respecto a las políticas imperialistas en el continente.
En términos distritales el Frente Todos (Fórmula Alberto Fernandez-Cristina Fernandea) Se impuso en todos los distritos a nivel nacional salvo en la Capital Federal y en Córdoba, lugares en los que, a pesar de la derrota, se achicó significativamente la diferencia con respecto a la elección anterior. En las provincias mas postergadas del país la diferencia fue abismal, llegando en algunos lugares al 70% como en el Noreste Argentino. También se ganó en provincias históricamente conservadoras y que apoyaban al oficialismo como Mendoza o Jujuy. Una reflexión aparte merece la provincia de Buenos Aires donde el candidato a gobernador por el Frente de Todos, Axel Kiciloff, se impuso casi con el 50% de los votos sacando una diferencia de 18 puntos a la actual gobernadora Vidal. Esto tiene una importancia en términos cuantitativos por ser el 40% del padrón electoral pero también cualitativa. La Derrota de Vidal significa un golpe muy duro para quien era una potencial figura de recambio para el poder económico concentrado. Por otro lado una eventual gobernación de Axel Kiciloff es objetivamente la candidatura mas progresista que ha puesto el peronismo en el principal distrito del país desde la vuelta de la democracia para acá.
Por otro lado, han quedado escuálidas las opciones electorales de las terceras vías, teniendo en cuenta que Lavagna obtuvo solo el 8% de los votos. Asimismo, las opciones de la derecha más radicalizadas, también han tenido resultados exiguos.
Mucho se ha hablado estos meses sobre que lugar ocupaban las condiciones materiales a la hora de construir la subjetividad de las personas para decidir su voto. El rol que ocupaban los medios de comunicación en la construcción de la realidad cotidiana de las personas y como operaban los nuevos dispositivos comunicacionales para amortiguar la ofensiva neoliberal en el ánimo de las personas. Si bien el comportamiento no puede ser atribuible solo a cómo afectan las condiciones materiales, la elección en la Argentina ha demostrado que las mismas siguen teniendo una centralidad muy importante en la toma de decisiones en el terreno político. Es uno de los grandes puntos débiles del modelo neoliberal: sus dificultades en la construcción de hegemonía en proyectos de largo aliento, al no poder garantizar condiciones para la reproducción de la clase trabajadora. Ello sin negar que a pesar del enorme deterioro en la calidad de vida de la mayoría de los argentinos, Macri obtuvo el 32% de los votos. En este cuadro, habrá que ver en los próximos meses que estrategia adopta el capital transnacional y Estados Unidos para intentar revertir una situación que a priori parece muy difícil pero que es fundamental para su estrategia para la región teniendo Argentina un rol geopolítico fundamental.
De acá a Octubre habrá que seguir muy de cerca cómo reaccionan los mercados y cual es la estrategia de los sectores del poder económico concentrado. En el primer día posterior a las elecciones el dólar aumentó un 30%. Paradójicamente una profundización de la crisis económica si bien puede ser un mecanismo para desestabilizar al país luego de la elección y casi inminente derrota del oficialismo, los costos en términos de capital político son adjudicado directamente al oficialismo, ya que así lo demuestra las recientes elecciones poniendo a Mauricio Macri y su gobierno como principal responsable de la situación que atraviesa el país. Faltan todavía muchos meses para la sucesión en diciembre y el fantasma de la ingobernabilidad ha dejado de ser un problema del futuro gobierno sino del actual. Un escenario de agudización de la crisis y por ende del conflicto social no es un escenario que busque ni el oficialismo ni la oposición pero que claramente debe preocupar mucho mas a Macri.
– Algunos elementos que pueden explicar la contundente victoria de la oposición son:
1- La crisis económica en la que está sumergido el país. El capital transnacional ha utilizado al estado nacional durante las años del gobierno de Macri como lugar para hacer sus negocios millonarios, fugando millones de dolares que fueron adquiridos a partir de la toma de deuda del préstamo del FMI; como así también con políticas de ajuste y vaciamiento del estado. Esto tuvo la consecuencia el desmejoramiento de todos los indicadores sociales y económicos como por ejemplo, el aumento de la pobreza, desempleo y la tasa de indigencia.
2- La incapacidad del gobierno para ampliar su base política con nuevas alianzas. Si bien pudieron sumar a una pequeña fracción del peronismo con la incorporación de Pichetto como vicepresidente. Tuvieron fuertes disputas internas como lo demostró el cruce con sectores concentrados del agro y de la cámara industrial. Esto debilitó su armado político quitándole capacidad ofensiva.
3- La estrategia de la polarización utilizada durante todos estos años por el oficialismo, les jugó en contra a medida que fue pasando el tiempo y que iba quedando mas atrás las responsabilidades del gobierno anterior teniendo que dar cuenta cada vez mas de sus acciones y políticas. La estrategia de la polarización quedo practicamente inhabilitada como herramienta del oficialismo con la figura de Alberto como presidente. Pasando la oposición a la ofensiva en términos de discurso y de relato. La renovación y reimpulso fueron mensajes que quedaron en el ámbito del Frente de Todos.
4- La gran habilidad para aglutinar casi al conjunto de la oposición en el Frente Todos. La candidatura a Presidente de Alberto Fernandez si bien corrió hacia el centro la fórmula y fue un guiño hacia sectores del poder económico, posibilito la incorporación de actores como Massa y ciertos actores del sector industrial. Así también, se encolumnaron la gran mayoría de los gobernadores en el frente opositor.
5- Alta estructuración del campo popular y confluencia casi en su totalidad dentro del Frente Todos. Tanto las organizaciones de la economía popular como del movimiento de mujeres fueron protagonistas de la campaña electoral, por poner ejemplo, a partir de Ofelia Fernandez, candidata referenta de la juventud con 19 años y particularmente de las jóvenes que inundan la calle o Juan Grabois que sin ser candidato tuvo una fuerte aparición mediática.
Desafíos
Para el campo popular el escenario debe seguir siendo de muchísimo trabajo. No debemos caer en impresiones triunfalistas. Es necesario fortalecer una voluntad popular en perspectiva de una transformación que ponga en agenda a la ampliación derechos y el protagonismo popular como ejes fundamentales de la disputa. No solo para transitar la campaña electoral hacia octubre sino también de cara a la nueva etapa que se abre con el gobierno de Alberto Fernandez y Cristina. Sobre todo cuando el futuro gobierno será necesariamente de ajuste y los cambios materiales en la vida del pueblo no será percibidas rápidamente –en el mejor de los casos-.
En el campo popular hoy se abre con mas fuerza un debate que vamos a tener que transitar. Hay que presionar a un gobierno que asume muy condicionado por cómo dejó el país cuatro años de neoliberalismo furioso y un contexto internacional complejo. Es necesario navegar un gobierno de transición sin hacer demasiadas olas o por el contrario debemos presionar para lograr reformas estructurales que posibiliten ir cristalizando nuevas correlaciones de fuerza para los sectores populares. Seguramente los 12 años de gobierno progresista han dejado algunas enseñanzas y existen ciertos consensos que debemos seguir fortaleciendo en que la movilización y organización popular se vuelve fundamental para lo que está en juego en la etapa que se abre.
Para el futuro gobierno, asimismo, será un desafío poder mantener aglutinado a los espacios políticos que integraron el Frente de Todos.
Buenos aires, 12 de agosto de 2019
Twitter: @m_bertol
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