Un Nuevo Imperio u Otra Civilización para los 2020.

por Wim Dierckxsens y Walter Formento.
La Nueva Formación Social alrededor de la Nueva Ruta de Seda parece estar desplazando al Occidente Anglosajón. Este hecho no solo ha irritado a la administración Trump, sino que constituye también un serio revés para el capital financiero globalista en su batalla por tener bajo su control el terreno de las tecnologías estratégicas sobre Inteligencia Artificial. No es de extrañar por lo tanto, observar que las sanciones contra China en general y Huawei en particular son avaladas por ambos partidos en el Congreso de EEUU.
Los objetivos detrás de ello, sin embargo, son muy distintos. Trump podrá creer que EE.UU. saldrá beneficiado por la guerra comercial con China y en el corto plazo podrá ser. Las fuerzas globalistas están provocando la crisis bursátil y el colapso financiero en EE.UU. Lo anuncian a través de sus grandes medios y la promueven, entre otras cosas, a través de la política de la Reserva Federal (Fed). La Fed ha pospuesto la baja de la tasa de interés solicitado con gran insistencia por la administración Trump. Sin la baja de las tasas de interés una gran recesión nos espera. Un revés para Trump en las elecciones pero una oportunidad para los globalistas de imponer al mundo un nuevo sistema monetario mundial. Los globalistas apoyan las manifestaciones en Hong Kong y buscan una revolución de color en China para desestabilizar al país y evitar que aparezca como alternativa económica.
Los globalistas han subestimado no solo a China sino sobre todo a Rusia. Las importaciones en porcentaje del PIB del país por lejos son más bajas que las de cualquier otro del G8. Rusia es el tercer país en rango con una balanza comercial positiva. Hoy en día, la economía de Rusia es la más autosuficiente y diversificada del mundo. Rusia hoy por hoy es una gran potencia en el plano agrícola, industrial, militar y geopolítica .Es el país que menos impacto recibe no solo de sancione económicas impuestas por EEUU sino sobrevivirá con creces una gran depresión al igual que lo hizo la la economía de la URSS en los años treinta del siglo pasado. Con ello Rusia con China y Oriente en general se vislumbrará en tiempos de una Gran depresión como una mejor alternativa económica que la globalista.

La Guerra Comercial entre EE.UU. y China.

Según recientes cifras del segundo trimestre de 2019, Samsung de Corea del Sur y Huawei de China son número uno y dos en el mercado mundial de teléfonos inteligentes (smartphones) y que estas empresas avanzan sin cesar en el mercado de Asia y Europa. La empresa china embarcó 58.7 millones de teléfonos inteligentes en ese cuatrimestre lo que representaba un ascenso de 8.3% comparado con la cifra del año anterior. Apple en cambio, solo embarcó 33.8 millones, un descenso de 18.2% comparado con el año anterior. Huawei no solo sobrepasó a Apple, sino la firma embarcó un 75% más de teléfonos inteligentes que Apple. En otras palabras Huawei dejó bien atrás a Apple. Esta tendencia del reemplazo de Apple por Huawei va continuar con la introducción de G5.

La Nueva Formación Social alrededor de la Nueva Ruta de Seda parece estar desplazando al Occidente Anglosajón. Este hecho no solo ha irritado a la administración Trump, sino que constituye también un serio revés para el capital financiero globalista en su batalla por tener bajo su control el terreno de las tecnologías estratégicas sobre Inteligencia Artificial. Las fuerzas globalistas están provocando la crisis bursátil y el colapso financiero en EE.UU. y con ello en el mundo entero. Lo anuncian a través de sus grandes medios y la promueven, entre otras cosas, a través de la política de la Reserva Federal (Fed). La Fed ha pospuesto la baja de la tasa de interés solicitado con gran insistencia por la administración Trump. Cuando finalmente la bajó en apenas cuarto de porciento no garantizó nuevas rebajas en el futuro. No rebajar las tasas de interés significa una gran recesión pronta en plena campaña electoral de Trump que perdería las elecciones.

La crítica de Trump a la Fed se ha hecho más dura, pero las fuerzas globalistas ahí presentes (incluyendo al Banco de Basilea (el Banco Central de los Bancos Centrales) son muy grandes. La Fed ya no se refiere al estado de salud de la economía norteamericana (con sus tradicionales estadísticas sobre la inflación y el empleo) sino a la del mundo en su totalidad. Lo hacen con la intención de imponer como principal el impacto que está teniendo la guerra comercial de Trump con China sobre la economía estadounidense. En un claro intento de que la factura por una hipotética crisis y recesión en EEUU le llegue directamente al presidente Trump, que en tal caso podría perder las próximas elecciones de 2020.

Una recesión a escala mundial que anuncian los grandes medios con bombos y platinos, daría ventaja a las fuerzas globalistas para su proyecto de un Estado Global sin fronteras ni ciudadanos, es decir, por encima de todas las naciones e incluso por encima de EE.UU. tema que hemos abordado en nuestro libro de 2018. La pregunta es si las fuerzas globalistas podrán imponer su voluntad a la Nueva Formación Social con China y Rusia a la cabeza, En una crisis mundial más bien los países de la Nueva Ruta de Seda podrían presentarse como alternativa económica. En este contexto hay que comprender como los globalistas buscan desestabilizar a China mediante una nueva revolución de colores en Hong Kong, un lugar clave para desestabilizar a China.

La Revolución de Colores en Hong Kong

Desde que se concretó el establecimiento de la soberanía de la República Popular China sobre ‎Hong Kong, ese territorio constituye –junto a Macao– una de las dos Regiones Administrativas ‎Especiales existentes en el gigante asiático. En virtud de los acuerdos de 1997, Pekín instaló en ‎Hong Kong la democracia al estilo occidental que nunca existió bajo la dominación británica. Fue ‎bajo la soberanía china que la población de Hong Kong eligió su parlamento por primera vez. ‎

La nueva ley de extradicción de los derechos humanos a como hacen la lectura los grandes medios. A partir de la propuesta de ley surgen las manifestaciones que desembocan en una nueva revolución de colores con actores políticos y económicos externos. Reino Unido y Estados Unidos han estimulado el endurecimiento de las ‎manifestaciones en Hong Kong. De la reciente coyuntura política en Hong Kong se puede responsabilizar primero que todo al Estado Profundo de Gran Bretaña. La City de Londres y la oligarquía británica tienen raíces profundas de más de 150 años en Hong Kong y lo tiene asimismo en la Inteligencia Estadounidense.

En las manifestaciones “populares” se ha visto al Movimiento por la Independencia de ‎Hong Kong, la formación política más implicada. Agitan bajo la antigua bandera colonial del territorio. Es el mismo fenómeno observado en Libia –donde el Consejo Nacional de Transición ‎adoptó la bandera del rey Idris– y en Siria –donde el llamado «Ejército Sirio Libre» adoptó la ‎bandera del mandato colonial francés. ‎

Mapa Hong y Shenzen

Distancia de Shenzhen a Hong Kong en línea recta es de 17km

A medida que avanzan las protestas, los mercados se tambalean y Beijing se preocupa por el hecho que la anunciada apuesta a largo plazo contra la vinculación del Hong Kong Dólar (HKD) con el dólar estadounidense es cada vez más plausible. En la medida que Hong Kong (el mayor financiero de China continental) se torne más inestable, se volverá más pertinente la imposición de la estabilidad social por el régimen del presidente Xi. Beijing no suele ser cortoplacista en su proyecto. En este contexto, Nikkei Asian Review informa que Beijing ha desarrollado un plan que eliminara a Hong Kong del centro por completo.

El gobierno chino planea “transformar” a la ciudad de Shenzen, con 13 millones de habitantes, en centro tecnológico del sudeste que une el continente con Hong Kong con 7 millones de habitantes. Shenzen sería ‘el nuevo Hong Kong’. Muchas de las propuestas fueron descritas en un documento publicado por el Consejo de Estado de China, el equivalente del gabinete del poder ejecutivo del Partido Comunista. China busca atraer a las multinacionales de todo el mundo hacia el centro tecnológico de Shenzhen, una medida que esencialmente le quitaría a Hong Kong su fuerte de ser: un imán para la inversión. Hong Kong y Macao serán fusionados administrativamente con la ciudad de Shenzhen y Guangzhou para formar la Gran Bahía. La Región servirá como un “área de demostración” para el socialismo chino. Esto incluirá una infraestructura de atención médica superior, junto con un sistema educativo de clase mundial. Otro beneficio (que podría alinear a las empresas extranjeras e estadounidenses en particular): el estado respaldará el rápido desarrollo de 5G en Shenzen y la nueva región. Se convertiría en un “modelo nacional de desarrollo de alta calidad” para 2035 y en una “cosmópolis superior” para todo el mundo a mediados del siglo XXI.

Las propuestas se presentan al mismo tiempo que los militares chinos entrenan en Shenzhen en medio de las protestas de ya meses en Hong Kong. Lo anterior sugiere que Beijing aplica tanto la presión económica como la amenaza de la fuerza armada en el territorio inquieto. Si Beijing sigue en firme con el proyecto, esto podría crear grandes problemas para Hong Kong y su autoridad monetaria. Los inversores ya están amenazando con una mayor fuga de capitales. Vale precisar el declive económico de HK en paralelo al ascenso del resto de China. HK ha pasado de representar el 27% del Producto Interno Bruto de China en el momento de anexión, en 1997, a un escaso 3% en la actualidad.

La Guerra de Monedas

Para entrar también a la ´guerra de monedas´ Trump quiere bajar el precio del dólar y le molesta que la Reserva federal de EEUU (Fed) no contribuya en esta batalla con Europa, Japón y China. La Fed, a partir de una fuerte presión del presidente Trump, bajó hacia finales de julio de 2019 las tasas de interés en un cuarto por ciento, diciendo sin embargo, que se tratara de un simple ajuste a mitad de año y no el comienzo de otro período de expansión monetaria. Con esto la Fed admitió abiertamente, que estamos en recesión, situación que las fuerzas globalistas como el Banco de Basilea, la City de Londres y Nueva York, así como los grandes medios y la revista The Economist en primera línea, en el mes de agosto están buscándola y con miras a las elecciones en 2020.

Una encuesta de Morning Consult revela que el 28% de la población responsabilizarían exclusivamente a Trump si una crisis económica (provocada o no) se dé en plena campaña electoral en EEUU. Esta cifra sería tan solo un 6% entre los Republicanos, porcentaje que ascendería, sin embargo, a 50% entre los Demócratas. En el momento que los grandes medios anuncian que una recesión es inminente, el 60% de los entrevistados (en otro sondeo) considera que el impeachment del presidente Trump es una mala idea. Es la opinión de la casi totalidad de los Republicanos (92%). Los Demócratas (pro globalistas), en cambio, verían tal impeachment en 72% de los casos con buenos ojos ya que solo un 28% estaría en contra de esa idea. Lo anterior deja bien claro cuán polarizada está la situación política en la población del país.

Una baja clara en las tasas de interés ayudaría a evitar una crisis inmediata al posponerla al menos por un tiempo. Es obvio entonces que Trump enfureció al considerar que la Fed no se inclina por la expansión monetaria, es decir por imprimir dinero sin respaldo y a pura deuda con tasas negativas de interés. Para Trump la Fed la bajó demasiado tarde y demasiado poco. Con tasas de interés más bajas el dólar hubiese bajado de precio. En vez de depreciar el dólar, la moneda más bien apreció ya que para colmo en Europa y Japón continúan rebajando las tasas de interés que ya estaban negativas y bien por debajo de las tasas en EEUU. Para colmo también el Yuan de China devaluó frente al dólar. El resultado fue un flujo de capital hacia Norteamérica buscando mayores rendimientos, subiendo más bien la cotización del dólar frente a las otras monedas ´menos fuertes´ Euro, Libra Esterlina y el Yen). La Tesorería de EEUU podría comprar euros y yenes con sus dólares fortaleciendo así esas monedas y bajar así el precio del dólar. Al estar la UE y Japón en recesión es de esperar que tomarían represalias en el sentido contrario.

Con un dólar más caro y una guerra comercial que va de mal en peor observamos durante los primeros seis meses de 2019 que las exportaciones de EE.UU. a China cayeron en 18% comparando con el mismo período en el año 2018. Las importaciones desde China cayeron en un 12%. El comercio se redujo entonces para ambos países pero el déficit comercial persiste. EE.UU parece entonces ser perdedor en esta guerra comercial y los consumidores norteamericanos son los principales perdedores. Una guerra comercial en tiempos de pérdida de crecimiento económico es más motivo para que estalle la crisis y el colapso financiero que para una recuperación económica. Parece bastante difícil, entonces, que la administración Trump logre posponerla hasta después de las elecciones. En el transcurso de unas semanas Trump parece transformarse de ganador en perdedor del espectáculo.

La crisis parece inevitable y los globalistas ven la oportunidad de imponer en esa coyuntura un nuevo sistema monetario internacional por encima de las naciones y sus ciudadanos e incluso por encima de EEUU. En este contexto, el jefe del Banco de Inglaterra —Banco Central del Reino Unido—, Mark Carney, manifestó el 23 de agosto de 2019 (según el canal estadounidense CNBC), ante sus colegas de bancos centrales, que la dependencia mundial del dólar estadounidense como moneda de reserva es demasiado arriesgada y propone por ello una nueva moneda digital (como la Libra) para reemplazar al dólar estadounidense. Esto significaría el fin de la hegemonía norteamericana basada en el Sistema financiero anclado en el dólar como moneda internacional de reserva

En una jugada económica que todo el mundo comprenderá excepto los grandes medios, el presidente Donald Trump planteó el 23 de agosto de 2019 que considera reducir los impuestos para dar un impulso a la economía. No solo piensa reducir el impuesto sobre las ganancias del capital que, sin lugar a dudas volvería a dar un impulso a la bolsa de valores a través de la recompra de sus acciones por las grandes corporaciones, sino también piensa en bajar los impuestos de los trabajadores que daría no solo un impulso al consumo sino sobre todo un buen apoyo a su campaña electoral. Esta guerra no ha terminado y la campaña electoral se acerca cada día más.

Economía ficticia vs Economía real

Una baja en la tasa de interés prácticamente no estimula la economía real como ya hemos visto en anteriores trabajos nuestros. Desde la crisis de 2007/08 se introdujo una política de bajar las tasas de interés, hasta la fecha que Trump fue electo presidente de EEUU. La medida ha servido a las grandes corporaciones que con ese crédito barato han podido recomprar sus propias acciones. El resultado ha sido un ascenso del precio de sus acciones en la bolsa de valores. Tratase de la acumulación de ´capital ficticio´, es decir, dinero sin respaldo, que en manos del capital privado parece ´real´, ya que puede comprar a cambio riqueza real mientras en el mercado de valores no se pierde la confianza de poder cambiarlas a dicho precio. A nivel del capital a nivel social global, sin embargo, es capital ficticio ya que no tiene respaldo alguno en el capital real (terrenos, edificios, equipos maquinaria, etc.) de las corporaciones. El precio de mercado de los consorcios expresado a través de las acciones en la bolsa de valores, en otras palabras, está muy por encima del capital realmente invertido en dichas empresas. Ese plusvalor sin respaldo es capital ficticio que en momentos de crisis se esfuma al caer el valor nominal en la bolsa de valores que se reajustará al precio de mercado del capital invertido en términos de edificios maquinaria etc..

La recuperación económica a partir de la crisis de 2007/08 en el actual decenio ha sido por tanto ficticia, una ilusión basada en la expansión monetaria masiva basada en la impresión de dinero sin respaldo actual ni futuro. El dinero creado de la nada no se invierte en la economía real sino en la recompra de acciones. Las acciones suelen dispararse para arriba, aunque la economía real no avanza. Esta desconexión entre la economía real y el mercado bursátil nunca ha sido tan grande como en la actualidad. Mientras el Standard&Poor en la bolsa de Nueva York finales de julio de 2019 ha alcanzado records históricos, la economía real muestra una situación de contracción o crisis. La economía de EEUU aparenta crecer visto por la cotización en la bolsa de valores. Sin embargo, en el segundo trimestre de 2019 observamos un crecimiento negativo del 2.2% en la producción industrial de EEUU respecto al mismo período en 2018 y esto a falta de inversión en la economía real. A mitad de 2019 el producto industrial bruto de EEUU fue el peor registrado en 118 meses, o sea, en casi 20 años. La situación en Europa es peor aún que la de EEUU.

Ante nuestros ojos está una depresión económica a escala mundial, por más que los políticos afirman lo contrario. A falta de inversiones en la economía real se observa una baja en la tasa de ganancia, baja que para los grandes consorcios son ampliamente compensadas por ganancias obtenidas en la bolsa de valores. El distanciamiento cada vez mayor entre las burbujas de activos a costa de una contracción simultánea en la economía real es una causa de recesión que tarde o temprano se estallará. Según Bloomberg, Reuters (Globalistas) y también el Wall Street Journal (Continetalista), los analistas estiman que hay un 40% de posibilidades de que EE UU entre en recesión para 2019, mientras un 51% la ve en 2020, en otras palabras, probablemente durante la campaña electoral de EE.UU. Lo anterior significa que los análisis no están exentos de un fuerte color político.
No es casual que a partir de agosto de 2019 los grandes medios anuncian con bombos y platinos que estamos en EEUU ante una gran recesión. En los EEUU las grandes corporaciones han vendido acciones por un monto medio de 600 millones de dólares por día durante el mes de agosto como si fuera a explotar la madre de todas las burbujas y como si pudiesen ver llegar el desastre financiero en el horizonte. O más bien será que las corporaciones globalistas venden sus propias acciones a fin de provocar la gran crisis durante la campaña electoral en EEUU para evitar así la reelección de Donald Trump como presidente y lograr un cambio radical en el sistema monetario a nivel mundial (´Great Reset´). Nosotros nos quedamos con la última interpretación.

Una economía por endeudamiento sin fin

El primero de agosto Zero Hedge levantó la bandera roja para el endeudamiento sin fin y en particular para la economía estadounidense. Señalaron que el límite absoluto de endeudamiento posible para EEUU llegaría en el año 2024 cuando el país se encuentra en la situación que la deuda nueva creada, se ocupará exclusivamente para el servicio a la deuda, es decir, para el pago exclusivo de intereses a la deuda total. De ahí también la presión actual sobre los bancos centrales para aplicar tasas negativas de interés. Una baja de las tasas de interés en el terreno negativo tiende a reducir la deuda en el tiempo y permitiría que la bolsa de valores pudiera seguir su alza por algún tiempo más y la Reserva Federal (Fed) está bloqueando dicha posibilidad para que Trump no gane las elecciones de 2020.

Los mercados financieros (palabra utilizada para no decir que son las fuerzas globalistas) emitieron el 15 de agosto una señal de alerta sobre las perspectivas económicas para Reino Unido y Estados Unidos. Se trata del indicador que en la jerga financiera se conoce como “curva de yield invertida” o “curva de rendimientos invertida”. Esta señal de advertencia proviene del mercado de bonos, donde gobiernos y empresas piden dinero prestado a través de la venta de bonos. Un factor que afecta el rendimiento que desean los inversores es el tiempo que deben esperar para el pago final. Por lo general, una espera más larga significa un mayor rendimiento como recompensa por “atar” su dinero por más tiempo, ya que implica un mayor riesgo de que una inflación inesperada erosione lo obtenido por sus intereses. Lo que es inusual es que el rendimiento de los bonos del gobierno de Reino Unido (gilts, como se les conoce) y de EE.UU. con dos años de vencimiento fue superior al rendimiento de los bonos a 10 años. Según los economistas de la Reserva Federal de EE.UU. (globalistas), los períodos con una tendencia de rendimiento invertida son seguidos de manera confiable por desaceleraciones económicas y casi siempre por una recesión. Conforme la curva se invierta y la recesión se vislumbre tiende a ascender el precio del oro. Lo interesante es que el precio del oro en el pasado reciente fue suprimido por los grandes bancos globalistas para mantener el alza en la bolsa de valores e evitar su colapso. Ahora que quieren la recesión han dejado subir el precio de los metales preciosos.

Si la recesión no es un hecho antes de mediados de 2020 el impacto en la población podrá ser insuficiente para que antes de las elecciones en noviembre se logre para cambiar la tendencia de voto que actualmente está a favor de Trump. Para posponer la recesión prácticamente inevitable la Casa Blanca está preparando una rebaja en los impuestos sobre los ingresos que probablemente será lanzada en el momento que la crisis esté a punto de estallarse a fin de impactar positivamente en la capacidad de compra y de pago de gran parte de la población en momentos que han de definir su voto.

El endeudamiento a tasas relativamente bajas de interés permite un aumento de ingresos y consumo a crédito (tarjetas de crédito, casas con hipoteca, carros a pagos, préstamos para los estudios, etc. fenómeno que creció notoriamente en EEUU y las naciones ricas en general. El crédito significa un ingreso para los sujetos de crédito y promueve la desigualdad de ingresos entre y dentro de países brecha que no ha dejado de enchancharse. El mundo actual está caracterizado por desigualdades sin precedentes históricos dentro y entre países. Entre 1980 y 2014 los más ricos que lo tienen ya todo, el 0.001% de los estadounidenses, vieron aumentar sus ingresos en un 600% en tanto que estos ingresos no aumentaron para el 50% con menos ingresos del país, fueron muy magros para el 40% de clase media y fueron incluso negativos para el quintil más pobre (véase gráfico). Sin lugar a dudas esta situación es una bomba de tiempo que podría explotar en una gran recesión.

En un Atlas, el Banco Mundial divide los países en grupos según su Producto Interno Bruto (PIB). Los países con una renta per cápita superior a los $4000 dólares (países ricos) representan en conjunto el 90% del Ingreso Global, del Ahorro Global y del Acceso Mundial al Crédito. Esos países cada vez más ricos consumen además el 90% de la Energía Global y son responsables por el 90% de la Exportaciones y del Crédito recibido. Durante casi medio siglo la población con menos de 15 años de edad en dichas naciones ricas (con un nivel de consumo alto) ha disminuido en 100 millones de personas, una baja relativa del 12%. En estos países ricos, la capacidad de reemplazo de la población adulta por nuevas generaciones jóvenes ya no está garantizada para sostener el mercado de trabajo y esto aun incluyendo la inmigración neta. Sin una capacidad de reemplazo de generaciones adultas por otras más jóvenes tampoco está garantizada poder mantener la capacidad de consumo.

Este dato contrasta con el fuerte ascenso de la población de menos de 15 años, como fuerza de trabajo potencial, en naciones con un nivel de consumo bajo. Su población joven aumentó con 570 millones de personas, un aumento relativo de 190%, o sea casi una duplicación. Podría pensarse que en la era de la globalización la solución se encuentra entonces en el mayor consumo de los países pobres sin abandonar el neoliberalismo. Muchos países pobres cuentan con un bono demográfico, es decir, su estructura demográfica más que garantiza el reemplazo generacional en el mercado laboral que, sin embargo, no tiene mayor capacidad de absorción. La migración Sur- Norte sería la lógica respuesta que se ve frenada, sin embargo, por la xenofobia y el nacionalismo fomentado por los grandes medios globalistas como hemos visto en artículos nuestros. Para poder revertir la baja a la tasa de ganancia, la migración de capital hacia los países emergentes de mano de obra barata y abundante es una tendencia marcada.

Ahora bien, en promedio cada persona joven en las naciones ricas tiene un nivel de consumo per cápita 15 veces mayor que sus iguales en las naciones pobres. En otras palabras, para poder compensar la pérdida de consumo de las nuevas y disminuidas generaciones en los países ricos, se ocuparían 15 personas jóvenes en las naciones más pobres y en realidad la tasa de reemplazo de jóvenes ricos por sus iguales en los países pobres solo es de 5.7 por uno. Antes de apuntar a estimular la migración Sur Norte el capital busca por lo tanto, la mejor capacidad de reemplazo migrando de Norte a Sur. En el Sur aparece su propio Norte (población con mejores ingresos en ciertos países emergentes) y el Norte creó su propio Sur al aumentar su propia capacidad de reemplazo de la fuerza de trabajo. El resultado ha sido una alta capacidad de reemplazo en Norte y Sur y una peor distribución de ingresos entre ricos y pobres dentro y entre países.

Es un hecho que la población en países ricos se califica en promedio como mejor sujeto de crédito y por tanto tiene mayor capacidad de gasto que la población en los países pobres donde grandes mayorías ni suelen calificarse siquiera como sujeto de crédito. Mediante la baja de las tasas de interés la economía globalizada busca compensar el nivel de consumo perdido por la falta de reemplazo demográfico en los países ricos. El crédito es el instrumento de la economía de mercado para aumentar la demanda de productos y servicios, sin dejar de mencionar que los grandes consorcios se benefician mucho más de las bajas tasas de interés que los mismos consumidores. En 2019, la deuda per cápita que pesa sobre las generaciones futuras en las naciones ricas alcanzó así los $334 mil dólares.

Si las tasas de interés continúen a la baja, la situación futura sería aún más dramática y las generaciones jóvenes en los países ricos están enfrentadas a una deuda virtualmente imposible de pagar (Hamilton, 27 de agosto de 2019). Con tasas de interés prácticamente negativas, los fondos de pensiones se encuentran en crisis. Al provocar una recesión la incapacidad de pago de las deudas privadas atravesará entonces todas las generaciones llevando a una crisis económica y social sino también política con un sujeto colectivo partido y en potencial confrontación en EEUU. No por nada que se habla de una guerra civil en gestión entre globalistas (demócratas) y anti-globalistas (Republicanos) en ese país.

¿Habrá otro imperio o estamos ante un cambio civilizatorio?

La legitimidad de un Sistema que sirve cada vez más exclusivamente a su propia élite y por medios que son cada vez más corruptos está tendida de un solo hilo; una vez que termine la prosperidad termina también la legitimidad del sistema. Mientras la ciudadanía aún cree en los cuentos económicos de la ´prosperidad´ que generaría el sistema, mediante mentiras divulgadas por la clase política y los medios es posible sostener cierta credibilidad. Sin embargo, una vez que la brecha entre la propaganda y la realidad económica y social se ensancha y que los propios medios globalistas comienzan a propagar una gran recesión las cosas podrán cambiar bruscamente con una depresión. Si la crisis se da en forma simultánea en muchos países, el sistema monetario pierde su credibilidad y legitimidad y las élites bancarias y políticas se corren el riesgo real de una bancarrota política.

Las fuerzas financieras globalistas proyectan instaurar un sistema monetario mundial manejado por ningún Estado-Nación sino un Estado Global sin fronteras ni ciudadanos. Ese Estado en proyección con la OTAN, como su brazo militar, ha mostrado de ser incapaz de subyugar naciones medianas como Siria y Turquía, ni hablar que lo podrán con China y Rusia.

Han subestimado no solo a China sino sobre todo a Rusia. Rusia es un país que depende de los ingresos de petróleo y gas como lo divulgan los medios. En 2013 la producción de petróleo y gas era solo de 12% del PIB y en 2019 apenas un 10%. Las exportaciones de productos que no sean gas ni petróleo crecieron en un 250%. Las importaciones en porcentaje del PIB del país por lejos son más bajas que las de cualquier otro del G7. Rusia es el tercer país en rango con una balanza comercial positiva. Hoy en día, la economía de Rusia es la más autosuficiente y diversificada del mundo. Rusia hoy por hoy es una gran potencia en el plano agrícola, industrial, militar y geopolítica (Jon Hellevig 31 de agosto de 2019).

Rusia por lejos es el país menos endeudado del mundo tanto en lo público como en lo privado. Es el país que menos impacto recibe de sanciones impuestas por EEUU y sobrevivirá con creces una gran depresión al igual que lo hizo la la economía de la URSS en los años treinta del siglo pasado. Con ello Rusia con China y Oriente en general se vislumbrará como mejor alternativa económica que la salida globalista. Serán particularmente las economías de Occidente que recibirán el mayor impacto de una gran recesión y el mayor cuestionamiento de la banca y la clase política. Así como se dieron revueltas y luchas políticas en los años treinta en Occidente reivindicando otro sistema político (el socialista en su tiempo) así también podamos esperar luchas sociales y políticas en Occidente reivindicando un mundo multipolar.

Occidente ha intentado aislar Rusia de Europa con su intervención en Ucrania y Siria. Vimos en trabajos anteriores nuestros como la OTAN y sus ejércitos de mercenarios (ISIS) sufrieron una derrota en Siria así como la intervención sucia en Ucrania no logró subordinar el este del país. Siempre ‎resulta, en prácticamente todas partes, que los terroristas a menudo islamistas tienen relaciones con la OTAN. Según la literatura interna de la Alianza Atlántica, ‎los servicios secretos de la OTAN se hallan bajo las órdenes conjuntas del MI6 británico y de la ‎CIA estadounidense. ‎‎El caso más reciente tenemos hoy con la revolución de color en Hong Kong.

Hoy en día se acepta generalmente que no solo se usa el terrorismo de falsa bandera, patrocinado por el Estado, sino que es la estrategia más utilizada por la OTAN. Denunciar que estos actos de terrorismo son de falsa bandera generalmente se considera como teoría de conspiración por los grandes medios. No es el momento de documentarlo pero resaltemos un caso en torno a Ucrania con un enfoque geopolítico. El 25 de mayo de 2018 los medios globalistas BBC y Reuters anunciaron que Rusia era “responsable” por el derribo en Ucrania del avión MH17 de Malasia cuando volaba el 17 de julio de 2014 desde Ámsterdam con 298 personas a bordo. Todos los pasajeros y la tripulación entera fallecieron.

A partir de una nueva investigación basada, entre otras cosas, en la información de las cajas negras del avión derribado en poder del gobierno de Malasia, quedó claro que el derribo del MH 17 es una operación de falsa bandera planificada por las agencias de inteligencia occidentales para bloquear la ayuda rusa a las áreas de Ucrania que han continuado resistiendo después de lo que ahora podemos llamar una “ocupación militar” por la OTAN. El ataque de falsa bandera tenía la intención de justificar la ´ayuda´ militar de la OTAN a la “región separatista” y evitar que la Unión Europea y sobre todo Alemania miraran más hacia el Este que hacia el Oeste. Los grandes medios no han dado mayor atención a la nueva investigación por razones obvias.

Ukrania ha estado en la raíz de la deterioración de las relaciones entre EE.UU. y Rusia. En Agosto de 2019 Trump anunció que Rusia será invitada a la próxima reunión del G7 en EEUU. En setiembre tiene lugar una reunión de Trump con el más o menos recién electo presidente de Ucrania. Trump ya lo anunció y notificó al Congreso que considera cortar 250 millones de dólares en asistencia militar a Ucrania. Además anunció que reducirá la ´cooperación técnica´ en 4 mil millones de dólares en diez áreas geográficas diferentes. Trump proyecta por un lado reducir el gasto de defensa en el exterior que pesa mucho en su presupuesto y por el otro bajar los impuestos ante la amenaza de una recesión anunciada por las fuerzas globalistas. El presidente argumenta querer estar seguro que en la asistencia militar al extranjero se priorizan los intereses de EE.UU y que los países beneficiados paguen una contraparte justa, un golpe duro a la OTAN y su presencia en Europa. Es un ataque frontal a las fuerzas globalistas.

En otro plano Trump está en guerra abierta con la Reserva Federal (históricamente el bastión de las fuerzas globalistas y aún bajo su influencia). Vimos que la Fed no ha estado muy anuente para bajar las tasas de interés a como el presidente pidió enérgicamente. La Fed prácticamente no ha bajado las tasas de interés en 2019 para estimular la ampliación de la masa de dinero mediante el crédito barato (tasas de interés bajas). Lo que sin embargo sí hizo la Fed en las dos últimas semanas de agosto es comprar bonos de la Tesorería por un monto total de 14 mil millones de dólares ampliando de esta forma la masa de dinero en el mercado. Desde octubre de 2014 la Fed no había recurrido a esta modalidad de expansión monetaria e inmediatamente reaccionaron las acciones en la bolsa de valores en Nueva York que (Standard&Poor 500) subió la última semana 2.79% al tiempo que perdió aún un 2.88% en el mes de agosto. La ganancia neta en lo que va del año 2019 ha sido de 16.75%.

El martes 27 de Agosto de 2019 el presidente Trump propuso que Putin participe en el próximo G7 en EEUU, sino el presidente Macron afirmo en Biarritz que estamos viviendo el fin de la hegemonía Occidental apuntando a que las fuerzas hacia un mundo multipolar están triunfando sobre las globalistas. En Biarritz, el proyecto globalista del Nuevo Orden Mundial fue declarado muerto en el G7. Choca y chocará contra un muro de resistencia de China y Rusia. De acuerdo a Christopher Dembik (30 de agosto de 2019), después de una nueva recesión técnica en el segundo y tal vez tercer cuatrimestre de 2019, Estados Unidos al reabrir la Fed la expansión monetaria empujarán junto con unos estímulos fiscales a la bolsa de valores y la economía a cifras positivas durante el primer y segundo cuatrimestre de 2020 (es decir hasta agosto), tiempo suficiente para que Trump podrá salir aventajado en las próximas elecciones. Este hecho significaría el entierro del proyecto globalista y la apertura hasta en EEUU para el proyecto multipolar liderado por China y Rusia.

El periódico oficial de China en los mismos días que Trump ha intervenido constantemente en la operación de la Reserva Federal, buscando obstruir así el Nuevo Orden del mercado financiero global. El patrón oro es un esfuerzo del mundo multipolar y su sistema financiero para equilibrar el ‘futuro Trumpiano’, afirma el periódico oficial de China. Tal intervención apunta a la necesidad de construir un nuevo orden financiero, que no sea la globalista, sino la base fundamental para el resurgimiento del patrón oro en el mercado financiero mundial. Esto significará que Estados Unidos puede tomar su propio camino y los estadounidenses tendrán el derecho de cuidarse a sí mismos, de manera que otros países también tendrán el derecho a tomar sus propias decisiones. Este será un proceso de reequilibrio en el mercado financiero mundial afirma el periódico y para lograrlo el mundo no puede permitirse entrar en recesión ahora.

Si aceptamos que la Guerra es la continuación de la Política por otros medios, podemos afirmar que Occidente ha perdido la guerra no solo en términos económicos sino también en el plano militar. Ya ni podrán acabar con media humanidad, antes de haberse destruida. Estamos más bien ante la muerte lenta pero segura de la Civilización Occidental en plena decadencia.

No nos encontramos ante el surgimiento de un nuevo imperio (Chino) como casi todo el mundo suele pensar cuando Occidente cae. La nueva formación social en torno a la Nueva Ruta de Seda con China y Rusia a la cabeza bien sabe que no podrá haber ningún otro imperio a partir de un nuevo Estado-Nación. Se acabó el imperio de las fuerzas financieras norteamericanas (continentalistas) con su complejo industrial y militar y el imperialismo yanqui. Ni habrá un Nuevo Orden Mundial de las fuerzas globalistas como argumentamos. Se abrirá más bien un espacio donde las naciones han de aprender a vivir juntas sin relaciones de dominación, o sea, un mundo regido por otra racionalidad económica.


Bibliografía

– Blogspot, El territorio del Lince, 21 de agosto de 2019, www.blogspot.com
– BBC News Mundo,¿Los mercados están dando señales de que se avecina una nueva recesión?, 15 de agosto de 2019
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Fuente: https://www.lahaine.org/mundo.php/un-nuevo-imperio-u-otra


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