Sobre violencia política y patriarcado durante la dictadura chilena.

“Fui torturada y violada por agentes de la DINA, quedé embarazada y aborté”

Por Lissette Fossa. 

Esta entrevista a Silvia Pinilla fue hecha en 2015, en el contexto de la realización del programa “Frecuencia Abortista”, emitido en Radio Villa Francia, donde se transmitió parte de este relato. El contenido íntegro de este testimonio es inédito hasta hoy. Meses después de conversar sobre su caso, Silvia Pinilla, militante del Partido Socialista y activista por los derechos humanos, falleció. En INTERFERENCIA adaptamos la entrevista como un relato en primera persona, ante la conmovedora historia.

Tenía 20 años en 1974. En esos años era voluntaria en el Comité Pro Paz. Yo comencé el mismo 11 de septiembre de 1973 a ayudar a las personas detenidas. Trabajaba como secretaria en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Chile, en calle República, que después fue el edificio de la CNI. Era secretaria de docencia allí, había estudiado secretariado y había salido hace poco del colegio.

Vengo de una familia grande. Éramos nueve hermanos y mis padres. Yo vivía con ellos cerca de calle Ñuble. Ellos no eran militantes, mientras que yo militaba en el Partido Socialista, desde la década de los sesentas.

En agosto de 1974 me secuestraron, me torturaron, pero nunca me carearon con nadie. Yo recuerdo que ellos, los de la DINA, eran gente joven, incluso recuerdo su olor, porque usaban colonia Flaño, que en ese tiempo me gustaba y ahora ya no puedo ni olerlo. Incluso una vez tuve que salir del metro porque alguien cerca mío olía a Flaño…

Ese día iba saliendo del trabajo, caminando en República con Toesca, cuando me secuestraron. Me llevaron a un fundo, en Rinconada de Maipú, yo con el tiempo supe qué lugar era, porque en ese momento no sabía. Estuve allí doce días.

Lo primero que me hicieron, aparte de golpearme, me llevaron a un lugar donde me amarraron y después me pusieron corriente. Después me cortaron los pezones. Yo decía que no iba a hablar, pero creo que mi mente ya no funcionaba en ese momento. De hecho, yo no sabía qué querían que dijera, si no me preguntaban nada. Hasta ese minuto, hasta antes que me violaran, no pensaba que iban a ser tan malvados.

Era tanto el frío que yo sentía, que yo pensaba que era un hangar de un avión o algo así. Y no veía nada, me vendaron desde un inicio y me pusieron cinta adhesiva. Yo estaba aterrada, tenía miedo.

Yo nunca vi a nadie, sólo escuchaba y sentía olores. Hasta el día de hoy soy muy delicada en eso de los olores, no puedo tomar de una taza que no sea mía, las cosas que me llevo a la boca, etc. Porque me hicieron tomar pichí en una taza de loza. Y sentía que estaba sentada como en una rueda de camión grande, con un cordel grueso alrededor, yo ahí hice un nido y ahí me acurruqué. No recuerdo, por ejemplo, dónde hacía mis necesidades, no tengo nociones de eso. Pensaba que si pedía ir al baño, me iba a volver a violar.

Las violaciones fueron varias. Primero fue un grupo, después otro grupo de hombres, porque eran otras voces… Yo nunca los vi, solo los olía y los escuchaba. Yo era virgen. Yo apenas había pololeado, pero un pololeo más infantil, en el colegio, y yo nunca me había acostado con él.

Después de la detención, todo fue complicado. Primero llegué a la casa y mi papá me pegó. Dijo que yo estaba hueveando, porque él era muy estricto y seguramente pensó mal de mí, porque venía con la pintura corrida, sucia, golpeada. Yo lloraba no más, yo lo único que quería era limpiarme y dormir. Había llegado a la casa caminando, desde San Joaquín, donde me dejó la DINA, hasta donde vivía, cerca de Ñuble.

Por la reacción de mi papá, me fui a la casa de una amiga. Ella me vio y me preguntó qué me había pasado. Yo lo único que le respondía es que me quería bañar. No reaccionaba a nada. Después de ducharme, ella me secó el pelo… a ella le llamó la atención que yo me bañara con ropa, porque yo tenía toda la ropa pegada al cuerpo, como había sangrado… Y terminé viviendo con ella en su casa, porque mi papá no me dejó quedarme en la casa. Y ahí estuve durante septiembre hasta noviembre de 1974.

Un mes y medio después, más o menos, me di cuenta que estaba embarazada. Cuando se iba a casar mi hermana, que se iba a casar en noviembre. Todos nos estábamos preparando en la familia para el matrimonio, pero yo me sentía mal, me dolía la cabeza y me dolía el abdomen. Yo pensaba que me habían dado algo mientras me torturaban, alguna droga o alguna pastilla. Y a las semanas, me di cuenta que estaba embarazada. No lo podía creer, imagínate, embarazada, soltera y sin saber de quién era. Ahí le conté a mi amiga, que vivía conmigo, y le dije “si yo no puedo hacerme un aborto, yo me mato. Nunca voy a tener un hijo de esos desgraciados, para mí no es nada, es un problema”.

Y fui a la farmacia de la esquina de mi barrio, y la señora que atendía me vio tan mal, tan demacrada, que me preguntó que me había pasado. Y yo le conté que me habían violado los milicos y que estaba embarazada. Y ella me dijo: “Yo te voy a ayudar”.

Primero me regaló los medicamentos y llamó a una persona para que me los diera. Y yo tuve hemorragia, dolores parecidos al parto, pero no aborté. Días después empecé a sentir que mis pechos estaban creciendo y para mí fue horrible. La señora de la farmacia me dio varios medicamentos y nada, no abortaba. Así que me dijo: “Mi hijita, te voy a acompañar donde una matrona que es jubilada y que hace abortos”.

Esas cosas te quedan grabadas toda la vida, yo no sé si existirá el edificio, pero la dirección era en Nataniel Cox . Y la señora tenía un departamento y por un costado había una puerta y entrabas a una pieza con azulejos, era como una sala de clínica. Fui con la señora de la farmacia, que después de esto, llegamos a ser amigas. En esa clínica clandestina me hicieron un raspaje. Me cuidaron todo ese día, porque fue muy doloroso. Tú sientes que te raspan y te corre un líquido, no sé si agua o sangre. Pero yo prefería morir a criar un hijo de esas bestias.

Yo, después, reconstruí mi vida. Me casé con un ex prisionero político, mi compañero. Yo no pude haberme casado con otra persona, porque él entiende lo que pasó. Porque en la intimidad es todo tan diferente… Juntos, teníamos el amor y las ganas de estar juntos, porque teníamos ganas de salir adelante. Tuvimos hijos, llevamos años juntos.

Mis hijos me han preguntado y yo les cuento lo que ellos me preguntan. No les contaba todo de la nada, porque por el hecho de ser hombres, pensaba que no iban a reaccionar bien, y de hecho no han reaccionado bien, les ha impactado mucho.

Pero yo creo que yo afortunadamente pude abortar, pero tuve compañeras que no pudieron, las tuvieron detenidas hasta parir a esos hijos. Yo tengo compañeras que sufrieron eso.

Tiempo después, un psiquiatra me recomendó que hablara esto con mi familia y les conté a mis hermanas, y una de mis hermanas me dijo que yo me lo había buscado, y eso es lo que más me dolió, porque es mi hermana, tú podrías esperar algo así de un vecino, de un militar, pero no de ella. Yo había declarado recién, en diciembre de 2010, para la comisión Valech. Y cuando declaré me sentí pésimo, vomité, fue espantoso. Quizás me hice una coraza tan grande, desde 1974 hasta que declaré, que no asumí lo que pasé, porque yo ni lloraba, pensaba no más que había que seguir viviendo.

Claro que para mí, abortar fue un acto dignidad. Yo incluso he tenido problemas cuando he escuchado juicios de opinión de gente que no tolera el aborto y yo no contaba nada, pero preguntaba por qué, ¿por qué no aceptarlos? Porque es una decisión personal, que nadie puede meterse con la vida íntima y privada de uno.

Yo estoy de acuerdo con el aborto, nunca me podría negar, como mujer ¿Qué lo den en adopción? No, por qué, que tengan hijos ellos, los de esas fundaciones y los regalen en adopción. Pero aquí uno debe decidir por su cuerpo, uno conscientemente sabe cuántos y quiénes van a pertenecer a mí, como hijos. Es la mujer la que debe decidir qué hacer y cómo hacerlo. Hay que pensar que las mujeres tenemos el derecho a decidir.

11 de Septiembre, 2019.

Fuente: https://interferencia.cl/articulos/fui-torturada-y-violada-por-agentes-de-la-dina-quede-embarazada-y-aborte

 


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