La partida de un grande.
El ex párroco emblemático de La Legua, durante su larga vida tuvo como principales fundamentos su lucha contra la pobreza y la defensa de los Derechos Humanos. Su vocación, que nació por sus trabajos y voluntariados en basurales y poblaciones callampas, lo llevaron a acercarse a la Iglesia Católica. Férreo partidario de la Teoría de la Liberación, Mariano Puga, trabajó constantemente en zonas vulnerables, donde para él las personas eran víctimas de una sociedad cruel.
Tras varios días de agonía, en la madrugada de hoy, falleció el emblemático cura obrero de Villa Francia, Pudahuel, La Legua y Chiloé, Mariano Puga Concha, tenaz defensor de los Derechos Humanos en dictadura y voz crítica dentro de la Iglesia Católica chilena.
Velatorio y homenajes Sabado y Domingo.
El velatorio de Mariano Puga se relaizará desde las 17:00 horas de este viernes hasta las 03:00 horas del domingo en la capilla Cristo Liberador de Villa Francia
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“Comunicamos con profunda Paz y Esperanza Cristiana la Pascua de nuestro hermano, amigo, pastor y compañero…Ha partido al encuentro con Cristo el que lo “chaló”, amó y movió a entregar su vida por el pueblo pobre y oprimido…¡Mariano, el cura de Chile ha resucitado!”, consiga en comunicado entregado por la Comunidad La Minga.
El sacerdote diocesano murió en su domicilio de Villa Francia, donde funciona su amada comunidad, víctima de un cáncer linfático a la edad de 88 años, rodeado de un grupo de amigos y cercanos que lo han acompañado luego de retornar a su hogar desde el Hospital Clínico de la Universidad Católica.
Mariano Puga Concha nació el 25 de abril de 1931 en el seno de una familia aristocrática y de tradición republicana –su padre fue embajador en Estados Unidos y su madre emparentada con los dueños de la Viña Concha y Toro–, descubrió su vocación mientras estudiaba arquitectura en la Universidad Católica y comenzó a visitar campamentos entrando en contacto con la extrema pobreza. Fue en el basural de San Manuel, donde la precaria situación en la que vivían tanto adultos como niños lo llevaron a ingresar al Seminario Diocesano, dejar de lado su carrera profesional, para luego ser ordenado sacerdote en el año 1959.
Su defensa por los Derechos Humanos
El cura obrero tuvo una activa lucha en contra del régimen dictatorial y las violaciones a los Derechos Humanos. En el año 74, Puga dejó el Seminario para trasladarse a Chuquicamata, ciudad donde adhirió al movimiento Cristianos por el Socialismo, cuyo objetivo era la disminución de la desigualdad social, inspirado en la teología de la liberación, lo que generó la salida de su parroquia por determinación del entonces Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Luego llegó a vivir a la Villa Francia, donde trabajó en la fabricación de las casas Corvi, hasta que en junio de 1974 fue detenido y trasladado Villa Grimaldi y Tres Álamos. Siete veces vivió en carne propia episodios de este tipo, siendo expulsado del país.
Tras su éxodo forzado en Perú, Puga regresó a trabajar en la Vicaría de la Solidaridad, teniendo una activa participación en la defensa de los Derechos Humanos y denunciando sin vacilaciones los atropellos y vejámenes cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
En 1980 y 1992 trabajó en Pudahuel y luego se trasladó a la población La Legua, donde se desempeñó como párroco en la Iglesia San Cayetano de La Legua, en la comuna de San Joaquín, desde el año 1992 hasta el 2002, luego de haber trabajado 12 años en Pudahuel. Siempre criticó la estigmatización que se le hacía a la población. Según él mismo declaraba, el único delito que se cometía en ese sector era el de ser pobre. Con sectores en donde el narcotráfico reinaba, para el cura obrero las personas que se dedicaban a las drogas, a la delincuencia, los que mataban y los que morían eran víctimas de una sociedad cruel.
En el año 2016, el Padre asistió a la misa en Punta Peuco, en donde los detenidos pidieron perdón por sus crímenes de lesa humanidad en dictadura. Si bien fue criticado, el cura declaró no tener ninguna autoridad moral para juzgar las verdaderas intenciones de quienes pedían perdón.
No obstante, agregó: “No puede haber perdón, si no hay reparación, aporte a la justicia y aporte de la información que ellos manejan y no han planteado a los Tribunales”.
“Somos un país que sangra, que sangra por historia en que unos han sido crueles y otros han tenido dolores irreparables en sus vidas. El gran problema de Chile es que algunos, frente a este conflicto, siguen siendo observadores insensibles. Nadie puede ser observador insensible frente a un drama que nos envolvió históricamente a todos”, aseguró en su momento.
En el año 2018 participó en manifestaciones en contra de Juan Barros, acusado de encubrimiento en el caso del sacerdote Fernando Karadima, siendo objeto de una investigación por parte de la Iglesia Católica por eventual abuso de poder y conciencia. Aunque con posterioridad se retiraron las acusaciones, Puga fue sancionado por “uso arbitrario de la liturgia”
Su complicada relación con la Iglesia Católica
Puga durante su vida también fue un crítico de la labor de la Iglesia Católica en los contextos sociales. “¿Dónde están los rectores y las monjitas de colegios y universidades católicas? ¿Están defendiendo su institución o están defendiendo el mensaje de Jesús?”, cuestionó en algunas entrevistas. “¿Por qué no están en la calle? ¿Por qué no salen como Jesús a reivindicar los valores del reino de Dios y su justicia?”, agregó.
Del mismo modo, criticó a los poderosos que se han aprovechado de la Iglesia: “Creo que lo diabólico que tienen los poderosos es que se visten de cualquier cosa con tal de seguir usando el poder… Cuando estábamos llegando a la Catedral, le dije a la gente que iba a comenzar la manipulación del catolicismo”, alegó después de ir a despedir a Piere Dubois.
Su sensibilidad con la izquierda lo hicieron un blanco de críticas. De hecho, el monseñor Carlos Oviedo Cavada intentó suspenderlo en los tiempos de la UP. Las opiniones del cura en muchas oportunidades fueron incluso en contra de los dictámenes de la Iglesia Católica. Sobre el aborto se preguntaba: “¿Por qué la sociedad condena a las mujeres que abortan sin auto-condenarse de haber producido estructuras, sistemas económicos, políticos y culturales que excluyen a millones y que hace que muchos piensen en el aborto porque no tienen ninguna esperanza de que sus hijos puedan crecer en un Chile justo y fraterno?”.
Del mismo modo, siempre fue m uy crítico a la participación de la Iglesia en distintos contextos sociales. En pleno estallido, solo días del 18-O, el ex párroco de La Legua declaró en una carta: “La iglesia apenas musita declaraciones, la iglesia ha sido cómplice del sistema de mercado. ¿Qué les pasa a los pastores de Chile? Han perdido la capacidad de estar con el pueblo”.
Finalmente, el cura obrero sentenció: “La iglesia no es capaz de estar en sintonía con las demandas del pueblo porque dejó de ser pueblo, no entendemos a la gente ni a Jesús, más bien lo sacrificamos, lo destruimos, lo deshumanizamos, lo pisoteamos y lo transformamos en un rito de muertos, de misas convencionales, de ritos justificadores”.
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Excelente resumen de un consecuente luchador social. Su creencia la hizo valer por su conducta.