Chile miserable: Cuando el hambre es un show para los ricos. La entrega de cajas del Gobierno.

Santiago 30 Mayo 2020: El Presidente Sebastián Piñera y la Primera Dama, Cecilia Morel dan inicio a jornada de distribución de suministros del plan "Alimentos para Chile". Marcelo Hernandez/Aton Chile

Miseria humana: Imágenes que dan verguenza donde la primera dama y ministros juegan con el hambre de los pobres.

por Alfredo Peña R./Cambio21.

Habíamos visto de todo en este Gobierno, pero no al nivel de miseria humana de lo que hemos detectado en las últimas horas.

Ministros, ministras, subsecretarios, subsecretarias, jefes de servicio y otros, sacándose fotos dentro de las casas de los más pobres y vulnerables cuando les entregan su caja de alimentos o como dice Mañalich, que no conocìan esas poblaciones o sectores de pobreza, se sacan selfies en la puerta de esas casas. Todo por un aprovechamiento miserable, de los que hoy están sufriendo hambre…

¿Usted cree que para entregar una caja de alimentos se requieren once personas más tres camarógrafos y cuatro fotógrafos? Bien, eso ocurrió con la caja que entregó Cecilia Morel con su séquito de asesores en una población del sector sur de Santiago. Y lo peor es que la subieron a sus redes comunicacionales y sociales como se ve abajo.

¿Usted cree que para entregar una caja de alimentos a los más pobres se requiere una camara Go Pro para registrar todo ese momento sensible y privado que es de dignidad con la familia que recibe esos alimentos, tan necesarios para los más vulnerables?

Bueno, eso ocurrió con la entrega de cajas de alimentos y lo hizo la ministra de la Mujer Macarena Santelices y sus asesoras, como se ve abajo…

Y nos hemos enterado que el Presidente Piñera también -en esa actitud enfermiza de hacer un show comunicacional de todo lo que hace y no hace- dentro de las canastas colocó una carta a los que reciben esas cajas de alimentos que la ve abajo.

 

O sea desde el Gobierno hicieron de las cajas de alimentos todo un trabajo de miserable propaganda electoral con la gente que está pasando hambre.

¿Qué viene ahora para seguir con el show? Voy a recurrir a ese Dios que tanto le pide Piñera, incluso en la propia carta que va dentro de la caja de alimentos: ¡¡Que Dios nos pille confesados!!

Diputada denuncia aprovechamiento político del Gobierno en entrega de canastas familiares

Varias fotografías y material audiovisual han estado circulando en redes sociales, donde aparecen autoridades de gobierno agrupados realizando la entrega de las canastas de alimentos a las familias del país.

La diputada Joanna Pérez, quien preside la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara Baja, denunció el actuar de las autoridades gubernamentales.

La diputada Joanna Pérez señaló que, «Quiero denunciar el hecho de que las canastas familiares se están entregando con aprovechamiento político y sin ninguna medida de distanciamiento social. Tengo reclamos concretos, llegan más de 2O personas, entre ellos autoridades, personal municipal y de gobernaciones, y equipos gráficos tomando fotografías sin autorización de las personas. ¿dónde está el distanciamiento y las medidas por Covid-19?».

«Llamo al Gobierno y/o Contraloría a sacar un protocolo de entrega de ayuda, donde las entregas las realicen no más de 2 personas por casa, sin fotografías, salvo que las autoridades lo pidan con autorización firmada para exhibir en redes sociales y plataformas web. Las canastas de alimentos son un tema sensible para las personas hoy día, es el alimento y con esto no puede haber ningún aprovechamiento político, son recursos públicos y esperamos que se entreguen de manera digna y segura».

Al finalizar la diputada Joanna Pérez enfatizó que, «pido a las autoridades que por la dignidad y respeto de las personas que le ha correspondido recibir canastas de alimentos, que cualquier apoyo se haga sin publicidad, los alimentos son lo mas sensible, es para palear una necesidad básica. Háganlo por ética política y cuidémonos de verdad entre todos».

Fuente: https://cambio21.cl/politica/miseria-humana-o-show-en-entrega-de-cajas-con-alimentos-del-gobierno-imgenes-que-dan-verguenza-donde-la-primera-dama-y-ministros-juegan-con-el-hambre-de-los-pobres-diputada-denuncia-esta-miseria-5ed3d4dfcd49b0710f4babb3


Un regalito para nadie.

por Catalina Mena* /El Desconcierto.
Críticas a la entrega de cajas. / AGENCIA UNO

[…] Zulema había sido abandonada por el padre muchos años antes, cuando el hijo menor era una guagua. El hombre trabajaba en faenas agrícolas y se ausentaba por largas temporadas. Un día no volvió más. Así es que la señora tuvo que hacerse cargo del chiquerío. Para eso conseguía planchados. Iba a las casas del barrio de Estación Central, tocaba el timbre, y se ofrecía para planchar la ropa. Con esto se las arregló un buen tiempo para sostener a la familia. Entre medio, tras la muerte del niño de 6, se enfermó de cáncer y ha pasado entrando y saliendo del hospital durante 20 años. Dice que no se muere porque tiene que cuidar a su hija mayor, la que tiene parálisis cerebral, que por suerte hasta hace 2 meses y medio estaba en un internado donde no había que pagar, excepto los pañales. Ahora el internado se cerró, por culpa del virus. Y entonces esta mujer está con su hija en la casa.

Pero hoy recibió la famosa cajita. Me llamó para contarme que sí, que ahora a ella le habían tocado el timbre. “¿Es usted Zulema?”. “Sí, soy yo”. “Me dijeron mi nombre, mi propio nombre. Me pidieron el carnet y me entregaron la caja”.

De inmediato comenzó a enumerarme el contenido de la caja, que venía llena, aclaró (y no vacía, como le ha pasado en otras ocasiones). Lo que ocupaba la caja eran 2 paquetes de té negro, una bolsa de leche en polvo de 900 gramos, 1 kilo de harina, 4 paquetes de fideos de 400 gramos, 2 kilos de arroz, 3 tarros de jurel, 1 kilo de lentejas, 1 kilo de garbanzos, 3 tarros de verdura en conserva, 3 tarros de fruta en conserva, una botella de aceite, 1 kilo de azúcar, 1 kilo de sal, 3 sopas en polvo, un tarro de leche condensada, una bolsita de aliño surtido, 2 tarros chicos de salsa de tomates, una bolsita de mermelada y tres pequeñas bolsitas de levadura (quizás lo más preciado). Observó, eso sí, que eran “demasiados fideos” y que en el almacén de la esquina esa caja completa le costaba 17 mil pesos (y no 34 mil, que es lo que pagó el gobierno al empresario Álvaro Saieh, quien fue uno de los principales proveedores).

Sabía que la caja le iba a durar poco y que había algo tramposo (“gato encerrado”, dijo) adentro. Pero nada podía empañar ese momento de pasajera felicidad. Por primera vez alguien, que no fuera un vecino o un doctor, le decía su nombre y le pedía su carnet. Alguien con una caja y una casaca roja le comprobaba que ella existía. (Parece que existimos –nos sentimos caja llena– cuando alguien nos nombra).

Hoy la llamé para preguntarle cómo le estaba yendo con la cajita. Me dijo que ya se habían comido casi todos los tallarines, les quedaba medio paquete de lentejas, tal vez para dos días más. Me confesó llorando que se sentía estafada, porque ahora se había enterado que la próxima caja se entregaría en seis meses más.

La ilusión había durado 5 días, contados. Pero, ¿por qué? ¿Si esa poquita cosa (ese regalito con nombre, que luego se volvió engañoso, después deficiente, y que ahora tenía cara de estafa) igual logró palearle el hambre por un rato? Los casacarroja tienen la respuesta. Ellos saben que pueden entregar un “regalito” (un “engañito”, dice también la jerga popular, “algo que sea”, “casi nada”) a “nadie”. Y que ese “nadie” se los va a agradecer. (Mañalich, en un arrebato de sinceridad, ahora dice que no sabía que existía tanta pobreza y hacinamiento en la Región Metropolitana… ¿en serio?).

Diputada Joanna Pérez (DC) denuncia aprovechamiento político del Gobierno en entrega de canastas familiares

La cuestión cae en la categoría del “regalito” que hay que agradecer (“a caballo regalado no se le mira el diente”). No es un derecho, no es nada que uno merezca. (¿Derechos? ¿Yo tengo derechos?, se preguntará Zulema en su orfandad). Y la táctica del “regalito” (cuando se realiza desde el poder hacia el subalterno) es una de las formas más perversas del abuso del poder; ha sido frecuente en el abuso sexual así como en la trata de personas o en las relaciones que tenían los latifundistas con el inquilinaje: no darles plata (para que “no se malacostumbren”), mejor darles un regalo. No un justo sueldo: mejor las fichas para la pulpería.

Se transa el sometimiento por un pequeño beneficio material, palpable, visible, cargado de un sentimentalismo exento de valor económico. Para que ese baile funcione se necesita que haya gente “vulnerable”. El término “vulnerabilidad” es un eufemismo. A veces alude a desventajas frente a la justicia penal, a la seguridad humana, a la salud, etcétera. Pero siempre atañe a la posibilidad de ser “víctimas-agradecidas” de un “regalito”. Ser pobre, pertenecer a un grupo minoritario o no tener una condición jurídica reconocida te ubica en ese lugar.

Y vuelvo a la Zulema. Su resignada felicidad –que poquito le duró– respondía a ese “Decálogo del Buen Pobre” que describió el periodista Daniel Matamala: agradecido, comprensivo, paciente. La actitud de quien nunca ha tenido nada, de quien se acostumbró al ninguneo, de quien asume su condición de “necesitada” como identidad cultural –desde el latifundio a esta parte– y agradece lo poco que le den. Receptivo y obediente (si realmente es un “buen pobre” y no un “delincuente”).

Y es que el hambre de Zulema no es sólo esa sensación agobiante de pasar días con el estómago vacío y buscar la forma de conseguir alimento, sino también la experiencia arrastrada, durante casi toda su vida, de no ser nadie, de ser caja vacía. Necesitar la mirada de otro para llenarse: ser reconocido. Entonces escuchar el propio nombre, dicho por otro, le quitó el hambre por un rato. Debe ser por eso también que cuando uno se enamora deja de comer: era hambre de otra cosa.

(*) Catalina Mena es periodista y crítica de arte.
Fuente: https://www.eldesconcierto.cl/2020/05/31/un-regalito-para-nadie/
Nota de Editor CT:  Se ha eliminado el primer párrafo del artículo, no obstante por tratarse de una descripción de la familia de Zulema, no altera el contenido. De todos modos puede accederse a dicho párrafo en el link referido.

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