Escuela de las Américas: el terror que se ocultó detrás del Canal de Panamá.
Mientras mantuvo control sobre la Zona del Canal de Panamá, EEUU instaló 14 bases militares y una escuela para militares latinoamericanos por la que pasaron varios de los represores más importantes del continente, recordó en diálogo con Sputnik el sociólogo panameño Olmedo Beluche.
Asegurarse el control «a perpetuidad» del Canal de Panamá no fue la única conquista que tuvo Estados Unidos al firmar el Tratado Hay-Bunau Varilla en 1903. Tan o incluso más importante que controlar el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, la franja de territorio que Panamá tuvo que entregar a los estadounidenses les permitió instalar decenas de bases militares con la misión primordial de vigilar al resto de América Latina.
A la sombra del tratado de administración del Canal, EEUU llegó a instalar en la zona comprendida por el acuerdo un total de 14 bases militares, entre navales, aéreas y terrestres, además de la sede del Comando Sur (Southern Command o Southcom) de su Departamento de Defensa, con la intención de centralizar en territorio panameño toda la actividad de defensa estadounidense vinculada con América Latina.
«El Canal siempre fue un asunto militar. Nunca tuvo una visión económica o de comercio», comentó a Sputnik el sociólogo panameño Olmedo Beluche, recordando que los estadounidense comprendieron la importancia de un pasaje entre el Atlántico y el Pacífico luego de quitarle a España el control de Puerto Rico, Cuba y Filipinas a fines del siglo XIX.
El interés militar detrás del Canal abonó así la proliferación de operaciones militares dentro del territorio controlado por EEUU y en el que Panamá llegó a perder todo tipo de injerencia. La importancia estratégica de la zona aumentó luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando EEUU esgrimió su Doctrina de Seguridad Nacional para reforzar el control sobre los países latinoamericanos, alegando la lucha contra el comunismo.
En ese contexto se instaló, en 1946, la Latin American Training Center, una institución que pasaría a la historia con la denominación hispana de Escuela de las Américas y que nació con el objetivo de asistir a los países latinoamericanos en el entrenamiento de sus militares para combatir grupos insurgentes.
Beluche recuerda que en aquella institución «se formó la mayor parte de los dictadores de América Latina» a través de cursos donde, según quedó demostrado años después, los alumnos aprendían diferentes técnicas de tortura y violación a los Derechos Humanos.
La organización estadounidense School of Americas Watch (SOA Watch) —que hasta la actualidad reclama el cierre de la institución— estima que desde 1946 a la fecha se han graduado en la institución unos 83.000 militares, muchos de los cuales luego tuvieron una destacada participación en Gobiernos dictatoriales de Argentina, Chile, Uruguay, México, El Salvador, Nicaragua y Honduras, entre otros.
Los registros de la Escuela de las Américas incluyen, entre otros, a los represores argentinos Rafael Videla, Leopoldo Fortunato Galtieri y Roberto Viola, los militares chilenos Manuel Contreras, Miguel Krassoff y Álvaro Corbalán, el peruano Vladimiro Montesinos, el dictador boliviano Hugo Bánzer Suárez, el venezolano Efraín Vázquez y el salvadoreño Roberto d’Aubuisson, entre otros.
Beluche, por su parte, recordó el caso de un joven panameño que, tras haber sido detenido en la calle por agentes estadounidenses fue trasladado a la Escuela de las Américas «y fue torturado como parte de los cursos».
La Escuela de las Américas funcionó en Panamá hasta 1984, cuando la reiteración de denuncias llevó a que el Gobierno de EEUU decidiera mudar la institución al Estado de Georgia, en territorio estadounidense. No sería hasta una década después en que la prensa estadounidense daría a conocer varios manuales de entrenamiento utilizados en los cursos brindados por la escuela.
Aquellos manuales incluían lecciones sobre técnicas de coerción para doblegar a los detenidos durante los interrogatorios. Así, aconsejaban detener personas durante la mañana para aumentar el estrés, interrogarlos en cuartos sin ventanas, mantenerlos incomunicados, desnudarlos u obligarlos a mantener determinadas posiciones durante horas.
Los panameños y antillanos no solo recibían un menor salario por las mismas tareas, sino que debían habitar en barrios específicos para su comunidad. «Fue un apartheid completo, no solo para el país sino dentro mismo de la Zona del Canal», apuntó Beluche.
El sociólogo remarcó que, a pesar de que la ocupación estadounidense de la Zona del Canal terminó en 1999 —en el final del proceso iniciado tras la firma del Tratado Torrijos-Carter en 1977—, EEUU «se aseguró que la reversión del Canal se hiciera a su beneficio después de la invasión de 1989», cuando tropas estadounidenses irrumpieron en el país para derrocar al dictador Manuel Noriega.
Beluche acotó que, si bien EEUU sacó sus bases más visibles, se aseguró «acuerdos de seguridad que permiten la presencia de naves y tropas norteamericanas con la excusa del combate al narcotráfico en la zona de Darién, limítrofe con Colombia». De esta manera, EEUU mantiene su presión militar en la zona, apoyado según Beluche en que «la Embajada de EEUU sigue siendo la puerta que tocan todos los aspirantes a la Presidencia» en Panamá.
De la sede panameña de la Escuela de las Américas en la actualidad solo queda el edificio, hoy transformado en un lujoso hotel cinco estrellas de 222 habitaciones.
Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202007131092070172-escuela-de-las-americas-el-terror-que-se-oculto-detras-del-canal-de-panama/
El Canal de Panamá celebra un siglo de haber cortado la cinta.
SAN SALVADOR (Sputnik) — Cuando el presidente estadounidense Woodrow Wilson (1913-1921) proclamó el 12 de julio de 1920 la apertura oficial del Canal de Panamá, ya la famosa vía llevaba casi seis años conectando los océanos Atlántico y Pacífico.
«El problema es que, en 1914, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) impidió el acto protocolar, no hubo corte de cinta, ni inauguración oficial. Esa la hicieron en 1920», relató a Sputnik el guía panameño Edwin Mirando, ‘canalero’ de pura cepa.
Con más de 15 años dedicado a contarle la historia del Canal a miles de turistas, Miranda conoce cada rescoldo de esta maravilla de la ingeniería, y muchas curiosidades sobre su construcción, administración y funcionamiento.
Cerca de 56.000 personas, entre caribeños, italianos, griegos, chinos y españoles, trabajaron en este proyecto iniciado en 1880 por Francia, y asumido en 1904 por Estados Unidos, que administró el Canal hasta 1999, cuando lo cedió a Panamá.
Del atlántico al pacífico, y viceversa
La idea de un atajo entre los océanos Atlántico y Pacífico se remonta al siglo XVI, cuando el adelantado Vasco Núñez de Balboa se percató de la cercanía entre ambas aguas a través del Istmo.
En 1534, el rey Carlos V de España ordenó estudiar la posible construcción de una vía entre ambos océanos, lo cual fue descartado porque era imposible para la tecnología de la época.
Tres siglos después, la fiebre del oro en California generó un abundante movimiento de personas provenientes tanto desde el este de EEUU como desde Europa, y recobró fuerzas la idea de construir una ruta interoceánica para agilizar el viaje.
EEUU quería abrir esa vía en Nicaragua, pero Francia se adelantó, y fundó la Compañía Universal que comenzó a construir el Canal en Panamá en 1880.
Sin embargo, la empresa se quedó sin fondos en menos de una década, y nació la Nueva Compañía del Canal, liderada por el ingeniero Phillipe Bunau-Varilla, quien le vendió los derechos de construcción a EEUU por 40 millones de dólares.
Un acierto de Varilla, aparte de convencer a los estadounidenses para desechar la idea de construir el canal en Nicaragua, fue adoptar un sistema de esclusas y lagos para elevar los barcos a través de la cordillera.
Además, este habilidoso personaje también conspiró para independizar a Panamá de Colombia en 1903, y ese año firmó el tratado Hay-Bunau Varilla, que daba a EEUU derecho a perpetuidad y soberanía sobre el Canal.
Entrada en operaciones
El 7 de enero de 1914, la grúa flotante Alexander La Valley cruzó las esclusas, proveniente del Pacífico, aunque fue el vapor Ancón la primera nave en atravesar oficialmente los 80 kilómetros del Canal de Panamá, el 15 de agosto de ese año.
Pero justo en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, y aunque EEUU demoró tres años en unirse, la inauguración del Canal tuvo que ser postergada hasta tiempos más propicios, y finalmente fue realizada el 12 de julio de 1920.Ya desde 1914 la Zona del Canal era regida por un gobernador estadounidense y tropas norteñas, lo cual originó recurrentes tensiones con la población, cuyo clímax fue la masacre de 21 estudiantes que intentaron izar una bandera panameña, el 9 de enero de 1964.
Un punto de cambio llegó en 1977, cuando los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter firmaron un tratado que derogó el Hay-Bunau Varilla, y estableció la entrega de la soberanía plena del Canal a Panamá, el 31 de diciembre de 1999.
Bandera, bandera, bandera…
El último día de 1999 llovió en Balboa, pero nadie se inmutó. El tema Patria, cantado por Rubén Blades, fue la banda sonora de un sentimiento nacionalista que crecía, ante el inminente traspaso del Canal a manos panameñas.
Edwin Miranda también estuvo aquel día, y no olvida la emoción de ver ondear la bandera de su país, solitaria, en el edificio de la flamante Autoridad del Canal de Panamá.
«Aquello fue… ¡wow!», cuenta Miranda a Sputnik. Desde la firma de los tratados Torrijos-Carter crecía la presencia de personal panameño en el Canal, pues la plaza que dejara un estadounidense tenía que ser ocupada por un nacional.
«Los panameños tuvimos entonces la responsabilidad de mostrarle al mundo que éramos capaces de ocuparnos del Canal, de echar para adelante un proyecto cuyos frutos eran para el Estado, para el pueblo», evoca el carismático guía.
Entre los hitos de la administración panameña destaca la ampliación del Canal, que inauguró en 2016 un tercer juego de esclusas, para el paso de buques neopanamax, de mayor manga (ancho) y capacidad de carga.
Ahora el Canal enfrenta los retos de crear alternativas a la elevada demanda de agua dulce para el esclusaje, y lidiar con la reducción del flujo comercial provocado por la pandemia de COVID-19, para hacerle honor al lema de Panamá: pro mundi beneficio (en beneficio del mundo).
Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202007071091998061-el-canal-de-panama-celebra-un-siglo-de-haber-cortado-la-cinta/
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