Venezuela: Los Derechos humanos y la lucha de los Pueblos.

Mike Pense izquierda) y Juan Guaidó centro der.) junto a algunos integrantes del Grupo de Lima.

Ningún organismo internacional votó para aprobar dicho informe, por lo que no es un documento de la ONU como lo han presentado los medios de prensa hegemónicos, sino un reporte unilateral financiado por un ente bien definido: el Grupo de Lima* (Jorge Arreaza, ministro de RR.EE. de Venezuela).

Sobre un “Informe” de los Derechos Humanos en Venezuela 2020.

por Yldefonso Finol**/Alainet.

Curiosas coincidencias de una semana septembrina: publicación del “informe” elaborado por un grupo técnico sobre Derechos Humanos en Venezuela y la espuria lista de Trump sobre países narcotraficantes, en momentos que Colombia alcanza récord en producción de cocaína y el gobierno uribista ejecuta masacres y represión atroz contra su pueblo. Para colmo, Trump “certifica” al mayor proveedor del mayor mercado consumidor de drogas del mundo, y Pompeo rodea a Venezuela en una visita guerrerista y nada diplomática a los tres países fronterizos que servirían de plataforma a la “Operación Tenaza”. Las encuestas fastidian a Trump que ahora descubrió una veta de oro en el voto derechista venezolano (pero) en USA.

 I

Los Derechos Humanos ya no son sólo la lista de derechos reconocidos por las Naciones Unidas en su Declaración del 10 de diciembre de 1948; también la conciencia colectiva ha venido nutriendo este concepto con las exigencias específicas por la necesidad de una vida digna. Se trata, fundamentalmente, de un concepto histórico, como propone el maestro Norberto Bobbio, cuando afirma que “nacen gradualmente, no todos de una vez y para siempre, en determinadas circunstancias, caracterizadas por luchas por la defensa de nuevas libertades contra viejos poderes” [1].

Bobbio identifica dos direcciones en las que el poder, es decir el Estado, debe actuar ante el reclamo de libertades y derechos por parte del ciudadano: una abstencionista y otra intervencionista. Lo explica así: “Nacen cuando deben o pueden nacer … cuando el aumento del poder del hombre sobre el hombre, que acompaña inevitablemente al progreso técnico, es decir, al progreso de la capacidad del hombre de dominar la naturaleza y a los demás, crea nuevas amenazas a la libertad del individuo o bien descubre nuevos remedios a su indigencia: amenazas que se desactivan con exigencias de límites al poder; remedios que se facilitan con la exigencia de intervenciones protectoras del mismo poder. A las primeras corresponden los derechos de libertad o una abstención del Estado, a los segundos, los derechos sociales o un actuar positivo del Estado” [2].

Pero el balance de los derechos humanos no es igual para todas las regiones del mundo ni es el mismo en las diferentes etapas vividas desde la Declaración de 1948. Por tierras americanas, en los Estados Unidos, todavía los afrodescendientes son brutalmente reprimidos por tener el atrevimiento de aspirar a que se cumpla el artículo primero de la Declaración. Y qué decir de nuestra América Latina. Chile, por ejemplo, pasó de haber sido un país de leyes y derechos desde un siglo antes de la Declaración, a ser un Estado de crimen y terror en tiempos de la Declaración. “Esta República contaba con la existencia de la primera mutual obrera del continente (1847), una constitución política que contó, atípicamente a lo ya tradicional en la región, con más de un siglo de vida (Constitución de Portales, 1830), una de las primeras implantaciones del sufragio universal de América Latina (1844); una enseñanza progresista y eficiente y auténticamente implantada; estatización, desde hace más de treinta años, de áreas económicas vitales; existencia de partidos políticos de todo tipo y fuertes sindicatos obreros” [3].

Pero el intento de ese país de dar un salto cualitativo, en libertad y en democracia, fue truncado de forma violenta por quienes en el mundo se jactan de representar la cultura de los derechos humanos. Es lo que he denominado “la falacia imperialista de los Derechos Humanos”. También bajo la era de la Declaración, Francia, país sede de su firma, y luego Estados Unidos, perpetraron sus horribles matanzas en el sudeste asiático, en pos de llevar por el mundo la civilización occidental, es decir, llevarse al bolsillo del capital transnacional los recursos naturales de esos países.

De esta manera, las grandes potencias imperiales, se encargaron de convertir los treinta artículos de la Declaración Universal, en un extenso cementerio de buenas intenciones. Cuando muchos ciudadanos de esos países desarrollados alcanzaron aceptables niveles de vida, con amplios sistemas de seguridad social y salarios dignos, las grandes mayorías del mal llamado Tercer Mundo quedaban relegados a sobrevivir en la más absoluta pobreza, sin servicios básicos de sanidad y educación, y en condiciones laborales, las más de las veces, humillantes. Dicho en palabras del Director General de la UNESCO a la fecha de la firma, Jaime Torres Bodet: “Mientras la mayor parte del género humano viva en el hambre y la injusticia, para morir en la miseria y la ignorancia, el documento que ha sido adoptado en Paris continuará presentándose ante nosotros como un objetivo aún lejano” [4].

Porque, como nos advierte Haro Tecglen: “Estamos, una vez más, ante los peligros de la institucionalización de un impulso. Es algo que se repite frecuentemente en la historia: cuando las capas dominantes de una sociedad dada llegan a verse desbordadas por la fuerza de un impulso popular y son impotentes para luchar abiertamente contra él, lo asumen y lo adoptan y, al mismo tiempo, lo transforman y lo convierten en un instrumento propio que se va haciendo cada vez más ajeno al propósito que inspiró su crecimiento” [5].

Asumimos los derechos humanos, como la utopía por la dignidad colectiva. Utopía irrenunciable que va aparejada a la lucha por la igualdad. Las Declaraciones, Convenciones, Constituciones y Leyes contentivas del reconocimiento de estos Derechos, son el resultado de la lucha de los pueblos por las libertades y la igualdad, y su realización concreta, lo será también por el empuje efectivo de esas luchas. Las conquistas alcanzadas en materia de derechos humanos en diferentes etapas y geografías no son inamovibles; al contrario, pueden avanzar profundizándose y extendiéndose, o retroceder peligrosamente haciendo reversible su implantación. No es la diversidad cultural propia de la humanidad, la que condiciona un relativismo frente a la universalidad de los derechos humanos; el obstáculo cierto a su universal ejercicio, son las profundas diferencias socioeconómicas que, como brechas insalvables, predominan en el actual sistema internacional.

II

La “falacia imperialista de los Derechos Humanos” se hace tan palpable con la actitud de Estados Unidos y sus socios europeos y lacayos suramericanos hacia Venezuela, que bien deberían las academias utilizar este ejemplo para discutir la vigencia y pertinencia del sistema de Naciones Unidas en esta materia fundamental. Un solo país, con obsesión paranoide de hegemonía, declara a otro, vecino, pacífico y amigable, como una “amenaza inusual y extraordinaria”, sometiéndolo a un sinfín de medidas coercitivas unilaterales (“sanciones”) que causan graves daños a la población en general y al funcionamiento de la economía y las instituciones en particular, colocándonos en el límite del estado de necesidad colectivo.

La utilización muy malsana y manipuladora de instancias informales como ONGs y “expertos internacionales”, es una constante en las mamparas estructuradas por el aparato injerencista de Estados Unidos para desacreditar gobiernos no sumisos a sus designios, llegando al extremo de promover golpes de Estado y toda clase de conspiraciones basadas en las actuaciones de esas herramientas ilegítimas. Basta revisar el financiamiento de tales “expertos” y ONGs para saber quién es el amo. Esta mala praxis debilita el Sistema de Naciones Unidas, al que el agónico gobierno de Trump le ha declarado la guerra.

Ya la Cancillería y el Ministerio Público desmontaron con lujo de detalles el mamotreto de “informe” elaborado por mercenarios del tecleo, corta y pega, y presentado con bombos y platillos por la derecha mediática mundial. Pero debe saber la comunidad internacional, no la elitista de dos letras: EEUU-UE; sino la verdadera, la que incluye a todos los alfabetos de todas las naciones, desde el árabe al cirílico y del mandarín al devanagari, que en Venezuela existe un amplio y dinámico movimiento ciudadano por los Derechos Humanos. Muchas de las actuaciones de los organismos del Estado encargadas de la vigilancia y sanción de las violaciones a las libertades y garantías, se activan a partir de la acción preventiva y las denuncias de la comunidad, que es el primer actor en rechazar prácticas abusivas de los cuerpos de seguridad y la burocracia.

Este protagonismo popular fue el que enfrentó al grupo policial que cometió asesinatos contra dos jóvenes comunicadores alternativos en la petrolera ciudad de Cabimas del estado Zulia. La movilización fue inmediata, sin dar margen de impunidad, encarados los responsables con valentía, porque hay un pueblo que se sabe dueño del Derecho, más allá de la conducta impropia de parcialidades o individualidades dentro del poder estatal. Los asesinos están procesados. Y no hizo falta ninguna falsa mediación por ONG facturada en Washington.

III

En materia de Derechos Humanos hay cuatro verdades que son bandera de los pueblos que luchamos por una mejor humanidad, plena de igualdad, libertades y justicia:

–       Ante la acechanza permanente del imperialismo, el primer y más importante Derecho Humano de la contemporaneidad es el derecho a tener Patria. Sin la existencia del Estado Nacional, reinará el caos y la intromisión extranjera será la peor y más cruel violación masiva de todos los derechos. La soberanía y la autodeterminación de los pueblos es el terreno donde debe fructificar una sociedad respetuosa de la vida y la dignidad de las personas.

–       El ejercicio pleno, la universalidad, preeminencia, indivisibilidad e imprescriptibilidad de los Derechos Humanos, no serán posibles en sociedades serviles a intereses del capital transnacional y las armas del imperialismo; sólo los pueblos libres pueden acceder en condiciones dignas a su emancipación económica, social y cultural.

–       Como ser social por excelencia, la humanidad sólo alcanzará la utopía de los Derechos Humanos cuando las condiciones colectivas de existencia garanticen nuevas relaciones, en una sociedad que haga del trabajo solidario y la educación liberadora sus pilares fundamentales.

–       No parece ser el modelo estadounidense, supremacista, racista, discriminador, guerrerista, arrogante, embrutecedor, y el de sus lacayos masacradores uribistas, fanáticos bolsonaristas, arrastrados golpistas bolivianos y traidores morenistas ecuatorianos, el que corresponda a la Declaración de 1948. La Venezuela Bolivariana se reserva el derecho a definir y sostener su propio modelo establecido en la insuperable Constitución de 1999.

Para concluir, hacemos un llamado respetuoso al Secretario General de la ONU, señor Antonio Guterres, a quien conocimos durante su magnífica gestión al frente de ACNUR, hombre de gran talante democrático, culto y justo, a resarcir de inmediato a la República Bolivariana de Venezuela, ordenando enmendar la grave afrenta que se nos ha causado con la publicación de tan vil documento, carente de toda validez institucional, pero que está siendo utilizado como inaceptable propaganda antivenezolana.

 Notas

 [1] Norberto Bobbio: “Tiempo de Derechos”, Ed. Sistema 1991, pag. 18.

[2] Ibid., pags. 18-19.

[3] Candelas, Haro Tecglen, Maestre Alonso y otros: “Los Derechos Humanos”, Editorial Ayuso, Madrid 1976, pag. 101.

[4] Ibid., pag. 17.

[5] Ibid., pag. 18.

 

(*) El Grupo de Lima está compuesto por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú.

(**) Yldefonso Finol es Economista e Historiador. DEA de la Universidad de Salamanca en Historia Contemporánea de los Derechos Humanos. Experto en Derecho Internacional de los Refugiados y Apatridia. Ex presidente de la Comisión Nacional para los Refugiados. Delegado al Comité Ejecutivo del ACNUR 2010-2016. Garante por Venezuela en la Mesa de Diálogos ELN-Gobierno de Colombia.

 

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/208987


Venezuela presenta informe como respuesta al Grupo de Lima.

por teleSUR.

El informe seá presentado este miércoles al presidente Nicolás Maduro, y el jueves al secretario general de la ONU, António Guterres.

«La verdad de Venezuela contra la infamia del Grupo de Lima» será presentado al secretario general de la ONU.

Representantes del Estado venezolano presentaron a la opinión pública nacional e internacional el informe denominado “La verdad de Venezuela contra la infamia del Grupo de Lima”, que sistematiza las violaciones de los derechos humanos cometidas por los que promueven la violencia contra la nación bolivariana.

En la presentación ante la prensa del documento, participaron el fiscal general de la República, Tarek William Saab, el defensor del pueblo, Alfredo Ruiz, el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, y el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Derechos Humanos, Larry Devoe

El informe seá presentado este miércoles al presidente Nicolás Maduro, y el jueves al secretario general de la ONU, António Guterres.

El jefe del Ministerio Público explicó que el objetivo del informe financiado por el Grupo de Lima es dinamitar e implosionar el trabajo que ha venido realizando la Oficina de la alta comisionada de los Derechos Humanos en Venezuela.

Asimismo, recordó que las instituciones internacionales tienen carácter subsidiario, no sustituyen a las instancias nacionales. “Son los órganos venezolanos competentes en materia de justicia los facultados para brindar información pertinente en materia de derechos humanos”, dijo.

Por su parte, el canciller Arreaza destacó que el informe patrocinado por el Grupo de Lima no es un reporte de las Naciones Unidas (ONU) y que los llamados “expertos” que lo elaboraron han perdido su autoridad.

El jefe de la diplomacia venezolana apuntó que el 85 por ciento de las fuentes que utilizó la supuesta misión son secundarias, es decir, redes sociales, medios informativos digitales, prensa, publicaciones de terceros. Esas carencias deslegitiman el informe de los enemigos de Venezuela, según sus palabras.

Además, los funcionarios denunciaron que la comisión que realizó la supuesta investigación auspiciada por el Grupo de Lima, no solicitaron un solo dato a las autoridades nacionales. Al carecer de datos oficiales, el reporte que se presentó en la ONU no puede tener validez alguna.

De hecho, Arreaza puntualizó que ningún organismo internacional votó para aprobar dicho informe, por lo que no es un documento de la ONU como lo han presentado los medios de prensa hegemónicos, sino un reporte unilateral financiado por un ente bien definido: el Grupo de Lima.

En contraposición, el Informe presentado este miércoles se basa en datos totalmente oficiales, fuentes judiciales, procesos, sentencias, resoluciones, que son verificables de acuerdo a los procedimientos de investigación social y científica que rigen el trabajo de los observatorios de derechos humanos que rectora la ONU.

El canciller venezolano expresó que el Informe “La verdad de Venezuela contra la infamia del Grupo de Lima” será presentado al presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, este miércoles. El mandatario, a su vez, lo entregará al secretario general de la ONU, António Guterres, en la jornada del jueves.

23 septiembre 2020.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/venezuela-presenta-informe-como-respuesta-grupo-lima-20200923-0029.html
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Anexo CT:

Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela.

El 27 de septiembre de 2019, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas estableció una Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela mediante la resolución 42/25 por un período de un año, para evaluar presuntas violaciones de los derechos humanos cometidas desde 2014.

Fuente: https://www.ohchr.org/SP/HRBodies/HRC/FFMV/Pages/Index.aspx

Biografías de los Miembros de la Misión de determinación de los hechos en Venezuela.

Sra. Marta Valiñas (Portugal)

La señora Valiñas es una letrada / abogada experta en derechos humanos que se ha especializado en justicia penal internacional y, más específicamente, en delitos sexuales y de género. Más recientemente, trabajó en uno de los equipos de investigación de la Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional (2014-2019). Antes de eso, trabajó como asesora legal, tanto en organizaciones no gubernamentales, como REDRESS (2009) y las Iniciativas de las mujeres para la justicia de género (2013/2014), y en la Misión de la OSCE en Bosnia y Herzegovina (2009-2013) Ha consultado para varias organizaciones, incluidas UNICEF-IRC, ONU Mujeres, ICTJ, la Sección de Género de la OSCE, y varias veces para Justicia Respuesta Rápida. En esta calidad, recientemente ha capacitado y asesorado a profesionales del derecho en jurisdicciones nacionales como Guatemala y Colombia (2017 y 2019). La Sra. Valiñas posee una licenciatura en Derecho de la Universidad de Oporto y una Maestría en Derechos Humanos y Democratización (E.MA). También ha sido investigadora académica en la Universidad de Lovaina sobre justicia transicional (2004-2008).

Sr. Francisco Cox Vial (Chile)

El Sr. Cox es un destacado abogado penalista chileno que dirigió el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto para investigar el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa (México). El Sr. Cox litigó ante la Corte Penal Internacional, incluso en el caso contra Dominic Ongwen, en el que Cox representó a 2605 víctimas del conflicto armado en el norte de Uganda.

Recientemente, el GRULAC (especificar que es) lo nominó para integrar el panel de cinco expertos mundiales que asesora al Comité Ejecutivo de la Asamblea de los Estados Partes de la Corte Penal Internacional para elegir al próximo Fiscal de la Corte Penal Internacional. Estudió derecho en la Universidad Diego Portales y luego obtuvo una Maestría (LL.M) de la Universidad de Columbia.

Sr. Paul Seils (Reino Unido)

El Sr. Seils es actualmente Director de Prácticas de Paz e Innovación en el Instituto Europeo de la Paz. Comenzó su carrera profesional como abogado de defensa penal en su Escocia natal, donde también se desempeñó como Director Legal del Consejo Escocés de Refugiados. Ha ocupado varios cargos internacionales de alto nivel, incluido el Jefe de Análisis de Situación en la Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional desde 2004 hasta 2008, el Jefe de Análisis en la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala; Jefe de la Unidad de Estado de Derecho y Democracia (a.i.) en la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos; y Vicepresidente del Centro Internacional para la Justicia Transicional de 2011-2017. Ha escrito ampliamente sobre derechos humanos, justicia penal y justicia transicional. Enseñó durante varios años en el LL.M avanzado en la Universidad de Leiden, Países Bajos, y actualmente es profesor visitante en la Universidad de St. Andrew, Escocia.

Fuente: https://www.ohchr.org/SP/HRBodies/HRC/FFMV/Pages/Members.aspx

 


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