Chile constituyente I: ¿Y qué sigue ahora?

Período y Coyuntura, nota editorial CT. Ya estamos sobre la medianoche de este 25 de octubre y el pronóstico de un aumento significativo de la participación electoral formulado por la elite y voceada por sus manadas de seguidores, simplemente se derrumbó. No hubo epopeya histórica. Ese es el dato clave de la coyuntura.

La tasa de participación electoral se mantuvo en torno al 50%; no aumentó respecto de la segunda vuelta de la presidencial de 2017 (49%). Y aunque los datos detallados aún no se publican, los millones de jóvenes que se incorporarían al voto simplemente no fueron permeados por la intensiva campaña por redes sociales y los massmedia, ni tampoco las dirigencias de los gremios tradicionales lograron atraer masivamente a más trabajadores y más pueblo llano como esperaban.

En términos absolutos, comparando la votación de la segunda vuelta de la presidencial de 2017 y los resultados de este plebiscito, los nuevos votantes no superan los 470 mil, y tampoco, como lo anunciaban los propagandistas del Acuerdo Por la Paz y la Nueva Constitución, su número total superó los 8 millones: total de votos 7.492.500, incluidos blancos y nulos con el 99,02% de las mesas escrutadas.

Sin embargo, al medio día de hoy la elite parlamentaria de derecha e izquierda, los intelectuales y referentes de los de arriba y los dirigentes gremiales del apruebo, exudaban alegría y proclamaban una jornada histórica de participación. Pero se equivocaron.  En las mismas horas, por su parte, franjas de militantes de la izquierda supuestamente más rupturista, por igual creencia, exudaban derrotismo y solapadamente algunos ya estaban prontos a capitular frente al triunfalismo de los “apruebo”. También se equivocaron.

Por el contrario, lo que las cifras terminaron mostrando fue que en esta vuelta fracasaron los intentos por integrar masivamente a la población al estatus de ciudadano, aunque la izquierda y la derecha del “apruebo” dieran una paliza a la opción “repruebo”.

Por otra parte – y sin ninguna pretensión- podemos afirmar sin duda qué si la izquierda rupturista hubiese levantado una voz decidida contra el entreguismo, si bien no habría disipado la presión del electoralismo, habría contribuido a dejar en mucho mejor pie a las franjas de luchadores populares para afrontar las exigencias presentes y venideras. Pero ya desde antes ésta venía mostrando su incapacidad, su falta de creatividad, como ocurrió con la imposición del estado de excepción bajo la forma sanitaria decretado por Piñera. Y ahora, precisamente cuando más se necesitaba de una política clara, no hizo sino gala de su debilidad táctica y de su falta de estatura para asumir políticamente su condición de minoría. Cargará con esta responsabilidad.

¿Y que sigue ahora? Pues sacarla de la UTI; convocarla a una nueva oportunidad.

Tenemos razones y una fuerza potencial no desdeñable en un contexto de fracaso de las pretensiones institucionalizadoras de la elite. Y aunque tales pretensiones predominan y nos mantienen a la defensiva, lo cierto es que no alcanzaron para resolver la crisis política del regimen y suturar las trizaduras del bloque en el poder que se profundizan según hemos observado esta noche. Menos para conjurar el impulso popular que se manifiesta en las calles y vive en las asambleas. ¡La lucha continúa! Y vale no perder de vista que está discurrirá en un periodo marcado por esa crisis política y que sus coyunturas lo estarán -principal aunque únicamente- determinadas por el itinerario del proceso constituyente.

En lo inmediato, la izquierda rupturista y las franjas populares autónomas deben prepararse para resistir la presión que harán los partidos tradicionales para cooptar dirigentes sociales con diversos ofertones: candidaturas a gobernaciones, alcaldías, concejalías y delegados a la convención. Hay que resistirlos pues su concepción de la política -aquella que separa lo político de lo social- transforma a las organizaciones populares, en el mejor de los casos,  en una multitud informe a representar, o en el peor, en pura masa de maniobra para sus propios intereses. Y sobre la marcha, hay que afanarse en todas las tareas que fortalezcan a las asambleas y colectivos de base, levantando las demandas inmediatas y organizando las actividades y luchas parciales, así también con aquellas demandas más generales: libertad de los presos políticos, juicio y castigo a los violadores de DD.HH., disolución de Carabineros y renuncia de Piñera, Pérez y Rozas.

En un plano mas largo, hay que apurar la constitución de una franja convencida de la necesidad política de impulsar un gran Congreso Nacional por la Unidad Política y Social de los Pueblos. Se requiere con urgencia concretar conversaciones sistemáticas entre asambleas, corrientes, colectivos, sindicatos y militantes político-sociales afines y dispuestos a impulsar la convergencia popular. Hay que fijar un itinerario para los próximos meses que reúna a las franjas más avanzadas; que permita un debate popular por una referencia pública y unitaria nacional y que levante una Plataforma de Lucha que sintetice las demandas más estructurales inscritas en los cientos de pliegos de las organizaciones populares.

Mientras las primeras tareas son inmediatas y refieren a las coyunturas y necesidades propias de la organización, las segundas tienen como horizonte el itinerario constituyente (octubre 2020-mediados 2022), es decir, el periodo. En este último caso, se trata de aprovechar la crisis política en curso para jugársela con voluntad e inteligencia por la configuración del Pueblo como sujeto político y enunciar las líneas fundamentales de su Programa. La dialéctica sujeto-proyecto no es espontánea, requiere de todo el talento y generosidad de lxs militantes populares.

En esta perspectiva, nos parece interesante la declaración de la Primera Línea Revolucionaria (ver más abajo). Si bien fue redactada en el curso de la tarde del día 25, cuando aún no habían datos de participación electoral y el pánico escénico cundía en la izquierda rupturista, ésta definía demandas inmediatas transversales y se pronunciaba a favor del desarrollo de formas de organización autónomas como las asambleas. Y en esto por cierto coincidimos. Editor CT.

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Declaración de la Primera Línea Revolucionaria.

A los pueblos de Chile: Después de la votación, exigencia nacional: ¡Que renuncie el criminal!

Compañeras y compañeros:

Este 25 de octubre el electorado se ha pronunciado: los pueblos de Chile repudiamos al régimen. Este pronunciamiento político se ha dado en una realidad impuesta por el propio régimen.

Se ha desarrollado una jornada de votación donde los empresarios fascistas de los grupos económicos unidos al imperialismo, pretenden imponer una salida que no es la que pidió y exigió el pueblo explotado desde todas las calles del país.

El pueblo puso lxs muertxs, mutiladxs, heridxs y presxs que aún están en las cárceles. El régimen, mediante el empleo de los partidos políticos que sostienen al sistema capitalista maltrecho en forma anti democrática, impuso una salida que asegurara mantener el sistema de explotación, cambiando algo de forma, para que nada cambie de fondo.

De todas formas, el resultado de la votación demuestra el enorme repudio que siente el pueblo por el criminal Piñera, representante de estos grupos económicos y de los sectores serviles al capitalismo. Demuestra que queremos una nueva Constitución. Pero una nueva Constitución que no sea un recambio.

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Una genuina nueva Constitución solo puede alcanzarse con una Asamblea Constituyente Plurinacional, Libre y Soberana. Basados en ese enorme repudio expresado en las urnas, debemos retomar la movilización de todo el pueblo unido. El pueblo no votó por el acuerdo político auspiciado y dirigido por los empresarios fascistas.

En los marcos del sistema electoral impuesto, el pueblo votó contra Piñera y contra el sistema que nos mantiene sometidos al hambre, la miseria, la explotación y la represión. Impulsados en el pronunciamiento de la votación, vayamos a las calles a manifestar nuestra firme determinación de imponer una salida popular, partiendo de la Exigencia Nacional impostergable: la renuncia inmediata del criminal y la libertad inmediata de todas y todos nuestrxs hermanxs presxs políticxs.

Estos dos pasos serían una señal clara e inequívoca de que avanzamos a democratizar Chile mediante la movilización de todo el pueblo unido. Que renuncie el criminal ahora y que sea puesto en las manos de la Corte Penal Internacional para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad.

¡Que Renuncie Piñera!

¡Todo el Poder a las Asambleas Territoriales!

25 de octubre de 2020.

Primera Línea Revolucionaria.

Fuente: https://plrchile.com/a-los-pueblos-de-chile-despues-de-la-votacion-exigencia-nacional-que-renuncie-el-criminal/


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4 Comments

  1. Respecto del artículo, no puedo decir que no estoy de acuerdo, sino que que me da pena o no lo entiendo. ¿cómo no reconocer (como lo hace Primera Línea) que esta fue una derrota estrepitosa de la derecha? lo que significa un cambio importante en la correlación de fuerzas nacional, con una derecha derrotada y desarmada políticamente ¿porqué quedarse solamente en hacer referencia al porcentaje de participación como si eso fuera evidencia que los sectores populares y jóvenes no engancharon con la votación? Además que lo que se afirma no corresponde a la realidad. Tampoco se hace referencia al temor de muchos por el Covid, lo que ciertamente no constituye una votación «normal». Que pena, se confunde la realidad con los deseos.

    • Al parecer usted quiere disfrutar del banquete de una huerta sentado junto a Lavín, Luksic y los duenhos de el diario patronal La Tercera.

      Su comentario es ejemplo de una falta de lucidez y sensatez meridiana.

      Atte
      J.S

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