Comunicado público CAM y Comunidades en resistencia.
A las comunidades y lov en resistencia, a los procesos de control territorial, a la comunidad pública nacional e internacional:
Vivimos tiempos marcados por la profundización de la estrategia contrainsurgente que el Estado chileno ha articulado contra la causa Mapuche siendo, una vez más, la política del “garrote y la zanahoria” su mayor manifestación. En la actualidad, cuando el avance de la lucha autonomista territorial hace temblar los intereses del gran empresariado, el Estado chileno vuelve a asumir la doctrina de la seguridad nacional definiendo claramente como el enemigo interno al Pueblo Nación Mapuche, razón por la cual ha implementado una nueva arremetida política-represiva en contra de las expresiones autonomistas más consecuentes.
Estas operaciones político-policiales se enmarcan en una fuerte campaña institucional de carácter racista que pretende vincular a la causa Mapuche con el narcotráfico y el crimen organizado. Un escenario donde se vislumbra, aparte de la estigmatización social de los medios de comunicación, la emergencia de las voces del empresariado, del latifundio y de las autoridades de gobierno, quienes sostienen que la lucha Mapuche es ilegítima, terrorista y delincuencial. Una estrategia que combina distintas formas de funcionamiento; por un lado, la política-represiva y por otra, la política-intervencionista-integracionista. No obstante, ambas tienen como eje central intentar desarmar nuestros planteamientos y arrinconar las expresiones del weichan Mapuche.
En este escenario, declaramos lo siguiente:
KIÑE: Que frente a la última arremetida represiva ejecutada por la policía chilena en contra de Comunidades Mapuche, lo que trajo nefastas consecuencias a numerosas familias de nuestro pueblo como en los efectivos policiales, responsabilizamos al Estado Chileno de este nuevo hecho represivo, toda vez que este procedimiento fue elaborado por agentes del Estado, quienes utilizando las herramientas del ámbito jurídico-policial, ejecutaron una operación de inteligencia y un intento por vincular al movimiento Mapuche al narcotráfico. Una operación que, en el fondo, tiene como objetivo proteger nuevamente los intereses de los grupos de poder que operan indiscriminadamente en nuestro territorio. Así se explica el operativo descomunal, torpe e inescrupuloso de las policías chilenas que no trepida en un actuar marcado por el odio y el racismo a la hora de enfrentar a nuestra gente, abusando como siempre de mujeres, ancianos y niños.
Vemos a la policía chilena actuar como carne de cañón en defensa de los intereses de un estado capitalista, razón que explica un actuar, el cual sobrepasa su propia institucionalidad al verse sometidas a las verdaderas directrices que emanan del poder central, es decir, de la élite política-económica que custodia a sangre y fuego los intereses del gran capital.
EPU: Estamos frente a una nueva operación de inteligencia política que pretende abrir un escenario distinto en el Wallmapu, caracterizado, en potencia, por imponer artificialmente la realidad del narcotráfico. Así, por una parte, se intenta mostrar a parte del movimiento mapuche como una expresión corrupta y desviadas de los principios mapuche de lucha, valores legados de nuestros futakeche kuifi yem, y, por otro, que busca profundizar una campaña mediática para justificar la efectividad del Estado con respecto al desmantelamiento de redes criminales. Ciertamente una operación de inteligencia que surge por la presión del empresariado comprometido en las zonas de conflicto, pretendiendo a toda costa enlodar nuestra justa lucha, sosteniendo el aparto coercitivo hacia quienes luchamos por la recuperación y defensa del territorio.
KÜLA: Sin embargo, así como condenamos las acciones represivas de parte del Estado en contra de comunidades en resistencia, también queremos dejar muy en claro que no vamos a aceptar ningún tipo de desviación de nuestro camino de lucha trazado en el weichan Mapuche, el cual nos ha otorgado una serie de principios y normas que son el mejor legado de nuestros antepasados en orden a reconstruir nuestro Pueblo. Este legado es nuestro mejor acervo para seguir desarrollando nuestra resistencia, por lo tanto, también vemos con preocupación la presencia e influencia de agentes externos a las comunidades tratando de introducir drogas y malas prácticas principalmente con nuestros weche, con el fin de transformarlos en consumidores o bandas dedicadas al tráfico.
Desde ya hacemos un llamado urgente y necesario a condenar toda presencia del narcotráfico en las comunidades Mapuche, dejando en claro que con este flagelo que ya azota a los no mapuche en los sectores populares, se crean las condiciones para que esté maldito sistema destruya nuestra matriz social, política y cultural.
Hacemos un llamado a las demás organizaciones y comunidades Mapuche a hacernos la autocrítica a través de nütran y trawün para hacer un deslinde categórico frente a esta cruel y triste realidad que puede golpearnos desde adentro, sobre todo con los efectos que genera la presencia y consumo de drogas en nuestros territorios.
Esta debe ser una condena fuerte y clara en contra de toda expresión de tráfico y consumo, porque no solo contraviene con nuestro kimün ka rakiduam Mapuche, sino también por nuestro compromiso de respetarnos entre Mapuche y respetar nuestro sistema de vida. Entendiendo que este sistema y su orden jurídico, militar e institucional pretende exterminar física y políticamente a nuestro pueblo de cualquier modo, no trepida en introducir todos los males que están a su disposición. Hacer frente a este flagelo es también hacer frente al sistema de sumisión winka y a todas sus expresiones que han desestructurado a nuestra realidad.
MELI: Por otro lado, como organización mapuche autonomista vemos con indignación como nuevamente desde los epicentros de la dominación colonial winka, esta estrategia de contrainsurgencia comulga con el quehacer los operadores políticos, los pseudointelectuales mapuche y ciertos dirigentes rastreros, quienes pretenden nuevamente teñir de multiculturalismo el proceso constituyente que han instalado los chilenos. A nuestro parecer, esta es una nueva arremetida que se da en el marco de una mayor consolidación de las luchas autonomistas y del weichan revolucionario. Es una ofensiva político intervencionista, iniciada con la discusión de los escaños reservados, que tiene su mayor expresión en la dinámica de cooptación que la institucionalidad ha impulsado hacia los Pueblos Indígenas en el proceso constituyente.
Los escaños reservados representan la continuidad colonial de las cuotas de participación indígena que ofrece el estado chileno, las cuales tienen su base ideológica y política en el momento fundación de la ocupación a sangre y fuego del Wallmapu. Es el andamiaje político e ideológico que se instala con el genocidio y la usurpación de nuestro territorio.
Insumos ideológicos que durante toda la historia han sido parte de la institucionalidad opresora representada, por ejemplo, en los juzgados de indios, en los Títulos de Merced, en el sistema reduccional y en una serie de antecedentes jurídico-institucionales que son de la historia negra y representan el traspaso de la lógica colonial de dominación hasta nuestros días. Espacios de sobrevivencia y sometiendo que persisten hasta la actualidad, en donde se fija la lógica monocultural de los estados dominantes y cristalizan la integración forzada a la par de intentar disolvernos como pueblo.
Los escaños reservados y la participación en la constituyente representan más de lo mismo; surgen desde el poder winka y para el poder winka. Y vemos con rabia y dolor como nuevamente en esta coyuntura se instala este artilugio en la política queriendo convencernos de que es la vía para lograr nuestros derechos fundamentales. Una vez más, cierta dirigencia, la cual no tiene las prerrogativas ganada en la lucha territorial, sedienta de poder, intentan encausar al movimiento mapuche a la vía institucional, desconociendo una lucha que ha significado la muerte nuestros weichafe, la cárcel política, la tortura y la represión de las comunidades en lucha.
Hacemos un llamado a nuestro pueblo nación a dar continuidad a la lucha autonomista y revolucionaria fortaleciendo la resistencia al capitalismo, ejerciendo el verdadero control territorial, disputando y combatiendo contra nuestros verdaderos enemigos. Esta es la única vía para reconstruir nuestra nación en su matriz cultural sostenida por nuestros espacios territoriales y políticos, una vez liberados. Debemos romper con las estructuras de poder colonial, insubordinarnos a la cultura winka y sus basuras enajenantes.
A fortalecer la resistencia desde los territorios, el weichan, a trabajar y luchar por la reconstrucción Nacional mapuche.
Por territorio y autonomía para la Nación mapuche
¡Fuera forestales y demas inversiones capitalistas del wallmapu!
¡Libertad a Daniel Canio y demás ppm!
Lof temulemu Traiguén
Lof pidenco lumaco
Lof yeupeko Vilcun
Comunidad Temulemu chico
Comunidad Llollowenko
Coordinadora Arauko Malleco. CAM.
18 de enero, 2021.
Fuente: https://www.facebook.com/photo?fbid=722786055342952&set=a.112999669654930
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Primero fue el alcohol y ahora las drogas. La corrupción siempre ha sido utilizada por los medios de poder, es un arma más peligrosa que las tanquetas y el fusil.