Mi loco corazón con Pamela Jiles.
“La vida es necesaria con irreverencia” (Gladys Marín).
por Víctor Hugo Robles/La Voz de los que Sobran.
Polémica y deslenguada, Pamela Jiles dice lo que piensa y siente, incluso rompiendo los protocolos de lo políticamente correcto. Tal vez por eso, aunque por mucho más, la élite poderosa se lanzó en jauría en su contra comparándola con Trump. Un descarado y mañoso despropósito político. Al principio fue la derecha piñerista y pronto se sumó la izquierda del “culo lacio”, como dijera Pedro Lemebel en su “Manifiesto”.
Pamela Jiles Moreno Caffarena es periodista, escritora y popular diputada humanista por el distrito 12 de la Región Metropolitana. La conocí en los años 90 cuando yo militaba en el Movimiento de Liberación Homosexual Movilh Histórico. Recuerdo que una vez, siendo ella reportera del emblemático programa de investigación periodística “Informe Especial” de Televisión Nacional de Chile, visitó nuestra sede comunitaria en avenida Santa Rosa de Santiago y reporteó una hermosa, masiva e inolvidable marcha callejera en memoria de las víctimas del SIDA, acontecida en pleno Paseo Ahumada de Santiago. Y ahí, en medio de remembranzas, luces de velas y cánticos evangelistas que buscaban exorcizar nuestro pecaminoso devenir, Pamela Jiles marchó junto al querido fotógrafo Álvaro Hoppe y las mismísimas Yeguas del Apocalipsis, integradas por Francisco Casas y Pedro Lemebel. Gracias a la generosidad de Pamela pudimos rescatar de la basura de TVN emblemáticas e históricas imágenes del Movimiento de Liberación Homosexual, entre ellas, registros de esta marcha del Candlelight Memorial, la Toma Travesti del Movilh Histórico y mi polémica performance de “La Bandera Hueca de Chile”, todas acciones político-culturales que pueden verse en Youtube.
Pamela Jiles ha estado desde siempre en la lucha social y la resistencia político–cultural usando diversas estrategias de batalla, sea en el periodismo, sea en la diputación. Desde el periodismo recordamos el valiente trabajo de Pamela Jiles en icónicas revistas opositoras que el regreso a la democracia cerró y silenció, su paso combatiente por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, su compromiso por la verdad y la justicia, así como su incursión punzante en la criticada pero consumida farándula criolla, politizando siempre todos los espacios posibles e imposibles, incluido un resistido tiempo en la Red Televisión con su llamativa sección “Chile a prueba de Jiles”, atrevido e inteligente dispositivo político medial emitido desde el programa “Mentiras Verdaderas” que -desgraciadamente- apagó sus luces debido a las presiones del bacheletismo en el poder, mediante llamada del entonces ministro Nicolás Eyzaguirre, la misma élite política que solidariza –hipócrita- con la Red Televisión por los censuradores telefonazos de Sebastián Piñera. La misma élite que cerró el diario La Nación porque publicaba reportajes denuncias sobre la corrupción en el Estado de Chile. Esa mismísima élite ex concertacionista que ataca furiosa a la arrojada diputada del Partido Humanista, heredera de la inolvidable e histórica Laura Rodríguez.
Pamela Jiles es audaz e irreverente, cualidades poco vistas en el parlamento chileno que se caracteriza por su calculado y acomodado negociar. Ejemplo dramático es el nefasto e infame “acuerdo por la paz y nueva constitución”, que salvó a Sebastián Piñera, firmado a espaldas del pueblo movilizado por la élite parlamentaria, incluyendo la pávida y solitaria firma del di(s)putado Gabriel Boric. Pamela es amada y odiada, atacada y defendida. Ella no solo tiene convicción sino que también un “ejército de nietitos”, como la misma diputada proclama, generando adhesión y escozor. Y aunque mi única abuelita fue y será siempre mi amada e inolvidable Luzmira Monsalvez Alarcón Paillafel, asumo el tierno y cercano sentir de “La Abuela” como una relación cómplice con muchos nietos, miles y miles de nietos y nietas, nietitos y nietitas de todo Chile. He leído frenéticos críticos, más bien críticas, rechazando furiosas su dulce “abuelicidad”. Yo que viví los años más hermosos de mi loca existencia con mi abuelita Luzmira -que del cielo me mira- leo la performática identidad de Pamela Jiles como un tributo ancestral a nuestras sabias y sabios mayores, incluyendo hermoso sentido homenaje a su propia abuela, Elena Caffarena.
Y seguro algunos, algunas, algunes, criticarán estas apasionadas líneas como una defensa desviada e insensata de Pamela Jiles y su pareja Pablo Maltes, que se han identificado públicamente con las causas de las disidencias sexuales, nombrándose -el mismo Maltes- como “transfeminista, queer y no binario”. La crítica es válida e importante así como también conocer las esquinas desde donde se pronuncian. Oportunista e interesadamente activistas de la diversidad sexual acusan a Jiles y Maltes de “apropiación” indebida de nuestras luchas. “Nuestras, nuestras, nuestras luchas. De nadie más”, agregaría yo, irónico, rechazando esa soberbia pretensión de la propiedad privada LGBTIQ. Los críticos critican pero sus motivaciones sí tienen exclusiva propiedad: la militancia en candidaturas presidenciales de Paula Narváez y Gabriel Boric.
Esto hecho –la criticada apropiación indebida- no reviste mayor análisis e importancia cuando hablamos de Pamela Jiles Moreno Caffarena. Ella no precisa defensa pública porque su biografía habla por si misma, así como las hazañas de su reconocida e inmortal abuela, Elena Caffarena, impulsora del voto femenino en Chile. Y fue precisamente ese voto, el femenino y de las disidencias sexuales, el voto de lxs sinmoneas, como dice Pamela, el que la eligió diputada con una alta votación popular en La Florida, Puente Alto, La Pintana, San José de Maipo y Pirque, apoyando y visibilizando luchas que son las causas de muchos como es el retiro del 10% en medio de la criminal administración de la crisis por COVID19 del millonario empresario especulador Sebastián Piñera Echenique.
Ha sido tan férreo e importante su esfuerzo por lograr aprobar el primero, segundo y ahora tercer retiro del 10% de los fondos de las AFP que la élite política, de oposición y derecha, corren en círculos tratando de silenciarla, neutralizarla. Sea como sea. Pero no contaban con su astucia -capa rosada en vuelo- ofreció declinar su candidatura presidencial si el “desgobierno de Piñera y sus secuaces” –dijo- patrocinan el proyecto por el retiro del 10% y no acuden al Tribunal Constitucional. Su épico discurso en el hemiciclo de la Cámara de Diputados y Diputadas en Valparaíso todavía es fruto de controvertidos e incendiados debates públicos.
Polémica y deslenguada, Pamela Jiles dice lo que piensa y siente, incluso rompiendo los protocolos de lo políticamente correcto. Tal vez por eso, aunque por mucho más, la élite poderosa se lanzó en jauría en su contra comparándola con Trump. Un descarado y mañoso despropósito político. Al principio fue la derecha piñerista y pronto se sumó la izquierda del “culo lacio”, como dijera Pedro Lemebel en su “Manifiesto. Hablo por mi diferencia”. Incluso, usando y abusando de los medios de comunicación hegemónicos, columnista y periodistas la atacan despiadadamente, destacando aquí a Daniel Matamala y Paula Escobar, entre otros privilegiados, subiéndose al carro de las ofensas públicas –burda e ilegítimamente- la señora defensora de la niñez que desde su exclusivo IPhone -pagado por todos- aplaudió a rabiar la columna de Matamala, olvidando su rol de funcionaria pública y omitiendo que Pamela Jiles es aliada de la niñez castigada, mucho más, Pamela Jiles es madre de dos niños rescatados del SENAME.
El periodista Daniel Matamala puede escribir lo que desee. Lo hace cada domingo en La Tercera. Muchos esperábamos leer su columna dominical centrada en el pinochetista y homofóbico nuevo ministro del Trabajo, Patricio Melero, pero no, Matamala optó por disparar contra Pamela Jiles. Y cuando escribe Mata-mala, por columna mala, no solo ataca a la diputada Jiles sino que a miles de votantes y ciudadanxs -nietos, hijos, hermanas y compañeres- que escuchan en ella la voz de la rabia e indignación callejera. Así, mientras la élite busca acallarla usando todos sus recursos, Pamela Jiles sube como espuma en los sondeos presidenciales. Están aterrados, aterradas. “Desesperadas”, escucho cantar a la española Marta Sánchez.
Y ahora dicen que las encuestas son falsas porque gana Jiles. Las encuestas son reales, incluyendo una de la Universidad del Desarrollo que encargó Joaquín Lavín y donde campea Pamela Jiles. Las encuestas son hechos de la causas, aunque ciertamente, sus lecturas serán siempre diversas e interpretables. Yo mismo contesté una encuesta telefónica. Mi voto fue por Pamela Jiles Moreno. No siempre fue así. Recuerdo que en Cuba, hace algunos años atrás, compartí bellos momentos con Pamela Jiles en la Feria Internacional del Libro de La Habana, evento al que acudió a presentar “Bandera Hueca. Historia del Movimiento Homosexual en Chile”, contando con la asistencia e intervención de la querida compañera Mariela Castro Espín, hija de Raúl y sobrina de Fidel, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba, CENESEX.
Ahí, en medio de alocadas e intensas conversaciones con Pamela Jiles, recuerdo que ella me invitó a participar de una campaña presidencial que deseaba iniciar pero decliné porque, cariñosamente, le dije agradecido, que ya me había comprometido con la campaña presidencial de Jorge Arrate. Ahora, (re)leyendo, sintiendo y (re)sintiendo el particular contexto político y cultural del Chile de hoy, si Pamela Jiles me volviera a proponer alguna presidencial complicidad, aceptaría mil veces, venceremos, le diría a la compañera Pamela Jiles, recordando en ese compromiso emancipador a nuestra entrañable e irreverente Gladys Marín Millie.
Todo el loco corazón de este Che marica para nuestra querida e imprescindible Pamela Jiles Moreno Caffarena.
El Cortijo de Conchalí, abril de 2021.
Fuente: https://lavozdelosquesobran.cl/mi-loco-corazon-con-pamela-jiles/
—
El dilema de la extraviada oposición ante la performance populista de Pamela Jiles.
por Nicole Martinez/El Mostrador.
No es la primera aventura presidencial de la diputada Pamela Jiles. Ya lo intentó en 2009: vestida de militar y acompañada de una stripper que terminó desnuda frente a La Moneda, lanzó en ese momento su candidatura, la que finalmente bajó. Ahora lo hace desde el Congreso, arropada con la bandera del retiro de fondos previsionales y con el mismo discurso alusivo a los “marginados” del sistema. La diferencia es que hoy sí preocupa a las distintas oposiciones. Los complica, los incomoda, no saben mucho qué hacer con ella o cómo «convivir» con la autodenominada «Abuela», que ha logrado posicionarse como una figura mediática, movilizando a sus “nietitos” en redes sociales.
En la oposición admiten que quedaron algo desconcertados y “sin saber qué hacer” ante el posicionamiento que ha tenido en las últimas semanas la polémica diputada del Partido Humanista. “Estamos pisando sobre huevos”, reconoció un dirigente opositor, quien también dio cuenta del «cuidado» que han tenido en el sector para relacionarse con Jiles en este tiempo. No hay una estrategia definida, pero al menos estaría el intento por no cometer errores políticos que terminen potenciándola.
Así, al parecer, no hay nadie en la oposición que esté apostando por excluirla y tampoco hay muchos dispuestos a enfrentarla públicamente, incluso cuando ha disparado verbalmente contra algún integrante de la centroizquierda. De hecho, nadie quiso plasmar públicamente sus opiniones sobre ella.
Y si bien a estas alturas se ha transformado en una suerte de piedra en el zapato en la oposición, hay una cierta confianza generalizada en el sector respecto a que la parlamentaria finalmente bajará su aspiración presidencial, para optar por la carrera senatorial. Para varios, las declaraciones que hizo esta semana ofreciendo bajar su candidatura a cambio de que el Gobierno empujara el tercer retiro del 10%, fue –junto con una jugada comunicacional– una muestra clara de que competir por La Moneda no es ahora su objetivo central.
Aunque ese sea el plan de la diputada finalmente, hoy ella es parte del pool de candidaturas presidenciales y, por eso, un timonel de partido opositor reconoció que electoralmente “el gran problema de la oposición hoy se llama Pamela Jiles (…). Nadie sabe qué hacer”.
Al respecto, el analista político y director de Tú Influyes, Axel Callís, planteó que “lo más exitoso que ha pasado es lo que hizo Carlos Maldonado (candidato y presidente del Partido Radical), de ponerla encima de la mesa con los otros candidatos presidenciales, porque tiene que expresar ideas”. Agregó que “es una mala estrategia expulsarla del club de los políticos, porque con eso ella va a fortalecerse y va a decir que a ella tampoco la quieren y va a aumentar la empatía ciudadana que odia a los políticos”.
El analista y académico de la Universidad Central, Marco Moreno, advirtió que es un error subvalorar a Jiles y que el mejor camino que puede seguir el resto de la oposición es “llevarla a un territorio donde se pueda discutir de argumentos y de contenidos y, por lo tanto, esa es la manera de neutralizar sus argumentos. Que quede claro que detrás de Pamela Jiles no hay una estrategia, no hay contenidos, sino que son otras las lógicas en las que ella se mueve”. Agregó que el crecimiento de la parlamentaria humanista en las encuestas pasa por el hecho de que ha dado respuestas con la política como espectáculo, algo que “sabe hacer muy bien”, una fórmula que “algunos autores denominan como la emocracia, en donde las emociones son más importantes que la razón”.
En esa misma línea, el analista y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, hizo hincapié en que Pamela Jiles “ofrece soluciones inmediatas y de corto plazo, mientras el resto de la clase política se desgasta en discusiones que parecen no tener fin. Los electores saben que el retiro del 10% no es la mejor política pública, pero sienten que es la solución más rápida al lado de una interminable reforma al sistema de pensiones. Jiles hace aparecer fácil lo difícil, utilizando un vocabulario universal, sin caer en tecnicismos y siempre identificando un adversario. Este adversario es la clase política en su conjunto, que abarca desde (Sebastián) Piñera hasta (Gabriel) Boric”.
La disyuntiva
En la oposición hay una mirada crítica a la Cadem, porque la ven como un instrumento para polarizar el ambiente y favorecer a los liderazgos más moderados de la derecha –análisis que comparten los analistas–, piensan que igual se debe monitorear, porque hasta ahora ninguna de las cartas presidenciales, excepto el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), ha logrado equiparar esa exposición, lo que los deja en desventaja. Por eso, el cómo convivir con la abanderada humanista pasa desde sortear sus performances populistas cotidianas hasta qué hacer para las primarias presidenciales.
La centroizquierda coincide en que el escenario de más de una primaria en el sector es el más probable, pero, hasta ahora, ninguno posiciona a Pamela Jiles en esos casos probables y solo la consideran de manera clara si es que se logra una primaria única. Como hasta el momento no hay una suerte de acuerdo o una fórmula para hacer frente a su posicionamiento, separadamente cada fuerza política esta viendo cómo lidiar con su liderazgo.
En el Partido Socialista hay miradas distintas sobre la carta humanista. Si bien son críticos del tono que ha adoptado y de la falta de propuestas que le atribuyen, reconocieron que la ven con respeto, porque “ella goza de confianza y respaldo popular”.
En la Democracia Cristiana son varios los que no proyectan una primaria con ella, en caso de que haya más de una, pues creen que “tiene mayor sintonía con Boric y Jadue”. Sin embargo, un parlamentario de la colectividad, que prefiere mantenerse en reserva, admitió que “me siento con más distancia de Daniel Jadue de lo que puede ser un Gobierno de Pamela Jiles”.
En el Partido Comunista dijeron que la miran con atención, pero descartaron que genere temor entre sus filas y afirmaron que las mayores diferencias están en el plano de las propuestas. “Nosotros priorizamos las alianzas de contenidos”, recalcaron en el PC.
Los mayores roces que genera hasta ahora Jiles en la oposición son con el Frente Amplio, donde sigue latente el quiebre que vivió el Partido Humanista y desde donde acusan a la parlamentaria de «apropiarse» de la histórica colectividad.
No son muchos los que quieren referirse a la diputada, sin embargo, un sector del conglomerado cree que Jiles “es lo peor que le puede pasar al país”, aunque tienen claro que “el peor error sería sacarla de la primaria y excluirla de los espacios comunes”. Es en el FA donde hay una mirada más crítica sobre lo que ha hecho mal la oposición. “Tiene un discurso que sintoniza con la ciudadanía y ninguno de los demás candidatos lo ha logrado, porque hablan desde arriba, porque están intentando privilegiar una relación con sus pares, más que con el descontento ciudadano”, dijo un militante de dicho bloque.
El secretario general del Partido Humanista (PH), Octavio González, replicó que no se pueden hacer cargo del temor de los partidos y candidatos de competir con Pamela Jiles. “Eso habla muy mal de sus propias candidaturas, si consideran que Pamela es una amenaza”.
Las tesis de que Jiles bajará su candidatura por una senatorial es desdramatizada desde el PH, desde donde aseguran que llevarán sí o sí una carta a primera o segunda vuelta. “Pamela es la primera opción, pero si Pamela no quiere ser candidata, no significa que el partido no llevará una candidatura. La candidatura presidencial, o senatorial, es una decisión que debemos tomar en conjunto. Para nosotros ahora es nuestra primera prioridad como carta presidencial”, recalcó González.
Fuente: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2021/04/16/el-dilema-de-la-extraviada-oposicion-ante-la-performance-populista-de-pamela-jiles/
Descubre más desde Correo de los Trabajadores
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Menudo problema tiene el «cartucherío» político chileno con Pamela. Residiendo en el exterior desconozco su trayectoria política. Conocí sin embargo su emergencia periodística: inteligente, contestataria, valiente. Ante su presencia política actual, un siútico diría: «Interesante fenómeno, oye».