Así se arma el puzzle para la acusación constitucional contra Sebastián Piñera.
La decisión del Gobierno de llevar el retiro del 10% al TC abrió la posibilidad en los partidos de estudiar la destitución del Presidente. Tras las volteretas de la DC y el PS, ahora hay un grupo amplio de la oposición que trabaja en la redacción del libelo. Por otro lado, en la derecha crece la desafección con La Moneda y consideran que la decisión del Ejecutivo los acerca a un desastre electoral en mayo.
La decisión del Gobierno de presentar un requerimiento ante el Tribunal Constitucional por el tercer retiro del 10% de los fondos de pensiones está tomando un rumbo cada vez más complejo para La Moneda ya que, como respuesta, la oposición comenzó a delinear una estrategia para presionar al Ejecutivo a través de una acusación constitucional en contra del Presidente de la República, Sebastián Piñera.
De hecho, representantes de todo el espectro opositor -desde la Democracia Cristiana al Partido Comunista y el Frente Amplio- se han estado reuniendo para concretar el libelo. En una primera instancia, no hubo acuerdo y las bancadas del PS y la DC salieron a rechazar esta apuesta. Sin embargo, en menos de 24 horas, cambiaron de posición y ahora todos bregan por tener listo un borrador a más tardar el viernes.
Para acoger la acusación, se necesitan los votos de la mayoría de los 155 diputados en ejercicio, es decir, 78 votos. Sin embargo, en el Senado el escenario es distinto, porque se requieren dos tercios de los senadores, es decir, 29 votos. Esto exige no sólo la cohesión total de la oposición en la Cámara Alta, sino también el descuelgue de, al menos, un legislador de Chile Vamos.
LA VOLTERETA DEL PS
“Constitucionalmente no hay falta, pero lo más importante es que cuando tenemos a un Gobierno que está en el piso abandonado por sus propios adherentes, con las bancadas parlamentarias de la derecha completamente dividida, darles un factor de unidad es como resucitar un muerto”.
Esos fueron los argumentos que utilizó el jefe de la bancada del Partido Socialista, Marcelo Schilling, quien tras las reuniones con el resto de la oposición terminó cuadrándose con la Democracia Cristiana y poniéndole la lápida a una eventual acusación constitucional.
Sin embargo, en cuestión de horas, su posición cambió. Fue la propia mesa directiva del PS, encabezada por el senador Álvaro Elizalde, la que resolvió instar a sus parlamentarios a “estudiar los antecedentes” de un eventual libelo acusatorio. “El grave escenario que enfrenta el país, provocado exclusivamente por el deplorable manejo del gobierno y la desidia e insensibilidad de Sebastián Piñera, nos impone una obligación ética y política de carácter ineludible”, subrayaron.
La movida de la mesa directiva fue contundente y varios diputados -como Leonardo Soto, Juan Santana, Maya Fernández y Daniela Ciccardini- se empezaron a descolgar de la posición oficial de la bancada. Los legisladores se reunieron de emergencia esa misma tarde, sacaron una declaración en la noche y Schilling volvió a enfrentar los micrófonos el miércoles 21 de abril.
“Escuchando la voz del pueblo, que anoche expresó su disgusto al tener la confirmación de la insensibilidad social de este Gobierno, es que vamos a examinar si existen las causales para impulsar una acusación constitucional, abandonado el deber del Jefe del Estado de darle protección a la ciudadanía”, fueron sus palabras.
LA DC DEJA LA PUERTA ABIERTA
En la Democracia Cristiana también cambiaron el discurso. El diputado Daniel Verdessi, jefe de la bancada DC, salió inicialmente junto con Schilling a rechazar su adhesión al libelo. El legislador volvió a ratificar su posición este miércoles 21 de abril: “No estoy por hacer un show, porque en el Senado se va a perder la acusación”.
Sin embargo, con la voltereta del PS, hubo algunos descuelgues en la posición oficial de la bancada DC. El propio presidente del partido, Fuad Chahin, puso paños fríos y aseguró que espera “conocer los antecedentes y fundamentos de una acusación para poder opinar”, según consigna El Mercurio.
Por otro lado, el diputado Gabriel Silber, quien ha representado a la falange ante el resto de la oposición, también mostró una posición a favor. “Cada uno es libre a la hora de votar y responderá ante sus electores. A medida que avancemos en el estudio de los antecedentes creo que se irán sumando parlamentarios”, señaló.
Esta mañana, el diputado Verdessi confirmó el vuelco y anunció la conformación de un equipo jurídico para analizar el libelo. “La DC actuará con la mayor unidad posible ante una eventual acusación constitucional”, sentenció.
LA DERECHA ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
La realineación de la oposición deja en una posición incómoda a los partidos de Chile Vamos. Varios parlamentarios había comprometido su voto a favor del tercer retiro y la decisión del gobierno de recurrir al TC ha provocado desafección y malestar en esos sectores.
Es más, según La Tercera, en la derecha advierten que la movida del Presidente terminará dañando su desempeño en las elecciones del 15 y 16 de mayo. Incluso hay parlamentarios de RN que están planteando la necesidad de desmarcarse absolutamente de La Moneda.
Al interior de palacio, las aguas también están lejos de mantenerse quietas. De hecho, los ministros que conforman el comité político del Gobierno salieron a despejar dudas sobre un rumoreado quiebre en La Moneda y, en una carta, descartaron divisiones y aseguraron que “adherimos completamente a la decisión” de recurrir al TC.
La misiva provocó las críticas del propio Mario Desbordes, candidato presidencial de RN. En el programa Mentiras Verdaderas, el exministro subió: “Me parece que es de un amateurismo, rayando en el infantilismo, mandar esa carta. Es del ABC que uno no tiene que mandar una carta desmintiendo algo que es rumor, porque terminan confirmando. Está en la página 1 del manual de comunicación política”.
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