Organizaciones de DDHH denuncian al menos siete muertes en Cali durante el paro nacional.
La compleja situación de orden público en Cali continua. A las denuncias hechas desde esta mañana por el senador Wilson Arias sobre abusos policiales y retenciones ilegales durante las protestas, ahora se suman unos videos que muestran cómo dos personas murieron durante las manifestaciones, aparentemente, por municiones disparadas por la Fuerza Pública.
En las imágenes compartidas en las redes sociales se observa a un grupo de manifestantes y al frente uniformados que parecen ser del Esmad. Durante el video se escuchan estruendos que parecen ser disparos. En un momento las personas presentes empiezan a decir “los mataron” e inmediatamente se ven dos cuerpos inmóviles tirados en plena vía pública.
La Red de Derechos Humanos Francisco Isaías Cifuentes informó que han recibido denuncias de la comunidad en la que se cuentan 14 muertos en las protestas de hoy, siete de ellos fueron confirmados por las organizaciones que conforman esa red. Los otros siete casos están pendientes por constatar. Además, hay tres personas desaparecidas, una de ellas desde el 28 de abril, día en el que comenzaron las manifestaciones.
De acuerdo con los registros de los defensores de Derechos Humanos, 84 personas fueron conducidas a estaciones de Policía o al coliseo Las Américas, lugar al que la fuerza pública también está llevando a los detenidos. La red asegura que la Policía les ha negado la información sobre las personas trasladadas y su ubicación. Las organizaciones criticaron lo que ellos llaman un “tratamiento de guerra” a las protestas en Cali.
Durante todo el día, el senador Wilson Arias denunció arrestos ilegales, así como disparos indiscriminados por parte de la Fuerza Pública. Uno de los hechos pasó en el barrio 12 de Octubre donde una niña recibió un disparo en su rodilla derecha.
La situación de orden público en la ciudad es muy delicada. En este momento hay complicaciones en el sector de Sameco, que ha sido un punto frecuente de enfrentamientos. La comunidad denuncia que el Esmad está tirando gases lacrimógenos dentro de los conjuntos residenciales.
También hay denuncias de exceso de fuerza de la Policía y de disparos indiscriminados contra los manifestantes en la Portada al Mar.
En otros sectores de la ciudad también se presentan plantones en los que se insiste en el rechazo a la reforma tributaria presentada por el Gobierno nacional. Estos plantones se desarrollan con total tranquilidad y sin actos de violencia ni vandalismo. Por el momento no hay pronunciamiento oficial sobre las personas que murieron.
Fuente: https://www.nodal.am/2021/05/colombia-organizaciones-de-ddhh-denuncian-al-menos-siete-muertes-en-cali-durante-el-paro-nacional/
—-
Cali es ciudad de resistencia y lucha contra la prepotencia policial // El paro continúa y el pueblo está en las calles.
Las calles están a tope. Cali, la mítica ciudad salsera, cambió la música por arengas y gritos que retumban en sus calles y avenidas. Desde el miércoles 28 de abril no han cesado las manifestaciones en distintos puntos de esta urbe para exigir al Gobierno Nacional, en cabeza de Iván Duque, que retire el proyecto de Reforma Tributaria que intenta imponer.
Se vive el genocidio contra los líderes y lideresas sociales; el ecocidio en los territorios; la emergencia nacional por los femincidios y abusos de la fuerza pública. Al mismo tiempo que aumentan las desigualdades, la pobreza y el hambre en el pueblo colombiano. Contra esa reforma que agudiza la crisis económica y social potenciada por la pandemia, el país se ha volcado a las calles. Y Cali ha tomado la batuta.
Aunque la movilización social en Colombia ha sido una constante en la historia reciente del país, los acontecimientos del último año han aumentado significativamente la manifestación política y social del pueblo.
La jornada de Paro Nacional se venía anunciado semanas atrás. Movimiento sindical y obrero, indígena, campesino, estudiantil, mujeres, disidencias de género y población civil en general tenían cita en distintas ciudades y municipios del país para gritar “NO A LA REFORMA TRIBUTARIA”, como principal bandera de lucha.
En el Suroccidente el Paro inició a las 4:00 AM del 28 de abril. En el sector de Sameco comenzaron los bloqueos. Siguieron Univalle, Menga, Paso del Comercio, Juanchito, Siloé, Plaza de las Banderas y Puerto Llanera. La gente daba inicio a los plantones, tomas y marchas que iban a ser protagonistas del día. Cubrieron las calles de carteles, arengas, música y arte que clamaba no más abuso; no más política de muerte, guerra y hambre; no más gente sin casa; no más alzas, impuestos y asesinatos.
REPRESIÓN URIBISTA YA HA CAUSADO 7 PERSONAS ASESINADAS
La represión no esperó. En la Universidad del Valle iniciaron los primeros enfrentamientos a las 10 de la mañana. Las y los manifestantes se defendieron de los gases lacrimógenos, bombas aturdidoras, balas de goma y hasta piedras con las que los atacaron el Escuadrón Móvil Antidustirbios -Esmad- de la Policía Nacional. Poco a poco, toda la fuerza policíaca (alrededor de 2500 hombres, según declaraciones del Ministro de Defensa) comenzó a atacar las manifestaciones, que en su mayoría eran pacíficas y tranquilas. No importó la presencia de adultos mayores y/o niños. Los ataques, golpes y abusos hicieron gala.
No llegaba ni el medio día y la ciudad convulsionó. Las llamas se tomaron bancos, grandes almacenes de cadena y buses de transporte. El Alcalde de la ciudad, Jorge Iván Ospina, y todo el Gobierno local decretaron Toque de Queda en la ciudad desde la 1 de la tarde, tratando de obligar a vaciar las calles e irrespetando el derecho constitucional a la protesta y a la manifestación.
Las calles no se vaciaron ni se callaron. Los estudiantes -a pesar de la fuerte represión, las capturas arbitrarias y los más de 14 heridos que se reportaron en el lugar- no retrocedieron. El Paro continúa sin importar la llegada de militares y fuerzas especiales de la policía.
Puerto Rellena es Puerto Resistencia
Al amanecer del jueves 29 en la capital del Valle, la gente tenía más rabia, indignación y coraje tras conocer acerca de las cuatro víctimas mortales que dejó el accionar desmedido de la Policía Nacional. En sectores como Sameco, Siloé y Puerto Rellena se aglutinó un gran numero de personas.
Puerto Rellena (barrio popular al Sur de Cali que se ha configurado como un sitio de organización comunal, de resistencia y gran movilidad social) fue el epicentro de la manifestación la tarde del jueves 29 de abril. La comunidad ya estaba en las calles y sobre el medio día volqueteros y transportadores se juntaron a la protesta pacífica.
Sin embargo, la tranquilidad fue poca. Sobre la 1:30 PM, agentes del Esmad irrumpieron en la movilización. Rompieron y quemaron un telar gigante que se había puesto con las palabras pintadas: “Por nuestros muertos carajo”. Intimidaron a las personas tanto que las y los manifestantes alzaron sus manos en símbolo de paz y para pedir que cesaran los actos violentos.
Las intimidaciones y hostigamientos de la Policía no frenaron la manifestación. El Esmad y la tanqueta que se encontraban en el lugar retrocedieron y eso logró que la calma volviera por unos minutos al lugar. Sin embargo, minutos más tarde el Esmad arremetió nuevamente contra la gente. Pero esta vez hubo respuesta. Comenzó un enfrentamiento de casi una hora en Puerto Rellena que volvió al barrio en un campo de batalla. Arrinconados y ya sin munición, el Esmad se retiró y las personas celebraron pensando que habían logrado una victoria contra la brutalidad del escuadrón de la muerte, como se le ha bautizado.
Diez minutos más tarde, uniformados de la Policía Nacional abrieron fuego contra la población. Sin medir ningún tipo de consecuencia, dispararon desaforados. La gente corrió a resguardarse en medio de las balas. Un funcionario de la Alcaldía de Cali, defensor de Derechos Humanos, comenzó a grabar con su teléfono los rostros y números de identificación de los uniformados que estaban apuntando y amenazando con las armas de fuego. Lo policías se alarman con la grabación y golpearon al funcionario a bolillazos.
Se desató un tiroteo. La gente se tiró al suelo. La fuerza pública capturó a jóvenes que estaban en el lugar. Los golpearon en el suelo. Llegaron a la zona los Grupos Operativos Especiales de Seguridad -GOES- y el Ejército Nacional, como si se tratase de un campo de guerra.
Hoy a Puerto Rellena se le conoce como Puerto Resistencia. Cali lo ha entendido todo. Sus calles se rebozan de dignidad y, sin miedo, son la primera línea en esta lucha contra la Reforma Tributaria, contra las aspersiones con glifosato, contra la militarización, contra el narcoestado, contra la violencia, contra la muerte. Exigen el respeto por la vida que sus barrios y su gente se merecen. Así como lo merece toda Colombia.
Hoy, 30 de abril, continúa el Paro. Se han reportado al menos 40 personas que fueron detenidas y llevadas al Coliseo Las Américas, tal como una terrorífica imagen de las dictadoras de mediados del siglo XX en el Cono Sur. El Ministro de Defensa, Diego Molano, anunció el despliegue de más de 1800 policías, 700 soldados del Ejército y 500 uniformados del Esmad para “garantizar” la movilidad en la ciudad. Pero Cali sigue sin miedo. Y, con rabia en los ojos, sus habitantes le envían un mensaje al país: hay que parar y luchar hasta que la vida sea digna.
El ESMAD interviene la movilización en inmediaciones a la Universidad Del Valle.
La represión indiscriminada e intencionada contra las personas en Cali es una clara violación a los Derechos Humanos. ESMAD dispara directamente a las personas, van 7 personas asesinadas hasta el momento. Es una masacre, @AlvaroUribeVel es el responsable.
Mientras tanto el jefe del narcoparamilitarismo declara:
Fuente: https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/04/30/colombia-cali-es-ciudad-de-resistencia-y-lucha-contra-la-prepotencia-policial-el-paro-continua-y-el-pueblo-esta-en-las-calles/
Un 1º de mayo en estado de agitación
por El Espectador/Nodal.
Por tercer día consecutivo, aunque con hechos esporádicos en la mayoría de puntos, el paro nacional tuvo continuidad en varias regiones del país. Sin embargo, la situación en Cali se tornó crítica y, hasta la noche de este viernes, no tenía una solución inmediata. Las autoridades han llamado al orden con medidas como el toque de queda, pero la situación no ha sido controlada.
En medio de las noticias sobre la quema de una estación del MIO en el sector de Meléndez o los enfrentamientos con la Fuerza Pública en varios sectores, el senador Wilson Arias, que salió a la calle a acompañar las movilizaciones, denunció que “la Fuerza Pública está asediando a la población en medio de una marcha pacífica”, y aseguró que los comandantes de la institución saben lo que está ocurriendo.
Arias le pidió al presidente Iván Duque que desmilitarice la ciudad y que, en vez de arremeter contra quienes protestan, atienda el llamado ciudadano de retirar la reforma tributaria y la reforma a la salud. La protesta se ha extendido a otros sectores próximos a la capital del Valle, y este viernes incluyó bloqueos en las vías hacia los municipios de Andalucía, Buga y El Cerrito.
Además de la alta presencia militar y Fuerza Pública en Cali, la Fiscalía anunció la integración de un grupo de reacción inmediata para judicializar a quienes han aprovechado la protesta para cometer hechos delictivos. La comandancia de la Policía de Cali, en cabeza del general Juan Carlos Rodríguez, resaltó que lo primero es garantizar la movilidad de los organismos de salud que enfrentan la pandemia.
De manera simultánea, mientras en Cali se vivió una jornada crítica que se puede prolongar, desde el vecino departamento del Cauca, las 127 autoridades del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) anunciaron la activación de la minga indígena hacia afuera, lo que se traduce en revivir sus mecanismos de resistencia y seguramente emprender una nueva marcha de protesta hacia Bogotá.
Aunque este viernes se produjeron acciones adicionales de protestas esporádicas en Bucaramanga, Pereira, Pasto, Popayán, Tunja y Medellín, la reactivación de la minga indígena agrega un nuevo factor de agitación en el país, motivado por el rechazo que generó la propuesta de reforma tributaria presentada por el Gobierno. Ese fue el detonante que llevó a las centrales obreras a decretar el paro nacional.
Y justamente el Comando Nacional Unitario, que integra a las centrales obreras CUT, CGT y CTC, lo mismo que las confederaciones de pensionados y la Federación de Trabajadores de la Educación, además de reivindicar el éxito de la movilización ciudadana en al menos 500 municipios del país y 50 ciudades del exterior, anunció que sus jornadas de protesta continuarán este 1º de mayo.
Sin embargo, los líderes de las centrales dejaron claro que por la crisis sanitaria y las medidas de confinamiento en diferentes ciudades, la principal conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores se realizará de manera virtual. En aquellas ciudades donde no haya medidas de restricción ciudadana, habrá manifestaciones pacíficas.
Las centrales obreras insistieron en su rechazo a la reforma tributaria y, adicionalmente, demandaron el archivo del proyecto de Ley 010 sobre reforma a la salud y la derogatoria del Decreto 1174 de 2020, relativo a normas de protección social. También reiteraron su disposición a promover un nuevo paro nacional el próximo 19 de mayo y, sobre el retiro de la reforma, su perspectiva fue de exigencia.
En su programa habitual Acción y Prevención, el presidente Iván Duque manifestó que habló con el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, para que en consenso con los partidos políticos, las organizaciones sociales y el sector privado se consolide un nuevo texto de propuesta de reforma tributaria. La postura del primer mandatario fue interpretada como una cesión a la presión del paro nacional.
Duque aclaró que no habrá incrementos del IVA en los productos de la canasta básica y tampoco en los servicios públicos. De igual manera, indicó que no se aumentará la base gravable para el pago de impuesto de renta. En últimas, el Gobierno dio marcha atrás a la propuesta original, cuyo impacto adverso ya había sido alertado por varios sectores políticos.
Al margen de los anuncios del presidente, para este sábado se espera una tensa jornada. No solo en Cali, donde los manifestantes no quieren ceder ni a la Fuerza Pública en la calle ni ante las medidas de la Alcaldía, sino también en Bogotá, donde algunas organizaciones anunciaron su presencia en la Plaza de Bolívar, Kennedy, Suba y los alrededores del estadio El Campín.
Las autoridades siguen en estado de alerta ante el ambiente de crispación que se vive desde este miércoles 28 de abril y han reiterado su insistencia a que no haya aglomeraciones masivas, pues la pandemia del COVID-19 terminará pasando su cuenta de cobro. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en particular, pidió a los ciudadanos mantenerse en sus casas, pero una jornada de 1º de mayo sin protestas es más difícil.
Al cierre de la jornada, en Cali la presencia de Fuerza Pública llegaba a casi 2.000 policías adicionales, con 700 efectivos del Ejército y patrullas mixtas, según informó el ministro del Interior, Daniel Palacios. Este viernes el expresidente Uribe trinó en su cuenta de Twitter: “Apoyemos el derecho de soldados y policías de utilizar sus armas para defender su integridad y para defender a las personas y bienes de la acción criminal del terrorismo vandálico”. Las críticas en su contra no han parado.
Fuente: https://www.nodal.am/2021/05/colombia-organizaciones-de-ddhh-denuncian-al-menos-siete-muertes-en-cali-durante-el-paro-nacional/
Descubre más desde Correo de los Trabajadores
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Be the first to comment