Primero de Mayo durante la Dictadura Profunda.
El primer Primero de Mayo que los trabajadores conmemoraron en la calles, tras el golpe militar de 1973, fue el de 1978, tras una misa de San José Obrero en la Basílica de El Salvador en Santiago de Chile. En los años anteriores, el sindicalismo clandestino intentó mantener la conmemoración disfrazada de encuentros deportivos o culturales, en diversos barrios obreros del país.
Sin embargo en 1978 las cosas pintaban de otro color, ya en febrero de aquel año diversos líderes sindicales que permanecían en el país, bajo el liderazgo de Clotario Blest articularon el Comando de Defensa de los Derechos Humanos y Sindicales, con el objetivo específico de salir a las calles y demandar la legalización de los sindicatos hasta ese momento aún prohibidos.
Aquel 1° de Mayo 1978, los trabajadores concurrieron a la Misa de San José Obrero con el objetivo de que una vez concluida se manifestarían en las calles de Santiago, lo cual efectivamente ocurrió. Dicha manifestación tuvo 780 personas detenidas, tanto por carabineros como por agentes de Central Nacional de Informaciones (CNI), desplegados especialmente para la ocasión.
Aquel 1° de Mayo, los trabajadores de diversos sectores productivos, ya golpeados por las políticas neolibreales de los Chicagos Boys, iniciadas en 1974, salieron a manifestarse en Santiago y otras ciudades del país se organizaron conmemoraciones en recintos cerrados, en semiclandestinidad, amparados en la mayoría de los casos por la pastoral obrera de la Iglesia Católica.
Foto principal: Jorge «Poca Ropa» Garrido, dirigente minero de Lebu.
En estas mismas comunidades cristianas de base, habían surgido ya comedores populares para los miles de cesantes y sus familias, Ahí comenzaban los primeros embriones de reorganización del movimiento sindical, en comités de cesantes y grupos de trabajo, por ello el sindicalismo católico será el primero en rearticularse, integrándose a la Coordinadora Nacional Sindical (CNS), donde predominarán en su origen dirigentes sindicales que fueron opositores al gobierno de Allende, como Tucapel Jiménez de la ANEF o Federico Mujica de la CEPCH, reprobando la dictadura tempranamente (1976). A la CNS comenzaran a llegar dirigentes y trabajadores de izquierda también, al no tener otro espacio de acción sindical.
A pesar de la represión de la conmemoración del 1° de Mayo de 1978, los trabajadores volvieron a convocar a una manifestación el 1° de mayo de 1979. En Santiago las protestas se concentrarán en torno al paseo Bulnes, las escaramuzas llegarán hasta la Alameda, en las cercanías del palacio de la Moneda. Aquella manifestación concluirá con 487 personas detenidas y numerosos heridos. Dos meses después, el 1 de julio de 1979, entró en vigor el Plan Laboral de José Piñera, ministro del trabajo de Pinochet, que implementó el Código Laboral y el sistema de AFP.
En 1980, con los sindicatos ya legalizados, se desarrollaron diversas convocatorias al 1° de Mayo, el Cardenal Raúl Silva Henríquez suspendió la Misa de San José obrero, luego que la dictadura le advirtiera de posibles desmanes. Los personeros de la dictadura le advirtieron a Silva Henríquez de hechos “susceptibles de derivar en violentos choques, sin descartar la posibilidad de muertes.”
Si bien en Santiago se suspendió la misa de San José Obrero, en Concepción, el Obispo José Manuel Santos convocó al mundo del trabajo a la misa, la cual concluirá con las primeras protestas del mundo sindical en la Plaza de la Independencia en Concepción.
Aprovechando la actitud del obispo de Concepción, el cura párroco de Coronel, el sacerdote francés Bernardo Hurault, efectuó aquel 1° de Mayo de 1980, una procesión con sus comunidades de base por las calles de dicha comuna minera, la cual se transformó en una marcha de los trabajadores, con gritos de protesta contra la dictadura. Este mismo sacerdote francés, arquitecto de profesión, reubicó a muchos trabajadores perseguidos de la zona del carbón en la empresa francesa que construyó la central hidroeléctrica de Colbún-Machicura, donde años más tarde se registró una histórica huelga (1982-83).
A pesar de que las amenazas de la dictadura lograron que Silva Henríquez no realizara la misa del Primero de Mayo en 1980, los trabajadores hicieron diversos actos de conmemoración. El Sindicalismo surgido al amparo de la iglesia católica, aglutinado en la Coordinadora Nacional Sindical (CNS), junto a la Confederación de Empleados Particulares de Chile (CEPCH) y el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) se reunieron en un acto en la sede de la ANEF en Santiago, organización liderada por el posteriormente asesinado dirigente sindical Tucapel Jiménez (25 febrero 1982).
Otro sector de trabajadores se reunió en torno a las actividades del Sindicato Panal, que efectuó una histórica huelga de 58 días ese mismo año. Panal era el corazón del Comité Coordinador de Trabajadores (CCT), que también reunía a trabajadores de PROMATEX, Lanera Chilena, METALTEX, TEC, PROFARMA, MADECO, FEMET (precursor de la actual CONSTRAMET), funcionó básicamente al amparo de Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) y ligado a la Resistencia Popular a la dictadura y la izquierda. Un tercer acto en la capital se realizó en torno a empresa de radios y televisores IRT.
En la mina de Cobre el Teniente se produjeron en 1980 las primeras manifestaciones de trabajadores del cobre, que concluirán en 1981 con una huelga de 40 días, iniciada en abril por 9 sindicatos.
Tras las diversas actividades del 1° de mayo en Santiago y provincias, numerosos dirigentes sindicales fueron detenidos y posteriormente relegados a 37 distintas localidades del país, en un afán de contener la rearticulación del movimiento obrero. Al finalizar ese año, el 21 de diciembre de 1980, los mineros del carbón de Schwager y Lota convocaron a un acto para retomar la conmemoración del Día del Minero en Playa Blanca. Fecha instituida por Recabarren en recuerdo a las mujeres que se arrojaron a la vía férrea, para detener un tren, durante la huelga del carbón de 1920. En el acto hicieron uso de la palabra, Tucapel Jiménez, dirigente de la ANEF y la CNS; Julio Malverde, dirigente del sindicato PANAL y de la CCT; Rigoberto Lillo, ex dirigente sindicato Schwager; y Julio Salazar dirigente del sindicato minero de Lota. A pesar de la violenta represión vivida en la ex zona minera, la izquierda volvía a controlar los sindicatos del carbón desde las primeras elecciones tras la legalización: miristas en Schwager y comunistas en Lota.
El 1 de mayo de 1981, la dictadura anunció su nuevo sistema de AFP. Diversos actos de 1° de Mayo fueron reprimidos en distintos puntos del país, incluso fueron atacados quienes estaban en sus preparativos, como en la Provincia de Concepción, con la detención de dirigentes sindicales trasladados al centro de detención clandestina y torturas de El Morro en Talcahuano.
Desde aquel 1981 vinieron años muy duros para los trabajadores en Chile. Las políticas neoliberales y la crisis mundial llevó al quiebre solo ese año de 431 medianas y grandes empresas, lo cual provocó más de 70 mil despidos. Durante esta crisis cerrarán grandes industrias, como Industria Nacional de Radio y Televisión Industrial (IRT), Nacional de Paños (PANAL) o CRAV (Compañía Refinadora de Azúcar).
En nuestra zona las filiales de estas empresas también quebraron: CRAV en Penco y Textiles Caupolicán en Chiguayante. Además quebraron industrias del tamaño de Fanaloza en Penco, Huachipato e Inchalam, generándose masivos despidos, al igual que en Vidrios Planos (VIPLA) en Lirquén. La industria del calzado también se resentía en Concepción, al igual que las textiles en Tomé, Enacar despedía a miles de mineros, separaba a Schwager como empresa filial con vistas a su posible privatización.
La Coordinadora Nacional Sindical (CNS) presenta ese año 81, el Pliego de Chile, firmado por casi dos mil dirigentes sindicales de todo el país. Ante lo cual la dictadura acusó a la organización de asociación ilícita e inició la persecución de sus dirigentes sindicales.
Desde Talcahuano, la histórica Confederación Gente de Mar (Congemar) convocó un Paro Nacional en los puertos, ese mismo año los sindicatos de toda la cuenca del carbón estaban reconstruidos desde Schwager a Lebu, pasando por Lota, Curanilahue y Trongol. El trabajo de la resistencia en el plano local estuvo básicamente centrado en la zona del carbón, específicamente en la reconstrucción de los sindicatos mineros de Schwager y Lebu, y de entes aglutinadores de la lucha sindical de los mineros del carbón, como el Movimiento de Trabajadores de la Base Sindical (MTB) y el Consejo Regional del Carbón (CRC), que intentó coordinar una huelga general en la cuenca minera.
En 1982, durante el Primero de Mayo se hicieron actos masivos en distintas ciudades del país, en febrero había sido asesinado Tucapel Jiménez, presidente de la ANEF, y se había enviado al exilio a Héctor Cuevas, destacado dirigente de la construcción y parte de la dirección de la CNS. En Santiago, Valparaíso y Concepción se registraron masivas protestas. Manuel Bustos, presidente de la CNS señaló: “A la inmensa mayoría de los chilenos se nos prohíbe reunirnos públicamente. Este es el símbolo del régimen; mientras a unos se les permite todo, a la mayoría se les prohíbe todo. Mientras unos pocos viven en el lujo, la mayoría vivimos en la angustia y la miseria”. Ese año fue el histórico paro de 6 horas de la Celulosa Arauco, privatizada por Pinochet y entregada al grupo Angelini, con gran repercusión en la cuenca del carbón y al provincia de Arauco.
Ese mismo año 82, las protestas masivas de los trabajadores y la comunidad de Penco, obligó a la dictadura a un salvataje económico de Fanaloza, en contra de todos los dogmas neoliberales de la conducción económica de la dictadura. 1982 será además el año de la huelga de Cobún Machicura.
El 1° de mayo 1983, se hicieron actos en distintos puntos del país. En Santiago, un grupo de civiles armados con laques y manoplas intervienieron en un acto realizado en la Plaza Artesanos, convocado por la Coordinadora Nacional Sindical, atacando a los manifestantes. La prensa indicó al grupo como “gurkas” quienes pertenecían mayoritariamente al ejército.
Aquel año un congreso nacional de trabajadores liderado por el dirigente del cobre Rodolfo Seguel de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), se unió la CNS con la Confederación de Empleados Particulares, el Frente Unitario de Trabajadores y la Unión Democrática de Trabajadores. Este fue el origen del Comando Nacional de Trabajadores (CNT) el cual convocó a las históricas jornadas de protestas iniciadas en 1983 y que fueron el inicio de una rebelión popular que remeció a la dictadura y obligó al empresariado a buscar una salida al gobierno militar.
1 de mayo 1983
Fuente: https://resumen.cl/articulos/primero-de-mayo-durante-la-dictadura-profunda
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