Entrevista a Pepe Auth: “La elección es una apuesta por el recambio y los grandes perdedores son la UDI y el PC”
por Jaime Sánchez/Ex ante.
El diputado y experto electoral, Pepe Auth, analiza los resultados de las primarias presidenciales: dice que la campaña de Jadue equivocó al hablar a una barra brava, que Sichel es una apuesta de un electorado de centro derecha que perdió su autoestima y que Boric puede copar rápidamente los espacios de Yasna Provoste.
¿Qué representa para usted el resultado de hoy?
Está en línea directa con lo que pasó en las elecciones desde el plebiscito en adelante. Esta es una apuesta al recambio, a la renovación. Los grandes perdedores son la UDI y el PC. No es casualidad que sean los candidatos más jóvenes, los que tienen menos tiempo en política, que sean los outsider en la elección. Lo mismo se vio en las municipales, lo mismo se vio en las elecciones de constituyentes. Se acabó un ciclo político.
Las encuestas daban a Lavín como la principal carta de la centro derecha ¿Por qué lo castigó el electorado?
No hay nada más tradicional que Lavín. Lavín representa al mundo tradicional de la política y eso es lo que castigó el electorado. Empató en Las Condes, o sea ni siquiera logró ganar en Las Condes. Yo creo que esta elección es una apuesta pura y dura a la renovación.
¿Qué significa el triunfo de Sichel para los partidos tradicionales de la centro derecha ?
Frente a un electorado que está desanimado, que perdió su autoestima, yo creo que Sichel fue la alternativa. Aparece como el salvador. Lavín era reafirmar lo mismo de siempre. Sichel era una apuesta por lo nuevo, una cuestión supervivencia. Además es alguien que es visto que puede ensanchar el electorado hacia el centro. Además para el segmento más joven Sichel era la opción. Un electorado que esta con el divorcio, con la ley de identidad de género, etc. El electorado de derecha cambió.
“El gran error de Jadue fue tener una campaña para la barra brava”
¿A Jadue también le afectó el ciclo de renovación en la política?
Boric es una figura más fresca, más de estos tiempos y Jadue demostró con su comportamiento que es de la izquierda tradicional. Tuvo un discurso centrado en la queja, en la intolerancia. Es el mismo fenómeno, pero agravado por los errores de Jadue. Ni en Cuba Jadue tuvo una actitud clara.
¿Se equivocó en su estrategia de ir en búsqueda del voto duro de la izquierda?
El gran error de Jadue fue tener una campaña para la barra brava creyendo que iba a tener una primaria pequeña. Probablemente con ese discurso en una primaria de medio millón, ganaba. Pero en una primaria con un millón y medio, no tenía ninguna posibilidad ese discurso. Si hasta la franja era retro. Desde la música, hasta los psico dramas, era medio ridícula. De los años 70.
¿Ayudó en esto su performance en los debates?
Jadue se suicidó en los debates. En una primaria tienes que moverte muy poco para pasar de una candidatura a otra. Los debate son decisivos y Jadue se equivocó. Yo llegué a la conclusión de que el PC no quería gobernar. Porque al otro lado del mostrador se pagan costos. Se deja de representar la protesta. Querían ganar la primaria, pero no querían ganar la primera vuelta. Con ese discurso ganaban la primaria, pero claramente estaban bloqueando su opción en la primera vuelta. Jadue mostró que podía representar a una franja, pero no a todo el país.
Hay quienes ven en esta elección un voto por la moderación, una valoración por los cambios moderados.
Yo no interpreté la elección de mayo, ni la de octubre por un giro a la izquierda o a los extremos. Nos equivocamos con Bachelet cuando ganamos esa elección y pensamos que el país había girado a la izquierda, pero después la clase media se resistió a nuestras reformas. Se equivocó también Piñera, cuando creyó que había ganado la segunda vuelta porque el país se había derechizado. Es el mismo electorado pero que ahora apuntó al recambio.
“Yasna Provoste tiene que resolver rápido”
¿Con Boric y Sichel se complica la pelea por el centro político?
Boric tiene el desafío y la posibilidad por la vacancia de la centro izquierda en la primaria y su demora. Boric tiene que buscar ser el representante del conjunto de la oposición. Articular un amplio frente. Se le abre una posibilidad que estaba descartada si ganaba Jadue. Y a la vez, yo creo que esto deja a la derecha sin opción. Porque pasando Boric o Provoste a la segunda vuelta el apoyo mutuo crece exponencialmente respecto de Jadue. La derecha debería estar despidiéndose.
¿En qué situación queda Yasna Provoste?
Por supuesto el espacio geométrico para una candidatura de centro izquierda se redujo. El espacio para crecer se redujo. El espacio que habría habido con Jadue y Lavín era mucho mayor respecto al que hay entre Boric y Sichel. Sichel es un ex DC, Boric es muy parecido a lo que fuimos el PPD cuando nace: una fuerza de renovación de la izquierda con convicciones democráticas muy sólidas. Provoste tiene que resolver rápido, porque Boric va a dar señales rápidas.
¿Y Paula Narváez?
A Paula Narváez el PS la mató cuando no la inscribió en primarias. Nadie más que ella requería un espacio de primarias. Con debate, con franjas, con todo. El PS perdió su opción.
Se pensó que podía haber una baja participación, sobre todo a la luz de la segunda vuelta de gobernadores.
Era evidente que la participación iba a ser mayor. Primero, porque todos sabían de que se trataba y en la de gobernadores nadie sabía bien de que se trataba. Segundo porque tuviste debates que fueron verdaderas cadenas nacionales. Hubo franja electoral. O sea el clima electoral estaba. Todo el mundo sabía que había elecciones y de qué se trataban.
Boric y Sichel: el golpe final a la política tradicional, que vuelve a cambiar el tablero para las elecciones de noviembre.
por Germán Silva Cuadra/El Mostrador.
Más allá de los errores que cometieron en la recta final Lavín y Jadue, lo que quedó de manifiesto es que en Chile se terminó una era política. Más allá del apoyo de La Moneda y de los poderes fácticos, Sichel dejó en evidencia que la derecha “tradicional”, esa de la elite y las viejas tradiciones, quedó desfasada de la nueva realidad del país. Boric, por su lado, demostró que no estuvo equivocado para el acuerdo del 15 de noviembre del 2019 y que la centroizquierda hacía rato que necesitaba sacudirse de la inercia y dar paso a un nuevo estilo, un liderazgo más empático y conectado con la gente.
Hace una semana nos preguntábamos, en este mismo espacio, si era posible que Boric y Sichel fueran capaces de destronar a los dos “favoritos” de las primarias de ayer. Las señales estaban siendo cada vez más claras en el sentido de que Lavín y Jadue estaban siendo alcanzados. Joaquín Lavín dejaba de lado su excesivo pragmatismo de los últimos meses, intentando atraer a un electorado de derecha más conservadora. Sin duda, esfuerzo desesperado con un diagnóstico equivocado. Sus otros tres competidores se mostraban mucho menos dogmáticos, alejándose de las posturas de la derecha de antaño, especialmente en materias valóricas, como el matrimonio igualitario. Lavín quedó como un náufrago, solitario, perdido entre sus propias inconsistencias.
Y, vaya paradoja, Joaquín Lavín, además de cerrar un ciclo personal con tres derrotas presidenciales e iniciar su travesía por el desierto, le propinó una derrota dura a su partido. La UDI no solo perdió a su mejor carta, sino que perdió ideológicamente. En las últimas semanas vimos cómo su discurso añejo quedó totalmente desconectado con el país. Siempre planteé en este espacio que Lavín solo tenía opciones renunciando a la UDI.
Daniel Jadue, por su lado, no fue capaz de romper con el dogmatismo del PC, lo que le abrió una ventana a Boric en el mundo de centroizquierda e incluso en un grupo de atemorizados de derecha. El alcalde de Recoleta –que, a diferencia de Lavín, podrá seguir teniendo tribuna desde ahí– pareció excesivamente confiado en el primer debate, lo que sin duda le pasó la cuenta. De pronto se le empezó a ver incómodo, frente a un Boric tranquilo, carismático, poco agresivo, pero firme en sus planteamientos. Además de cometer un error garrafal, como atacar a su contrincante con un tema sensible –responsabilizarlo por los presos de la revuelta–, su incapacidad de flexibilizar algunas posturas le jugó en contra en los momentos clave.
Pero, más allá de los errores que cometieron en la recta final Lavín y Jadue, lo que quedó de manifiesto es que en Chile se terminó una era política. Más allá del apoyo de La Moneda y de los poderes fácticos, Sichel dejó en evidencia que la derecha “tradicional”, esa de la elite y las viejas tradiciones, quedó desfasada de la nueva realidad del país. Boric, por su lado, demostró que no estuvo equivocado para el acuerdo del 15 de noviembre del 2019 y que la centroizquierda hacía rato que necesitaba sacudirse de la inercia y dar paso a un nuevo estilo, un liderazgo más empático y conectado con la gente.
En la derecha, no solo Desbordes sufrió una derrota importante, logrando aventajar a duras penas a Briones. Renovación Nacional, el partido más grande de Chile Vamos, queda ahora al borde de la fractura interna, al no haber sido capaz de apoyar con fuerza a su candidato –un grupo mayoritario estuvo con Sichel–, pero especialmente por dejar en evidencia las diferencias ideológicas de fondo que existen en su interior.
Desbordes debe estar pensando aún que fue un error presentarse a las elecciones de presidente en RN en medio de la campaña de las primarias y el no haber renunciado cuando Chahuán salió electo y le dio la espalda. Evópoli, por su parte, pagó el costo de ser el único partido de Chile Vamos leal a La Moneda, especialmente desde el estallido social en adelante. Hace cuatro años, Felipe Kast obtuvo un 25% de los votos en la primaria, pese a competir con el favorito, Sebastián Piñera, versus el 9.72% que sacó Briones ayer.
Respecto de la participación de la ciudadanía, sin duda que los poco más de tres millones de personas que concurrieron a votar es positiva, superando incluso a la votación de segunda vuelta de gobernadores. Similar a la de 2013, en que compitieron la ex Concertación y la derecha, con la diferencia de que este era el debut del bloque integrado por el PC y el FA. Y aunque Chile Vamos estuvo cerca de alcanzar su votación de 2017, Apruebo Dignidad le superó no solo en el número de electores, sino en algo clave: el efecto psicológico para los cuatro meses que vienen de campaña. Es decir, si consideramos que la centroizquierda –ex Nueva Mayoría– no participó en las primarias de ayer, la derecha es el sector con menor votación de todos. Qué mejor ejemplo que este: Sichel sacó menos votos que Boric y Jadue.
El triunfo de Boric y Sichel cambia radicalmente el tablero político electoral de noviembre y, por supuesto, de las alianzas que se conformarán a partir de hoy. Para José Antonio Kast, la derrota de Lavín le abre un espacio para capturar al elector más conservador y rescatar a muchos UDI que no ven con buenos ojos el pragmatismo y pasado DC de Sichel. Eso significará tener una gran dispersión en la derecha. Y para Yasna Provoste, el triunfo de Boric es una mala noticia. A la senadora le convenía un escenario más polarizado con Jadue, que repitiera la lógica entre Orrego y Oliva. Ahora el mundo PS/PPD entrará a tomar un rol protagónico, considerando que el candidato PC les facilitaba acercarse a Provoste, pero lo natural sería retomar el romance fallido con Apruebo Dignidad, que fracasó por los zigzagueos de Elizalde. Compleja disyuntiva porque, aunque las cúpulas de esos partidos opten por Provoste, sus bases de seguro estarán con Boric.
Pero es un hecho que si Yasna Provoste quiere entrar a competir, debe hacerlo ya, incluso esta misma semana. No puede seguir con la ambigüedad de ser y no ser candidata, porque Boric parte con una ventaja enorme, con vuelo y el espíritu en alto, restando apenas cuatro meses para las elecciones.
Gabriel Boric y el Frente Amplio han recibido el mandato ciudadano contundente de encabezar Apruebo Dignidad, la fuerza política que las primarias presidenciales han confirmado como la primera del país. Junto a Daniel Jadue, quién encabezó a Chile Digno en la conformación de esta fuerza política y la ha reafirmado abrazando de inmediato (sic!, al parecer el reloj de Riesco no funciona: Jadue demoró más de una hora en concurrir al abrazo/ nota del Editor CT) y sin ambages al vencedor de esta jornada, merecen el reconocimiento y cariño del pueblo que, con su masiva participación en otra jornada democrática impecable, depositó en ellos su confianza para conducirlo a realizar las reformas necesarias, con la amplitud y determinación de Salvador Allende.
La derecha por su parte, consciente de su relativa debilidad electoral que el resultado de la primaria ha confirmado, ha minimizado el riesgo de concurrir a una derrota casi segura frente a la coalición de izquierda en segunda vuelta presidencial, eligiendo para representarla en primera vuelta a su candidato más débil, dejando así el paso libre a una probable candidatura de centro.
El centro político, por su parte, cuya debilidad de tercera fuerza ha quedado en evidencia al no lograr siquiera competir en estas primarias, seguramente se reagrupará en los próximos días tras la figura de la senadora Yasna Provoste que, con el probable apoyo más o menos encubierto de la derecha, se alza con posibilidades de enfrentar a la izquierda en segunda vuelta presidencial.
De este modo tras las primarias, la primera vuelta presidencial ha quedado más o menos resuelta en lo principal, aunque probablemente concurrirán allí varias candidaturas más, incluyendo al menos una por la izquierda de Apruebo Dignidad y, por otra parte, el golpismo fascista, además de varias otras que representan sensibilidades particulares.
El cuadro electoral descrito, junto a la notable instalación de la Convención Constitucional, reviven la tradición política que distingue a Chile en el mundo entero y enaltece a su sistema político, que casi siempre ha demostrado ser capaz de encauzar de forma democrática las sucesivas irrupciones masivas del pueblo en política, incluyendo revoluciones hechas y derechas.
Ésta es la cuestión principal para todos. Comprender y aceptar que la historia cursa impulsada por la confrontación constante entre el pueblo trabajador y las élites, en la cual los de abajo irrumpen periódicamente en escena para hacerse respetar, establecer un sano equilibrio de fuerzas y empujar a los de arriba a resolver las constantes pugnas en su interior a favor de las fracciones dispuestas a realizar las reformas necesarias que en cada momento se requieren para asegurar el continuado progreso de la sociedad. En las palabras clásicas, comprender que la historia es la historia de la lucha de clases.
Como el pueblo de Chile comprendió dolorosamente durante el medio siglo reciente en que perdió la ingenuidad, dicho progreso no excluye retrocesos brutales, en que las facciones más reaccionarias de las élites logran imponerse por la fuerza bruta y la corrupción. Pero aprendió asimismo a enfrentarlos en todos los terrenos y, como los acontecimientos posteriores al 18-O lo confirman, que dichos retrocesos son transitorios y más temprano o más tarde, las sociedades recuperan su interrumpida senda de progreso.
Para lograr encauzar la irrupción popular en curso, por lo tanto, el sistema político necesariamente debe realizar las reformas necesarias en el momento actual, que no son otras que acabar con los abusos y distorsiones que se establecieron con la restauración oligárquica del 11 de septiembre de 1973.
Ello significa atender debidamente las demandas y exigencias que se manifiestan desde todos los géneros y ámbitos, desde todas las regiones y naciones, que conforman nuestro pueblo alzado. Desde el punto de vista económico, ello significa principalmente imponer el respeto sagrado a los salarios, los que nunca más deben desviarse a financiar negocios de empresarios sino destinarse exclusiva, inmediata y directamente a solventar una vida digna del pueblo trabajador, incluidos sus viejos. Por otra parte, recuperar la soberanía y control exclusivo del nuevo Estado plurinacional y paritario sobre el cobre y los bienes comunes, para cuidarlos y reorientar la economía desde el rentismo extractivista hacia la generación de valor agregado. Ni más ni menos.
Dichas reformas son una necesidad objetiva y deben ser asumidas y realizadas a cabalidad, por la fuerza política capaz de encabezar el proceso revolucionario en marcha. Desde luego por la izquierda unida desde hoy encabezada por Gabriel Boric, que tiene la primera opción en la elección presidencial y parlamentaria venideras. Pero asimismo por la eventual candidatura de centro en gestación. Si ninguna de ellas lo hace, surgirán otras fuerzas políticas que las desplazarán en la conducción de esta tarea indispensable.
Por añadidura, la candidatura de Gabriel Boric deberá asumir desde hoy la necesidad de integrar plenamente, con la mayor amplitud y sin exclusiones como bien hizo en su campaña, a todas las fuerzas que se comprometan a la realización de estas reformas necesarias. Por su parte, la candidatura de centro en gestación sabe asimismo que si tiene alguna opción de ganar las elecciones presidenciales con el apoyo de la derecha, no puede realizar las reformas necesarias con el apoyo de la derecha ni menos con sus propias fuerzas hoy muy menguadas. En la eventualidad de ganar, para cumplir ese papel histórico deberá apoyarse e integrar plenamente a la izquierda y asumir su programa.
En otras palabras, sea que en segunda vuelta triunfe Boric o la eventual candidatura de centro, su gobierno será de “unidad política y social del pueblo”, como alguna vez dijo Radomiro Tomic.
Fuente: https://www.elclarin.cl/2021/07/19/boric/
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El sombrío ambiente en el PC tras el golpe estratégico que significó la derrota de Jadue.
por Alex von Baer/Ex Ante.
El resultado de primarias para el PC va mucho más allá de la derrota de su candidato Daniel Jadue a manos de Gabriel Boric (FA): la directiva de Guillermo Teillier apostaba a que a partir de su desempeño en una 1ra vuelta presidencial se maximizara la representación parlamentaria PC y se hicieran de la hegemonía de la izquierda. El revés, producido por la fallida apuesta de radicalizarse para apelar al voto más duro de izquierda, dejó en silencio a la dirigencia comunista.
Qué observar: La caída para el candidato PC es dura porque hasta hace 2 semanas parecía carrera corrida: desde hace 1 año y medio lideraba las encuestas tras dispararse luego del 18-O. Jadue intentó atribuir su derrota a la división de su sector más que a sus propios errores en campaña -lo que fue leído por algunos como un cuestionamiento a la dirección de Teillier-, mientras la cúpula comunista no se explayó en la derrota de su abanderado.
En la encuesta Criteria de septiembre/2019 marcaba 4%. 6 meses después del 18-O, en marzo, llegó a 18%. Con altos y bajos posteriores, hasta el último sondeo antes de primaria mantenía ese 18%, por sobre Lavín y Sichel, y lejos del 6% de Boric.
Desde las 18:00, Teillier, el secretario general Lautaro Carmona y la vocera de Jadue, Camila Vallejo, esperaban en el comando de Jadue.
Con casi hora de retraso en relación a Chile Vamos, Jadue salió pasadas las 20:15 a reconocer el resultado. Antes tuvo una reunión con Teillier, Carmona, Vallejo y los movimientos y partidos que lo apoyaban.
En ella, Carmona habló del trabajo que se debía hacer con Boric para adelante, y Teillier no pronunció palabra alguna, afirman presentes: nadie de la cúpula comunista transmitió en la sede del comando su análisis de la derrota en el comando de Jadue, ni tampoco públicamente.
Jadue intervino para atribuir su revés a los mismos factores que mencionó públicamente. “Llegamos tarde”, repetía varias veces.
No hizo, en la cita, mención alguna de sus errores no forzados en el último debate en materia de pymes y libertad de prensa. Solo partió a la sede RD para saludar a Boric, y comprometer su respaldo.
Por qué importa: Al PC se le derrumba su estrategia de maximizar su representación parlamentaria a partir de una candidatura de Jadue instalada en 1ra vuelta. A ello atribuyen en el PC la negativa de Teillier de realizar una primaria de toda la oposición con la ex–Concertación: ello conllevaba un riesgo de que Jadue perdiera y por ello Teillier apostó, cuando el FA no tenía un presidenciable potente, a una primaria con un frenteamplista que validara a Jadue (sin contar que irrumpiera una figura con capacidad de derrotar al ex alcalde, como Boric).
El fallido diseño PC se asemejaba a lo que hizo el FA con Beatriz Sánchez en 2017, que gracias a la votación de ella obtuvo 20 parlamentarios.
La relevancia de la campaña de Jadue para el PC quedaba de manifiesto en sus documentos: en las conclusiones de su último Congreso de diciembre señalaban que “el momento político exige un crecimiento cuantitativo del PC”, y que esperaban que Jadue juegue “un papel mucho mayor en las elecciones que vienen”.
Y en la convocatoria a ese mismo encuentro se afirmaba: “La creciente incidencia social y política del partido se expresa en el posicionamiento expectante de Jadue”.
El ex alcalde de Recoleta intentó ir por el voto duro enfrentándose a los medios, utilizando un tono confrontacional y responsabilizando a Boric por los presos del 18-O.
De acuerdo a algunos analistas, lo que al PC no le funcionó fue el intentar erigirse en “los representantes únicos del pueblo ante la elite impugnada el 18-O” (ya había señales de que ese diseño no cuajaba, en la derrota en la CUT, y en ser superados en la constituyente por el FA y la Lista del Pueblo).
Boric no cometió errores en la recta final, y capitalizó los que mostró Jadue en el debate (en materia de pymes, libertad de prensa, además de lo incómodo que se vio al responder por las protestas en Cuba).
Pero salvo la mención de Jadue a la división, en el PC no exteriorizaban aún algún análisis de la derrota: Teillier tuiteó solo sobre el triunfo de Boric, y Karol Cariola recalcó que se quedaba con que la primaria FA-PC hubiese tenido más participación que la de Chile Vamos.
https://werkenrojo.cl/declaracion-lista-del-pueblo/
https://werkenrojo.cl/porque-nosotros-no-votaremos-por-gabriel-boric/