Crítica situación: Intolerancia, xenobofia y aporobofia se tomaron la ciudad. Cayó la noche y se impuso la humanidad.
por Edición Cero/desde Iquique.
Sin duda que el 24 y 25 de septiembre dejarán grabadas muchas imágenes en la memoria de los iquiqueños y de los migrantes. El viernes parte el operativo de desalojo que generó una critica situación, especialmente porque los migrantes que permanecían en el lugar, fueron sacados, pero sin ningún destino, lo que provocó que deambularan sin rumbo por la ciudad y buscando un lugar donde guarecerse y pasar la noche. Plazas pública y playas fueron los principales sitios a los que llegaron.
Está claro que la situación sanitaria no daba para más. La mal llamada Plaza Brasil, -porque en realidad se renombró hace años como Plaza Gerardo Poblete, en honor a un cura salesiano asesinado en dictadura-, sin duda era un foco sanitario peligroso. Y que la convivencia se fue haciendo cada vez más difícil en el sector, afectando a los vecinos de los edificios colectivos, que debían soportar peleas, malos olores, escurrimiento de aguas de desecho… en fin. Sin embargo, lo que no parece lógico, es que se les sacara del lugar, sin tener un plan sobre el destino de estas familias migrantes.
La delegación presidencial ni el nivel central acogieron la propuesta del alcalde Soria junto a organizaciones humanitarias y que ahora también hace suya el gobernador Carvajal , para instalar un albergue humanitario transitorio en Iquique, de modo de recuperar el espacio público y mantener la situación en un solo lugar. Pese a que había recursos de apoyo por parte de organismos internacionales, principalmente la ACNUR, que es la Agencia de las Naciones Unidas par los refugiados.
Las postales que dejó el desalojo fueron tan fuertes, especialmente porque los principales afectados eran los niños, que antes que cayera la noche, organizaciones de base, familias, persona, en forma espontánea, salieron a recorrer las calles de Iquique, para ayudar a los migrantes. Es que en el operativo de desalojo, perdieron muchos de sus pocos enseres que le permitían supervivir.
XENOFOBIA EN TODA SU EXPRESIÓN
Pero no fue todo. Este sábado 25 con antelación se había convocado a una marcha de protesta por la descontrolada situación migratoria. Y en realidad muchas de las quejas tenían sentido. Por ejemplo, la comunidad de Colchane, un pueblo pequeño, estaba colapsado por la llegada diaria y durante más de un año, de migrantes. Se colapsaron los servicios médicos, los pequeños negocios; también se registraron robos en las viviendas, generando un caos y desconfianza.
Sin embargo, el problema es mucho más que estos hechos. Hay una crisis migratoria en Latinoamérica. En el caso de Chile y particularmente la frontera en Colchane, es un paso utilizado para los ingresos irregulares, por la fragilidad de su frontera y el insuficiente control. Además, está el antecedente de la invitación que en el 2019, Piñera desde el municipio colombiano de Cúcuta, en la frontera con Venezuela y en medio de la crisis de este país, ofreciera la Visa de Responsabilidad Democrática. Motivado también, por alcanzar liderazgo en la región. Pero no contaba con la crisis sanitaria que cambio el escenario.
Ya en Chile, habían ciudadanos venezolanos instalados, regularizados con su situación migratoria y trabajando. Por eso se entiende que una buena parte de migrantes venezolanos, en situación de movilidad forzada, que incluso les lleva a cruzar 5 países antes de llegar al nuestro (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Chile), va a reunirse con familiares o amigos que les apoyarán en su inserción en Chile. O Sea, claramente Iquique y la región de Tarapacá, son una zona de paso.
Pero volvamos al subtítulo de este apartado. Este sábado 25, se realizó la marcha que concentró a muchísimas personas y bajo las más diversas motivaciones, que se traducían al menos en unas tres, las principales. Primero, la presencia de uso del espacio público, como la ya icónica Plaza Brasil (Plaza Gerardo Poblete), con todos los problemas sanitarias y de seguridad que generaban. Segundo, la afección a las pequeñas comunidades, especialmente Colchane y sus poblados, por el colapso de los servicios y la generación de robos en las viviendas. Y tercero, diríamos que apela más bien a una noción conceptual como la Aporofobia, que significa el miedo que generan a las personas, otros seres humanos muy pobres y vulnerables y que además, son extranjeros -migrantes-, cuyo rechazo a ellos, conocemos como xenofobia.
Entonces, los miles y miles de iquiqueños que marcharon este sábado, hizo que se reforzara fuertemente el rechazo, a tal punto que los migrantes, -que no tenían dónde estar después del desalojo, por lo que ocupaban plazas y la playa-, fueran agredidos. En la playa hubo un intento, que pese a la violencia, fue controlada por Carabineros y la presencia de fuerzas especiales que conminaron a los protestantes a retirarse. Una vez que se fueron, los policías piden a los migrantes que dejen la playa porque “podrían volver”.
En un recorrido por las calles cercanas, era impresionante ver a familias completas tratando de protegerse en algún rincón. En realidad, querían hacerse invisibles, porque temían por su seguridad.
Aunque el incidente de la playa ya hizo que muchos manifestantes abandonaran la marcha, muchos llegaron hasta la Calle Las Rosas con Luis Emilio Recabarren, donde permanecían en un sitio eriazo, varias familias. Alertados por la policía que la turba se acercaba, debieron seguir subiendo por las calles de Iquique, dejando sus carpas y parte de sus pertenencias. Y de lejos, ven cómo el fuego arrasaba con todo.
Esta situación de extrema maldad y odio, provocó que una gran mayoría de iquiqueños empatizaran con el dolor ajeno. En un recorrido durante esta segunda noche de desalojo, pasando por los distintos lugares donde se agrupaban los migrantes, era increíble ver cómo llegaban personas en auto e incluso caminando, levando alimentos, ropa de abrigo, frazadas y un sin fin de aportes.
Es imposible describir en una crónica todo lo sucedido. Hubo intentos de tomas de casas vacías. Disposición de puntos fijos policiales. Acción del Tribunal de Familia, activación de la ayuda humanitaria… en fin.
Dejamos los link de algunos videos que grafican parte de este relato. Se incluye la entrevista al concejal de la Municipalidad de Iquique, Domingo Campodónico, (RN) que participó en la marcha y ayudó a contener el primer foco de violencia.
Descubre más desde Correo de los Trabajadores
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Be the first to comment