Chile electoral: Los resultados que vienen en la mira de los expertos. Opiniones.

Una primera vuelta mirando la segunda.

por Cristián Valdivieso, Director de Criteria/Ex ante.

Clave para proyectar la segunda vuelta será conocer cuánto suman en conjunto las opciones de derecha vs. las de izquierda y la votación que finalmente obtenga Franco Parisi, votos de incierto domicilio político para la segunda vuelta. Por otro lado, las señales explícitas y rápidas de apoyo de las candidaturas derrotadas serán importantes para prefigurar la segunda vuelta. A continuación cinco claves, a partir del alcance político y social que pudieran tener en adelante.

Un sobrevuelo por la elección presidencial ad portas pasa necesariamente por observar con atención los escenarios que configurará con sus resultados. Lo primero y más evidente se dibujará según quién gane, aunque sea por escaso margen. Desde el retorno a la democracia, cuando ha habido necesidad de balotaje, siempre ha terminado por imponerse quién ganó la primera vuelta.

Tener más votos en la caja es, sin duda, un activo. Sin embargo, la valoración simbólica del triunfo también importa y mucho. En el caso de Ricardo Lagos, en la elección de 1999, su triunfo tuvo una fuerte sensación de derrota por cuanto se esperaba que fuera mucho más holgado, incluso tanto que hiciera de la segunda vuelta un mero trámite. Algo similar sucedió con Sebastián Piñera, que, si bien ganó por amplio margen en 2017, quedó bastante por debajo de lo que algunas encuestas presagiaban.

En el caso de la elección de hoy, si efectivamente termina siendo tan competitiva como se proyecta, la dimensión simbólica del resultado será muy relevante. Gane quien gane, habrá sorpresa y la atención se focalizará en la épica del ganador, más si es por un margen mayor al que marcaron las encuestas. Clave para proyectar la segunda vuelta será conocer cuánto suman en conjunto las opciones de derecha vs. las de izquierda y la votación que finalmente obtenga Franco Parisi, votos de incierto domicilio político para la segunda vuelta.

Por otro lado, las señales explícitas y rápidas de apoyo de las candidaturas derrotadas serán claves para prefigurar la segunda vuelta. Nuevamente, las expectativas mandan y si Sebastián Sichel perdiera parece menos probable un rápido apoyo a Kast que el que podría darle Provoste a Boric si ella pierde.

Asimismo, y políticamente tan importante como lo anterior es el resultado de la elección parlamentaria, clave para anticipar las correlaciones de fuerza territoriales que deberán desplegarse para la segunda vuelta.

Pero por sobre estas primeras generalidades, propongo mirar cinco claves que me parecen de interés por el alcance político y social que pudieran tener en adelante.

  1. El término de la primacía del centro en un sentido amplio (el fin o la impugnación del ciclo Bachelet-Piñera). Lo más probable es que el balotaje sea entre Boric y Kast, candidatos que varios analistas tildan como representantes de los extremos pero que, hasta ahora, no parecen ser leídos como tales por la ciudadanía. Más bien son candidaturas percibidas como radicales en el sentido de apurar, esta vez sí, los postergados cambios: en materias de orden y seguridad en un caso; en la materialización de derechos sociales en el otro.
  2. La batalla entre relatos, uno restaurador y el otro transformador. El crecimiento de Kast logró desafiar un cierto sentido común sobre la urgencia de grandes transformaciones sociales. Kast trajo de vuelta el cotidiano, el día a día de las personas, instalando una narrativa en torno al tiempo presente, más que el futuro. Un presente acuciante por la falta de orden, vandalismo y narcoterrorismo, cuestiones que pasaron a ser igual o más relevantes que las demandas del estallido. Tendremos una elección que enfrentará dos subjetividades sociales en curso: una que valora como necesario el estallido social para empujar una agenda de derechos, otra que lo impugna por sus resultados en cuanto a orden y seguridad. ¿Cuál se impondrá como hegemónica?
  3. Una segunda vuelta de alta intensidad. Si en la primera vuelta triunfan Boric y Kast tendremos una segunda vuelta polarizada y de alta intensidad, marcada más por el miedo a la opción contraria que por la esperanza en la propuesta de la propia. Pese a ser opciones en los extremos, sin una oferta de centro, la segunda vuelta podría tener mayor participación ciudadana por la movilización que genera el miedo.
  4. El acuerdo del 15 de noviembre de 2019 como una respuesta incompleta. A dos años de ese acuerdo, una pregunta relevante es si los resultados de la primera vuelta son, en parte, efecto de una negociación que terminó más centrada en lo político que en lo social, sin proponer alternativas para abordar en el corto plazo las demandas urgentes en salud, pensiones o seguridad pública levantadas por la ciudadanía. Para los partidos tradicionales, no haber pactado soluciones transitorias que proporcionaran un alivio concreto a la espera del resultado de la Convención Constitucional puede haber resultado letal electoralmente. No fueron capaces de dar respuestas propias y quedaron expuestos a opciones por fuera de ellos.
  5. La disputa generacional. Al comparar la participación en el plebiscito con la registrada en las elecciones presidenciales de 2017, se observa una caída de 15 puntos en la votación de las personas mayores. Al mismo tiempo, se muestra un crecimiento de 21 puntos en la participación de jóvenes de entre 18 y 24 años, y en torno a los 18 puntos entre los votantes de edades entre 25 y 29. Si los jóvenes (más pro Boric) mantienen la conducta electoral del último tiempo y los adultos de 60 y más años (más pro Kast) vuelven a las urnas, tendríamos dos subjetividades enfrentadas electoralmente para hacer prevalecer como dominante su  sentido común generacional.

Fuente: https://www.ex-ante.cl/una-primera-vuelta-mirando-la-segunda-por-cristian-valdivieso/


¿Cómo influye la edad de los votantes en los resultados de las elecciones?.

Según el sociólogo Axel Callís y el académico de la UDP Juan Pérez, los votantes mayores pueden hacer con que los resultados sean más moderadlos, aunque no necesariamente sea hacia una derecha dura. Ya una mayor participación de votantes jóvenes favorecería a Boric.

El nivel de participación en las elecciones suele ser el gran factor sorpresa de la jornada.

Desde que se implementó el voto voluntario en 2012, la concurrencia a las urnas ha ido disminuyendo, salvo el año pasado, cuando para el plebiscito constitucional, se superó la barrera del 50%.

Pero, ¿cómo influye en los resultados de las elecciones la edad de los votantes?

“Muchas personas mayores estuvieron ausentes en las últimas elecciones, desde el plebiscito, principalmente por la pandemia del Covid-19. Pero si van a las urnas hoy, podrían tener un voto más moderado”, dice el sociólogo Axel Callís.

“Ahora, si sale a votar la gente joven, el candidato Boric tiene una ventaja mucho mayor a si llegan adultos mayores”, añade.

Juan Pérez, académico de la Universidad Diego Portales y especialista en Opinión Pública, coincide. “Definitivamente si van a votar más personas mayores podemos decir que hay un voto más conservador. No necesariamente de derecha dura, sino un voto más hacia el centro. En estas circunstancias, de estas elecciones, yo creo que el voto mayor podría ir más en la dirección de Yasna Provoste o Sebastián Sichel“, comenta.

“Y lo que he visto y percibo por mi relación con los jóvenes en la universidad, la cercanía con los compañeros de mis hijos es que hay mucho interés en participar y mucho interés en participar hacia el lado progresista. No diría específicamente que sea tan transversal la asociación ‘jóvenes=Boric’, pero sí esa es una tendencia”, dice respecto de la votación entre los más jóvenes.

“Creo que a diferencia de elecciones pasadas, el estallido social y esta generación que estaba terminando la enseñanza media en 2019 ahora que cumplieron los 18 creo que tienen una conexión política mucho más militante. Creo que en esa medida favorecería más al candidato Boric una participación juvenil más masiva”, concluye.

En efecto, de acuerdo con el último estudio del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), un 77% de las y los jóvenes acudirían a votar en las presidenciales del 21 de noviembre. Asimismo, el 61,4% de los consultados manifiestan intereses en la política, cifra muy superior a la de antiguas encuestas como, por ejemplo, la de 2016 cuando menos del 22% aseguró lo mismo.

Fuente: https://www.theclinic.cl/2021/11/21/como-influye-la-edad-de-los-votantes-en-los-resultados-de-las-elecciones/

Fin del binominal, ¿el regreso del PC? y la batalla en la RM: Guía para entender las elecciones senatoriales

por Francisco Artaza/La Tercera.

  1. Elección más competitiva

Son 10.744.555 los electores habilitados para votar este domingo 21 en nueve de las 16 regiones, cuando se renueve más de la mitad del Senado. Se trata de la elección más reñida desde el retorno a la democracia por el alto número de postulantes: 173 candidatos para 27 escaños en juego. En comparación, en 2013 fueron 67 competidores.

El nivel de incertidumbre por la mayor dispersión de votos también se debe al número de listas en competencia, el más alto también desde 1990. En la Región Metropolitana están inscritos 10 pactos, nueve en Biobío; siete en Antofagasta; seis en Coquimbo, Ñuble y Los Lagos, y cinco listas en Los Ríos y Magallanes.

En este escenario, el futuro de muchas colectividades políticas está en riesgo. De los 28 partidos legalmente constituidos, 15 corren riesgo de disolución, al quedar por debajo del mínimo que exige la ley: 4% de los votos o haber elegido a los menos cuatro parlamentarios.

  1. Sin binominal

En abril de 2015 se promulgó la ley que ponía fin al sistema electoral binominal, reemplazándolo por uno proporcional corregido, más conocido como sistema D’Hondt, con el cual se modificó la fórmula para la asignación de escaños y aumentó la cantidad de diputados de 120 a 155 y de senadores (de 48 a 50). Se aplicó por primera vez en las elecciones generales de 2017 para asignar 155 escaños en la Cámara de Diputados y 23 en el Senado. Pero quedó pendiente la renovación de poco más de la mitad de la Cámara Alta (27 escaños), los que se eligen ahora, sin binominal.

  1. La última trinchera de la derecha

Como un coro perfectamente afinado, no hubo opiniones disonantes respecto que las elecciones de convencionales constituyentes, en mayo pasado, habían sido demoledoras para la centroderecha.

Si el acuerdo del 15 de noviembre -que habilitó el proceso constitucional- había sido sellado con el cerrojo del quórum de 2/3 para la aprobación de normas, las expectativas del sector eran conseguir 52 convencionales o, al menos, aquello que se denominó “el tercio estrecho”, es decir, que los representantes de la centroderecha sumados a sectores de centroizquierda moderados pudieran llegar al tercio que les permitiera rechazar normas que sus opositores quisieran imponer. Pero no fue así.

En ese contexto, analistas y dirigentes del sector ven en el Senado la última posibilidad de la centroderecha para poder defender sus ideas y propuestas, manteniendo allí el tercio necesario para evitar diversas reformas constitucionales u otras iniciativas que requieran de consensos amplios, incluida una acusación constitucional.

Así, con 11 senadores asegurados -por haber sido electos en 2017-, la centroderecha aspira a elegir al menos siete parlamentarios en las nueve regiones que tendrán comicios mañana.

  1. ¿Rebaraje de fuerzas?

Total equilibrio de fuerzas existe en la actual composición de la UDI y RN en el Senado, pues cada partido cuenta con nueve representantes. Evópoli, en tanto, tiene un solo senador, Felipe Kast, quien “arrastró” a Carmen Gloria Aravena en 2017, pero la legisladora renunció a su militancia dos años más tarde y se sumó al comité RN.

Con las elecciones de este domingo, aseguran fuentes del sector, no debiera variar de manera sustantiva la actual correlación de fuerzas en Chile Podemos Más. Esto, pues los sondeos con que cuentan mostrarían que RN perdería a una senadora –Marcela Sabat-, pero sumaría uno o dos escaños -Paulina Núñez en Antofagasta y, eventualmente, Carlos Kuschel en Los Lagos-, mientras que Evópoli podría sumar a Jaime Mañalich o Luciano Cruz-Coke en la Metropolitana.

En la UDI, en tanto, dan por seguro que mantendrán sus cupos en O´Higgins, Los Lagos, Ñuble y Biobío, y podrían sumar un nuevo escaño con Sergio Gahona en Coquimbo.

La principal duda en Chile Podemos Más está en la Región de Los Ríos, en donde hay una cerrada disputa entre Ena von Baer (UDI) y María José Gatica (RN).

Y para sumar fuerzas en el sector, la carta del Partido Republicano en la Región Metropolitana, Rojo Edwards, es vista con expectación por el oficialismo.

  1. La lucha por el más grande en Nuevo Pacto Social

Con un piso de 10 senadores asegurado (cuatro PPD, tres PS y tres DC), que no van a la reelección, Nuevo Pacto Social aspira a convertirse en la principal fuerza dentro del Senado. Eso, si se cumplen las proyecciones que hacen en la centroizquierda de que serán capaces de obtener a lo menos otros 10 escaños, llegando así a 20 senadores, lo que les permitiría conservar el peso que hoy poseen en la Cámara Alta.

La novedad, señalan en el sector, sería el rebaraje de fuerzas dentro de la coalición. En el Senado, el PS aspira a transformarse en el partido mayoritario de la centroizquierda. Para ello, cuentan con los triunfos del diputado Juan Luis Castro, en O’Higgins; del actual senador Alfonso de Urresti, quien podría ser primera mayoría en Los Ríos y del senador Rabindranath Quinteros, quien supera en las encuestas a su compañero de lista, el exdiputado Fidel Espinoza, con lo que asegura su reelección. También confían que, en Concepción, el exsindicalista portuario y actual diputado Gastón Saavedra salga electo, lo que le permitiría al PS conservar el escaño que deja en la Metropolitana el senador Carlos Montes.

La DC, también apuesta a mantener los cinco escaños que tienen hoy, un escenario complejo dado que arriesgan dos regiones: Coquimbo y Magallanes, donde Jorge Pizarro y Carolina Goic no van a la reelección y, según las proyecciones, el único DC que tendría asegurado un triunfo es el diputado Jorge Sabag, en Ñuble, quien aparece en las encuestas por encima de su compañera de lista, la actual senadora PPD Loreto Carvajal. En la falange, asimismo, están expectantes del resultado que pueda tener el actual diputado Matías Walker en Coquimbo -quien estaría disputando voto a voto un cupo con la senadora PPD Adriana Muñoz– y con lo que pueda ocurrir en Biobío, donde confían en el bolsón de votos que ha obtenido en elecciones pasadas el diputado José Miguel Ortiz.

En tanto, el Partido Radical confía en que la diputada Marcela Hernando logrará un escaño en Antofagasta.

  1. PPD frente al fantasma de la disolución

En el comité de senadores PPD cunde el nerviosismo, mientras que entre los miembros de la directiva se habla de un “escenario horrible” para calificar lo que podría enfrentar la noche de mañana el “partido instrumental que más años ha estado en cargos de gobierno y en el Estado a nivel mundial”.

Hoy la tienda es la bancada más grande de la oposición, con ocho escaños: Jorge Soria, Adriana Muñoz, Ricardo Lagos, Guido Girardi, Loreto Carvajal y Jaime Quintana, junto a los independientes Ximena Órdenes y Pedro Araya. Pero todos los cálculos proyectan una fuerte caída electoral, la que se sumaría a la derrota que sufrió la colectividad en la elección de convencionales, cuando apenas eligió a tres de los 32 candidatos que presentó.

“Vamos a quedar muy disminuidos en el Senado”, admite el vicepresidente del PPD Marco Antonio Núñez ante la posibilidad de que no logren elegir a ninguno de los cinco candidatos que llevan en esta ocasión. De estos, dos van a la reelección -Araya en Antofagasta y Muñoz en Coquimbo-, además de Carvajal, quien reemplazó en marzo pasado a Felipe Harboe -quien dejó la Cámara Alta para ir a la convencional- y busca ser electa por primera vez como senadora en Ñuble.

“Es difícil que logren la reelección”, asume el secretario general del PPD, José Toro, anticipándose al escenario de que la colectividad se quede con la mitad de los escaños que hoy tienen. Tras dar por perdida prácticamente la batalla por la senatorial, la colectividad se ha concentrado en la elección de diputados con miras a sacar más de cuatro parlamentarios y así evitar la disolución legal del partido. De ocurrir ese escenario, afirman fuentes del partido, el mayor temor es que se produzca una fuga masiva de cores y concejales recién electos al PS u otras colectividades, algo que podría profundizarse si el abanderado presidencial que pase a segunda vuelta es el frenteamplista Gabriel Boric y no la carta de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste.

  1. FA y la obligación de tender puentes

“Es muy difícil que en la senatorial haya grandes sorpresas”, plantea el director de Criteria, Cristián Valdivieso, opinión que es compartida por encargados electorales de las distintas coaliciones que buscan llegar al Parlamento.

A diferencia de las elecciones de convencionales de mayo pasado, cuando se permitió a los independientes agruparse en una lista -aumentando así su elegibilidad- y hubo cerca de un millón de electores nuevos, que no habían participado antes y que fueron a votar dando paso al ingreso de nuevas fuerzas y el debilitamiento de los partidos tradicionales, ahora todo apunta a que la derecha podría controlar entre el 40 al 44 por ciento del Senado, un porcentaje cercano al que espera llegar Nuevo Pacto Social. Apruebo Dignidad, en tanto, obtendrían entre 4 y 5 senadores, los que se sumarían al escaño que ya posee el sector en la Cámara Alta con Ignacio Latorre, quien no va a la reelección en esta ocasión. De ser así, el bloque se quedaría con cerca del 12% del Senado.

Por lo mismo, aunque en el Frente Amplio y el PC ya tiene definido celebrar este domingo como un gran triunfo el crecimiento de su bancada en la Cámara Alta, saben que el escenario que se abre para un eventual gobierno de Boric respecto de la relación con el Parlamento será sumamente complejo, obligándolos a tender puentes y buscar acuerdos con partidos y parlamentarios de Nuevo Pacto Social si espera cumplir con el programa de cambios que ha prometido.

“En la mayoría de las regiones donde se eligen tres senadores, Apruebo Dignidad debería obtener uno, eso es lo previsible; y en la Metropolitana, aspiramos a uno o dos”, comentaba el martes el ahora expresidente de Comunes Jorge Ramírez, un día antes que la candidata a senadora de su tienda y principal carta del bloque por la RM, Karina Oliva, perdiera el respaldo de su partido y la coalición, tras conocerse las abultadas rendiciones de cuentas del equipo de Oliva para la campaña por la gobernación metropolitana. Así las cosas, su desempeño es ahora completamente incierto como también lo es quien podría beneficiarse con la polémica que afecta a la principal carta al Senado de Comunes.

En otras regiones, en cambio, el FA cuenta con el triunfo del diputado por Calama y exalcalde de esa ciudad Esteban Velásquez (FRVS) como senador por Antofagasta; del comunista Daniel Núñez, en Coquimbo, y de la diputada del FRVS Alejandra Sepúlveda en O´Higgins. En el bloque también están expectantes en torno a la votación que obtenga en Biobío la presidenta regional de RDDaniela Dresdner, quien -según fuentes de la colectividad- podría dar una sorpresa gracias al fin del binominal.

  1. El regreso del PC al Senado

Hace 48 años que el Partido Comunista no tiene representación en el Senado, pese a que desde el retorno a la democracia ha intentado varias veces alcanzar un escaño en la Cámara Alta. El último esfuerzo lo encarnó en 2017 el secretario general de la colectividad, Lautaro Carmona, quien compitió por la Región de Atacama. Sin embargo, la noche del 19 de noviembre de 2017, Carmona sufrió una dura derrota frente a la democratacristiana Yasna Provoste, quien obtuvo la primera mayoría en la región.

Así, el PC no pudo terminar con lo que califican como “exclusión en el Senado” y han estado lejos del escenario que se vivió hasta el 11 de septiembre de 1973, cuando el partido llegó a contar con nueve senadores en ejercicio, una de las bancadas más grandes de esa época.

Pero, esta vez, el panorama es distinto. Los comunistas optaron por diversificar su apuesta y llevan ocho candidatos. Y, según las proyecciones, tienen chances de obtener uno e, incluso, dos escaños. La carta más segura es el diputado Daniel Núñez, en Coquimbo, quien supera a su compañero de lista, Marcelo Diaz (Unir), en una circunscripción donde se elegiría un senador de cada bloque. En el PC confían en que, desde el Senado, Núñez cumpla un rol de puente en la disputa generacional que ha tensionado al PC en los últimos años. El parlamentario de 50 años es cercano a la directiva que encabeza Teillier, de quien se dice es su hombre de confianza en el Congreso, por lo que se le encomendó la negociación de la plantilla parlamentaria con el resto de las fuerzas de Apruebo Dignidad. Por su edad, alcanzó a desempeñar roles dentro del PC, cuando la colectividad salía del clandestinaje de la mano de la Gladys Marín a fines de los 80, y a la vez tiene vínculos con la nueva camada de dirigentes comunistas que levantó cabeza a partir de las movilizaciones estudiantiles del 2011. Ese año, Ñúñez estaba a cargo precisamente de los cuadros universitarios del PC, donde figuraban Karol Cariola y Camila Vallejo, quienes tiene mayor afinidad con Boric y el mundo frente amplista.

Además de Coquimbo, los comunistas apuestan a dar una sorpresa en la Metropolitana, donde compiten el diputado y timonel del PC, Guillermo Teillier, y la exministra de la Mujer, Claudia Pascual, sacando al menos a uno de los dos. Esto, alentado por el reciente triunfo del partido en el municipio de Santiago -ya controlaban Recoleta-, y a la caída de Oliva a sólo días de las elecciones. “Creo, sinceramente, que los y las comunistas, en esta elección, romperemos la exclusión y regresaremos al Senado tras 48 años”, dice la diputada Camila Vallejo.

  1. La batalla por la Metropolitana

Apodada históricamente como “la madre de todas las batallas”, la contienda por los cinco escaños disponibles en la Región Metropolitana tiene varios factores que generan un panorama incierto para el domingo.

Uno de estos es la incógnita que abre la postulación de la independiente Fabiola Campillai. Su nombre se hizo público durante el estallido, cuando se convirtió en una de las víctimas más reconocibles del actuar policial, pues perdió la vista, el gusto y el olfato, luego que una bomba lacrimógena reventara en su rostro mientras estaba en un paradero, en San Bernardo. Tras su recuperación, Campillai decidió competir por un cupo parlamentario; lo haría de la mano de la ex Lista de Pueblo, pero abandonó esa opción poco antes de inscribir su candidatura y tomó el camino solitario de ir como independiente, sin una lista que la acompañe. Y aunque en distintos comandos plantean que estaría en torno al 10 o 12% de la votación, quedaría bajo la línea de corte que -especulan- rondaría el 13,5%.

Un segundo factor que alimenta la disputa en la capital es “el Olivazo”, como se ha conocido por estos días la denuncia hecha por Ciper respecto de millonarias boletas emitidas por el equipo de Karina Oliva (Comunes) para rendir gastos de su campaña a gobernadora. A cuatro días de la elección, quien asomaba como la carta más fuerte de Apruebo Dignidad -gracias a los más de 700 mil votos que obtuvo en mayo-, podía llegar a arrastrar a un compañero de lista, como Claudia Pascual o Guillermo Tellier. Ahora, ya sin el respaldo de su coalición ni del candidato presidencial, que llamaron a votar por otros candidatos del pacto, son más las dudas que certezas.

El escenario en la izquierda, además, dio esperazas en Nuevo Pacto Social, coalición que tenía hasta entonces pocas posibilidades de sacar a una de sus dos cartas más fuertes en la Metropolitana: Gabriel Silver (DC) y Paula Vodanovic (PS).

Pero alentó aún más las expectativas en la derecha, donde se dará una reñida disputa entre entre RN y Evópoli. Con dos senadores en ejercicio y la expectativa de conseguir un tercero, Chile Podemos Más presentó una lista de peso para esta contienda. A los RN Manuel José Ossandón y Marcela Sabat -quien busca su primera elección como senadora, pues llegó al cargo tras la salida de Andrés Allamand, en julio de 2020-, Evópoli sumó al exministro Jaime Mañalich (independiente) y al diputado Luciano Cruz-Coke. El problema para el sector es que varios cálculos indican que solo dos de ellos obtendrían un cupo. Y mientras Mañalich estaría en una pelea voto a voto con Cruz-Coke -definición en que pesarían los resultados de comunas como Santiago y Ñuñoa-, Ossandón tendría asegurado su escaño. Pero, con Rojo Edwards compitiendo fuera de pacto, la duda está en si la lista del Frente Social Cristiano logra sumar adhesiones para quedar sobre la línea de corte o, en cambio, termina dañando al bloque oficialista impidiéndoles elegir un representante más y, de esa forma, ayuda al triunfo de un competidor de la oposición. El republicano obtuvo cerca de un 7% en la elección de gobernador metropolitano y, de acuerdo a fuentes de su partido, podría doblar esa votación este domingo y conseguir, gracias a los votos que logren sus compañeros de lista, superar el “piso” de 13 o 14% que tendría la cifra repartidora.

  1. La incógnita del PDG

Pese a que han llevado adelante la campaña sin su candidato presidencial en el país -lo que debería jugarles en contra- el Partido de la Gente (PDG) aspira a ser la sorpresa de esta jornada y replicar, en cierta forma, el fenómeno de la Lista del Pueblo en los comicios de mayo.

Siendo el segundo partido en cantidad de militantes -con 43 mil afiliados -, es la colectividad que más candidatos lleva al Senado (30), en un esfuerzo por sumar votos para la lista. Pero, pese al optimismo que algunos dirigentes del PDG transmiten, las posibilidades de llegar al Senado son escasas. No así en la Cámara de Diputados, donde podrían alcanzar a conformar una bancada.

  1. El incierto futuro del Senado

“Hay que clausurar el Senado por rechazar la acusación constitucional”. Paradójicamente, la frase la escribió en Twitter la noche del lunes -tras el rechazo del libelo en contra del Presidente Piñera- el aspirante comunista con mayores probabilidades de ganar un cupo en la Cámara Alta, el diputado Daniel Núñez.

Por motivos distintos, en todo caso, la idea del parlamentario podría convertirse en realidad. Esto, pues el proceso constituyente que se desarrolla en el país podría poner fin al bicameralismo. De acuerdo a datos recabados por La Tercera en el Match Constituyente -realizado a 133 de los 154 convencionales-, el 51,1% de los representantes en la Convención Constitucional se inclina por un sistema unicameral.

Ese factor, de hecho, pesó en la decisión de diputados de distintos sectores políticos a la hora de definir su futuro. Según transmitían en privado antes de la inscripción de candidaturas, hubo representantes de distintos partidos que evaluaban la idea de “dar el salto” al Senado, pero, considerando que está en plena discusión la posibilidad de que este se disuelva o se modifique sustancialmente, optaron por mantenerse en la Cámara.

Fuente: https://www.latercera.com/la-tercera-pm/noticia/fin-del-binominal-el-regreso-del-pc-y-la-batalla-en-la-rm-guia-para-entender-las-elecciones-senatoriales/5PP6HVUHX5FCPDYJF42VUGSTPY/

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