¿Es posible hacer paralelismos entre la victoria de Boric y el plebiscito del 88?
Algunos elementos de la contienda electoral del pasado domingo 19 de diciembre se asemejan a lo vivido en 1988. Por ejemplo, la idea de que «la esperanza venció el miedo». Pero, aunque existen puntos en común, también hay notorias diferencias, como el contexto histórico que envolvió cada uno de esos hitos, explica el académico e historiador Alfredo Riquelme.
Quizás sean solo coincidencias. O, al contrario, representan discusiones, temáticas y procesos que jamás tendrán una respuesta definitiva, estando condenadas, por ende, a repetirse una y otra vez a lo largo de la historia. Lo cierto es que, en política, es común identificar similitudes entre coyunturas actuales e hitos del pasado. Y en ese análisis, aunque guardando las proporciones, es posible comparar la votación de este domingo 19 de diciembre -que transformó a Gabriel Boric en Presidente electo de Chile- con el histórico plebiscito del “No” y el “Sí” de 1988.
Lo primero (y más obvio) es el símil entre los porcentajes que obtuvo cada bando en la votación. Mientras Boric se quedó con un 55,87% de los sufragios, su contrincante, José Antonio Kast -quien votó “Sí” en el ’88- , marcó un 44,13%. En el plebiscito, la opción a favor de la continuidad del dictador Augusto Pinochet concentró un 44,01% de los votos, y el “No”, 55,99%.
Estas cifras, prácticamente idénticas, dan señales “acerca de continuidades históricas, de culturas políticas arraigadas en nuestra sociedad”, dice a The Clinic el profesor titular del Instituto de Historia de la UC, Alfredo Riquelme.
El epicentro de las celebraciones
Otra similitud está en las multitudinarias celebraciones en Santiago, específicamente en la Alameda. Cuando Chile amaneció el 6 de octubre de 1988 con la noticia de la amplia victoria del “No”, miles de personas se dirigieron al centro de la ciudad para celebrar el triunfo en las urnas, que marcaba el inicio del fin de la dictadura. El epicentro estuvo en la Alameda, como se aprecia en la siguiente foto, tomada en la arteria capitalina, en la intersección con Ahumada.
Por su parte, el comando de Gabriel Boric organizó una masiva celebración en el mismo sitio, ubicando un escenario en la esquina de Alameda con Santa Rosa. Miles de personas se abocaron a las calles para festejar el logro del político de 35 años.
“La esperanza le ganó al miedo”
Al mismo tiempo, la dicotomía instalada en los discursos políticos del 88 guardan cierto parecido con lo que se vio en la reciente segunda vuelta. Kast centró su propuesta y programa en “recuperar el estado de derecho”, acusando que el país estaba secuestrado por la delincuencia y el terrorismo. El excandidato del Frente Social Cristiano también realzó la idea de que, en las urnas, Chile estaría decidiendo entre la “libertad y el comunismo”. Entre la “democracia y el comunismo”.
El mensaje que encarnó Boric fue prácticamente el opuesto. Buscando desechar las caricaturas que rodeaban al Partido Comunista -el colectivo que lo acompañó en el pacto de Apruebo Dignidad-, el magallánico afirmó que su eventual gobierno lideraría una transformación focalizada en el futuro, democrática, con guiños al desarrollo ecológico e incluyendo una agenda progresista en materia valórica, focalizada en los postergados derechos de las mujeres y las disidencias sexuales. “La esperanza le ganó al miedo”, tuiteó el domingo Boric, tras ganar los comicios.
Sin ir más lejos, los eslóganes de Kast y Boric de cara a la segunda vuelta demuestran el norte que guió sus respectivas plataformas. El republicano escogió la expresión “todo va a estar bien”. Y, el diputado, “para vivir mejor”.
Semejanzas a nivel de la campaña
Es claro el paralelo entre estas posiciones y las que se marcaron a fines de los ochenta. Por ejemplo, la campaña del “Sí”, liderada por la dictadura, apuntó directamente hacia los riesgos de que un supuesto ímpetu marxista tomara las riendas del país.
En tanto, el “No” se basó en proponer un proyecto renovador y positivo, con cambios estructurales a nivel de gobierno, pero también culturales.
Panfleto parte de la campaña del “Sí”. Crédito: Biblioteca del Congreso Nacional.
Y ya en la franja electoral, el famoso jingle del “No” inscribiría una frase que todavía resuena en la memoria chilena: “Chile, la alegría ya viene”.
“La primera reacción era manifestar la indignación a la dictadura y sus crímenes. Entonces, la campaña lógica hubiera sido poner números y mostrar el horror. Esa opción se intentó por parte de algunos, pero era totalmente contraproducente”, señaló a Pauta, en 2018, Eugenio García, director creativo de la franja del “No”.
Las diferencias
Alfredo Riquelme hace una síntesis de todos estos elementos afirmando que, a su juicio, “la principal similitud es que ambos actos electorales (el plebiscito del ’88 y la segunda vuelta de este 2021) señalan ‘giros históricos’, en los cuales ‘la esperanza le ganó al miedo’, como lo ha dicho el presidente electo Gabriel Boric. Se trata de acontecimientos políticos en los que la ciudadanía –‘sin miedo, sin odio, sin violencia’- le da un amplio respaldo mayoritario a proyectos de progreso democrático y social, tras años de dura confrontación y crisis de gobernabilidad, a los que estos actos electorales y sus resultados contribuyen a poner fin. Ahora, como entonces, esto indican las celebraciones masivas y pacíficas que parecen recuperar entornos urbanos asolados anteriormente por la violencia”.
Sin embargo, el también Doctor en Historia por la Universidad de Valencia destaca que “tan importante como es apreciar las similitudes, es poner atención en las diferencias entre el 5 de octubre de 1988 y el 19 de diciembre de 2021”.
Riquelme opina que “la mayor diferencia es, sin duda, que entonces la mayoría votó contra 15 años de dictadura. En esta segunda vuelta, en cambio, la mayoría votó por el cambio profundo que ha propuesto Gabriel Boric y, a la vez, por la defensa de los derechos recuperados y las libertades alcanzadas durante 30 años, frente a la amenaza que representaba la alternativa de la ultraderecha. A esto se suma que, en 1988, la voluntad de la mayoría no podía romper el bloqueo constituyente impuesto por la Junta Militar desde 1980; mientras que, en 2021, el presidente electo y su proyecto de gobierno se deberá articular de manera sinérgica con el proceso constituyente en curso”.
Asimismo, el académico considera el contexto global del siglo anterior. “El mundo de hoy es muy diferente de aquel de fines de la Guerra Fría en el cual el neoliberalismo se estaba convirtiendo en una suerte de ‘pensamiento único’ en el ámbito de las políticas públicas. Tras la crisis económica mundial de 2008 y la actual emergencia climática global, nuevas articulaciones entre “nuevas izquierdas” y socialdemocracia han renovado las respuestas posibles para articular crecimiento, redistribución y protección del medio ambiente, y han incorporado las demandas de género y diversidad, particularmente sentidas por las nuevas generaciones”, comenta.
Por último, Riquelme refiere a un gran contraste “desde la perspectiva generacional”, explicando que “en 1988, la opción ‘No’ fue encabezada por liderazgos con una trayectoria política de décadas, que habían sido desplazados por la dictadura, como Patricio Aylwin. E incluso los más jóvenes entre sus liderazgos, y que se habían forjado en la lucha contra la dictadura, tenían ya 50 años, como Ricardo Lagos, quien solo doce años después llegaría a la Presidencia de la República. ¡El actual presidente electo, Gabriel Boric, en cambio, con sus 35 años, tiene la edad que Lagos tenía en 1973!”.
Fuente: https://www.theclinic.cl/2021/12/20/es-posible-hacer-paralelismos-entre-la-victoria-de-boric-y-el-plebiscito-del-88/
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