Mujer popular y trabajadora: ¡A luchar!. ¡Por un 8 de marzo clasista y combativo!.
Somos un grupo de mujeres y hombres que nos organizamos y nos unimos para conmemorar un 8 de marzo clasista y combativo. ¿Por qué?
Porque creemos que tenemos muchas razones para impulsar la protesta popular y sumarnos a nuestras hermanas de clase en esta lucha. En esta sociedad de clases, las mujeres populares somos doblemente oprimidas, oprimidas por ser mujeres y por ser parte del pueblo, de las masas trabajadoras. Las mujeres obreras, campesinas, mapuche, migrantes, pobladoras, las mujeres pobres de campo y ciudad, tienen miles de razones para unirse a otras, levantar las banderas de lucha y protestar.
Somos la mitad del pueblo, somos la mitad de las clases productoras que levantan este país día a día. Entregamos nuestro esfuerzo en el trabajo asalariado, pero además al regresar a casa, la mayoría de nosotras entrega hasta su último brío en el cuidado de los hijos y del hogar. Nuestros ancianos, nuestros enfermos, nuestros pequeños y pequeñas están principalmente en nuestras manos. Nuestro hogar funciona porque pensamos en cómo organizar a nuestras familias cada día y sobrevivimos. Sí, porque para las masas pobres, solo queda sobrevivir. Sobrevivimos, lidiamos con las alzas de los precios de alimentos y los bajos sueldos, lidiamos con el acceso a la salud cuando alguno de los nuestros se enferma, lo que es una verdadera desgracia, lidiamos por un cupo en el sistema escolar. Lidiamos a diario para satisfacer nuestras necesidades, ya que nada nos ha sido regalado. Así también, luchamos. Luchamos, por ejemplo, por el derecho a una vivienda digna, que nos ha sido negado y lo que hoy nos ofrece el Estado en vivienda social, ha sido arrancado a punta de movilización, como cada uno de nuestros derechos.
Entonces, nos reafirmamos en que tenemos miles de razones para rebelarnos. Si creen que lo anterior ya es mucho, ¡Hay más!: cuando logramos estudiar una profesión, nos pagan menos que a los hombres, sentimos más temor que un hombre cuando cae la noche, hemos sido discriminadas, abusadas, violadas y asesinadas por “amigos” y familiares y por osar levantarnos contra los enemigos de clase. Porque en esta sociedad subsiste la vieja y rancia idea que las mujeres somos inferiores a los hombres. ¡De ninguna manera aceptamos esta falsedad! ¡La historia nos ha mostrado todo lo contrario, sin nosotras no hay economía, ni política, ni cultura! ¡Sin nosotras no hay transformación posible de la sociedad! ¡Sin nosotras no hay revolución!
Hoy la lucha de las masas, de hombres y mujeres viene en un alza sostenida. Este viejo estado y esta vieja sociedad se cae a pedazos, pero no caerá sola. Entonces: ¿Cuál es el camino de nuestra emancipación como mujeres del pueblo? Las feministas burguesas-liberales nos llaman a participar del proceso de la convención constitucional, nos llamaron a votar por Boric contra Kast, un rancio personaje aprendiz de fascista, nos llaman a resolver nuestros problemas desde la legalidad, desde el parlamento, desde el ejecutivo, es decir, desde esta sociedad dominada por grandes burgueses y grandes capitalistas. Nos dicen: …esperemos a ver qué sucede con este gobierno.
Nosotras que levantamos la bandera de la lucha clasista y combativa, les decimos que no podemos y no queremos esperar más, no queremos confiar en quienes se disfrazan con piel de oveja, pero en realidad no se sueltan de la mano de los mismos lobos que nos han gobernado antes. Rancios políticos que son culpables de las miserias de las mujeres y hombres del pueblo, de los asesinatos de mujeres mapuche, de activistas ambientalistas y de madres y luchadoras sociales. Muchas de estas luchadoras se murieron peleando por justicia, frente al ajusticiamiento o encarcelamiento de sus familiares, desde quienes se unieron a la lucha revolucionaria tras el nefasto golpe de estado en el año 1973 y los que se sumaron a la lucha contra todos los gobiernos criminales que le han seguido. Por eso decimos también ¡Nuestras presas y presos políticos no pueden esperar más!
Nosotras nos reafirmamos en unirnos a la mujer del pueblo, a las más pobres de campo y ciudad, porque sabemos que allí empieza el camino de emancipación y no en las urnas ni ruinas de este viejo Estado, que Boric junto a la camarilla de falsos comunistas dirigidos por la Vallejos, trafican y profitan, con los justos anhelos y esperanzas de nuestro pueblo. Es verdad, la expectativa es muy alta en sectores de nuestro pueblo y éste tiene el derecho a creer, a tener esperanzas, pero también nosotras tenemos derecho a denunciar a los Boric y Vallejos, porque estamos convencidas que solo la lucha nos dará, lo que éste estado nunca nos podrá ofrecer. Porque está en crisis económica, política y social y solo cabe luchar para que caiga y levantar una sociedad distinta y opuesta a ésta. Hoy vivimos en una sociedad que pisotea una y otra vez en la cara a los más pobres, a los trabajadores.
Llamamos a las estudiantes, a las profesionales a no vacilar, a unirnos a las mujeres trabajadoras y populares y juntas levantar en alto las banderas de la lucha popular. Nos preceden tremendas mujeres que han tenido la fuerza de un huracán: Guacolda, Janequeo, Teresa Flores, Ramona Parra, Herminia Concha, Araceli Romo, Comandante Tamara, Norma Vergara, Claudia Lopez, Macarena Valdés, Luisa Toledo y muchas valientes más. Y otras tantas que nos iluminan con su ejemplo en las luchas de otros pueblos.
¡La Rebelión se justifica!
¡Mujer popular a luchar por ese futuro que nos merecemos repleto de felicidad!
¡Desatar la furia revolucionaria de la Mujer!
¡8 de marzo clasista y combativo, mujer popular y trabajadora a luchar!
Descubre más desde Correo de los Trabajadores
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Be the first to comment