Por Redacción CT
La representante del régimen de Marruecos en el Estado español retornó a la península luego de que mandatario hispano, Pedro Sánchez, modificó radicalmente su posición respecto del Sahara Occidental al estimar como “realista” la iniciativa marroquí de validar su autonomía, lo que en términos concretos significa liquidar la eventual independencia del pueblo saharaui y permitir así que sea devorado por el reino africano.
Al mismo tiempo, y como una reacción completamente contraria a la de Marruecos, la voltereta de Sánchez costó que Argelia, amigo de la causa independentista del pueblo saharaui, retirara temporalmente a su embajador en España, Said Moussi, dejando sin presencia diplomática argelina al país europeo. Vale señalar al respecto que, energéticamente, el Estado español depende del gas de Argelia y además, debido a la decisión del gobierno de Pedro Sánchez de vender armas a Ucrania, ya se ha limitado por parte de Rusia la comercialización de hidrocarburos a ese país del sur de Europa.
En el palacio hispano, Sánchez enfrenta una crisis política de proporciones. El Ejecutivo español en manos del PSOE ha quedado inmediatamente aislado en relación a sus aliados (IU-Podemos), tanto en la administración central, como en el poder legislativo.
Una carta enviada por Sánchez al reino de Marruecos el pasado viernes 18 de marzo, planteó abiertamente la subordinación de la península ibérica a los afanes colonialistas de Marruecos sobre el territorio saharaui ocupado.
Ver:
España apoya que Marruecos se quede con el Sahara Occidental
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