EE.UU.: Los suculentos negocios ucranianos de Biden y hijo.

Un » disco duro» los pone al decubierto.

por Manuel Medina/ Canarias Semanal.

¿Cuál es la razón por la que los medios españoles han silenciado el escándalo, cuando en los Estados Unidos ocupa las primeras planas de todos los medios de comunicación?

No deja de resultar extraordinariamente llamativa  la sordina  que la inmensa mayoría de los medios de comunicación españoles le ha aplicado a un escándalo que está ocupando las primera planas de los principales periódicos y cadenas televisivas estadounidenses. Un  «discreto» silencio que de ninguna manera puede ser interpretado como resultado de un «descuido» o de una mera casualidad.

El escándalo en cuestión vincula  al hijo de Biden  con los turbios negocios que este – y también su padre–  han tenido en Ucrania, en los que se combina la evasión fiscal, los regalos multimillonarios con orgías de sexo y crack, sobornos… y ha empezado a adquirir tales dimensiones que su difusión  en España y en los países de la U.E. podría desinflar el «fervor guerrero» que durante las últimas semanas   -por cierto, sin mucho éxito según las encuestas-, se ha intentado insuflar por tierra mar y aire a los ciudadanos europeos, para que acepten resignadamente  ser auténticos paganinis  de esta peculiar «guerra de Biden».

Y es que, en efecto, este mircoles, el periódico estadounidense «Washington Post» se convirtió  en el segundo gran medio de comunicación  norteamericano que ha terminado aceptando que los correos electrónicos de la computadora portátil de Hunter Biden, el hijo del actual presidente, que lo incriminan en turbios negocios en Ucrania, son auténticos. Esto sucede después de que transcurrieran nueve meses  desde que este periódico los tuviera a su disposición, y un año y medio después de que el “New York Post” informara, por primera vez ,sobre ellos.

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ESTES ES EL TAMAÑO DE LOS TITULARES DE PRENSA SOBRE EL ESCANDALO

El «Washington Post» ha justificado ahora su retraso en reconocer la autenticidad de los e-mails alegando que dos expertos en Seguridad habían usado firmas criptográficas de Google y otras compañías de tecnología, para validar los casi 22.000 correos electrónicos que abarcan el periodo entre 2009 y 2019.  Entre ellos, están incluidos también los mensajes relacionados con los controvertidos negocios en Ucrania del hijo del actual mandatario estadounidense.

En esos correos electrónicos  se ha podido encontrar, entre otros, un acuerdo concertado entre el hijo del presidente Biden y la empresa energética ucraniana «Burisma Holdings», de la cual Hunter Biden había estado recibiendo la friolera de 1.000.000 dólares anuales.

En octubre de 2020, el periódico  «New York Post»  había revelado en  exclusiva la existencia de los correos electrónicos de Hunter Biden después de  haber recibido una copia del disco duro de una computadora portátil averiada,  que el hijo de Biden había dejado en un taller de reparación y no se había preocupado  en recuperar.

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En aquellos momentos ese periódico  fue denostado por el resto de los grandes medios de comunicación norteamericanos,  afines al Partido Demócrata, argumentando que   los correos electrónicos del hijo Biden no se habían podido verificar, y que temían que detrás de estas acusaciones existiese  una «campaña rusa» de desinformación.

El propio Washington Post” sostuvo, en numerosos artículos de opinión, que aquellos correos «nunca habían sido autentificados»,   acusando al  «New York Post» de haber presentado una investigación «incompleta» sobre el caso. Parecía estar claro, que los medios «pro Partido Democrata» intentaban evitar que la carrera electoral de Joe Biden hacia la presidencia  se pudiera ver empañada.

Por fin, este miércoles, el «Washington Post» se ha visto  obligado a declarar que el pasado mes de junio había recibido una copia del disco duro, de la que realizó dos copias, entregando una de ellas al investigador de seguridad de la Universidad Johns Hopkins, y otra a un experto de la Agencia de Seguridad Nacional, con objeto de que procedieran a su análisis.

Finalmente, ambos expertos han concluido que los correos electrónicos verificados tenían firmas criptográficas que era muy difíciles de falsificar, incluso para los mejores piratas informáticos… y que, por lo tanto, tales correos eran auténticos.

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HUNTER COMPROBANDO LOS EFECTOS DEL VIAJE ALUCINATORIO

Por su parte, también el pro demócrata  «New York Times»  hizo público hace unas semanas que había obtenido correos electrónicos que parecían provenir de la computadora portátil de Hunter Biden,  reconociendo, igualmente, que estos habían sido autentificados por expertos.

El material obtenido del portátil del hijo de Biden incluye, asimismo, un gran número de fotos y vídeos sexualmente explícitos. Entre estos últimos, se encuentra un vídeo de 12 minutos, en el que el hijo del actual presidente aparece  fumando crack, mientras fornica apasionadamente con una mujer no identificada.

SOLO LA PUNTA DE UN ICEBERG

En cualquier caso, lo esencial  del «affaire Hunter Biden» no  consiste en que  el retoño de  Biden   haya grabado sus orgías de sexo y crack, sino en las relaciones que este y su padre mantuvieron con una importantísima empresa ucraniana, así como en los presuntos delitos de evasión fiscal que indican las pesquisas.   

En efecto, Hunter no sólo  había sido miembro de la Junta directiva de la compañía gas ucraniana «Burisma», mientras su padre desempeñada la vicepresidencia de los EE.UU. con Obama, entre los años 2009 y 2017, sino que, además, había  desempeñado la función de “enviado especial”  para  tratar  el  golpe de Estado  contra el mandatario ucraniano Víktor Yanukóvich.

Igualmente, los mensajes descodificados  desenmascaran los planes de Hunter Biden en la compañía de gas «Burisma», así como las reuniones  celebradas   por su propio padre  con ejecutivos de la compañía «Burisma», tanto en Kiev como en  Washington.

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Afanado.
 
Cuando en el año 2020 el  «New York Post» público los datos que contenía la computadora del hijo de Biden, el periódico fue sometido por una gran parte de los medios de comunicación estadounidenses, proclives a los demócratas, a una inquisitorial campaña de escarnio y descrédito.   La propia dirección del Partido Demócrata se encargó de difundir una carta firmada por ex funcionarios de la Inteligencia norteamericana, en la que estos atribuían el escándalo  a una  insidiosa campaña de “desinformación” que tenía su origen en los consabidos » laboratorios rusos».

Con idéntica matriz a la que se está utilizando  actualmente con la información  proveniente de la guerra de Ucrania en los Estados Unidos y la Unión Europea, la censura que se aplicó entonces al «caso Hunter Biden» en las redes  llegó a alcanzar tales dimensiones que  Facebook y Twitter  se concertaron para «cancelar»  todas las informaciones  que se  refirieran a la familia Biden, argumentando  que se estaban limitando a  aplicar una «medida habitual»   en los casos de » propagación de información falsa”.

De la relación existente entre Biden y Ucrania, -truculentamente denunciada en  su momento por el ex presidente Donald Trump -, sólo estamos conociendo ahora la punta de un iceberg. Sumergidos bajo  las aguas no se encuentran solamente  los negocios de la familia Biden con la corrupta élite ucraniana, sino posiblemente también las razones por las que, de forma sorprendente,  los grandes medios de comunicación estadounidenses han decidido abandonar a su suerte al hijo del primer mandatario. 

En relacion con el escandaloso «affaire Hunter Biden», este  mismo jueves los representantes republicanos  en la Cámara enviaron cartas  a la Casa Blanca y a los Archivos Nacionales, en la que exigen que sean entregados los  registros de cualquier  tipo de comunicación que tuviera lugar entre Hunter Biden y la Casa Blanca, durante los dos mandatos de la Administración Obama, cuando Joe  Biden era vicepresidente.

En su demanda, los republicanos enfatizaron que:

“si el gobierno ruso está intentando influir en la política estadounidense en Ucrania explotando la conexión escandalosa de Hunter Biden con su padre, el presidente de los Estados Unidos, el pueblo estadounidense debe conocerlo”.

Como el lector habrá podido constatar a lo largo de estas notas, tal y como sucediera durante la llamada Guerra Fría, los políticos norteamericanos, ya sean demócratas o republicanos, siempre acabarán encontrando a un ruso malvado bajo el colchón de su cama.

Fuente: https://canarias-semanal.org/art/32437/un-disco-duro-pone-al-decubierto-los-suculentos-negocios-ucranianos-de-biden-y-su-hijo


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