El aceite, el trigo y el cisne negro de tres cabezas.
Por Nicolás Fuenzalida/ Radio Universidad de Chile.
Actualmente no hay hogar en nuestro país donde no se esté conversando sobre el alza de los precios. Y ya saben a lo que me refiero. El precio del aceite se ha tomado los medios, las redes y el debate en la sobremesa en los hogares chilenos, este que supera los cuatro mil pesos, es un claro ejemplo de la situación de alza generalizada que asistimos de los productos esenciales; máximos históricos no vistos desde hace 30-40 años en el mundo1.
La inflación anual de precios al consumidor (IPC) ya ha alcanzado un 8.5% en los EE.UU. (la más alta en cuatro décadas), un 5.9% en la Eurozona; y un 6.2% en el Reino Unido. En las llamadas economías “en vías de desarrollo” la situación es aún más compleja: India alcanza un 6.1%, Rusia 9.2%, Brasil 10.5%, Argentina 52% y Turquía 54%. En el caso de Chile, a la fecha, acumula un alza a doce meses de 9.4%, el más alto en 28 años, y que deja al desnudo el significativo aumento del costo de la vida.
Otro factor importante, es el aumento de los precios de las materias primas, que está en camino de ver sus alzas más pronunciadas desde 1970, esto podría provocar una ola de sufrimiento en todo el mundo a medida que los precios de los bienes esenciales, aumenten. Imagínense que los precios de los alimentos son más altos que durante la crisis alimentaria mundial de 2008, la que empujó a 155 millones de personas a la pobreza extrema2.
Está situación de inflación que asistimos y que no responde únicamente a los estímulos económicos entregados durante la pandemia y los retiros del 10%, como nos han querido hacer creer, sino que corresponde más bien a tres fenómenos presentes dentro de una actual coyuntura histórica: pandemia, guerra y cambio climático.
¿Qué relación tiene la pandemia y la guerra con la inflación?
Uno de los fenómenos más importantes fue la llegada del cisne negro3 , término utilizado por economistas para referirse a la pandemia, y que luego de dos años, aún no logra regular el shock en las cadenas logísticas de exportación de mercancías, impactando en el alza generalizada de los productos4.
El cisne negro que abrazó a todo el mundo, mientras se posó en las aguas del mar negro; zona conocida por alta actividad nuclear y radioactiva, desde su cuello broto una segunda cabeza para sorprender al mundo; Rusia invadía Ucrania, un conflicto que empujando por intereses imperialistas en disputa5, no solo ha mostrado el peor rostro, desplazados, destrucción y muertos, sino que también, ha afectado todas las cadenas de exportación de alimentos a nivel mundial. Los países involucrados directa o indirectamente en esta guerra son los principales exportadores de Trigo: Rusia (20%) UE (15%), USA (13%) y Ucrania (10%) quien también es uno de los mayores exportadores de maíz, representando alrededor del 15% de sus exportaciones mundiales.
La región del mar Negro, eje del actual conflicto, exporta al menos el 12% de las calorías alimentarias mundiales, incluido el aceite de girasol, el maíz y otros cultivos junto con el trigo. Una gran proporción de estas exportaciones – alrededor del 40% en el caso del trigo – tienen como destino Oriente Medio y África.6 En esta misma línea, se suma que los precios de los fertilizantes se han disparado por problemas de suministro y producción a consecuencia del aumento en el precio del gas natural a raíz de la guerra, que es utilizado como insumo para la fabricación de fertilizantes nitrogenados. El mar negro, actualmente epicentro de los conflictos bélicos es uno de los principales mercados de exportación de fertilizantes y Rusia, país protagonista en la guerra concentra el 15% de las exportaciones de fertilizantes actualmente.
En esta línea, las Naciones Unidas ha advertido que los costos mundiales de los alimentos, que ya son récord, podrían aumentar otro 22% a medida que la guerra asfixia el comercio y reduce las cosechas futuras. Los cereales como el trigo, el maíz y el arroz representan más del 40% de todas las calorías consumidas en el mundo7.
De acuerdo con The New York Times, desde que comenzó la guerra los precios del trigo han aumenta- do un 21%, los de la cebada un 33% y algunos fertilizantes un 40%. A nivel general, los precios de los alimentos experimentaron un alza de 13% en marzo. El caso del trigo es especialmente crítico, ya que, según la FAO (La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), casi 50 naciones dependen de Rusia y Ucrania para cubrir al menos el 30% de sus necesidades de importación de ese cultivo8.
Otros proveedores como India, se han tenido que ver forzados a aumentar las exportaciones generando problemas políticos internos9. Estados que podríamos pensar que podrían aportar al escenario de escasez mundial, como es el caso de Brasil10, han visto enfrentados a serios problemas en la producción de maíz y soja a raíz de las prolongadas sequias, de lo cual se desprende otro problema de la crisis integral en curso.
Una tercera cabeza del cisne negro aparece: La crisis climática mundial. Un reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático11 planteo un desolador escenario donde las catástrofes por causa del cambio climático están alcanzando récords de frecuencia y costos humanos y materiales, amenazando con convertir grandes superficies del planeta en zonas inhabitables. Esta situación, ya había afectado a la producción de alimentos, los precios del trigo para pastas subieron exponencialmente a fines del año pasado a raíz de la sequía generalizada y las olas de calor en Canadá, quien es otro gran productor de grano en el mundo. Zonas de cultivo fundamentales en EEUU experimentaron incendios forestales y condiciones climáticas extremas durante el 2021, mientras en América Latina la sequía se expande hacia varios países, ejemplo de aquello es Chile con una prolongada sequía en la zona central del país que supera los 13 años, amenazando a toda la capital con posibles recortes de suministro potable. En la otra cara de la moneda, Australia ha sufrido inundaciones devastadoras que están repercutiendo inevitablemente en los cultivos de este año y finalmente China, enfrenta su peor cosecha de trigo en décadas, después de una serie de fuertes inundaciones, que implicará comprar una fracción mucho mayor del suministro disponible del mundo.
En la misma línea, Michael Dunford, director regional del PMA para África oriental, dijo: “Las cosechas se arruinan, el ganado se muere y el hambre aumenta a medida que las sequías recurrentes afectan el Cuerno de África. La situación requiere una acción humanitaria inmediata y un apoyo constante para desarrollar la resiliencia de las comunidades para el futuro”.
La situación es compleja, mientras el foco debería estar siendo resolver el cambio climático, la guerra imperialista y sus repercusiones en los precios de la energía amenazan con seguir retrasando las metas por disminuir y erradicar los combustibles fósiles, particularmente el carbón. De los 198 países que se habían reunido en Glasgow para la Conferencia sobre Cambio Climático COP26 en noviembre pasado, no estaban logrando ninguno de sus (ya inadecuados) objetivos de reducción de emisiones. Por lo tanto, parece que las temperaturas globales superarán el límite de 1,5 ºC por encima de los niveles industriales de 1850 (…) Las promesas actuales reducirían las emisiones de carbono en solo un 7,5 % para 2030, mucho menos que el recorte del 45 % que los científicos dicen que se necesita para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C12.
Todo esto puede dar para entender que las potencias mundiales tienen otros objetivos en mente.
¿Durante cuánto tiempo se prolongarán las alzas inflacionarias?
En esta línea visualizamos que los problemas lejos de resolverse amenazan con extenderse en el tiempo y empujar a millones de personas a la pobreza y el hambre. En el caso de la Pandemia, podemos señalar que hay avances, sin embargo, no está del todo resuelta, estas semanas se han producido importantes cuarentenas en ciudades chinas, como Shanghái, el principal puerto de contenedores del mundo. Al encontrarse bajo un duro confinamiento por el Covid-19 tiene a las cadenas de suministro de todo el planeta bajo amenaza. Esto en razón a que miles de camiones del puerto están varados, ya que los conductores que ingresan a la ciudad deben guardar una cuarentena de dos semanas. Este déficit repercute sobre la actividad de la estación marítima13.
La causa fundamental del surgimiento del covid19, tiene directa relación con la explotación Capitalista, si mantenemos los niveles de intervención y destrucción de la naturaleza, no estamos ajenos a nuevas amenazas pandémicas en el mundo que salten del reino animal al ser humano por transferencia zoonótica como han demostrado diversos estudios14
Por el lado de la guerra imperialista tras meses de invasión, se ha comenzado a desarrollar un repliegue de las fuerzas rusas hacia la zona del Dombas y han logrado tomar el control de Mariupol, Mientras tanto, Ucrania ha aumento el de tropas y artillería donde se prevén intensos combates. En este sentido, la fractura en las relaciones internacionales está lejos de ser resuelta, la tendencia a la guerra imperialista amenaza con seguir escalando en su desarrollo. Así pudimos ver en el consejo de DD. HH de la ONU donde se decidió suspender a Rusia por los abusos cometidos en Ucrania, las sanciones se mantienen y los países de Europa siguen evaluando el recorte de las importaciones de gas ruso. En esta línea, EEUU sigue ejerciendo presión sobre la Unión Europea y la OTAN que tendrá como resultado una profundización del militarismo en la región, a su vez los conflictos en otras zonas estratégicas amenazan con transformar los conflictos entre China y Taiwán en nuevos escenarios de disputa imperialista, involucrando países como Australia y Japón.
Los altos precios del gas han alcanzado récord históricos, lo que ha provocado que varias centrales eléctricas estén optando por quemar carbón en lugar de gas ruso contradiciendo los propios acuerdos en materia de cambio climático y retrasando el cumplimiento de las matas autoimpuestas para frenar el calentamiento global.
¿Qué sucede con los Bancos Centrales? ¿Son capaces de resolver esta inflación?
Los principales bancos centrales como la Reserva Federal, el Banco central europeo, el Banco de Inglaterra han emprendido una lucha férrea por resolver el problema de la inflación con el objetivo de proteger el sector financiero y su rentabilidad, y no precisamente atender la crítica situación de los bolsillos de la clase trabajadora. Sin embargo, como hemos visto las últimas décadas, los bancos centrales tienen pocas posibilidades de resolver el problema de la inflación15, ya que parten de un diagnóstico que responsabiliza fundamentalmente el alza al aumento en la demanda como consecuencia de los estímulos fiscales entregados durante la pandemia, como por ejemplo IFE, el retiro del 10% o los aumentos salariales, cuando en realidad la responsabilidad del estallido inflacionario ha sido empujado fundamentalmente por una falla existente en la oferta (producción) a raíz de la crisis que asistimos.
En palabras más sencillas, los bancos centrales suben las tasas de interés con el objetivo de disminuir supuestamente la disposición de los hogares de consumir y la disposición de las empresas de invertir para disminuir la demanda. ¿Pero qué ocurre si la inflación está siendo empujada por una oferta más débil? Simplemente la política monetaria no tendrá resultados significativos, incluso si la teoría de nuestros honorables economistas estuviera en lo correcto, vemos que tiene escaza influencia cuando las cadenas de exportación han sufrido atochamiento por la Pandemia, la guerra en Ucrania y las consecuencias del cambio climático han ido empujando a que los precios aumenten y haya escasez de mano de obra en algunos sectores productivos.
¿Y por qué la política monetaria de los Bancos centrales seria ineficaz? Michael Robert nos explica que la política monetaria es ineficaz para reducir la inflación, porque no es un fenómeno monetario, sino que más bien está relacionado en última instancia de lo que sucede con la generación de nuevo valor en una economía, y esto depende de la tasa de acumulación de capital y la rentabilidad de ese capital16 vinculada estrechamente a la productividad. Sin embargo, en los economistas burgueses hay optimismo. En esta línea nos plantea que los economistas convencionales piensan que el aumento de las tasas de interés y la reversión de las inyecciones monetarias por parte de la Fed (Federal Reserve Board) y otros bancos centrales no solo acabarán con la inflación, sino que también evitarán una caída en la inversión y el consumo como resultado. Sin embargo, ¿Olvidan los economistas que las dos recesiones más grandes de las últimas décadas (1980 – 2008) fueron antecedidas por tasas de interés que aumentaron considerablemente?
En periodos en que la rentabilidad es alta, los tipos de interés pueden subir sin aplastar la inversión (productiva, inmobiliaria y financiera) permitiendo aterrizajes suaves, sin embargo, asistimos a una tendencia de varios años de caída de la rentabilidad y la tasa de interés real que nos anuncia una caída compleja y duradera.
Esta situación la podemos comenzar a ver reflejada en la desaceleración importante que se está produciendo en el crecimiento económico de las grandes economías como EE.UU. y el Reino Unido, y seguramente una recesión total en la Eurozona. Situación que no solo pone en peligro a los sectores productivos de la economía, sino que pone en riesgo nuevamente al sector inmobiliario (sector que desencadeno la Gran recesión el 2008)17. Esta situación, presenta un dilema para la Fed, ya que si restringe la política monetaria demasiado y siguen aumentando las tasas de interés como ha venido sucediendo podría provocar que el costo de los créditos para inversión o consumo aumente a niveles que dificulte la renovación de nueva tecnología y la demanda de productos baje bruscamente provocando una nueva recesión económica.
Próximos a una cuarta cabeza de cisne / Un cisne con hambre de cambios
Lejos de los pronósticos de normalización, los escenarios venideros serán de agudización cada vez más acentuada de la crisis capitalista y la lucha de clases. La situación actual nos recuerda los motines de subsistencia, como el gran motín del queso en la feria de los gansos en Nottingham, en 1764, las revueltas del hambre en Berkshire o los sucesos en 1768, cuando el pan alcanzó en algunas provincias el precio más elevado en décadas originando revueltas en Le Havre; y en Mantes donde las muchedumbres saquearon un depósito y vendieron a la mitad de precio del mercado18. También nos recuerda los diversos levantamientos durante el año 2011, de las denominadas “primaveras árabes” que terminaron con regímenes en países como Egipto, Túnez y Libia, que, si bien fueron influidos por la OTAN para sus intereses imperialistas, se originaron en gran medida por el descontento producido por los altos costos de los alimentos. Al recuerdo de las clases dominantes retornan las imágenes del estallido social en Chile por el alza del pasaje el 2019, el movimiento chalecos amarillos en Francia por el alza del combustible 2018, las protestas por las alzas del pasaje en Brasil el 2013 que amenazaron la realización del mundial, etc. Definitivamente el cisne ha anunciado escenarios de crisis por todo el mundo.
Mientras tanto el programa de las clases dominantes se resume en avanzar hacia la “normalización Capitalista”, nos llevará a chocar estrepitosamente con el cisne erguido como monstruo de tres cabezas, las energías populares anestesiadas por largos lustros renacen tempestuosamente en la actualidad, a raíz de la inflación se han agudizado los tensionamientos y protestas en Perú, Argentina y España. Además, la dependencia de países como Egipto, Mongolia y Eritrea que importan casi todo su trigo de Rusia y Ucrania han originado manifestaciones por la escasez y los altos precios. De esta manera las protestas ya han comenzado a extenderse por el mundo; los estudiantes indonesios han encabezado las movilizaciones contra los altos precios de los alimentos, Sri Lanka atraviesa una profunda crisis política y miles se han volcado a las calles contra el Gobierno y el alza de los productos básicos.
En Chile, el cisne negro y bestial de tres cabezas también acecha, actualmente sufrimos las consecuencias del alza inflacionaria más grande de los últimos 28 años y un peligro inminente de recesión económica, con un déficit según cifras oficiales de medio millón de empleos destruidos por la pandemia que aún no se recuperan, siendo las mujeres las principales afectadas por las tareas de crianza, cuidado y trabajo doméstico asumidas durante la pandemia y con un alza significativo del trabajo precario e informal. Por otra parte, el cambio climático no da tregua y nuestro país se encumbra como uno de los más afectados, un ejemplo de aquello es la crisis hídrica producida por el cambio climático y el saqueo hídrico del gran capital que anuncia inminentes recortes de suministro para el segundo semestre del año.
¿Y cuál ha sido la respuesta del “gobierno de la gente”? Contradiciendo su slogan y sus posturas previas, la respuesta ha sido un portazo al quinto retiro, un plan económico deficiente y un proyecto de retiro excepcional y de beneficio directo a la banca. ¡Creo que al Gobierno de Boric, le queda mejor el slogan de gobierno del gran capital!
¿Y cuál ha sido la respuesta de los sectores reaccionarios? Ponerse de forma oportunista delante de las demandas sentidas del pueblo, para pronto traicionarlas o usarlas a su favor, de esta forma están fraguando futuras movilizaciones. No podemos permitir que sectores reaccionarios y enemigos del pueblo se pongan a la cabeza en las calles, de concretarse sus aspiraciones se pavimenta el camino para el rechazo de la aún contenida nueva constitución, el retorno de la figura de Kast a la palestra nacional y el afianzamiento de la derecha en las calles.
En esta línea debemos convocarnos en territorios, escuelas y centro de trabajo para enfrentar las medidas anti populares del gobierno, denunciar el oportunismo de la derecha reaccionaria y convocar una gran movilización nacional por un plan de medidas paliativas de la crisis económica en curso y al calor de la lucha misma ir debatiendo y creando un programa que nos permita encontrarnos como alternativa al sistema de dominación actual. Los problemas que enfrentamos (pandemia, guerra y cambio climático) hoy más que nunca requieren de soluciones globales, bajo la lógica del Capitalismo no será posible sobrellevar la existencia del ser humano y el planeta. Hemos alcanzado como humanidad un punto de inflexión, la crisis actual nos convoca a ser protagonistas. Debemos ser capaces de construir una alternativa revolucionaria, trabajar desde ya por esta tercera vía, de confrontación abierta al modelo y un programa en defensa de la vida que esperamos sea contenido de próximos documentos.
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1 https://thenextrecession.wordpress.com/2022/03/26/the-war-on-inflation/
2 IDEM
3 La teoría del cisne negro es una metáfora que, en el ámbito económico, describe aquellos sucesos que ocurren por sorpresa, que ningún analista había previsto ni tenido en cuenta porque, a priori, eran improbables y que, para bien o, generalmente, para mal, terminan teniendo un gran impacto y repercusiones
4 https://cnnespanol.cnn.com/2021/08/23/crisis-transporte-maritimo-escasez-mundial-consumidores-trax/
5 Podemos concluir que la verdadera esencia del conflicto en Ucrania, cuyo carácter definíamos como imperialista, responde a la lucha entre la OTAN, Rusia y China por el control de zonas estratégicas, el reporto mundial y el saqueo de los países como Ucrania. El elemento de defensa independentista de las repúblicas de Donbás tiene un significado subalterno y no modifica el carácter imperialista general de la guerra. Todos los elementos históricos señalados demuestran como las últimas décadas las naciones en pugna han venido preparando sistemáticamente el carácter de este enfrentamiento. En consecuencia, las consignas correctas y el único camino por establecer una paz duradera es la “Transformación de la actual Guerra Imperialista en Rebelión popular contra las clases gobernantes” https://www.revistadefrente.cl/el-capitalismo-como-sistema-de-dominacion-global-se-encuentra-en-estado-critico-por-nicolas- fuenzalida/
7 Los cereales son los alimentos básicos para el mundo, y el trigo, el maíz y el arroz representan más del 40% de todas las calorías consumidas. Mayores costos de envío, la inflación energética, el clima extremo y la escasez de mano de obra han dificultado la producción de alimentos. Y la oferta se está reduciendo: las reservas de granos están a punto de sufrir una quinta caída anual consecutiva, según el Consejo Internacional de Cereales. La guerra en Ucrania solo hará que los precios suban aún más, llevando el hambre a niveles sin precedentes. Los precios mundiales de los alimentos están en máximos históricos, con un índice de referencia de la ONU que se disparó más de 40% en los últimos dos años. La inseguridad alimentaria se ha duplicado en ese período y se estima que 45 millones de personas están al borde de la hambruna. Los mercados agrícolas también se están disparando. El trigo alcanzó un récord histórico en Chicago el martes. El maíz y la soja cotiza cerca de máximos de varios años. La tercera 14 de marzo 2022.
8 La Tercera, 09 de abril 2022.
10 Lidiar con el vertiginoso repunte de los mercados agrícolas no es una tarea fácil, especialmente para los países que dependen de la oferta extranjera. Las ondas de choque se están extendiendo a los estantes de las tiendas, con la preocupación de que los precios del aceite de girasol aumenten y desencadenan fuertes compras en Turquía. Incluso Indonesia, el mayor exportador mundial de aceites comestibles, está sintiendo la presión: los supermercados han restringido las compras de aceite de cocina a uno por comprador y las familias hacen fila con sus hijos pequeños para poder comprar más. Las preocupaciones sobre el suministro de alimentos también están aumentando en las dos naciones más pobladas del mundo: China e India. Los compradores chinos están comprando maíz y soja estadounidenses para asegurar el suministro a medida que Pekín intensifica su énfasis en la seguridad alimentaria. En India, el vertiginoso repunte del aceite vegetal está alejando a los compradores en una señal de destrucción de la demanda sobre la que han advertido algunos bancos y analistas. La nación es el mayor importador de aceites comestibles y los consumidores son extremadamente sensibles a los precios. Si el suministro de granos del mar Negro permanece interrumpido, se requerirá un desvío aún más significativo del comercio agrícola mundial, dijo Mathews de Gro In-telligence. https://www.theguardian.com/food/2022/mar/09/ukraine-war-piles-pressure-on- global-food-system-already-in-crisis
11 https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/
12 https://thenextrecession.wordpress.com/2022/04/09/climate-change-and-wars/
13 https://www.france24.com/es/china/20220408-china-covid-cero-descontento-social
14 https://www.sinpermiso.info/textos/contagio-social-lucha-de-clases-microbiologica-en-china
15 He mostrado en muchas publicaciones anteriores la evidencia de que los bancos centrales tienen poco control sobre la ‘economía real’ en las economías capitalistas y eso incluye cualquier inflación de precios en bienes o servicios. Durante los 30 años de desinflación general de precios (donde los precios suben lentamente o incluso se desinflan), los bancos centrales han luchado para cumplir con su objetivo habitual de inflación anual del 2% con sus armas habituales de tasas de interés e inyecciones monetarias. Y será la misma historia al tratar esta vez de reducir las tasas de inflación. https://thenextrecession.wordpress.com/2022/03/26/the-war-on-inflation/
16 Por otro lado, la ‘flexibilización monetaria’ disparó la especulación financiera y un auge en los mercados de acciones y bonos, ya que el costo cero de los préstamos más las cantidades ilimitadas de dinero alimentaron los mercados financieros y de propiedad. Había mucha inflación allí. Entonces, a medida que la velocidad del dinero (la rotación de las transacciones en la economía ‘real’) cayó, reduciendo el impacto de las inyecciones monetarias en la inversión productiva y los precios de los bienes y servicios, los precios de los activos financieros y otros activos improductivos como la propiedad se dispararon.
17 La deuda hipotecaria como porcentaje del PIB real ya ha aumentado 6 puntos porcentuales hasta el 55 % desde que el último ciclo de subida de tipos alcanzó su punto máximo a finales de 2015. https://thenextrecession.wordpress.com/2022/03/26/the-war-on- inflation/
18 E.P Thompson “La formación de la clase obrera en Inglaterra.
Fuente: https://radio.uchile.cl/2022/04/19/el-aceite-el-trigo-y-el-cisne-negro-de-tres-cabezas/
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