Jorge Pinto, Premio Nacional de Historia: “Le pedí a Héctor Llaitul conversar, lo invité al diálogo”.
por Marcelo Soto/Ex ante.
El Premio Nacional de Historia, Jorge Pinto, profesor de la UC de Temuco, estuvo en la presentación de un libro sobre la CAM junto al líder de este grupo radical, Héctor Llaitul. “No basta la condena a la violencia. La violencia hay que resolverla. Y la única manera de hacerlo es a través del diálogo y privilegiando la paz”.
-El líder de la CAM, Héctor Llaitul, llamó a levantar las armas contra el gobierno de Boric. ¿No le parece un acto ilegal y reprochable?
-Esa postura de la violencia yo no la comparto. En estos momentos se impone el diálogo. Creo que el diálogo es la mejor alternativa para resolver los problemas. Yo nunca he compartido esa estrategia. Pero la entiendo: es producto del cansancio de las organizaciones mapuche que han visto que en el transcurso de 150 años nadie se ha hecho cargo de la pobreza, miseria, discriminación, abusos, a que han sido expuestos las comunidades aquí en la región.
-Usted participó en el lanzamiento de un libro de la CAM, estuvo con Llaitul. ¿Cómo fue ese contacto?
-Siempre he tenido buenas relaciones con Héctor Llaitul, le tengo mucho aprecio, lo considero un líder carismático, que tiene un discurso que en el marco de sus convicciones se expresa con claridad. Obviamente que yo estoy de acuerdo con él en algunas cosas, pero en otras definitivamente no.
-¿Usted lo considera un terrorista?
-No. No podemos comparar lo que está haciendo la CAM acá, con respecto al terrorismo que se observó en algunas países de América Latina hace algunas décadas. Terrorismo es cuando se pone al país en una situación de extrema gravedad. Recuerde lo que pasó en Colombia en los 80 y 90. Eso es terrorismo.
-Pero hay muchas muertes, como el matrimonio Luchsinger que fue quemado en su casa. Eso es terrorismo.
-Claro. Y Catrillanca también. Es el mismo conflicto. La muerte del matrimonio Luchsinger Mackay por cierto que es condenable. Quién va a estar de acuerdo con eso. Imposible. A menos que uno sea una persona que no tiene sentimientos y que no respeta la vida como uno de los valores fundamentales de los derechos humanos. Quién va a celebrar un asesinato. Sería impresentable. Yo lo condeno.
Pero no basta la condena. La violencia hay que resolverla. Si condenamos la violencia no avanzamos mucho. Eso se queda en el discurso y en el papel. La única manera de resolver la violencia es a través del diálogo y privilegiando la paz.
-¿Usted le pidió a Llaitul que se abra al diálogo y abandone la violencia?
-Le pedí a Hector Llaitul conversar. Le dije que yo había estado cuando él me necesitó, y estaría donde él me llamara. No estoy hablando como Premio Nacional, estoy hablando como una persona común y corriente, que le tiene estima a Héctor Llaitul, sin compartir su estrategia de violencia. A Héctor, como siempre en el marco de la cordialidad, lo invité al diálogo.
-¿Mantiene contacto con Llaitul?
-Hacía tiempo que no hablaba con él, que no lo veía. Unos tres años.
-Antes de eso, ¿qué vínculo tenía con él? ¿Conversaban?
-Conversábamos, sí. Yo lo visitaba cuando estaba preso. Para conocer las condiciones en que estaba, los motivos por los cuales estaba detenido, y en alguna oportunidad estuve en un proceso judicial cuando el caso estaba en la justicia militar. Recuerdo haber ido a Concepción, a un regimiento a hacer una declaración. Era testigo de contexto. En esa condición fui.
Después lo vi otras veces en la cárcel de Angol, en la cárcel de Concepción, estuve también con su hijo cuando fue detenido en algunos procesos que se siguieron. Y muchos encuentros, con estudiantes, tanto en Temuco como en Viña del Marc. Y recuerdo sobre todo una vez en la U. de La Frontera en que había una toma universitaria, nos pidieron que fuéramos a conversar y fuimos los dos a conversar.
-¿La CAM es una organización terrorista?
-Terrorista, no.
-¿Violentista?
-Es su estrategia política, que yo no comparto. Por eso yo invito a Héctor Llaitul a dialogar. No considero que sea terrorista, porque en realidad sus acciones se focalizan en bienes materiales y no creo que en otras regiones del país se sienta el impacto de actos terroristas, como los que ocurrieron en EEUU o en otros países latinoamericanos.
-¿Usted estudió con el historiador Sergio Villalobos, también Premio Nacional?
-Me formé con él. Es mi maestro. Le tengo mucho respeto.
-Pero él tiene una posición completamente distinta a la suya sobre el tema mapuche.
-Completamente. La hemos discutido en varias oportunidades. Por sobre todas las cosas yo siento un gran respeto por Sergio Villalobos. Me ayudó en la fase inicial de mi carrera académica, él fue quien me recomendó que no me dedicara a la pedagogía, sino a la historia. Mi deuda con Sergio Villalobos tendré que agradecerla en lo que resta de mi vida. Le tengo un enorme aprecio, admiración, afecto.
–Villalobos dice que los mapuche son mestizos asimilados al chileno. ¿Usted cree que los mapuche no son chilenos? ¿Son de otra nación?
-Es que son de otra nación, pues ¿por qué nos vamos a asustar por eso? Yo me siento chileno, pero uno va sumando otras identidades. Cada uno de nosotros convive con distintas identidades simultáneamente. Usted no tiene una sola identidad. En la escuela me dijeron que era chileno. Si el mapuche se siente miembro del pueblo mapuche y su identidad es esa, tengo el deber de respetarla. Un país plurinacional se enriquece, en vez de empobrecerse.
-¿Va a votar Apruebo?
-Por supuesto que sí. Estoy de acuerdo con la plurinacionalidad, porque somos un país que tiene distintas identidades nacionales. Muchos descendientes de europeos tienen una identidad con el país de sus ancestros y cuando viajan usan el pasaporte de ese país. Me parece absolutamente respetable. Eso no afecta a la convivencia ni debilita al estado. Por el contrario lo fortalece y permite una vida social más sana, de respeto.
-¿El gobierno se ha acercado a usted para que colabore en un posible diálogo con grupos mapuche?
-No tengo ningún vínculo con el gobierno.
-¿Estaría dispuesto a apoyar una política de diálogo?
-Por supuesto. El Estado me otorgó el Premio Nacional y la única manera de devolver lo que el Estado me dio a mi es justamente contribuyendo a buscar fórmulas de solución que no pasen por la violencia, por la presencia de militares con armas de fuego, que provocan una sensación muy delicada, sobre todo por los niños. Niños que crecen en un mundo donde las armas forman parte de su cotidianidad. Eso, como chilenos, como mapuches, es un problema al cual tenemos que buscar una solución.
-Pero cuando la ministra Izkia Siches intentó ingresar a Temucuicui fue recibida a balazos.
-La admiro. Ella cometió un error, sin duda. Pero vino sin armas. Y eso hay que valorarlo. Es una mujer valiente. El que no se atreve no cruza el río y nunca va a cometer errores. Valoro la disposición que tuvo de venir para acá, solo refugiada en sus convicciones.
Fuente: https://www.ex-ante.cl/jorge-pinto-premio-nacional-de-historia-le-pedi-a-hector-llaitul-conversar-lo-invite-al-dialogo/
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El indigenismo de la CAM muestra sus peores caras:
1) Reivindica una noción nazi de la nación basada en la sangre
2) Presenta su libro-programa junto a un cercano como Julio Pinto, que justamente le rinde honores al Estado patronal, a un historiador conservador como Villalobos e incluso a quien hoy reprime directamente desde el Estado, Izkia Siches.
Quien después de esto siga apoyando a la CAM no sirve para la lucha de clases. Desde aquí no llamamos a la represión contra la CAM, e incluso podríamos incluso llamar a la unidad de acción bajo ciertas condiciones…pero no la apoyamos políticamente bajo ningún término.