Ecuador, victoria popular.

Entrevista a Alejandra, de Ruda Colectiva Feminista.

/Nuestra América/Contrahegemonía.

Desde el corazón del paro contra el gobierno represor de Guillermo Lasso y la organización de la Asamblea Transfeminista, Alejandra nos brinda su testimonio y un agudo análisis político que busca evaluar esta experiencia de lucha y buscar respuestas preliminares sobre el nuevo escenario político que se traza tras esta victoria popular.

Ale, muchas gracias por tomarte el tiempo de respondernos. Si querés podés comenzar presentándote y contextualizando la situación social y económica en la que se encuentra el pueblo de Ecuador, hacer una  breve caracterización del gobierno de Lasso…

Mi nombre es Alejandra Santillán Ortiz, soy parte de Ruda Colectiva Feminista y de la Asamblea Transfeminista de Mujeres y Disidencias que hemos estado autoconvocadas desde el primer día del paro y durante 18 días hasta que finalizó. Quisiera empezar contando un poco cuál es la situación actual del pueblo ecuatoriano, explicar un poco qué es el Ecuador y cuál es el carácter del gobierno de Lasso.

Creo que es importante recordar que Ecuador es un pequeño país de casi 18 millones de habitantes situado en la área andina de América del Sur, es un país primario exportador con un patrón de acumulación de carácter dependiente y rentista, que vive de la extracción del petróleo y de la renta petrolera y cuya economía está sostenida en el trabajo precarizado, no pagado del campo ecuatoriano, de productores pequeños sobre todo que además son parte de los pueblos y nacionalidades del Ecuador, por el trabajo no remunerado que hacemos las mujeres pero fundamentalmente las mujeres indígenas, campesinas, rurales. Y por el trabajo precarizado y no adecuado de las áreas rurales que componen históricamente el mercado laboral.

Ecuador es un país que tiene tres regiones: la región de la costa, la región de la sierra donde está radicada Quito, la capital, y la región amazónica donde están los pueblos y nacionalidades y donde se encuentran muchas de las reservas de biodiversidad y por lo tanto también la avanzada de las empresas trasnacionales mineras y petroleras. El Ecuador es un país que tiene una economía dolarizada y eso dificulta enormemente la posibilidad de tener una política económica justa, redistributiva que además siempre permanentemente requiere de contar con ciertos elementos y formas de subsidio para poder manejar costos de producción bajos. Ese elemento es sin dudas el combustible, que si no estuviera subsidiado pues entonces los precios se dispararían aún más y para el empresariado capitalista burgués militar con este país también el subsidio se radica en el trabajo precarizado no remunerado que compone gran parte de las áreas económicas del Ecuador.

El Ecuador es un país que vivió una dictadura en los años 70s, donde algunas dictaduras tan cruentas como las dictaduras del Cono Sur, que entra en la democracia en los años 80s, y que a partir de los años 90s ve cómo las políticas neoliberales y el proyecto neoliberal de las elites rentistas, agroexportadoras y bancarias se ven contrarrestados por la presencia fundamental de un campo popular movilizado y organizado en torno a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). La CONAIE existe desde 1986, pero es desde 1990 que entra al escenario político como una fuerza civilizatoria, o anticivilizatoria, anticolonial, que pone en jaque al conjunto de actores que éramos parte del campo popular pero que además permite de alguna manera la posibilidad de imaginar un proyecto plurinacional, antirracista, anticolonial, donde territorio, tierra, justicia, educación, salud, cumplen un rol determinante para los pueblos y nacionalidades y la posibilidad de imaginar otro proyecto y otras formas de convivencia no extractivistas, no basadas en el Estado Nacional como comunidad política.

Entonces, digamos que eso es como en términos generales lo que ha ocurrido, es que la crisis económica que había estado presente en la pandemia se profundiza, y tanto se profundiza en términos de alza de la canasta básica; tenemos la canasta básica más cara de la historia del Ecuador, que llega hasta casi 800 dólares. Tenemos un salario vital que no llega casi a 500 dólares, y una situación de empobrecimiento generalizado; el 46% de la población ecuatoriana está en situación de pobreza, un alto número, un casi 30% de la población vive con 2,85 al día; es decir que no le alcanza para resolver todas sus necesidades básicas ni la posibilidad comer tres veces al día, por ejemplo. Un país que tiene una enorme historia de abandono con el campo, con el agro, y que sin embargo mantiene los precios por debajo de los productos agrícolas. Es decir que los campesinos están subsidiando la producción agrícola barata que llega a las ciudades, y por otro lado lo que hemos visto en este año es una subida generalizada del precio del conjunto de elementos que permiten la producción agrícola en el país, como los fertilizantes que se han incrementado en un 300%. Es decir que el Ecuador vive un proceso de encarecimiento de la vida en general, de los precios y de la posibilidad de tener vidas dignas, pero también un deterioro de las condiciones laborales y las condiciones del campesinado compuesto fundamentalmente por pueblos y nacionalidades, y de la población que está en urbano. Ahí es importante recordar cómo el empleo adecuado en el Ecuador llega a menos del 30%, es decir, más del 70% de la población no tiene empleo adecuado según estadísticas del Observatorio del Trabajo. Eso significa que no accede al seguro social, a protección social, a salario mínimo. Tiene que conseguir tres trabajos para resolverse la vida, etcétera. Es uno de los datos más alarmantes y uno de los más altos de la historia del país. Eso quiere decir que el Ecuador está en una crisis económica muy brutal que ya no solamente pone en discusión la relación de dependencia con el mundo de lo monetario, o no pone solamente énfasis en lo que pasa con el mundo del trabajo, sino que es una crisis -como diríamos las feministas- multidimensional que amenaza la vida en su conjunto y la propia posibilidad de reproducción de la vida humana y no humana. En esa medida, a eso hay que sumarle dos elementos más. Uno que tiene que ver con la crisis que se vive, el descontento generalizado de la población (08.05) y la falta de credibilidad y de confianza de las instituciones, del Estado, en ese sentido todos los poderes del Estado y de la institucionalidad del Estado están puestos bajo sospecha, ninguno de estos funciona para resolver los problemas concretos del pueblo ecuatoriano y es una crisis que deteriora enormemente la democracia y las posibilidades de democratización . El gobierno de Lasso tenía baja popularidad antes del paro,ahora un 80% de la población no está de acuerdo con él, sin embargo esto parece no importarles a las élites.

Otro elemento tiene que ver con la presencia de la violencia de una manera más estructural y sistémica vinculada fundamentalmente por la entrada de carteles narcotraficantes, de los dueños de la droga y de las armas al Ecuador. Ahì creo que es importante recordar cómo uno de los escenarios que han barajado la estrategia imperialista en la región es que si ganaba Petro y Francia en Colombia se requería entonces de construir otro tipo de plan que permitiera el control imperialista en la región y en esa medida se ha elaborado un plan Ecuador, y ese plan Ecuador requiere la configuración de un enemigo interno por parte del Estado y al mismo tiempo la instalación de todo este servicio de inteligencia, planes y demás, bases militares y etcétera en el Ecuador, con la nueva coyuntura de Colombia. Creo que eso es importante de recordar como parte de los elementos contextuales de la región.

En esa medida el Ecuador está cumpliendo un rol muy nefasto porque no solamente que tiene que dar cuenta con mayor fuerza a la agenda imperialista y rendir cuentas a la DEA y al tema de las drogas, sino que se ha instaurado aquí una complicidad entre los policías, los militares y el Estado para el control del flujo y la renta de este capitalismo ilegal que, además de tomarse grandes territorios y disparar la violencia sobre todo del sicariato en el Ecuador, han incorporado a parte de su maquinaria a la población empobrecida, juvenil, que no tiene mayores perspectivas bajo un proyecto neoliberal de ajuste estructural y de saqueo y de despojo sistemático.

 

Esos son los elementos que podrían explicar el momento del Ecuador. Guillermo Lasso es un banquero, su apuesto ha sido siempre neoliberal, como presidente en un contexto de debilidad de rumores de fraude, prometió un gobierno del encuentro y lo que vemos con el pasar del primer año es que no solamente que ha habido una serie de recrudecimiento en términos de la política extractiva y de privatización de varias áreas y de la renta extractiva, sino también un deterioro generalizado y profundo de las condiciones de reproducción de la mayor parte de la población, así como este vínculo entre el Estado y los dueños de la droga y de las armas en Ecuador.

Este es un gobierno bastante incapaz e inútil en el sentido de que tampoco tiene una mayor perspectiva y es importante recordar que los proyectos neoliberales son proyectos en general repetidores de las fórmulas del Fondo Monetario Internacional y de las políticas de recorte pero que yo creo que en este segundo ensayo nos muestran claramente la apuesta por construir una nueva razón gubernamental en donde se produzca una articulación entre el Estado y el mercado, en donde el Estado es fundamental para la reproducción o el sostenimiento de los mercados y los mercados son centrales también como dispositivos para el gobierno.

Entonces es un proyecto neoliberal donde ya no es menos Estado más mercado, sino que hay un ensamblaje entre el Estado y el mercado, donde el Estado se transforma en un estado neoliberal y el neoliberalismo se vuelve norma y organización de la vida en su conjunto.

¿Cómo se dio el proceso de la CONAIE previo al paro indefinido y a movilizar a Quito? ¿Qué fuerzas están definiendo el conflicto?

En relación al proceso de la CONAIE antes del paro y de los actores que intervienen en el conflicto, es importante recordar que la CONAIE es una Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador que existe desde 1986, y que aglutina a una serie de estructuras regionales de segundo grado y de comunas a lo largo del Ecuador. La CONAIE a partir del año 90 es un actor fundamental en la disputa del escenario antineoliberal que estábamos viviendo pero también es un actor central en la articulación de las demandas populares y sociales del Ecuador y que en este paro ha vuelto a mostrar ese carácter de actor que logra organizar estas demandas, que logra aglutinar la representación y logra también ser un actor central en la movilización. La CONAIE es un actor que fue importantísimo en el paro del 2019, y donde sin embargo los primeros días de ese paro lo que hay es un desborde popular y luego la CONAIE se suma con la presencia en la ciudad de Quito y el cierre de carreteras. En este paro la CONAIE en cambio sí se vuelve un actor fundamental porque inicia y convoca este paro nacional que dura 18 días en el Ecuador. La CONAIE a lo largo de este año fue planteando la necesidad de sentarse a dialogar con el gobierno de Guillermo Lasso, con la idea de resolver los enormes problemas y la crisis que aquejan al Ecuador. Se sentó a la mesa dos veces, presentó varias propuestas, el conjunto de actores presentamos una serie de propuestas al gobierno, el gobierno hizo caso omiso y no tuvo ningún gesto político ni ninguna iniciativa ni ninguna apertura al diálogo. Es por eso que después ya de una situación muy extrema, de esta crisis que hace un rato describí, la CONAIE conjuntamente con la FENOCIN y con la FEINE, que son dos organizaciones indígenas. La una vinculada más bien con una historia socialista y la otra de evangélicos, convocan a un paro nacional y a una movilización indefinida que yo creo que las mismas organizaciones no pensaban que iban a alcanzar esos niveles, ese desborde generalizado y menos el sostenimiento por 18 días de paralización del país. Entonces la CONAIE lanza con estos actores el día domingo 12 de junio, una convocatoria mucho más clara en relación al tema del paro y a partir del 13 de junio el país comienza a movilizarse.

En un primer momento la movilización radicaba en los territorios de los pueblos y nacionalidades. Después de la captura de Leonidas Iza y la detención arbitraria e ilegal por parte del gobierno, es un elemento que desata la radicalización del paro, las organizaciones no sólo se sostienen en los territorios sino que llegan a la ciudad de Quito. Yo creo que haciendo un cálculo deben haber estado en la ciudad de Quito unos 30 mil compañeros de nacionalidades de pueblos del Ecuador más toda la cantidad de gentes urbanas de organizaciones que aportamos a la reproducción del paro y también en el sostenimiento político de éste.

Esa es una cronología muy rápida del paro, posteriormente lo que tenemos es estado de excepción y un aumento del uso de la fuerza por parte del gobierno nacional, la utilización de una serie de armas ilegales y de violaciones de derechos humanos que implican que por ejemplo la misión internacional de derechos humanos sostenga que en el Ecuador se cometieron crímenes de lesa humanidad, de ejecuciones extrajudiciales, disparos con perdigón, con balas de goma, ataques, torturas en el contexto de estos 18 días.

Creo que ese es en términos generales, luego después de eso se abren unos escenarios. El primero que tiene que ver con la posibilidad del diálogo del gobierno con la CONAIE, diálogo que duró unas pocas horas un día y que luego el gobierno al día siguiente se levantó de la mesa, posteriormente se pudo volver a gestionar el diálogo y ese es el diálogo que alumbra los acuerdos de la finalización del paro nacional este jueves 30 de junio.

El otro escenario que está en el mundo de lo legislativo es la iniciativa de la asamblea para votar por muerte cruzada y el cese de funciones y la destitución de Guillermo Lasso, que como sabemos no se logra la destitución de éste. En esos escenarios complejos y simultáneos, lo que vemos es por un lado el bloque popular representado por la CONAIE, la FENOCIN y la FEINE y el conjunto de otros actores que se despliegan en esos días de paro, de estudiantes, médicos, medios de comunicación, gestores populares, mujeres y disidencias, etcétera; las medidas comunitarias y tal. Por otro lado, el bloque de gobierno que es básicamente el poder ejecutivo con los ministerios, y el cerco mediático de los grandes medios de comunicación hegemónicos. Además el espacio de la asamblea que es un espacio que no termina de resolver y tener una estrategia clara en los diferentes bloques y finalmente el pueblo ecuatoriano que tiene un rechazo enorme a Guillermo Lasso y que dependiendo de los sectores que se suman al paro o quedan expectantes frente a lo que pueda ocurrir.

 ¿Cómo se fue articulando la asamblea transfeminista?

Uno de esos actores es sin dudas la asamblea transfeminista de mujeres y disidencias que nos convocamos desde el primer día en el paro, ahí cómo se produce esta autoconvocatoria tiene que ver con los varios intentos de articulación de los feminismos en el Ecuador en los últimos años, de todo lo que queda por fuera del parlamento de mujeres después del 2019, de los intentos de articulación en torno a la discusión de aborto libre. En general de los feminismos que yo creo que en estos momentos decantan, en el sentido de que los feminismos blancos, liberales que inclusive luchan contra la despenalización del aborto o pueden sumarse a un 8M, no estuvieron en las calles, no estuvieron sosteniendo, estuvieron en sus casas sin saber qué hacer, sin sumarse, o en la esfera de lo virtual en Twitter. En cambio otros feminismos fuimos articulándonos en el calor del paro, con la necesidad fundamental de poder construir una estrategia colectiva de confluencia diversa, donde todas estábamos de acuerdo con el paro, nos sumábamos a éste, pero en donde también se fueron dando algunas lecturas políticas y en términos de táctica en esos días. Creo central decir que al inicio del paro cuando todavía los pueblos y nacionalidades se encontraban en sus territorios, la asamblea apuesta por no concentrarse en las zonas de movilización que en el caso de Quito son en el centro histórico de la ciudad, que era el lugar donde confluían las asambleas estudiantiles y otros espacios fundamentales, sino que decide desplegarse por otras partes de la ciudad con la idea de pedagogizar la relación con otros sectores de la población y no concentrar todo el esfuerzo solamente en esa área del paro, que era un área además que sufría mucha represión. Entonces creo que hubo un carácter pedagógico en términos de la asamblea que quiso dialogar con otras esferas y con otras áreas de la ciudad, ir al sur-sur, ir al norte. Hacer ahí nuestro espacio.

Un segundo elemento que veo yo es este acuerdo de poner en el centro de la protesta el cuidado y la vida. Es decir que en nuestras protestas podían estar mujeres con guaguas, personas con discapacidad o neurodivergencias, otras cuerpas no heteronormadas o que no respondían a la norma heterocis. Podían estar en nuestros espacios mujeres de sectores populares, callejizadas y precarizadas y también mujeres que su vida ha sido fundamentalmente trabajar y que por lo tanto tienen otra disponibilidad frente a la protesta. Creo que ese fue un segundo acuerdo central, cómo construimos espacios de cuidado y de vida que permitan protestar y salir a la calle pero que al mismo tiempo no entren en esta dinámica de confrontación con la policía que nos iba a arrojar mayores detenciones, un accionar de la policía directamente contra nosotres.

Un tercer acuerdo tiene que ver con el carácter de movilizarnos para hacer acciones y luego de desplazarnos por algunos lados de la ciudad sentarnos a asamblear y tomar la decisión de dónde nos encontrábamos al día siguiente. Así fuimos funcionando.

Cuando ya llegan los pueblos y nacionalidades a Quito, la dinámica cambia. Primero porque se allana la Casa de la Cultura ecuatoriana, que es el espacio histórico donde generalmente se recibe a los pueblos y nacionalidades en contextos de paro y levantamiento y se comienza a presionar por parte de los estudiantes y de las distintas organizaciones a que se abran las puertas de las universidades para alojar a los pueblos y nacionalidades. Ahí es central la acción de estudiantes, mujeres y disidencias que presionamos y terminamos tomando la universidad central para que pudieran ser alojados y entregados los compañeros y compañeras que venían de otros lugares del Ecuador. Ahí en ese contexto la asamblea asume un centro de acopio autogestionado en el área de trabajo social que permitía canalizar todas las donaciones que iban llegando en términos de limpieza, ropa, comida para las distintas delegaciones de organizaciones de segundo grado y de organizaciones regionales pertenecientes a la CONAIE, a la FENOCIN y a la FEINE que se quedaban en la universidad central pero también en otros espacios y que requerían de reproducir su vida diariamente, comer, dormir, descansar, vestirse, todas estas cosas que se requieren para la reproducción del paro y que nosotras estuvimos sosteniendo con trabajo voluntario de los estudiantes y con el compromiso de las que éramos parte de la asamblea de mujeres y disidencias para sostener un centro de acopio desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche durante todos los días a partir del domingo 19 de junio hasta el 30 de junio que estuvimos ahí.

Es importante decir esto porque ese espacio permitió no solamente la reconfiguración de un tejido organizativo político que pone en praxis y politiza en el calor de la vida cotidiana y en el tiempo del paro, un tiempo que está destinado a la reproducción y al valor de uso y que no puede ser capturado por el capitalismo. Pero un tiempo también donde los tejidos del pensar y la incertidumbre van definiendo mucho del qué hacer de la asamblea. Esa relación que nosotras establecimos con la trans asamblea de las compañeras trans, trabajadoras sexuales, maricas lesbianas, disidencias en general permitió también ampliar como una configuración de lo político. Y creo que ahí un otro elemento de ese momento de la coyuntura fue la necesidad de nosotras de construir y enriquecer a los 10 puntos planteados por la CONAIE, que son diez puntos en materia de varios temas y que no son propiamente de derechos colectivos sino que competen al conjunto de los sectores populares y medios del Ecuador, desde una perspectiva antineoliberal. Cómo nos sumábamos a esos 10 puntos, fortaleciendo a la CONAIE pero ampliando esa perspectiva. Esa fue la estrategia que nosotras adoptamos y en esa medida pudimos construir también un diálogo directo y un vínculo con las mujeres de las dirigencias fundamentalmente de la CONAIE, que se dieron abiertas y prestas para sostener ese diálogo político con nosotras y yo creo que eso es un avance enorme. En gran parte de las cadenas nacionales que hacía la dirigencia indígena todas las noches, en nombrar a las feministas, en nombrar a las disidencias, a las diversidades sexo-genéricas, nombrar el centro de acopio fue central para muchas, no solamente en materia de reconocimiento sino en materia de posibilidad de configuración de un diálogo y de un vínculo que no solamente esté en el tiempo del paro sino que alumbre posibilidades posteriores.

Entonces la asamblea fue funcionado así, se definieron tres voceras que se requerían, aunque hubiéramos querido que sean voces rotativas, pero la coyuntura fue sumamente delicada y hubo que optar porque se mantengan ciertas voces en el espacio que se configuró una especie de equipo político que permita también acompañar estas vocerías en los diferentes momentos del paro.

Así mismo el centro de acopio se reestructuró en términos de coordinaciones y al poco tiempo, al comienzo había caos total y después ya encontramos la manera y la lógica para sostener ese centro de acopio con trabajo recíproco, voluntario, generoso que pusimos en ese espacio.

El Pachakutik se conformó como una herramienta política electoral de la CONAIE; sin embargo han habido críticas del propio movimiento hacia sus parlamentarios. ¿Cómo han actuado en este contexto?

En relación al tema del Pachakutik, el Pachakutik se crea entre 1995 y 1996 y si bien es una herramienta de la CONAIE también era la posibilidad de que sectores urbanos mestizos populares confluyan en una propuesta de concreción del proyecto plurinacional y popular de la CONAIE. El Pachakutik tuvo una gran importancia en la entrada a los gobiernos locales alternativos, en contextos neoliberales eso fue central porque permitió políticas sociales, posturas antiextractivas, un mejoramiento de la planificación y la coplanificación alternativa y participativa, la apertura para que otros sectores como jóvenes, mujeres y demás entren, etcétera. Sin embargo, el Pachakutik de los últimos años tiene también, tanto Pachakutik como la CONAIE son espacios en donde confluyen varias tendencias. Yo soy de las que considera errada la lectura de plantearnos Pachakutik vs. CONAIE, creo que hay distintas tendencias en ambos espacios, que confluyen temporalmente, o que pueden divergir en el camino. En esa medida también Pachakutik se ha ido en algunos territorios diferenciando de organizaciones de segundo grado y construyendo una especie de militancia propia. Pero en general creo que es importante mirar a Pachakutik y a la CONAIE, no como dos polos opuestos, sino como dos esferas del movimiento indígena en donde coexisten diferentes tendencias, que a veces confluyen y a veces están en concordancia y otras veces se encuentran en la oposición o en caminos separados. El Pachakutik es la segunda fuerza a nivel de la Asamblea Nacional y sin embargo y ahí sí podemos hablar de la actuación concreta de la mayoría del Pachakutik en este año de haber sido elegidos. En general las posturas que ha tenido Pachakutik han sido posturas muy complejas, de un claro darle la espalda al pueblo ecuatoriano en muchas de las materias, en otras ha logrado resolver ciertos elementos, pero pesa sobre una tendencia Pachakutik perspectiva anticorreista que le impide construir alianzas estratégicas, programáticas en ese escenario.  Y que termina acercándoles muchísimo hacia la derecha.

Luego hay otra tendencia que es una tendencia de los que se llaman los rebeldes, que son los que discreparon de la coordinación nacional de Pachakutik que se muestran claramente opositores al gobierno de Guillermo Lasso y que han sido centrales en esta coyuntura de paro, no sólo por el apoyo sino por su votación en la muerte cruzada y por todos los esfuerzos que han hecho en materia de derechos humanos de todas las detenciones y violaciones que han habido en estos 18 días de paro. Yo creo que ahora el conflicto entre Pachakutik y la CONAIE se ha incrementado en este escenario. Tenemos para el próximo año elecciones seccionales, es decir, de las alcaldías en los diferentes territorios y habrá que ver cómo se recompone esa relación o no entre Pachakutik y la CONAIE con la perspectiva puntual de sus organizaciones de base territoriales. También habrá que ver qué hace Pachakutik en un escenario donde requiere fiscalizar a las actuaciones del ministerio, de ministros directamente involucrados con el paro nacional y con la violación de los derechos humanos y del uso abusivo de la fuerza por parte del Estado.

¿Nos podrías explicar la figura de muerte cruzada?

En cuanto a la muerte cruzada es importante recordar que es un mecanismo establecido en la Constitución para la destitución de tanto el ejecutivo como el legislativo; es una iniciativa que puede ser utilizada tanto por la Asamblea, que sólo puede ser utilizada una vez, que si no alcanza los votos ahí queda, pero que sirve con un número determinado de votos y en casos de conmoción nacional y de justificar que estamos viviendo una conmoción nacional, destituir al presidente Lasso. Eso es lo que no pasó en la votación de la semana pasada, no se alcanzaron los votos para que se destituya al presidente. Ahora la Asamblea en estos 3 años no puede volver a invocar y solicitar ese mecanismo, pero el ejecutivo sí puede hacerlo, podría tranquilamente Lasso hacer eso. En el caso de que hubiera sido destituido Lasso se llama en 3 meses a nuevas elecciones y se da paso a un nuevo escenario electoral.

Y respecto a la postura del correísmo ante el paro y la protesta, ¿la apoyó, miró para otro lado, de qué modo actuó?

En cuanto al correísmo, es un movimiento y un fenómeno social-político que suele aumentar o que suele tener mayor presencia en contextos electorales. Yo creo que es un movimiento que tiene muchísima más capacidad de entender el Estado y traducir en términos políticos. Es un movimiento que está compuesto por capas medias y sectores populares, pero sí capas medias profesionalizadas, que consideran el Estado como un espacio necesario de reforma y de configuración de toda comunidad política. El Estado es finalmente el gran fetiche, bastión de la clase media y el correísmo no se distancia de eso. Sus lecturas de lo nacional-popular y del progresismo dejan de lado cualquier posibilidad de plurinacionalidad y de comprensión de los fenómenos que ocurren en términos de paro y levantamiento. Es una apuesta que se ha ido moderando luego de su salida del gobierno nacional y que se muestra abiertamente antineoliberal en ciertos momentos, aunque tenemos una bancada correísta que votó a favor de una serie de leyes con claro tinte neoliberal.

Al inicio del paro el correísmo tuvo la lamentable e infructuosa, vergonzosa postura que se manifestó en términos de comunicados de colocarse en el centro de la discusión política nuevamente y de condenar a la CONAIE porque no entiende nada y de condenar a Leonidas Iza y de situarse en un lugar muy complejo y ambiguo que no terminaba de respaldar al paro, pero que condenaba a Guillermo Lasso, pero que al mismo tiempo condenaba a la CONAIE. Hubo dos de este tipo de manifiestos, luego hicieron silencio pero yo creo que en este escenario, en este paro, a diferencia del paro de 2019, el correísmo ha perdido iniciativa política, no sabe cómo funcionar en contextos de movilización y paralización. Hay una derrota social; la derrota política no está del todo dicha porque hay unas elecciones seccionales y también porque sigue siendo una bancada importante en la Asamblea, pero yo creo que hay una derrota social del correísmo que en este paro no jugó el mismo rol ni tampoco el gobierno pudo involucrar al conjunto del paro con el correísmo para justificar la violencia. Lo que hay detrás del relato del gobierno es la idea de que somos todos narcoterroristas, que hay guerrillas urbanas e indígenas y que estamos financiado por Venezuela, Cuba y que por lo tanto es necesario justificar los altos niveles de violencia y de inteligencia porque este país puede volverse comunista y narcoterrorista en algún punto.

Por último, en función al acuerdo, ¿cómo evalúan los resultados del paro y cuáles son las perspectivas a futuro?

En términos de balance, creo que es importante plantear el balance del paro por un lado en los acuerdos que se logran entre el gobierno, la CONAIE, la FENOCIN, la FEINE. Son acuerdos que tienen que ver con la baja del precio de la gasolina, la no ampliación de la frontera petrolera, la no minería en áreas protegidas y en territorios ancestrales, en zonas intangibles y arqueológicas, en la protección hídrica, la garantía de consulta libre e informada, una política de control de precios, la declaración de emergencia del sistema de salud público, el subsidio del 50% del precio de los fertilizantes para el campo y también materia de aumentar la capacidad de créditos productivos, la baja de las tasas de interés y la condonación de deudas. Estos acuerdos firmados entre la CONAIE y el gobierno el día 30 de junio tienen que ser concretados y debe haber un seguimiento los siguientes 90 días.

Tenemos también una política de judicialización de la protesta, el día lunes 4 de julio[1] , se dio la audiencia del juicio con Leonidas Iza, donde testificó el ministro Carrillo y Guillermo Lasso. Se definió en esa audiencia que sea la Corte Constitucional la que establezca la pertinencia de los parámetros en los que se está haciendo este juicio, esta denuncia.

Vemos con mucha preocupación lo que está pasando con todos los detenidos previos al paro y durante el paro, que es parte de esta política de judicialización de la protesta y que sabemos que luego del paro cuando los tiempos cambian, se vienen procesos muy complejos en contra de dirigentes y en contra de gente que salió a protestar. Uno de los factores claves después del paro es hacer un seguimiento de las violaciones de derechos humanos por parte del Estado, pero también de frenar y denunciar esa política de judicialización de las personas que han salido a protestar.

Yo creo que necesitamos hacer vigilancia del cumplimiento de este gobierno que se ha mostrado incapaz de sentarse al diálogo, sino que no ha mostrado ningún interés de sostener la palabra tan importante para el pueblo y para los pueblos y nacionalidades. Entonces hay que estar vigilantes en estos acuerdos, que no son todo lo que hubiéramos querido pero que son unos mínimos en un contexto de tanta violencia y de tantos asesinatos por parte de la policía y de violaciones de derechos humanos, como mencionaba anteriormente.

Un segundo elemento tiene que ver con la necesidad de estar movilizades en relación a la judicialización de los líderes, de los dirigentes y las dirigentas de este paro. Este gobierno no va a tener ningún reparo en lanzarse con juicios contra la dirigencia y creo que es importantísimo sostener ahí una perspectiva.

Ya en términos del campo popular creo que es importante hacer una relectura y reconfiguración del tejido organizativo, político-afectivo que se desarrolló en estos 18 días de paro, en donde la CONAIE volvió a ser un actor determinante, central sino es hegemónico. Pero donde también se requiere un conjunto de tejidos que no han sido menores en términos de reproducción del paro pero también en términos de la construcción de demandas políticas. Entonces habrá que ver qué pasa con ese tejido y cuáles son las tareas concretas para que ese tejido se mantenga, se abran diálogos, vínculos, posibilidades de convergencia. Creo que también es necesario que el campo popular ecuatoriano asuma la tarea de una discusión programática, estratégica de qué hacer en los siguientes 3 años de gobierno de Lasso pero qué hacer también de cara al cambio presidencial en los siguientes 3 años.

¿Es posible un frente amplio, no es posible, cuáles serían esas características necesarias?

Un tercer elemento tiene que ver con ya para el caso de nosotras con la posibilidad de un proceso nuevo de decantamiento de los feminismos. Los feminismos blancos han quedado por fuera de la escena y donde los feminismos comunitarios, populares, abiertamente plurinacionales, anticapitalistas tuvieron un rol central en esto, tanto de las mujeres como de las disidencias. Creo que hay mejores condiciones para construir ese tejido entre nosotras, un tejido que sea menos coyuntural y que pueda alumbrar ciertas permanencias en el país y que además de eso pueda tener un diálogo directo con las mujeres de las organizaciones campesinas e indígenas.

Fuente: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2022/07/13/ecuador-victoria-popular-entrevista-a-alejandra-de-ruda-colectiva-feminista/


Descubre más desde Correo de los Trabajadores

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.