A «ENIGMÁTICA» BIOGRAFÍA POLÍTICA DEL VICEPRESIDENTE ELECTO DE BRASIL, A SU ALCANCE.
por Máximo Relti /Canarias Semanal.
Según nuestro colaborador Máximo Relti, la clave de que es lo que sucederá política y socialmente en Brasil en el curso de los próximos años , se encuentra en la dudosamente enigmática biografía política del vicepresidente electo, Geraldo Alckmin ¿De quién se trata?, ¿Cuál es su historia? ¿Es un hombre nuevo en la política brasileña? ¿A cambio de qué cosas ocupa la candidatura a la vicepresidencia?, ¿Es un político confiable, con una trayectoria limpia, sin mácula?, ¿O, por el contrario, se trata de un personaje hundido hasta el cuello en un historial corrupto ?
De acuerdo con las crónicas que se reciben desde Brasil, se da por hecho que si la explosión de los graves incidentes que se están produciendo en las autopistas brasileñas no va a más; si Joe Biden logra tranquilizar las pulsiones virulentas de Bolsonaro y si, finalmente, los militares brasileños permanecen sosegados en sus cuarteles, Lula da Silva logrará tomar posesión de la Presidencia de ese país dentro de 60 días.
Sin embargo, al margen de estas «irrelevantes minucias», a nuestro entender, los aspectos más destacados del momento político brasileño vienen dados por la enigmática personalidad del también vicepresidente electo Gerardo Alckmin, cuya trayectoria ha sido deliberadamente ocultada por los medios de comunicación llamados «progresistas».
¿De quién se trata? ¿Cuál es su historia? ¿Es un hombre nuevo en la política brasileña? ¿Comparte los mismos presupuestos ideológicos reformistas y socialdemócratas del presidente electo? ¿A cambio de qué cosas ocupó la candidatura a la vicepresidencia?, ¿Se trata de un político confiable, con una trayectoria limpia, sin mácula, que responde a las expectativas que con tanta alegría política millones de hombres y mujeres, de dentro y fuera de Brasil, han depositado en el frágil triunfo de Lula da Silva? ¿En qué ha consistido realmente la razón política que lo ha colocado en el puesto de vicepresidente?
Nos tememos muy mucho que tras las respuestas a estas elementales interrogantes se encuentre la clave de nuestro radical pesimismo en relación a que en el curso de próximos años se puedan realizar en Brasil cambios sociales y económicos mínimamente significativos.
¿En qué se fundamenta nuestro escepticismo?
ALCKMIN: UN PECULIAR VICEPRESIDENTE
El vicepresidente «in pectore» Gerardo Alckmin es un médico anestesiólogo que jamás ha llegado a ejercer su profesión a lo largo de sus 69 años de vida. Se trata de un peculiar personaje, perteneciente a la vieja casta política brasileña, que arrastra consigo los peores vicios de la misma.
Para aquellos que no sean brasileños, Alckmin es ciertamente un perfecto desconocido. Pero en Brasil, en ese enorme país con más de 200 millones de habitantes, lo conocen hasta las mismísimas ratas. ¿Cuál es la razón? Intentaremos trazar algunas pinceladas que le permitan al lector aproximarse a cuál es realmente la catadura`personal y politica de quien ocupará la vicepresidencia del pais más extenso y poblado del hemisferio sur americano.
Alckmin es en Brasil un hombre muy conocido. Difícilmente podía ser de otra manera. Ha pasado toda su vida «en la política», algo que en ese país -y en otros muchos- no deja de tener hondos significados. La verdad es que este personaje ha sabido ganarse su «popularidad» a pulso, a base de mucho pasilleo, tediosas jornadas de «consensos» politicos, conspiraciones sin fin, traiciones y conjuras fraticidas.
A lo largo de su ya larga trayectoria biográfica figuran numerosos jalones que ponen de manifiesto hasta qué punto Gerardo Alckmin no ha logrado ser en su vida algo más allá que un simple y vocacional maquinador, que ha sabido aderezar sus intrigas con las dádivas que recogía de empresas tan corruptas y famosas como la conocida Odebrecht.
Pero en honor a la verdad hay que decir, igualmente, que su currículum está repleto de secuencias políticas tan notorias como la que hizo posible que gracias a su apoyo cómplice tuviera éxito el «golpe de Estado institucional» que se urdió en contra de Dilma Rousseff, la presidenta del Partido del Trabajo y sucesora de Lula, que fue derrocada por su propio vicepresidente, Michel Temer, con el que ella y su Partido habían hecho un apaño muy similar al que hoy se ha entretejido entre Lula y su vicepresidente electo, Geraldo Alckmin.
La biografía de Alckmin se caracterizó siempre por un conservadurismo ultramontano, a la vieja usanza. Ello le llevó a convertirse desde joven en un aventajado miembro del Opus Dei brasileño. Instituciones como el Opus no sólo sirven paraimprimir carácter entre sus miembros y allegados, sino que en Brasil, como antes había sucedido en la España franquista, el Opus Dei ayudaba también a hacer «carrera política» y catapultarse exitosamente hacia la estratosfera del mundo de los negocios.
La «carrera» de Gerardo Alckmin comenzó tempranamente como concejal en su ciudad natal. Pero en 1977, en plena dictadura militar brasileña, mientras los militantes de los partidos políticos de la izquierda permanecían en las catacumbas de la clandestinidad y eran condenados a prisión o, simplemente, asesinados por los escuadrones del Ejército, Alckmin se convirtió en el alcalde São Paulo a la increíble edad de 25 años.
El anestesiólogo que nunca llegó a ejercer, desempeñó, no obstante, ese cargo a lo largo de dos legislaturas, hasta el año 1982. Tras esta juvenil y enriquecedora etapa, no le resultó difícil a Geraldo Alckmin llegar a convertirse en un diputado federal, participando en 1988 en la creación del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Entre los años 2001 y 2006, Geraldo Alckmin comenzó a subir como la espuma. Fue gobernador del Estado de São Paulo y, posteriormente, candidato a las Elecciones presidenciales de 2006 por su partido híbrido, el PSDB. No ganó frente a Lula, pero aquellas elecciones le sirvieron para que se le abrieran nuevos horizontes en sus relaciones personales y políticas, como hoy puede verse con nítida claridad.
UNA TRAYECTORIA CORRUPTA
Aunque Alckmin se desgañitaba gritando en sus arengas mitineras, en las que prometía que acabaría con la lacra de la corrupción, su gestión como Gobernador del Estado de São Paulo se vio, empero, turbiamente envuelta en múltiples escándalos de corrupción, que bascularon desde «oportunos» desvíos de fondos en la construcción de carreteras de circunvalación, hasta irritantes irregularidades en el reparto de comida en las escuelas públicas.
En el año 2014, la cosa empezó a ponerse fea para el actual vicepresidente «in pectore» de Brasil. La Fiscalía brasileña le denunció por financiación ilegal, acusándole de haber recibido la friolera de dos millones de dólares en dinero negro, proveniente de la famosa empresaconstructora-corruptora Odebrecht.
Pero la cosa no acabó ahí. Posteriormente fue la propia empresa Odebrecht, presionada por las investigaciones, la que le acusó de haber recibido dinero no declarado a través de un cuñado suyo. Ni que decir tiene que los grandes medios de comunicación brasileños apenas se hicieron eco del asunto. Y, en honor a la verdad, también hay que decir que sus actuales«compañeros de viaje» politico se comportaron de manera similar… Y, entre silencios y silencios, «pelillos a la mar».
GIRO COPERNICANO EN SU CARRERA POLÍTICA
El año pasado, Gerardo Alckmin dio un drástico«giro de 180°»a su carrera política. Abandonó repentinamente a su antiguo Partido, el PSDB, y en una pirueta de altos vuelos se afilió al «Partido Socialista Brasileño», para apenas transcurridos unos pocos meses, ser postulado como candidato a la Vicepresidencia de Brasil en una «candidatura mágico-dual» con Inacio Lula da Silva como candidato número uno.
Gerardo Alckmin, como sucediera con aquellos celebérrimos políticos de Napoleón, Joseph Fouche y el taimado Talleyrand, es un avisado experto en el cálculo de los tiempos y en la precoz detección de las oportunidades. Por fin, este mismo mes de noviembre, ha terminado logrando uno de los objetivos cardinales de su vida: no sólo ser candidato electo a la vicepresidencia de Brasil, sino también que le otorgaran la función de ser «Coordinador del Equipo de Transición» entre el Gobierno del autócrata saliente y el Ejecutivo neoliberal entrante . Una función que le permitirá a Alckmin continuar urdiendo el mismo tipo de «enjuagues» en los que ha terminado convirtiéndose en un auténtico experto.
Si todo «saliera bien», este será el siniestro personaje que acompañará a Lula da Silva en el control del timón de ese gigantesco país a partir del próximo 1 de enero de 1923.
La conjunción de todos estos elementos nos permiten afirmar como muy probable que el papel que la gran oligarquía industrial, agrícola y ganadera brasileña le ha otorgado a Geraldo Alckmin no va a ser otro que el de tranquilizar la injustificada inquietud de las clases clases dominantes brasileñas por el retorno de Lula y, de paso, servir de atento gendarme ante las más que improbables tentaciones que pudiera tener el presidente electo de abordar los perentorios retos sociales pendientes de la sociedad brasileña. Al fin al cabo, como quedó plenamente demostrado con el «golpe institucional» contra Dilma Rousseff, siempre habrá un grupo de jueces – o de soldados– dispuestos a sustituir dentro, faltaría más, de la más impecable legalidad, al presidente por el vicepresidente .
¿Cree el lector que a la vista de este conjunto de datos, del hecho que la mayoria del Congreso la continúa teniendo Bolsonaro y de los magros resultados obtenidos por Lula en elecciones, hay motivos para las alegrías y esperanzas que se está prestando a alimentar nuestra variopinta «progresía»insular y celtibérica?
FRASES QUE LO DICEN CASI TODO:
Estos últimos días, con motivo de la victoria electoral de Lula da Silva, se ha pronunciado todo un extenso repertorio de frases al respecto. Su lectura, y reflexión podrán ayudar al lector a realizar una didáctica radiografía de cómo se encuentra el «paño político», tanto en América Latina, como en Europa. Me limitaré, por el momento, simplemente a reproducir las citas de este insólito totum revolotum.
En próximos artículos intentaré extraer de estos y otros pronunciamientos sobre el mismo tema, las connotaciones ideológicas que a mi juicio correspondan. Por lo pronto, aquí van las citas:
LULA DA SILVA:
«Vamos a necesitar mi experiencia y la experiencia de Gerardo Alckmin para reconstruir el país, hablando con toda la sociedad brasileña«.
«El acuerdo que hemos concertado con Alckmin nos permitirá construir lo mejor de la política brasileña para que podamos ganar las elecciones. A partir de ahora, él me llamara camarada Lula y yo le llamaré camarada Alckmin“.
EVO MORALES:
«Lula garantiza la liberación de los pueblos de Latinoamérica»
JOE BIDEN:
«Envío mis felicitaciones a Luiz Inácio Lula da Silva por su elección para ser el próximo presidente de Brasil. Espero que trabajemos juntos para proseguir la cooperación entre nuestros dos países en los próximos meses y años»
PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE ESPAÑOL:
«Brasil ha decidido apostar por el progreso. Trabajemos juntos por la justicia social, la igualdad y contra el cambio climático»
EDITORIAL DE «EL PAÍS»: «BRASIL, EL FUTURO DEL MUNDO»:
«El país latinoamericano vuelve a la escena internacional con Lula y refuerza la democracia frente a las derivas iliberales. La victoria de Lula desborda el ámbito que representa el Partido de los Trabajadores brasileño para todos debe ser una oportunidad para la esperanza».
URSULA VON DER LEYEN, PRESIDENTA DE LA COMISIÓN EUROPEA:
«Felicitamos a Lula. Esperamos trabajar con él para abordar los desafíos globales apremiantes, “desde la seguridad alimentaria hasta el comercio y el cambio climático”.
PABLO IGLESIAS:
«La causa de Lula es la causa de la democracia en Brasil y alrededor del mundo».
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Ya por ahí a comienzos de 1985, en Blumenau, mi primer viaje a Brasil, me enteré del turbio Alckmin….