Hostigamiento y acoso laboral: Lo que ronda la muerte de la subteniente al interior del Ejército.
por
Ivania Echeverría
En el año 2012 Ivania Echeverría Muñoz llegó a Santiago para terminar su enseñanza media. La joven, oriunda de Coyhaique, ingresó al Colegio Santo Tomás de la comuna de Ñuñoa. En el establecimiento educacional conoció a Javiera Rodríguez. Ambas entablaron una amistad que se prolongó hasta el 31 de octubre de 2021.
“Ivania era una persona que iluminaba todo a su alrededor; deportista, motivada. Le encantaba cantar. Ella siempre quiso ser militar, toda su vida. Ella practicaba natación, desde muy chica. En el Ejército podía convalidar su pasión con la natación con la carrera castrense”, contó Javiera.
Javiera recuerda que una de las principales características de Ivania era la perseverancia. Sin ir más lejos, la joven no ingresó en su primer intento a la Escuela Militar. Sin embargo, eso no impidió que siguiera adelante para alcanzar su principal anhelo: ser parte del Ejército de Chile.
La ilusión y la alegría de poder ingresar a la institución castrense rápidamente se volvió un tormento para Ivania, quien acusó haber vivido acoso laboral y sexual por parte de sus superiores.
Javiera recordó algunos de los episodios en que Ivania habría sido acosada y hostigada en su estadía en el Ejército. “Le gritaban por su peinado, que hacía todo mal, la humillaban constantemente, incluso delante de cadetes. A pesar de que podía vivir con un perro al interior de su cabaña, tuvo que sacarlo de ahí porque una superior se molestó y a ella no le gustaban los animales”, narró.
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La noche del 29 de octubre Ivania llamó a Javiera para contarle, como de costumbre, qué estaba haciendo. Conversaron unos minutos. Todo parecía normal, según recuerda Rodríguez. Por eso fue tan impactante recibir dos días después la noticia de que su gran amiga estaba muerta y, sobre todo, que la causa sería un suicidio, como informaron desde el Ejército.
El día que Ivania fue encontrada muerta al interior del Destacamento de Montaña, no debía estar en el lugar. Era su día libre. Sin embargo, recibió un llamado ordenándole asistir a una reunión convocada a último momento.
Ivania tomó sus cosas y partió rauda a la reunión que ya había comenzado. Al ingresar, fue hostigada por sus superiores, quienes le recriminaron la tardanza a la cita, a pesar de que era su día libre y que esta le fue avisada con poco tiempo de antelación. Esa fue la última vez que se vio con vida a la joven subteniente.
Ivania vivía con su pareja, quien también era miembro del Ejército, y tenían planes de casarse y formar una familia en el futuro.
El 31 de octubre de 2021, tras la reunión, Ivania llamó a su novio para contarle que estaba harta de ser humillada y hostigada por sus superiores, incluso cuando ni siquiera debía estar al interior del destacamento. Él le pidió que regresara a casa, pero ella optó por quedarse al interior del recinto para estudiar. Además, a las 18:00 horas debía iniciar su guardia.
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Entre enero de 2019 y septiembre de 2022, la institución militar remitió al Ministerio de Defensa los antecedentes de 29 denuncias por acoso laboral de 33 funcionarios de la institución.
Así mismo, se remitieron antecedentes sobre 17 funcionarios que se suicidaron entre 2019 y agosto de 2022. De ellos, ocho se quitaron la vida al interior de dependencias militares.
Los nombres de los militares que estarían implicados en el acoso y hostigamiento laboral sufrido por Ivania Echeverría fueron detallados en la investigación interna por parte del Ejército. Algunos de los implicados fueron trasladados a otros regimientos luego de la muerte de la subteniente.
Al centro, Ivania Echeverría
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Tanto Ivania como su familia denunciaron el hostigamiento laboral y el acoso sexual del que estaba siendo víctima. Sin embargo, no se activó ningún protocolo para resguardar la integridad física y emocional de Ia subteniente.
“Yo siempre supe la situación porque ella era mi bebé, mi amiga, éramos muy cercanas. Ivania siempre me contaba todo. La muerte de Ivania tiene nombre y apellido”, sostuvo Ivette Muñoz, su madre.
“Ellos llevaban un año acosando a Ivania, humillándola, haciéndole vejámenes delante del personal. Cuando me avisan que ella estaba muerta, yo no lo podía creer, no podía aceptar que mi hija nunca más estaría conmigo”, relató Muñoz.
Ivette explicó que las denuncias sobre el hostigamiento del que era víctima Ivania se las hicieron saber al comandante del regimiento seis meses antes de la muerte de la subteniente. “Mi marido personalmente lo llamó por teléfono, le dijo lo que estaba pasando a Ivania. El comandante recibió a mi hija, escuchó todo lo que estaba pasando y aún así no activó ningún protocolo”, enfatizó la madre de la joven.
En ese sentido, cabe mencionar que en 2019 el Ejército firmó un convenio sobre el tratamiento de las conductas de acoso en conjunto con el Ministerio de Defensa y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género. El acuerdo cuenta con protocolos, mecanismos de acción y plazos establecidos para abordar el acoso al interior de las Fuerzas Armadas. Según denuncia su familia, ningún protocolo ni mecanismo fue activado en el caso de Ivania.
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El novio de Ivania había quedado con una sensación rara tras el llamado de teléfono posterior a la reunión de emergencia a la que fue convocada la subteniente el 31 de octubre de 2021. Es por ello que comenzó a enviarle mensajes. Al no tener respuesta, subió a su auto y tomó rumbo al Destacamento de Montaña. Al llegar a la cabaña donde se encontraría Ivania, comenzó a golpear la puerta, pero nadie le abrió.
En un momento de desesperación, golpeó con fuerza la puerta y escuchó un ruido. Al entrar, se dio cuenta que Ivania estaba tirada en el suelo al otro lado de la entrada. Al tomarla y ver que no reaccionaba, comenzó a pedir ayuda. Sin embargo, ya era demasiado tarde.
En la cama de Ivania había una carta. Ivette comenta que lo que señala la misiva era lo siguiente: “Yo por los mandos de este regimiento (…) si ustedes hacen una investigación administrativa, porque ella lo pide, van a saber por qué yo estoy muerta”.
“En eso estoy, luchando y peleando para saber por qué mi hija está muerta, quién me la mató, qué pasó. Yo no creo en el suicidio de la Ivania”, declaró su madre.
Ivette recuerda que su hija estaba de buen ánimo y se le escuchaba feliz durante la mañana del 31 de octubre, la última vez que pudo comunicarse con ella a través de un llamado telefónico.
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En el funeral de su hija, Ivette recuerda que llegó un general del Ejército; fue a él a quien le pidió que se iniciara una investigación para esclarecer los motivos y las causas de por qué su hija estaba muerta.
“¿Y qué pasó? Esa primera investigación administrativa solamente se enfocó en la parte monetaria. Nos señalaron los beneficios económicos que me correspondían de mi hija. De verdad que fue un chiste, porque el fiscal administrativo, que era un coronel del Regimiento de Victoria, el tipo ni siquiera estaba interesado en hacer la investigación como correspondía”, relevó Ivette Muñoz.
Junto con ello, advierte algo muy grave: que no tenía acceso a la autopsia. Fue en ese momento que el Ejército decidió hacer una segunda investigación administrativa.
“Yo quiero hacer justicia, quiero que se castigue a los responsables de la muerte de mi hija. Quiero que se marque un precedente en el Ejército, que esto no puede volver a pasar. Quiero que estas personas, estos cinco oficiales, sean sacados de la institución. Y que respondan ante la justicia por los hechos que hicieron”, dijo Muñoz respecto a los uniformados investigados en la indagatoria que lleva adelante la Fiscalía Militar.
Se trata del coronel de iniciales R.F; los comandantes F.C y D.C; los capitanes G.V, G.H y C.R, y la teniente C.A.
Así mismo, comentó que crearon una página de Instagram para dar a conocer el caso y denunciar lo ocurrido con su hija.
Ivette destacó que su hija era una persona super alegre, a la que le gustaba la música. “Le encantaba el deporte, compartir con amigos. Siempre estaba rodeada de gente, no pasaba inadvertida, siempre era el punto de atracción para la gente, donde estuviera”, señaló.
“Yo nunca estuve muy de acuerdo con que ingresara al Ejército, hubiese preferido que siguiera una carrera civil. Pero era tanta su emoción, su querer, que la apoyé en todo y eso me pesa y me va a pesar hasta el día de mi muerte, por haberla apoyado y haberla preparado”, finalizó Ivette.
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Actualmente la Fiscalía Militar continúa investigando la muerte de Ivania Echeverría. Mientras, su familia sigue su lucha para que se esclarezca qué pasó el 31 de octubre de 2021 en esa esa reunión, para así poder hacer justicia.
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